—¿Es una broma?
Dijo Jimin confundido, sin entender por qué alguien le pediría que firmara un contrato de confidencialidad, especialmente si ni siquiera conocía a la persona que se lo estaba pidiendo.
—Vamos, ni siquiera sé quién mierda eres.
Jungkook lo miraba con seriedad, consciente de que había olvidado presentarse antes de abordar el tema del contrato.
—Lo hubieras sabido antes de no ser por tu insistencia.
Respondió Jungkook, reconociendo su falta de cortesía.
Jimin frunció el ceño, sintiéndose aún más confundido por la situación inusual en la que se encontraba.
—¿Qué tan importante eres, eh? En mi puta vida te he visto, además, no disfruto decir con quién tengo sexo y con quién no.
Expresó Jimin con sinceridad, cuestionando la necesidad del contrato.
Jungkook extendió los papeles hacia Jimin, quien los recibió con una mezcla de incredulidad y exasperación.
—¿Jeon Jungkook?
Preguntó Jimin, tratando de recordar si había escuchado ese nombre antes.
El pelinegro asintió, esperando que eso aclare las cosas para Jimin.
—Aahh, no, no sé quién mierda eres.
Respondió Jimin con franqueza, sin darle mayor importancia a la identidad de Jungkook.
Jungkook rodó los ojos ante la falta de reconocimiento por parte de Jimin y explicó la razón detrás del contrato de confidencialidad.
—Mira, no puedo arriesgar mi imagen, soy una persona muy importante, un escándalo de estos arruinaría mi reputación.
Explicó Jungkook, esperando que Jimin comprendiera la gravedad de la situación.
—Ajá, y bueno... ¿quién eres tú? Es curiosidad.
Dijo Jimin, deseando obtener más información sobre el desconocido que parecía atribuirle tanta importancia a su anonimato.
Jungkook chasqueó la lengua, un tanto frustrado por la falta de cooperación de Jimin.
—Bueno, niño, soy dueño y presidente del Grupo Jeon, ¿sabes lo que es?
Preguntó Jungkook, esperando que eso impresione a Jimin y justifique su solicitud de confidencialidad.
Jimin asintió con indiferencia, reconociendo la empresa pero sin mostrar gran interés en ello.
—Si, ¿y?
Respondió Jimin, sin impresionarse por el estatus de Jungkook.
Jungkook frunció el ceño ante la aparente falta de comprensión de Jimin sobre la seriedad del asunto.
—Mira, creo que no entiendes la seriedad del asunto.
Dijo Jungkook, intentando recalcar la importancia del contrato de confidencialidad.
—Claro que entiendo, eres un millonario que le gusta coger sin compromiso, pero para estar seguros de que no te hundan públicamente, haces contratos de confidencialidad.
Respondió Jimin con sarcasmo, mostrando su desdén por la situación.
Jimin tomó la pluma y firmó rápidamente los papeles, sintiéndose molesto por la insistencia de Jungkook pero deseando poner fin a la conversación cuanto antes.
—Bien, ahora me iré.
Dijo Jimin, preparándose para salir de la habitación y dejar atrás aquel encuentro incómodo.
—¿No dejarás tu número?
Preguntó Jungkook, deteniendo a Jimin antes de que se marchara.
—No, gracias, no repito acostón.
Respondió Jimin con frialdad, dejando claro que no tenía intención de mantener contacto con Jungkook.
Y así, Jimin se marchó, dejando a Jungkook con un sabor agridulce en la boca, preguntándose qué había salido mal y si alguna vez volvería a ver a ese intrigante rubio.
[...]
—¡Jimin! ¿En dónde carajos estabas? El desayuno es en diez minutos y tu padre estaba preguntando por ti.
Exclamó la madre de Jimin, interrumpiendo sus pensamientos mientras subían las escaleras juntos.
Jimin le sonrió a su madre, agradecido por su preocupación y su constante atención hacia él.
—Me quedé con Tae, sabes que hago eso cuando salgo a beber.
Respondió Jimin, tratando de justificar su ausencia a pesar de saber que su madre siempre estaba al "tanto" de sus movimientos.
—¡Lo sé! Pero sé lo mucho que deseas ver a tu padre, no quería que te pierdas la oportunidad de verlo.
Dijo la madre de Jimin, revelando su motivo para buscar a su hijo con tanta urgencia.
—¡Oh, te dejé unos trajes limpios y listos en tu cama!
Jimin asintió, agradecido por el gesto de su madre y consciente de que debía apresurarse si no quería llegar tarde al desayuno familiar.
—Gracias, mamá.
Dijo Jimin, expresando su gratitud antes de despedirse y dirigirse rápidamente a su habitación para prepararse.
Una vez en su habitación, Jimin notó las maletas sin desempacar en un rincón, recordándole que acababa de regresar de un viaje y que había mucho por hacer aún.
Sin embargo, decidió posponer esa tarea por un momento y se dirigió directamente al baño para darse una ducha rápida, sintiendo la necesidad de refrescarse y despejarse antes de enfrentarse al día que tenía por delante.
Mientras se duchaba, Jimin no pudo evitar notar las marcas en su abdomen y hombros, recordándole la intensidad de la noche anterior.
Al salir de la ducha, Jimin se vistió con el traje más sencillo que su madre le había dejado, optando por una apariencia elegante pero informal que reflejara su personalidad relajada.
Bajó con rapidez al comedor, donde su padre lo esperaba con impaciencia, listo para comenzar el desayuno familiar y poner en marcha el día.
—¡Pa!
Exclamó Jimin, saludando alegremente a su padre antes de correr hacia él y recibirlo con un abrazo cálido.
—¡Jimin, cuanto te extrañé!
Expresó su padre con sinceridad, abrazándolo con afecto al verlo después de su ausencia.
—Yo también.
Respondió Jimin con una sonrisa, devolviendo el abrazo antes de separarse.
—Vamos, siéntate.
Invitó su padre, indicándole que tomara asiento para comenzar el desayuno.
—Y cuéntame, ¿cómo te fue?
Preguntó su padre con curiosidad, interesado en conocer los detalles de la vida de su hijo.
Jimin le dirigió una mirada risueña, consciente de que siempre había sido el consentido de sus padres, especialmente de su padre, quien lo había mimado y protegido desde que era un niño.
—Bien, la verdad es que me ofrecieron quedarme a trabajar, pero sabes que no podía hacer eso.
Respondió Jimin, recordando la oferta laboral que había recibido durante su viaje.
Su padre soltó una pequeña risa, mostrando comprensión hacia la decisión de su hijo.
—No te preocupes, tú sabes dónde trabajarás desde hoy.
Aseguró su padre, revelando que ya había tomado decisiones sobre el futuro de Jimin.
Jimin se sorprendió un poco por la rapidez con la que su padre había organizado las cosas, considerando que había planeado tomarse un año sabático antes de incorporarse al trabajo.
—Pero... acabo de llegar, ¿sabes? Y quisiera... divertirme en Seúl con mis amigos.
Comentó Jimin, expresando su deseo de disfrutar de un tiempo libre antes de sumergirse en el mundo laboral.
Su padre levantó la mirada y soltó un ligero suspiro nasal, indicando que entendía los deseos de su hijo pero que también había expectativas que cumplir.
—Lo podrás hacer, tienes al chofer disponible, pero tienes que cumplir tus obligaciones como todo un Park.
Declaró su padre, recordándole a Jimin que ser parte de la familia implicaba ciertas responsabilidades.
Jimin asintió, reconociendo la dificultad de tratar de persuadir a su padre y resignándose a aceptar sus decisiones.
—Y casarte.
Añadió su padre de repente, sacando a relucir un tema que Jimin prefería evitar.
Jimin contuvo su frustración al escuchar aquella palabra, consciente de que su padre tenía expectativas sobre su futuro matrimonial.
—Si, sobre eso, no quiero casarme aún.
Respondió Jimin con cautela, mostrando su falta de entusiasmo por la idea de contraer matrimonio en ese momento de su vida.
Miró las tostadas frente a él, perdiendo el apetito mientras pensaba en las implicaciones de un compromiso.
—No te preocupes, si es por el tiempo, yo me encargaré de todo, te haré una lista de las mejores mujeres del país disponibles para que puedas escoger.
Dijo su padre, ofreciéndose a manejar los detalles de su futura boda.
Jimin lo miró con una mezcla de incredulidad y resignación, sintiendo la presión de las expectativas familiares sobre sus hombros.
—No es necesario, yo me encargo de eso.
Murmuró Jimin, indicando que prefería tomar el control de su vida amorosa.
Tomó un sorbo de su café amargo, buscando consuelo en el sabor, mientras trataba de procesar la conversación con su padre.
—Bien mi niño, y hay algo más que tenía que decirte.
Continuó su padre, cambiando de tema y revelando otra obligación que Jimin tendría que cumplir.
—¿Más?
Susurró Jimin, sintiendo que su paciencia se agotaba mientras escuchaba las nuevas demandas de su padre.
—Hoy hay una cena de la Fundación Kim, y como sabes, nuestra empresa es accionista.
Informó su padre, explicando la razón detrás de su próxima obligación social.
Jimin forzó una pequeña sonrisa, preparándose mentalmente para lo que vendría a continuación.
—Claro, ahí estaré, solo dime la dirección.
—No, no, nada de eso, irás con nosotros en la limusina, sé que tu fortaleza no es ser puntual.
Dijo su padre, indicando que ya había organizado los detalles logísticos para la cena.
—Sí, padre.
Respondió Jimin, aceptando su destino mientras se preparaba para enfrentar una noche de compromisos sociales y altas expectativas familiares.
[♤♡]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro