⇁ 039 (guiño guiño)
Nota: no tengo ni un gramo de experiencia personal en el sexo, pero gracias a mis infinitas lecturas de one-shots, mangas, novelas y mas que contienen lemon, he podido redactar esto.
Es un cap de casi 3000 palabras, espero lo disfruten cochinotas, las amo y gracias por leerme <3
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- Has tenido un día estresante -sonrió Kayden tomando su mano para besar sus dedos de manera coqueta- ¿Qué dices si nos relajamos?
Amira asintió ruborizada ante el acto lascivo de su novio, si bien esta sería su primera vez uniéndose a un hombre de manera carnal, no significa que sea una ignorante y no sepa que hacer.
No tenía miedo porque era Kayden con quien lo haría, asi que solo dijo que si. Porque ella ansiaba más de él.
Y ante la afirmativa de su novia, el Break sonrió aún más mordiéndose el labio inferior. Sin perder el ambiente, comenzó a besar desesperadamente a Amira, obligándola a abrir de más su boca para introducir su lengua.
- Aun si quieres hacer esto, nos detendremos cuando tú digas -dijo agitado entre medio del beso mientras le sacaba la chaqueta- No importa si ya estamos haciéndolo, solo dime "no" y me detendré.
Amira se sonrojó aún más ante sus palabras y con sus manos lo atrajo hasta que sus pechos chocaron sin detener el ardiente intercambio de saliva.
No se necesitó más palabra para confirmar que esto era algo que ambos ansiaban.
Kayden la tomó de la cintura con un solo brazo y la hizo sentarse sobre sus piernas sin romper el beso, para luego sacarle la camiseta y colocar ambas manos sobre sus glúteos, asi amasarlos a su gusto.
Con un suspiro entrecortado, Amira dirigió sus dígitos hacia el pecho de su pareja para ir desabrochando cada botón de aquella camiseta negra que estorbaba.
Para quedar en iguales condiciones, Kayden llevó una de sus manos hacia el gancho del sostén de la chica para abrirlo sin dificultad, dejando sus pechos libres.
Inmediatamente, su boca se separó de los labios rojos de su novia y descendió con besos húmedos desde su mandíbula hasta llegar a su pecho izquierdo, donde no tardó en engullirlo con delicadeza, pero con la clara desesperación de probarla.
Ante la sensación de su lengua rodeando su pezón erecto y la excitante presión entre sus partes inferiores, la albina soltó un débil gemido que cubrió con su mano al parecerle un gesto vergonzoso.
- No hagas eso -gruñó Kayden dando un fuerte apretón en su glúteo derecho- He puesto una separación espacial asi que quiero escuchar lo bien que te hago sentir, pero tampoco que otros te escuchen.
- Nadie me escuchará -suspiró cuando fue recostada nuevamente en la cama, sintiendo como sus senos rebotaban ante el movimiento- Porque yo solo me muestro asi ante ti.
- Asi me gusta -sonrió orgullo poniendo sus manos en el borde del pantalón de la chica- Levanta las piernas.
Acatando su orden, vio como el hombre en un solo movimiento le sacó ambas prendas inferiores, dejándola completamente desnuda y con un gran sonrojo de vergüenza.
Y antes de que pudiera cerrar sus piernas ante la mirada intensa de Kayden, este la tomó de las rodillas y le impidió que le tapara la vista.
- Quédate asi.
Ante la voz gruesa de advertencia, la chica se mantuvo en aquella posición con sus manos sobre su cabeza, viendo como su pareja separaba más sus piernas para inclinar su rostro hasta su húmeda entrada.
- ¿Qué e-estás...?
En vez de terminar la pregunta soltó un chillido de sorpresa cuando sintió la presión de su lengua en su pequeño montículo.
Kayden sonrió arrogante al verla estremecer y jadear ante su toque, dándole una descarga a su miembro erecto, que estaba deseoso por liberarse y sentir el interior de su chica.
Envolvió sus labios con hambre sobre el clítoris de Amira y dirigió dos dedos hacia su entrada, los cuales introdujo con facilidad debido a los fluidos que expulsaba por los exquisitos movimientos del varón.
Sus labios continuaban chupando su centro con devoción y su lengua se encargaba de recibir su humedad con gusto mientras que sus dedos bombeaban hacia arriba y tocaban su punto dulce haciéndola gemir y temblar de placer.
Bastó un cambio de velocidad de sus movimientos para que Amira tirara hacia atrás su cabeza con sus manos atrapando con fuerza el cabezal de la cama, soltando un gran gemido con el nombre de su hombre al momento de liberarse por completo.
Sintiendo los espasmos del intenso orgasmo, Kayden sacó con lentitud sus dedos y dio una larga lamida para recoger sus líquidos.
Mientras ella se recuperaba, se puso de pie para desabrocharse con habilidad su pantalón y lo bajo completamente, dejando ver su gran erección aprisionada por su bóxer.
Kayden sentía como su miembro rogaba con ser liberado, y es que tener a la mujer que ama desparramada en la cama con su entrada aun expulsando los restos de su orgasmo y sus pechos moviéndose ante su respiración agitada lo dejaba en un estado que solo deseaba hundirse en ella en todas las posiciones que conoce hasta que únicamente recuerden sus nombres por todos los gemidos que darán.
Con aquel pervertido pensamiento, sonrió con arrogancia y se sacó el bóxer para liberar su miembro, asi luego tomarlo entre su mano diestra y comenzar a bombearlo.
Inmediatamente sus ojos azulados de desplazaron hacia Kayden, sorprendiéndose levemente al ver el tamaño, pero aun asi movió sus piernas para que este tuviera más acceso, lista para recibirlo solamente a él.
El calor de su vientre aumentó mucho más al verlo desnudo sobre ella. Parecía una bestia con su mirada, su pecho subía y bajaba por su respiración agitada, la punta de su erección goteaba con líquido pre seminal y sus brazos se tensaban por sostener su peso.
- Hazlo -rogó Amira en un suspiro, colocando sus manos alrededor de su cuello- No te contengas.
Un gruñido atravesó su garganta al verla completamente dispuesta para él. Sus labios no dudaron en unirse con los de su mujer en un sediento beso, donde sus lenguas se movían desesperadamente a la vez que Kayden se alineaba para ingresar lentamente su punta.
Aun si era su primera vez, Amira no se quejó en lo absoluto por la molestia de la intrusión, pero si clavó sus uñas en la nuca y hombros de Kayden, atrayéndolo hacia ella para pegar sus pechos en sus pectorales.
- Mia -dijo mordiendo su labio inferior y dando una embestida que terminó por hundirlo por completo- Tu cuerpo, mente y corazón. Todo es mío.
- K-kayden -gimió arqueando su espalda al sentirlo abrirse paso.
El pelinegro oscureció su mirada y tensó su mandíbula cuando su pene fue abrazado por las paredes internas de la chica.
Se sentó sobre sus rodillas para mirarla desde arriba con posesividad, tomando los muslos de la albina con sus manos y asi dejar las marcas de sus dígitos en la suave piel de ella.
- ¿Me has escuchado? -preguntó, empujando nuevamente con fuerza hasta tocar el fondo- Respóndeme.
La respuesta fue un dulce gemido salido de sus labios entreabiertos por la embestida exquisita que la golpeó.
Complacido de tenerla en ese estado, Kayden inició con sus estocadas profundas y lentas para dejarle en claro quién era el que le estaba dando placer.
Su paciencia no era su mejor cualidad, asi que no tardó en mover su pelvis en un vaivén feroz, donde su miembro entraba y salía con fluidez sin dejar un solo espacio vacío mientras sus manos apretaba aún más los muslos de Amira.
Sus oídos eran inundados por los jadeos y gemidos de la albina, entrándole unas incontrolables ganas de unir sus labios hasta que su lengua se acalambre, pero escuchar esos deliciosos sonidos con su nombre se lo impedía.
Aquella escena de ella totalmente expuesta, con sus pechos revotando a cada embestida, sus labios entreabiertos y sus manos agarrando el cabezal de la cama con su cabeza tirada hacia atrás lo ponía tan caliente que solo quería seguir hasta que ambos caigan desmayados del agotamiento.
Al notar como las paredes de su interior se contraían con más fuerza, Kayden la hizo enrollar sus piernas en su cadera para inclinar hacia ella y aumentar sus embestidas para ir con más profundidad. Sus labios se encontraron en un ardiente beso y sus manos se entrelazaron sobre la cabeza de la chica, escuchando de fondo el chapoteó que causaba el choque entre pieles e intercambios de fluidos.
Amira sentía que se desmayaría en ese momento por todo el placer que estaba recibiendo. Su interior estaba siendo profanado de la mejor manera, su cuello, senos y clavículas eran marcados constantemente con mordidas y chupones mientras que de su boca únicamente salían obscenos sonidos.
Y no podía describir el sentimiento satisfactorio que la azotó cuando Kayden empujó una última vez, enterrándose hasta tocar fondo y llenarla por completo de su propio líquido al momento de llegar a la cúspide del placer en sincronización.
- Maldición -gruñó Kayden con su respiración agitada.
- Eso fue... -balbuceó Amira en el mismo estado.
- Jodidamente bueno -completó con una sonrisa arrogante- Y caliente.
Viéndola sonrojada por sus palabras, se sentó sobre sus rodillas y retrocedió para salir lentamente de ella, dejando ver como los fluidos de ambos se mezclaban y escurrían de su entrada.
- Mierda -chasqueó la lengua, molesto consigo mismo- No me puse...
- No te preocupes -dijo ya recuperada- Coloqué mi energía alrededor de mi útero, asi que no hay riesgo alguno... Ser una curandera tiene sus beneficios.
- Wow -murmuró asombrado, pero luego cambio su mirada a una picara- Eso es aún mejor, no hace falta que me contenga.
Amira sonrió sonrojada viéndolo recostarse a su lado con su grande mano acariciándole sus blancos cabellos con adoración.
- Te amo -dijo repentinamente, mirándola con ojos brillante.
- Yo también te amo, Kayden, mucho -rio con sus mejillas coloradas.
- Lo sé -bufó arrogante- ¿Quién no?
Por la respuesta, Amira dirigió sus ojos hacia él con seriedad y disminuyendo su sonrisa. Repentinamente un pensamiento había atravesado su cabeza que encendió un sentimiento que no creía tener.
Por como la trató durante esa ronda de sexo se notaba que Kayden tenía experiencia en las relaciones sexuales. Y eso le molestaba por algún motivo que se negaba a creer.
- Todos me aman, es inevitable -siguió el azabache sin notar la mirada de la chica- Pero sus sentimientos me valen lo mismo que tu hermano, una mierda. Total, el tuyo es el único que me interesa y...
Sus palabras se vieron interrumpidos cuando la vio subirse sobre su regazo. Amira se posicionó justo sobre su miembro y desplazó sus delicados dedos por todo el pecho de Kayden hasta llegar a su abdomen, repitiendo esta secuencia una cuantas veces sin quitarle la mirada de encima.
- No quiero que otra persona te ame, solo yo puedo hacerlo -dijo con un pequeño mohín- Solo yo puedo amarte con todo de mi y tenerte de este modo.
A pesar de tener un diminuto rubor de vergüenza por sus palabras, se notaba que la personalidad introvertida y tímida de la chica había desaparecido por completo, dejando ver otro lado de ella que no conocía, pero si lo encendía.
¿Y cómo no? Si Amira estaba sobre él completamente desnuda con diversas marcas de chupones y mordidas por todo su cuerpo, su cabello blanco desordenado caía por su espalda y sus ojos azules lo miraban con intensidad, sin contar las caricias que le brindaban con sus pequeñas manos.
- ¿Ah, si? -jugueteó acariciando los muslos de ella.
En respuesta, Amira se inclinó levemente con sus manos apoyadas en cada hombro de Kayden y comenzó a moverse en círculos lentamente sobre su miembro.
- No hagas eso -advirtió tomándola del trasero.
Ella clavó sus uñas con poca fuerza para darle a entender que no se detendría y continuó con sus movimientos circulares, sintiendo como su pene se levantaba.
Sus iris azules captaron como apretaba su mandíbula y tiraba su cabeza hacia atrás, dándole pase libre a que bese con lentitud su nuez de adán.
Sus caderas mantenían su ritmo torturador mientras sus labios rosados se desplazaban para dejar chupones y pequeñas mordidas a lo largo de las clavículas y cuello de Kayden.
Orgullosa de su obra de arte de colores violáceos y rojizos, Amira sonrió complacida y se irguió para apreciarlo igual de agitada que él.
Kayden tenía un leve rubor en sus mejillas, sus manos apretaban con tanta fuerza sus glúteos que estaba segura de que quedaría con su forma impresa por un largo tiempo, su pecho subía y bajaba con agitación, y las marcas que le hizo con anterioridad le daban un toque que encendía a Amira.
- Mierda, no me tortures asi -pidió en un gruñido.
Por el pedido, la chica no tardó en tomar entre su mano el miembro de su pareja para masturbarlo un poco, asi luego alinearlo a su húmeda entrada.
Al sentir como era invadida lentamente cada vez que bajaba, Amira dio un suspiro entrecortado. Se necesitó un poco más de presión para bajar por completo, sintiendo como sus paredes internas se contraían ante la interrupción deseada y como su miembro la llenaba entera sin dejar un espacio vacío.
- Kayden -lo llamó subiendo su cadera para luego bajar con lentitud.
- ¿Si? -devolvió embobado ante su movimiento.
- Mírame -ordenó excitada, repitiendo su acción con un poco más de fuerza- Quiero que me mires.
El varón desplazó su mirada de la unión entre sus cuerpos y la elevó hasta encontrarse con los iris azulados de la chica.
Ella sonrió con un toque de orgullo cuando conectaron sus miradas, y con su objetivo realizado, subió la intensidad de sus saltos.
Sus manos estaban apoyadas en los pectorales de Kayden y cada tanto lo arañaba, su cadera subía y bajaba rítmicamente provocando que sus senos revoten, que los gemidos de ella se escapen de su boca junto a los jadeos y gruñidos de su novio y que la habitación se llene del sonido del choque entre pieles.
- Kayden -gimió melodiosamente, inclinándose para unir sus bocas sin detener sus saltos- Di mi nombre, Kayden.
- ¿...Qué? -soltó aturdido, esa posición era todo lo bueno del mundo para tenerla de esa manera a su mujer. Y verla darse placer y en un estado de dominación lo dejaba completamente duro y sentía que acabaría en ese momento, parecía un adolescente inexperto.
- Di mi nombre -repitió mordisqueando el lóbulo de su oreja- Quiero escucharte decir mi nombre, solo el mio.
- A-amira -dijo en un jadeo- Joder.... Amira.
- Sigue asi, mi vida -ordenó contra sus labios, besándolo con pasión y aumentando la rapidez de sus movimientos.
- Amira -volvió a decir más que excitado, apretando con más fuerza el trasero de ella para ayudarla moverse- Amira...
La chica envolvió sus brazos alrededor del cuello de Kayden para sostenerse cuando este se sentó sobre la cama para intensificar sus saltos.
Los gemidos de ella eran tomados por la boca del joven y sus pechos se apegaron al de él para rozarse entre si por el movimiento continuo.
- Kayden -suspiró tirando su cabeza hacia atrás cuando sintió como pronto llegaría, y su estado empeoró al momento que el Break azotó con una de sus manos su trasero.
- Amira -devolvió lamiendo uno de sus pezones y viéndola de reojo.
Fueron unas cuantas subidas y bajadas las que bastaron para que el varón la sujete con fuerza de la cadera hasta hacerla bajar por completo, golpeando con la punta de su miembro el fondo de su interior y descargándose por completo mientras que ella lo apretaba por su intenso orgasmo y daba un grito complacido.
- No conocía esta fase tuya -dijo Kayden recuperándose y acariciando la espalda de la chica mientras la elevaba un poco asi sacar su miembro chorreante de su interior- Me gusta.
- ¿Te lastimé? -preguntó avergonzada viendo las marcas que le hizo. De pronto toda su fase de dominante se esfumó- Lo siento...
- Nah, no te preocupes -le restó importancia recostándose en la cama con ella encima de su pecho- De todos modos yo te dejé peor.
- Es un empate entonces -rio divertida apoyando su barbilla para verlo mejor.
- Ahora... ¿qué fue eso de "mi vida"? -preguntó burlón.
Amira se ruborizo por completo y escondió su rostro en la curvatura de su cuello, totalmente avergonzada.
- Vamos -jugueteó Kayden acariciando su trasero con cariño, se sentía algo culpable de dejar sus manos marcadas- Dilo otra vez.
- No -murmuró con timidez, aumentando el rojo en las puntas de su oreja.
- Vamos... -la alentó besando su cien- Amor.
La chica abrió sus ojos sorprendida ante el apodo y no contuvo su sonrisa, asi que tomó valor y elevó su rostro para conectar sus miradas.
- Mi vida -dijo sonriente y dándole un pequeño beso en la nariz.
- Mierda, eso suena genial -sonrió como un tonto- Sigue diciéndolo.
- Mi vida -repitió besándolo por toda la cara.
- No me provoques -dijo tomándola de la nuca para detenerla y rozar sus labios- Porque después no me detendré.
Amira tragó saliva cuando sintió como el miembro de Kayden comenzaba a endurecerse hasta rozar su trasero.
Agradecía que ambos eran despertados con una gran reserva de energía y no se cansaban fácilmente debido a su enorme resistencia. Es más, consideraba que ni siquiera se cansarían, después de todo uno de ellos era un despertado que podría ser considerado un top 10 del ranking mundial y la otra era una curandera con regeneración.
Será una larga noche, pero no tenía ninguna queja.
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