Parte/16/Catalina recibe apoyo.
Catalina seguía sumida en la tristeza, es por eso que, su hermana Julieta, sabiendo el amor que su abuela Catalina le tenía a su hermana, hablo con ella para enterarla del asunto, si alguien podía ayudar a Catalina era ella.
─¡¡Abuelita, soy Julieta!!
─¡¡Hija ¿Cuándo llegaste?
─Prácticamente acabo de llegar.
─¿Y cuándo vendrás a visitarme a Guadalajara?
─Abuelita creo que esta vez necesito que tu seas la que vengas a visitarnos a nosotros.
─Hija que está pasando y quiero la verdad, sabes muy bien que no me gusta el clima de Hermosillo.
─Si lo se abuelita, pero Catalina te necesita.
─¡¡Katy!! ¿Qué pasa con ella, dímelo por favor!!
Julieta a grandes rasgos le contó todo lo referente a Catalina, al terminar, su abuela reacciono tal como Julieta lo esperaba.
─Salgo en este momento para allá.
─Abuela no te precipites, ya casi es de noche espera a mañana.
─Tienes toda la razón, haré mi maleta y le diré a Nathan que tenga listo el helicóptero para mañana a primera hora.
─Abuela se discreta por favor.
Con lo de discreta, te refieres a que no le diga a Katy de cómo me enteré por lo que está pasando, olvídalo, sabes bien que me chocan las mentiras.
─Está bien abuela, de todas formas, ella se va a enterar, por ahora solo Altagracia y yo lo sabemos, bueno y ahora tú.
En cuanto Julieta colgó el teléfono, doña Catalina hizo otra llamada por teléfono.
─Cayetana ¿Cómo estás soy Catalina?
─¡Catalina que gusto oír tu voz!
A pesar de las diferencias que tenía doña Catalina con su nuera, llevaba una bonita amistad con su consuegra Cayetana.
─Lo mismo digo, necesito pedirte un favor.
─Claro que sí, ¿Dime que se te ofrece?
─Necesito que me hospedes en tu casa por unos días.
─Claro que sí, aunque no entiendo porque no te hospedas en casa de tu hijo.
─Lo sabes muy bien, ya que no es un secreto que tu hija y yo nos caemos como un grano en el culo.
─Ja, ja, ja tú siempre tan ocurrente.
─Todavía no entiendo que te hayas ido a vivir a Hermosillo con el horrible clima que tiene, tan cómoda que vivías en la ciudad de México.
─Ya te lo dicho más de una vez, por estar cerca de mi hija y mis nietos, desde que quedé viuda me sentí muy sola, ¿Cuándo llegas?
Mañana a primera hora salgo para allá.
Las mujeres se pusieron de acuerdo y al día siguiente doña Catalina estaba instalada en la casa de Cayetana, ésta le confió el motivo que la había llevado a Hermosillo.
─Esto que te estoy confiando, no es para que lo andes pregonando, hasta ahora ni mi hijo ni tu hija lo saben, por lo que te pido que te hagas la sorprendida cuando te lo digan ya sea tu hija o la propia Katy, ahora por favor llama a mi nieta y dile que venga.
─Yo te puedo llevar a su casa.
─Por ahora no quiero que nadie sepa que estoy aquí, necesito hablar con mi nieta sin que nadie nos interrumpa, y, no voy a terminar de poner un pie en su casa cuando toda la familia sepa que estoy de visita, conozco muy bien cómo se las gasta el servicio, por cierto, puedo confiar en la discreción de tus muchachas.
─Claro que sí, pero para que estes más tranquila ahora mismo les digo que no se vayan a ir de la lengua, ahora mismo hablo por teléfono para pedirle a Catalina que venga.
En menos de media hora ya estaba Catalina en casa de su abuela Cayetana.
─¡Abuelita que pasa. ¿Acaso te sientes mal?
No, no disculpa que te haya alarmado de esa forma, pero hay alguien que quiere hablar contigo.
Catalina sintió un vuelco en el corazón, por un momento pensó que la persona que necesitaba hablar con ella era Luis Fernando, pero su cara no denotó la desilusión que en vez de su amado era su abuela la que esperaba por ella .
─¡Abuelita! ¿Por qué no nos avisaste que venias?
─Porque no quiero que sepan que estoy aquí, solo vine a hablar contigo.
─¿Te pasa algo abuelita?
─A mi nada, pero a ti sí.
─¡Ah ya veo que ya te fueron con el cuento!
─¡Déjate de niñerías y cuéntamelo todo!
─Esta bien, voy por mi abuela Cayetana a las dos les contaré todo.
Catalina conocía muy bien a su abuela y sabía muy bien que ella no se iba a conformar con una información a medias, es por eso que termino contándoles todo, al final termino bañada en un mar de lágrimas.
─Calma cariño, ese malnacido no merece que derrames ninguna lagrima por él.
─Deja que se desahogue se sentirá mejor ─dijo doña Cayetana.
Cuando la joven estuvo más calmada le dijo doña Catalina.
Hija, ese hombre no merece que sufras por él, recuerda lo que siempre te he dicho, debemos hacerle honor a nuestro nombre "CATALINA", este nombre lo llevo una gran mujer que fue fuerte y poderosa que no se dejo pisotear por ningún hombre así fuera el mismo Zar de Rusia, esa mujer fue Catalina la grande la Zarina de Rusia, cuando llego a ese país se encontró con que el pueblo la rechazaba por ser extranjera, su esposo era el duque Pedro nieto de Pedro el grande, un hombre pusilánime que vivía a las faldas de su madre, Catalina no tenía ni voz ni voto en ese palacio, pero ella no se dejó vencer, mientras esperaba pacientemente a que su suegra la Zarina muriera y su esposo se convirtiera en el nuevo Zar de Rusia.
Ella aprendió el idioma, para poder comunicar se con su pueblo, y, cuando su suegra murió y su esposo subió al trono, supo que éste era incapaz de gobernar, es por eso que se alió con hombres poderosos y dio un golpe de estado, lo primero que hizo cuando tomó el poder fue obligar a todos los súbditos del imperio a hablar en ruso ya que por orden de los antiguos gobernantes solo hablaban alemán. ella sufrió terribles humillaciones de parte de su marido y su suegra, es por eso que se hizo una promesa a ella misma, que en lo sucesivo ni un hombre lo iba ha hacer más, nunca se volvió a casar, pero si tuvo infinidad de amantes jóvenes y cuando se aburría, lo cambiaba por otro.
─No le estarás aconsejando a la niña que se encame con cualquiera Exclamó Cayetana.
─Claro que no, lo que digo es que ya no se deje mangonear por nadie, mucho menos por un hombre.
─Gracias a las dos, me han ayudado bastante, vamos abuela te llevaré a casa de mis padres.
─Claro que no, yo solo vine a hablar contigo y como ya lo hice ahora mismo me regreso a Guadalajara y te aconsejo que hables con tus padres lo más rápido posible, espero verte en Guadalajara cuando Julieta me visite.
Así lo hare abuelita, gracias por tomarte la molestia de venir a darme consuelo, Catalina se despidió, cuando las dos mujeres quedaron solas, Cayetana le comento a doña Catalina.
─Tenemos que averiguar el paradero de ese infeliz, tenemos que cerciorarnos que no vuelva, Catalina tiene que seguir con su vida sin él.
─En eso estamos de acuerdo, me di cuenta de su desilusión que se pintó en su cara cuando me vio, estoy segura que al que esperaba ver era a ese fulano yo me encargo de dar con él, y, cuando lo encuentre me cercioraré que no le queden ganas de volver a buscar a mi nieta ni a sus hijos.
─¿Y qué piensas hacer cuando lo encuentres?
─Lo que se hace en estos casos, amenazarlo con refundirlo en la cárcel por bígamo, cuando sepa su paradero mandaré a mi abogado para arreglar el asunto.
─Yo pensaba ofrecerle dinero, total eso fue lo que lo llevó a casarse con la niña.
─¡Nada de eso, ahora resulta que hasta lo quieres premiar!
─!!Claro que no. pero¡¡
─Pero nada, ten en cuenta que no todos los asuntos se arreglan sin dinero.
Las dos mujeres siguieron charlando mientras se llegaba la hora del regreso de doña Catalina a Guadalajara.
Esa misma noche Catalina habló con sus padres y, tal como se esperaba, cuando Victoria escuchó el motivo de la enfermedad de su hija estallo en cólera.
─¡¡Pero como se atrevió ese imbécil hacerles eso a ti y a mis nietos!! Sabía que ese hombre no era de fiar, pero que más se podía esperar del imbécil ese, siendo el muerto de hambre que es.
─!!¡¡Mamá por favor, que estás hablando del padre de mis hijos!!
─¡¡Ah no, no te atrevas a defenderlo, aquí el único culpable eres tú Jorge, desde el momento que diste tu consentimiento para que se llevara a cabo ese estúpido matrimonio y todo fue por llevarme la contraria como siempre!!
─¡¡Te quieres callar, tú no querías que se casaran por tus prejuicios , a ti lo único que te importaba es que el infeliz no perteneciera a la alta sociedad!!
─¡¡Pues claro que sí, si ese fulano perteneciera a una familia adinerada en estos momentos le estuviéramos sacando una buena cantidad de dinero por el simple hecho de no refundirlo en la cárcel por bígamo, pero a ese muerto de hambre que se le puede sacar, si todo el tiempo estuvo comiendo a nuestras expensas y mira como dejo a la niña con una mano atrás y otra adelante!!
Y el matrimonio siguió discutiendo hasta que escucharon el grito de Catalina.
─¡¡BASTA, BASTA, ¡¡GUARDEN SILENCIO LOS DOS!! Y les suplico que ya no se hable más del asunto lo hecho, hecho esta.
─Me parece buena idea y tu mujer ve preparando una de tus historias para justificar la ausencia del fulano, te lo pido porque a ti te interesa mucho el qué dirán.
Y diciendo esto salió de la habitación, Victoria que conocía demasiado bien a su marido pensó en sus adentros.
─Te conozco muy bien Jorgito y estás muy tranquilo, creo que ya te hiciste justicia con tus propias manos y si no es así en eso andas.
Al siguiente día Cayetana le entrego un sobre que le había dejado su abuela Catalina, dentro solo se encontraba un cheque al portador con una cifra de varios ceros, además su padre se encargó de que en lo posterior siguiera llevando el tren de vida al que estaba acostumbrada ella y sus hijos.
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