Capitulo 2
Yosafire antes de irse a su paseo nocturno decidió escribir en su diario lo que le había sucedido en el día. Cosa que hacía al igual que todos los días.
Las estrellas se podían ver claramente y eso avivaba las ganas de Yosafire por salir. Sin el consentimiento de Froze naturalmente.
Mientras Yosafire caminaba en dirección al Jardín podía sentir cada vez más frío y mientras más avanzaba se lamentaba por el hecho de no haber llevado una chaqueta con ella, o algo abrigado.
Al pasar del tiempo Yosafire podía notar que había algo o alguien cerca de ella por lo que miro hacia su lado derecho, y ahí se encontraba un murciélago en llamas.
— Sr. Murciélago está ardiendo — dijo con preocupación Yosafire al ver a aquel extraño murciélago.
El murciélago no decía nada y eso le preocupaba a Yosafire. Unos segundos después de un silencio que irradiaba miedo, el murciélago se comenzó a acercar a la demonio.
— ¿Que? Hace calor — Yosafire se comenzaba a preocupar por aquel ser en llamas.
El murciélago empezó a atacar a Yosafire quemándola y mordiéndola.
Yosafire no podía lidiar con aquel ser por lo que decidió llamar por ayuda. Saco su celular esperando que le respondieran.
— ¿Hola? Oye, ¿tienes hora idea de lo tarde que...? — antes de poder continuar Yosafire interrumpió a su más preciada amiga.
— ¡Ayúdame Froze! — decía entrecortado mientras lloraba — El Jardín — finalizó la llamada.
Froze preocupada por su amiga se encaminó al lugar que le había dicho "El Jardín" ella no entendía que pasaba pero sabía que Yosafire estaba en peligro por lo que corrió lo más rápido que sus piernas le permitían.
Yosafire se encontraba en el piso con varias heridas y mucha sangre alrededor de ella.
— ¡Yosafire! Mantente despierta — dijo mientras curaba a medias a su muy mal herida amiga que poco a poco empezaba a cerrar sus ojos.
Al abrir sus ojos. Yosafire se dio cuenta de que ya había amanecido y estaba en su casa recostada en su cama.
Se levantó con un poco de dificultad, pero aun así no se sentía tan mal. Salió de su habitación y encontró a Froze sentada en la silla del comedor esperando a que Yosafire se levantara.
— ¡Oh! ¡Froze buenos días! — saludó a su amiga despreocupadamente como si no hubiera pasado nada.
— ¡Yosaf! ¿Cómo estás? — pregunto Froze un tanto preocupada por la salud de su amiga.
— Bien como puedes ver.
— No deberías de ser tan imprudente — Froze se resignó al ver la actitud de su amiga — Ya que te estás recuperando no me gustaría presionarte pero me gustaría que le dijeras a Etihw y Kcalb los detalles del evento.
— ¿Y eso por qué? — Yosafire puso cara de confusión al escuchar lo que dijo su amiga.
— Seria bueno investigar qué era la cosa que te ataco.
— Si, jamás había visto un murciélago así — dijo Yosafire pensativa.
— Bien, vamos al castillo Blancblack — Froze se paró para dirigirse a la puerta.
Mientras caminaban camino al castillo Blancblack. Yosafire se puso a pensar en lo que ocurrió hace apenas unas pocas horas.
Ella estaba segura de que había sentido como si alguien la mirase, ese momento que sintió otra presencia aparte de aquel murciélago en llamas, pero tal vez tan solo era su imaginación y no debería preocuparse por eso.
Antes de que se diera cuenta, Yosafire y Froze ya habían llegado al castillo Blancblack listas para decirles a Etihw y Kcalb lo que había sucedido en el Jardín hace unas horas.
Tocaron la puerta pidiendo permiso para entrar a lo que recibieron a los segundos la confirmación para pasar.
— Etihw, he traído a Yosaf — dijo Froze dirigiéndose con respeto a su diosa.
— ¿Como estas Yosafire? — pregunto tiernamente Etihw.
— Super bien — respondió con alegría.
— Entonces tengo que preguntarte algo, ¿Que fue exactamente lo que te ataco en el jardín?
— Un murciélago en llamas — respondió tranquila — Me araño y mordió, y escupió fuego, ¡y realmente dolió!
— ¿Había algo más?
— Bueno, estaba bastante concertada en escapar del murciélago.. — hizo una breve pausa para pensar — Pero recuerdo haber sentido otra presencia aparte y no creo que haya sido otro murciélago — dijo dudando un poco de sus palabras.
— Gracias, curare lo que aún no ha sido curado — hizo un movimiento con sus manos y al instante curó a Yosafire.
— ¡Increíble! No duele para nada — exclamo alegre.
— Ten cuidado — dijo Etihw sosegada.
Agradeciéndole a Etihw, las dos chicas salieron de la habitación. Etihw y Kcalb decidieron investigar sobre aquel asunto pidiéndole así a Wodahs que fuera al Jardín para buscar algún indicio de que pudo haber sido y de donde salió aquel ser.
Mientras Yosafire escribía en su diario sobre lo qué pasó en la noche, se acordó de que al día siguiente tendría que ir a la escuela y entregar su tarea, la cual no la había hecho. Pidiéndole ayuda a su ángel favorito se dirigieron a la biblioteca para hacer la tarea de historia.
Mientras Froze ayudaba a Yosafire con su tarea de historia, Yosafire vio algo que era muy difícil de procesar para ella.
La historia de el mundo en el que vivían tranquilamente ángeles y demonios no siempre fue pacífica, antes eran enemigos mortales; entidades opuestas. En el presente viven en paz, algo que muchos mundos no podrían tener ni en sueños.
— ¡Eso no puede ser! — exclamo Yosafire aun sin poder creer que antes ángeles y demonios fueran enemigos.
— Somos entidades opuestas — le recordó Froze — No quedaron restos del pasado, así que solo pocos saben de ese entonces.
Terminando de contar la historia, Yosafire y Froze se dirigieron a la salida de la biblioteca en lo que se encontraron con Dialo, Chelan, Rawberry y Macarona la cual corría de Rawberry que sostenía un ciempiés para poder asustarla.
Así Yosafire y sus amigas pasarían días tranquilos o eso esperaban.
Al finalizar el día, cada una se dirigió a sus casas para poder descansar bien para el día siguiente en el cual iban a haber clases.
Yosafire se despertó sintiendo como la llamaban a la lejanía.
— ¡Yosafire!
Yosafire se levantó rápido reconociendo la voz que gritaba su nombre.
— ¡Buenos días Froze! — dijo la demonio luego de cambiarse y ponerse su pequeño gorro en su cuerno derecho, y se dirigió a la puerta para encontrar al ángel rubio.
— ¿Sabes cuantas veces te he llamado? - dijo un poco furiosa — Rápido que tenemos que ir a a la escuela.
Las dos chicas corrieron hacia la escuela esperando no llegar tarde.
— Yosafire, ¿trajiste tu tarea? — pregunto la profesora Grief sabiendo cual sería su respuesta — Ven a verme después de clases — dijo con una sonrisa luego de ver la expresión de Yosafire.
— Noooooooooooooooooooo — lloriqueó Yosafire.
Terminada las clases Yosafire tuvo que arrancar la mala hierba en compañía de Froze la cual la amenazaba con irse si no se apuraba.
Rawberry había decidido faltar a clases y una vez terminaron las clases fue a buscar a Macarona para ir a la cueva pasando Parque Manzana.
— ¿Vamos a casar orugas de nuevo? — pregunto Macarona con pesar.
— No, vamos a la cueva pasando Parque Manzana — respondió alegre.
— Como tú digas — dijo poco convencida.
Las dos chicas cruzaron Parque Manzana y llegaron a la cueva.
Entraron.
Continuaban caminando por la cueva y luego de un tiempo llegaron al fondo de la cueva. Allí se encontraba un gran agujero en el medio, y en la pared habían unos símbolos.
— ¡Auch! Se me entró una roca en el zapato — dijo Macarona volteándose para sacar la roca de su zapato.
Rawberry estaba al frente de ese agujero y cuando Macarona se volteó salió un murciélago en llamas. Rawberry no tardó casi nada en tomarlo entre sus manos y comerlo.
— ¿Que te estás comiendo? — dijo Macarona con un poco de asco al ver que tenía sangre en su ropa y su cara — No te comas lo que encuentres por el suelo. Por favor.
— Murciélago en llamas — trató de responder Rawberry pero no se le entendió nada.
— Como sea. Vámonos de aquí — dijo Macarona con mucho asco.
Las chicas salieron de la cueva y se dirigieron al Jardín Gris.
Yosafire terminó de sacar las malas hierbas y le informó a la profesora Grief. En el camino hacia su casa pudo ver que detrás de la escuela había una persona y un murciélago.
— ¿Ese es el murciélago que me atacó? — dijo en voz baja.
El chico que estaba al lado de el murciélago en llamas era un demonio, uno el cual Yosafire jamás había visto antes.
El demonio estaba hablando con el murciélago llama de que tenían que reportar sobre algo, más sin embargo no escuchaba muy claro a la distancia que se encontraba.
Éste llevaba unas gafas de sol y como estaba un tanto lejos de ella no la veía. Yosafire se quedó estática al ver a esos seres que probablemente no eran de su mundo, giró para ver si había alguien más aparte de el murciélago y el demonio pero no pudo encontrar a nadie más.
Se giró para ver nuevamente para ver al demonio pero ellos ya no se encontraban allí.
— Se fueron, ¿adonde se fueron? — se cuestionó — ¿Tal vez fueron al Jardín?
Yosafire corrió hacia el Jardín pero se topó con las chicas reunidas conversando.
— ¡Malas noticias! ¡Había una cosa rara! — dijo tan rápido que no le entendieron — Como sea ¡vamos! — dijo apurada.
A pesar de que las chicas no le entendieron a Yosafire de que hablaba decidieron seguirla ya que se veía muy desesperada.
Las chicas se dirigieron al Jardín casi corriendo.
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