⚝. Cuatro
─¿Es una broma?
Dijo Jisung confundido, sin entender por qué alguien le pediría que firmara un contrato de confidencialidad, especialmente si ni siquiera conocía a la persona que se lo estaba pidiendo.
–Vamos, ni siquiera sé quién mierda eres.
Minho lo miraba con seriedad, consciente de que había olvidado presentarse antes de abordar el tema del contrato.
─Lo hubieras sabido antes de no ser por tu
insistencia. ─Respondió Minho, reconociendo su falta de cortesía.
Jisung frunció el ceño, sintiéndose aún más
confundido por la situación inusual en la que se encontraba.
─¿Qué tan importante eres, eh? En mi puta vida te he visto, además, no disfruto decir con quién tengo sexo y con quién no. ─Expresó Jisung con sinceridad, cuestionando la necesidad del contrato.
Minho extendió los papeles hacia Jisung, quien los recibió con una mezcla de incredulidad y exasperación.
─¿Lee Minho? ─Preguntó Jisung, tratando de recordar si había escuchado ese nombre antes.
El pelinegro asintió, esperando que eso aclare las cosas para Jisung.
─Aahh, no, no sé quién mierda eres. ─Respondió Jisung con franqueza, sin darle mayor importancia a la identidad de Minho.
Minho rodó los ojos ante la falta de
reconocimiento por parte de Jisung y explicó la razón detrás del contrato de confidencialidad.
─Mira, no puedo arriesgar mi imagen, soy una persona muy importante, un escándalo de estos arruinaría mi reputación. ─Explicó Minho, esperando que Jisung
comprendiera la gravedad de la situación.
─Ajá, y bueno... ¿quién eres tú? Es curiosidad. ─Dijo Jisung, deseando obtener más información sobre el desconocido que parecía atribuirle tanta importancia a su anonimato.
Minho chasqueó la lengua, un tanto frustrado por la falta de cooperación de Jisung.
─Bueno, niño, soy dueño y presidente del Grupo Lee, ¿sabes lo que es? ─Preguntó Minho, esperando que eso impresione a Jisung y justifique su solicitud de confidencialidad.
Jisung asintió con indiferencia, reconociendo la empresa pero sin mostrar gran interés en ello. ─Si, ¿y? ─Respondió Jisung, sin impresionarse por el estatus de Minho.
Minho frunció el ceño ante la aparente falta de comprensión de Jisung sobre la seriedad del asunto.
─Mira, creo que no entiendes la seriedad del asunto. ─Dijo Minho, intentando recalcar la importancia del contrato de confidencialidad.
─Claro que entiendo, eres un millonario que le gusta coger sin compromiso, pero para estar seguros de que no te hundan públicamente, haces contratos de confidencialidad. ─Respondió Jisung con sarcasmo, mostrando su desdén por la situación.
Jisung tomó la pluma y firmó rápidamente los papeles, sintiéndose molesto por la insistencia de Minho pero deseando poner fin a la conversación cuanto antes.
─Bien, ahora me iré. ─Dijo Jisung, preparándose para salir de la habitación y dejar atrás aquel encuentro incómodo.
─¿No dejarás tu número? ─Preguntó Minho, deteniendo a Jisung antes de que
se marchara.
─No, gracias, no repito acostón. ─Respondió Jisung con frialdad, dejando claro que no tenía intención de mantener contacto con Minho.
Y así, Jisung se marchó, dejando a Minho con un sabor agridulce en la boca, preguntándose qué había salido mal y si alguna vez volvería a ver a ese intrigante rubio.
─¡Jisung! ¿En dónde carajos estabas? El desayuno es.en diez minutos y tu padre estaba preguntando por ti. ─Exclamó la madre de Jisung, interrumpiendo sus pensamientos mientras subían las escaleras juntos. Jisung le sonrió a su madre, agradecido por su preocupación y su constante atención hacia él.
─Me quedé con Minnie, sabes que hago eso cuando salgo a beber. ─Respondió Jisung, tratando de justificar su ausencia a pesar de saber que su madre siempre estaba al
"tanto" de sus movimientos.
─¡Lo sé! Pero sé lo mucho que deseas ver a tu padre, no quería que te pierdas la oportunidad de verlo. ─Dijo la madre de Jisung, revelando su motivo para buscar a su hijo con tanta urgencia.
─¡Oh, te dejé unos trajes limpios y listos en tu cama! ─Jisung asintió, agradecido por el gesto de su madre y consciente de que debía apresurarse si no quería llegar tarde al desayuno familiar.
─Gracias, mamá. ─Dijo Jisung, expresando su gratitud antes de despedirse y dirigirse rápidamente a su habitación para prepararse.
Una vez en su habitación, Jisung notó las maletas sin desempacar en un rincón, recordándole que acababa de regresar de un viaje y que había mucho por hacer aún.
Sin embargo, decidió posponer esa tarea por un momento y se dirigió directamente al baño para darse una ducha rápida, sintiendo la necesidad de refrescarse y despejarse antes de enfrentarse al día que tenía por delante.
Mientras se duchaba, Jisung no pudo evitar notar las marcas en su abdomen y hombros, recordándole la intensidad de la noche anterior.
Al salir de la ducha, Jisung se vistió con el traje más sencillo que su madre le había dejado, optando por una apariencia elegante pero informal que reflejara su personalidad relajada.
Bajó con rapidez al comedor, donde su padre lo esperaba con impaciencia, listo para comenzar el desayuno familiary poner en marcha el día.
─¡Pa! ─Exclamó Jisung, saludando alegrementea su padre antes de correr hacia él y recibirlo con un abrazo cálido.
─Jisung, ¡cuánto te extrañé! ─Expresó su padre con sinceridad, abrazándolo con
afecto al verlo después de su ausencia.
─Yo también. ─Respondió Jisung con una sonrisa, devolviendo el abrazo antes de separarse.
─Vamos, siéntate. ─Invitó su padre, indicándole que tomara asiento para comenzar el desayuno.
─Y cuéntame, ¿cómo te fue? ─Preguntó su padre con curiosidad, interesado en
conocer los detalles de la vida de su hijo.
Jisung le dirigió una mirada risueña, consciente de que siempre había sido el consentido de sus padres, especialmente de su padre, quien lo había mimado y protegido desde que era un niño.
─Bien, la verdad es que me ofrecieron quedarme a trabajar, pero sabes que no podía hacer eso. ─Respondió Jisung, recordando la oferta laboral que había recibido durante su viaje.
Su padre soltó una pequeña risa, mostrando comprensión hacia la decisión de su hijo.
─No te preocupes, tú sabes dónde trabajarás desde hoy. ─Aseguró su padre, revelando que ya había tomado decisiones sobre el futuro de Jisung.
Jisung se sorprendió un poco por la rapidez con la que su padre había organizado las cosas, considerando que había planeado tomarse un año sabático antes de incorporarse al trabajo.
─Pero... acabo de llegar, ¿sabes? Y quisiera..
divertirme en Seúl con mis amigos. ─Comentó Jisung, expresando su deseo de disfrutar de un tiempo libre antes de sumergirse en el mundo laboral.
Su padre levantó la mirada y soltó un ligero suspiro nasal, indicando que entendía los deseos de su hijo pero que también había expectativas que cumplir.
─Lo podrás hacer, tienes al chofer disponible, pero tienes que cumplir tus obligaciones como todo un Han. ─Declaró su padre, recordándole a Jisung que ser parte de la familia implicaba ciertas responsabilidades.
Jisung asintió, reconociendo la dificultad de tratar de persuadir a su padre y resignándose a aceptar sus decisiones.
─Y casarte. ─Añadió su padre de repente, sacando a relucir un tema que Jisung prefería evitar.
Jisung contuvo su frustración al escuchar aquella palabra, consciente de que su padre tenía expectativas sobre su futuro matrimonial.
─Si, sobre eso, no quiero casarme aún. ─Respondió Jisung con cautela, mostrando su falta de entusiasmo por la idea de contraer matrimonio en ese momento de su vida.
Miró las tostadas frente a él, perdiendo el apetito mientras pensaba en las implicaciones de un compromiso.
─No te preocupes, si es por el tiempo, yo me
encargaré de todo, te haré una lista de las mejores mujeres del país disponibles para que puedas escoger. ─Dijo su padre, ofreciéndose a manejar los detalles de su futura boda.
Jisung lo miró con una mezcla de incredulidad y resignación, sintiendo la presión de las expectativas familiares sobre sus hombros.
─No es necesario, yo me encargo de eso. ─Murmuró Jisung, indicando que prefería tomar el control de su vida amorosa.
Tomó un sorbo de su café amargo, buscando consuelo en el sabor, mientras trataba de procesar la conversación con su padre.
─Bien mi niño, y hay algo más que tenía que decirte. ─Continuó su padre, cambiando de tema y revelando otra obligación que Jisung tendría que cumplir.
─¿Más? ─Susurró Jisung, sintiendo que su paciencia se agotaba mientras escuchaba las nuevas demandas de su padre.
─Hoy hay una cena de la Fundación Kim, y como sabes, nuestra empresa es accionista. ─Informó su padre, explicando la razón detrás de su próxima obligación social.
Jisung forzó una pequeña sonrisa, preparándose mentalmente para lo que vendría a continuación.
─Claro, ahí estaré, solo dime la dirección.
─No, no, nada de eso, irás con nosotros en la limusina, sé que tu fortaleza no es ser puntual. ─Dijo su padre, indicando que ya había organizado los detalles logísticos para la cena.
─Sí, padre. ─Respondió Jisung, aceptando su destino mientras se preparaba para enfrentar una noche de compromisos sociales y altas expectativas familiares.
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