—Hey niño bonito estamos acá ¡eh, eh pajarito!— agitó la mano un chico castaño con una gran sonrisa frente a la cara de Tom el cual se había sentado a tomar un descanso en una de las bancas al lado de las canchas.

La respiración se le oía entrecortada y es que necesitaba algo, más bien su organismo necesitaba algo, más conocido como cocaína.

Quizás se darían cuenta cuando terminara el servicio y le hicieran las famosas pruebas antidrogas para darle la liberación de la cartilla lo cual veía lejos.

Tom le aventó la mano al castaño y se levantó.

<<Una vuelta más y vomitaré>> se dijo Tom mentalmente.

Trató de tranquilizarse y volvió junto al odioso castaño que toda la mañana lo llevaba persiguiendo con molestos comentarios sobre su apariencia y ahora su comportamiento.

— ¡Quién dijo que pararan Krotz!— exclamó el capitán que les daba las instrucciones.

Tom bufó y volvió a incorporarse a los demás que solo lo miraban de reojo sin dejar de correr alrededor de la cancha de las instalaciones.

— ¿Estás bien?— preguntó una chica de cabello rojizo a Tom pasándose a su lado.

—Si— respondió Tom jadeando.

Continuaron corriendo y luego de una serie de ejercicios sobre lodo hicieron que Tom cayera inconsciente.

Andy fue el primero en darse cuenta y correr hasta el para evitar que se ahogase en el lodo y luego se acercó el capitán y ambos lo llevaron a la enfermería.

Al llegar a la enfermería fueron alcanzados por la chica peliroja que se preocupó por Tom desde que lo vio que salió casi vomitando de la cancha.

—Señorita regrese a las canchas.

—Lo siento señor pero me preocupa mi compañero y no regresaré hasta saber que está bien— la chica se cruzó de brazos.

El capitán ya no dijo nada solo la miro mal.

Cuando Tom abrió los ojos lo primero que vio fue el rostro preocupado de la chica.

—Despertaste por fin— susurró sonriendo.

—Creo— dijo Tom con voz ronca. Trato de levantarse pero ella lo empujó del pecho para volverlo a tumbar.

—Ni se te ocurra.

La puerta se abrió y entró Andy con una botella de agua en la mano.

—Joder me preocupaste muchísimo, más te vale tomarte esto— le puso la botella enfrente.

—No tengo sed— Tom negó.

—To.ma.te.la— le dijo abriendo mucho los ojos como advertencia. Tom bufó. La chica al ver la escena se río y le arrebato la botella a Andy el cual puso cara de espanto.

—Es por tu bien, al parecer estas deshidratado.

Andy asintió varias veces. Tom entendió. Tomo el agua y al darse cuenta lo que contenía sonrió de lado. Se la terminó.

Una vez que Tom se sintió mejor regresaron a las canchas.

—Por cierto mi nombre es Sara— dijo la chica y corrió hacia su equipo.

—Linda Sara— así le apodó Tom y Andy lo codeo juguetón.

—Por fin regresas bello durmiente— otra vez ese niño egocéntrico volvió a atacar a Tom pero este solo rodó los ojos y regresó a lo que estaba.

....

— ¿Cómo lograste meterle eso al agua?— preguntó curioso Tom cuidando que nadie escuchara. Iban a los dormitorios.

—Me infiltré en el laboratorio— susurró Andy.

—Eres un genio— Tom sonrió y le revolvió el cabello a Andy.

— ¡Oye!— le reclamo a Tom pero este se había quedado quieto mirando al otro lado de las canchas. Un grupo de chicas parecían hablar sobre unos troncos como asientos. Entre ellas estaba Sara.

— ¿Te gusta Sara?— Tom dudó. Algo le pasaba cuando la veía pero no era para tanto.

—No— corrió hacia su dormitorio —Alcánzame— y Andy corrió detrás de él riéndose.

...

Los tres se habían vuelto muy amigos, Andy, Sara y Tom y aunque Andy no lo quisiera, veía en ambos esas miraditas pillinas pero ninguno lo quería aceptar. Sara era muy juguetona y posesiva con Tom a menos que se trata de Andy. Veía que cuando una chica se le acercaba demás a Tom, Sara se ponía rabiosa e intentaba de todo por alejarla. Tom era muy serio con los demás pero juguetón y bromista con ambos. Era obvio que Tom y Sara se gustaban.

En cuanto al chico castaño, sabían que se llamaba Ricardo y hacia días que no molestaba a Tom y eso...no era algo bueno...