En el año 2019, una pandemia mundial se extendió por todo el globo terrestre. El año siguiente resultó una novedad para muchas personas. Los confinamientos se propagaron por las distintas ciudades del mundo; cierres perimetrales impidieron los viajes entre países; los hospitales no pudieron dar a vasto ante tal crisis repentina y se planificaron muchas morgues donde se enterraron cuerpos apilados de manera catastrófica. El año 2021 fue algo más esperanzador, con la llegada de varias vacunas y la inmunización de las personas más delicadas, los hospitales se desahogaron poco a poco y los habitantes de todo el planeta pudieron dar un respiro.

Desafortunadamente, el virus no dijo su última palabra. Su evolución y la creación de diferentes variantes alrededor de todo el mundo le ayudó a desarrollar una resistencia a las vacunas que con el tiempo poco pudieron hacer para impedir su avance.

El caos volvió a reinar en todo el planeta, los hospitales saturaron a puntos imprevistos y los enfermos se reunían sin apenas espacio donde aislarse. Golpes de estado surgieron en casi todas las naciones; guerras, batallas infinitas, luchas por el poder.

La humanidad perdió en apenas tres años todo lo que había conseguido en más de un siglo.

De todo este alboroto, destacaba una ciudad: ConfinaTown. Localizada en algún lugar al oeste del mediterráneo, entre un interior montañoso y la costa mejor iluminada por el sol, ConfinaTown fue nombrada así por su alcalde Pedro, hermano de la reina Siana de Mediterranía. Un dictador sin pasión que impuso un confinamiento indefinido en la urbe. La ciudad se convirtió así en la primera en el mundo en no tener contacto con el exterior.

La reina Siana la convirtió enseguida en la capital de su reino, Mediterranía. Una zona englobada por los antiguos países de Francia, España y Portugal.

El método, que resultó ser un éxito en la lucha contra la pandemia, se copió con total velocidad por las distintas partes del planeta, de manera más o menos estricta. Sin embargo, ConfinaTown fue la única ciudad del mundo que permaneció ininterrumpidamente durante casi diez años encerrada.

Sus ciudadanos, histéricos y con algo de desconfianza acerca de la metodología utilizada, no tuvieron otra que aceptar a regañadientes la imposición del alcalde. Crearon una vida aislada, informatizada y asocial que con el tiempo se fue normalizando.

El año 2031 resultaría otra fecha importante, quizás inesperada, para los humildes ciudadanos de ConfinaTown. El nuevo alcalde, Carlos, estaba a punto de realizar un anuncio que dejará a todos con la boca abierta.