La música estaba a tope y sinceramente Jisung estaba perdido.

No encontraba a Seungmin y JeongIn  por ningn lado, y BangChan estaba ocupado coqueteando con cualquier persona de la discoteca

Entró en la sala VIP y tomó asiento por un momento, los pies lo estaban matando, había bailado más que nunca. Había extrañado la sensación de salir con sus amigos, la adrenalina de la noche y la camaradería compartida.

─Uf, creo que mejor me voy. ─Dijo mientras tomaba lo último de whisky que
quedaba, sintiendo el calor del alcohol recorrer su garganta y relajando sus músculos tensos.

Su mirada vagó por el salón casi vacíoy pudo ver unas cuantas personas en la barra y na al otro lado de la habitación sentada viendo su celular.

El ambiente estaba más tranquilo en la sala VIP, pero aún así, la energía de la fiesta fluía por el aire, haciendo eco en los murmullos y risas dispersas.

─En mis tiempos había más gente. ─Murmuró y vio su copa vacía, lamentando la falta de compañía para disfrutar de la noche.

─Uno más no hace daño. ─Se levantó y se dirigió a la barra, aprovechando que
no había casi nadie, buscando un úútimo trago para culminar la noche.

─Un whisky, por favor.

─Enseguida, joven Han.

Soltó un suspiro y le dio un vistazo a su celular, tenía un par de llamadas perdidas de su madre pero nada más.

─Aquí tiene.

─Gracias.

Tomó un bocado de aquella bebida, sintiendo el ardor reconfortante en su garganta, mientras observaba a su alrededor, buscando una distracción para sus pensamientos intrusivos.

─Oh, y joven Han, el joven Yang JeongIn  dijo que pusiera la cuenta a su nombre.

Aquel bartender dijo mientras leía un papel que tenía entre sus manos, revelando la travesura de sus amigos, que seguramente estaban disfrutando en algún rincón de la discoteca.

─¿Eh? ─Dijo soltando una risa irónica, preguntándose qué travesura habían hecho sus amigos esta vez.

Le entregó aquella factura y Jisung la leyó con el ceño fruncido, sorprendido por la cantidad excesiva de alcohol que sus amigos habían consumido.

─¿Tres botellas de vodka? ¿Qué mierda? ─Musitó enojado y escuchó una pequeña risa tras él.

Volteó y de repente pudo ver que era un hombre en el sillón, cuya presencia había pasado desapercibida hasta ese momento.

Lo vio con detenimiento, era fornido y traía un traje costoso, sin duda no podría darle un buen puñetazo, pero su presencia imponente no pasabadesapercibida.

Se mordió la lengua y volvió su mirada a la factura, tratando de mantener la calma frente a la situación.

─Logró salirse con la suya. ─Sonrió, parece que hubiera ordenado alcohol para todo el bar, reflexionando sobre la personalidad juguetona y despreocupada de JeongIn, quien siempre encontraba la manera de agregar un toque de caos a cualquier situación.

─Bien, yo lo pagaré, déjelo en mi cuenta. ─El barternder asintió y dio una reverencia antes de retirarse, dejando a Jisung con aquel hombre
misterioso que observaba la escena con diversión.

Sintió cómo aquel hombre volvió a soltar una risa silenciosa, intrigando a Jisung con su presencia.
Jisung volteó y lo vio con el entrecejo fruncido, pudo ver cómo aquel pelinegro lo veía, como si simplemente estuviera burlándose, desafiándolo con su mirada penetrante.

─¿Algún problema? ─Dijo el rubio y aquel pelinegro solo sonrió, no dijo ni una sola palabra, manteniendo su misterio intacto. ─Muy bien..

Murmuró antes de acabar su shot de whisky dispuesto a irse a su casa de una vez, decidiendo poner fin a la noche antes de que las cosas se complicaran aún más.

─Tiene unos amigos maravillosos. ─El chico le dirigió la mirada y simplemente hizo una sonrisa forzosa, reconociendo la influencia de sus amigos en su noche.

─Con todo respeto, no es de su incumbencia.

─Discúlpame, es más, ven, déjame invitarte una Copa. ─Jisung alzó una ceja, ¿era una especie de coqueteo?

Jamás había visto una forma tan mediocre de invitar a alguiern a tomar un trago, pero, sin embargo, aceptaría, solo porque aquel maleducado era muy atractivo.

Era su tipo, sin duda.

─¿Disculpa?

─Ven, toma un trago conmigo. ─Jisung soltó un leve suspiro y se acercó a aquel pelinegro, atrapado por su magnetismo irresistible.

─Claro, lo tomaré como disculpa. ─Tomó asiento junto al hombre y de inmediato pudo percibir su aroma, una mezcla embriagadora de sofisticación que lo envolvía.

Cítrico.

─Nunca lo había visto por este sitio. ─Dijo aquel hombre mientras le hacía un ademán albartender para que le traiga una ronda de alcohol, iniciando una conversación casual. ─¿Es nuevo por aquí?

Jisung lo miró de reojo antes de recostar su espalda en aquel sillón. ─Se podría decir que sí. ─Vio cómo el bartender dejaba aquellas bebidas en la mesa de vidrio que está frente a ambos, daba una reverencia y se retiraba, dejándolos a solas.

─Supongo que tomaré esto y me iré. ─habló el rubio mientras dirigía aquella copa a sus labios, anticipando en su mente el final de aquella noche.

Sintió su garganta arder e hizo una pequeña mueca.
Era más fuerte de lo que solía tomar, pero estaba dispuestoa seguir el juego de aquel hombre.

─Oh, vamos, déjame invitarte otra ronda. ─Una sonrisa apareció en la comisura de sus labios.

─¿Va a decir de una vez lo que quiere?¿O me va a alcoholizar? ─Lo miró de la misma manera y vio como soltaba una pequeña carcajada.

─Muy bien, déjame bailar contigo, entonces. ─Jisung lo miró curioso y se levantó de aquel sillón.

─Claro. ─Sonrió y salió de aquella sala VIP, no vio atrás, pero estaba casi seguro de que aquel pelinegro lo seguiría si en realidad quisiera bailar con él.

Pudo ver cómo la gente bailaba aquellas movidas canciones que sonaban a todo volumen y justo cuando iba a bailar, sintió una mano en su cintura.

─Pues bailemos, lindo. ─Le susurró al oído antes de voltearlo y apegarlo a su cuerpo.