⇁ 037
Todos los estudiantes veían como los coreanos se involucraban en una batalla extremadamente peligrosa, todo para ganar tiempo.
Incluso Gangseok se había unido, y hubiese recibido el fuerte impacto del Seísmo de no ser por la barrera de la Eresby.
- ¡Magnifico, vengan todos a enfrentarme! -rio fuertemente el hombre- Siéntanse con la libertad de atacarme con todo lo que quiera. Quiero darles la oportunidad de defenderse antes de matarlos... Aunque, cuanto más se resistan, más dolorosas serán sus muertes.
Amira miraba todo desde el suelo cercano a ellos, pasando desapercibida gracias a su pequeño tamaño que se camuflaba entre todos los escombros.
Su mirada captó como Gangseok atacaba al hombre con técnicas de batalla cuerpo a cuerpo para luego alejarse y permitir que el ataque combinado de los otros coreanos impactara en el enemigo.
Sin embargo, el rankeado no tenía un solo rasguño, parecía que fue una caricia lo que le dieron.
- Nuestro ataque combinado... no funcionó –murmuró Subin perpleja.
- ¡¿Por qué esas caras de sorprendidos?! -preguntó burlesco- ¡¿Acaso pensaron que sus ataques podrían hacerme daño?! ¿A mí, que estoy en el ranking mundial?
Amira tragó saliva asustada al sentir la presión que ejercía ese hombre solamente con su energía.
- Bueno, supongo que ahora es mi turno.
A una velocidad increíble, el rankeado se acercó a Gangseok con el puño en alto para golpearlo. Sin embargo, su ataque quedó obstruido al entrar en contacto con una capa de color blanco brillante que protegía al pelirosa.
Cuando la capa de humo se disipo en su totalidad, los presentes pudieron apreciar como en un costado se encontraba una jovencita de abundantes cabellos blancos y ojos azules con su mano diestra extendía en dirección del enemigo, dando cuenta que era ella quien creó el escudo.
- Tal vez si yo me uno duremos más tiempo –dijo con una sonrisa algo temerosa.
Aquella melodiosa voz con toques de miedo resonó por el coliseo, haciendo que todos giren su vista hasta la chica con sorpresa.
- ¿Darice? -soltó Arthur en un susurro al ver la espalda de la chica.
Las exclamaciones de todo tipo no se demoraron en aparecer al escuchar ese nombre que consideraban prohibido, comenzando a sentir la presión el aire por aquella presencia.
- ¡Vaya, vaya, pero si es la famosa princesa de los Grane! -rio el hombre- ¡La infame traidora ha mostrado su cara luego de tanto tiempo! ¡Tienes agarras como para venir hasta aquí!
Amira tragó saliva nerviosamente pero aun asi se mantuvo en su lugar sin bajar su guardia en caso de volver a rehacer una barrera.
- ¡Darice Grane! -gritó el director- ¡Después de que te perdonaran la vida! ¡¿Has venido aquí como si nada?! ¿¡Crees que somos un chiste!?
- ¡No es tiempo de hablar sobre eso! –gritó, haciendo callar a todos por un tono que nunca escucharon- ¡Luego podrán juzgarme, pero ahora lo importante es salir con vida!
- ¡Esto es muy divertido! –rio el rankeado- ¡Muy bien, esto se pone más interesante!
- ¡Chicos! –los llamó- ¡Sigan luchando, yo me encargaré de la defensa!
- No sé de que les servirá eso, un simple escudo no podrá bloquear esto -se burló el hombre elevando su mano para lanzar otro ataque- Pero bien, dejaré que se defiendan, me emociona ver lo que son capaces.
Amira no bajó su mirada y aplaudió, creando con destreza veloz un gran campo de fuerza que protegió a sus amigos y algunos del top 10 que se encontraban cerca de ellos, impidiendo que el ataque los lastime un solo cabello.
- ¿"Un simple escudo"? -repitió Amira viéndolo con el ceño arrugado- No subestimes las enseñanzas de mi maestro.
Antes de que el hombre diga una sola palabra, la chica deshizo el escudo para darle pasada a los ataques de sus amigos.
Los golpes de los coreanos impactaban el hombre y este no podía siquiera herirlos debido a las pequeñas barreras que creaba Amira cada vez que él intentaba atacar o cuando logra herirlos estos se regeneraban debido a la marca.
Todos veía la asombrosa sincronización y trabajo en equipo de esos adolescentes. Y estaban mas impactado debido a que tenían en frente a quien fue su compañera protegiéndolos y no estando del lado de Frame.
Por su parte, Amira movía sus manos con increíble habilidad y manejo para crear los escudos por toda el área dependiendo del ataque del hombre, impidiendo que sus amigos salgan heridos y que a la vez puedan atacar.
Y desde atrás, Duke veía la espalda de su hermana con odio, haciendo que aprete sus puños y dientes; pero tuvo que mantenerse en su lugar para evitar levantar sospechas, después de todos, los Seísmos acabarían con todos ahí.
- ¡Malditos bastardos! –bramó el rankeado lanzando un ataque que hizo que todos se alejaran, para luego mirar furioso a Amira- Tú eres un problema, te iba a dejar viva para que seas la perra de Frame y nos trates debido a tu buena habilidad, pero me has cansado.
A una velocidad que le fue imposible de esquivar, Amira salió disparada hacia el otro lado del coliseo debido al fuerte golpe en su pecho provocado por el hombre. Y sin darle tiempo a regenerarse, sintió como era tomada por el cuello para ser elevada a la altura del rostro del varón.
De repente, toda su cara se estampó contra el suelo con despiadada fuerza, repitiendo esa acción dos veces más hasta dejarla con grandes cortes en el rostro mientras aquel líquido rojizo chorreaba en grandes cantidades.
- Si te regeneras, todo será más difícil -dijo sonriendo malvado mientras la levantaba para verla a la cara.
Los ojos azulados de la menor no se cerraron a pesar de la sangre bajando y los dirigió hacia sus amigos para que captaran la indirecta. Cuando vio que entendieron y comenzaron a preparar el gran ataque de siempre, Amira elevó su mano diestra hasta finalmente tocar el rostro de su captor.
- ¿Te piensas que curar es lo único que algo? -preguntó con una sonrisa adolorida.
Todos los presentes miraron con la boca abierta como el rostro del atacante comenzaba a despellejarse y a sangrar lentamente.
"Recuerda esto, Amira. Si puedes regenerar células, también puedes destruirlas"
Con las palabras de su maestro Kartein, la albina continuó apretando su mano contra la cara del hombre para seguir impregnando su energía en él con la intención de seguir con su técnica de ataque, que consistía en despedazar las células de la piel desde el interior.
- ¡Maldita perra! –insultó el hombre con dolor.
El cuerpo de Amira fue lanzado con increíble fuerza hacia una dirección cualquiera, agradeciendo internamente a Gangseok por tomarla en brazos antes de tocar las paredes y recibir más daño.
Soltando un quejido adolorido mientras se sentaba aun en los brazos del Choi, comenzó a regenerarse rápidamente con su vista en Jiwoo, quien preparaba su tan famoso ataque explosivo.
- Hazlo, acaba con ese bastardo –sonrió Jisuk dándole de su atributo de viento.
Mientras Subin congelaba al hombre y Wooin lo atacaba, Amira activó su marca en Jiwoo para darle más energía y asi el ataque tenga más potencia.
Cuando el grupo dio todo su poder al Seo, este arremetió con su máxima potencia hacia el rankeado, estampando su puño en todo el pecho.
Amira elevó sus brazos hacia el frente para que la gigantesca onda explosiva no llegue hacia ella y sus amigos, siendo acompañada por los demás estudiantes para protegerse de todo ese poder.
Sin embargo y como lo esperaban, esa técnica no funcionó con un rankeado del nivel mundial.
- ¿¡Te atreviste a atacar a un rankeado?! –gritó tomándolo del cabello y estampándolo en el suelo.
- ¡Jiwoo! –gritaron sus amigos.
Amira no dudó en colocar más energía en su amigo a través de la marca, curando lentamente sus heridas que volvían a ser abiertas por el hombre. Se odiaba en ese momento por no tener la suficiente energía para sanarlo más rápido.
- No importa que tantas veces te cures –habló pisando el pecho de Jiwoo y viéndolo regenerarse- Te voy a pisar hasta que aplaste tu corazón. Poco a poco... vas a sentir como tu núcleo de fuerza se va quebrando.
- ¡No! –bramó Inhyuk desesperado.
Y antes de que el Seo sea herido de más, una impotente explosión surgió del techo del coliseo, destruyendo todo el edificado.
Un poderoso rayo de color azul se abrió paso por todo el edificio hasta llegar al rankeado que hería a los adolescentes.
Cuando la nube de humo se desapareció por completo, se pudo ver como Kayden Break sostenía a su discípulo en su brazo como un costal y su pie se estampaba en el rostro del atacante.
La chica elevó lentamente su rostro hasta toparse con la espalda de un hombre con cabellera albina y puntas celeste que se alzaba delante de ella y sus amigos, haciendo que sus ojos se humedezcan.
Sin dudarlo, se puso de pie y corrió hasta Kartein con intención de abrazarlo, pero al ver la situación en la que se encontraban, solo se limitó a colocarse a una corta distancia de él.
- U-usted vino... –susurró.
- Claro que vine -suspiró palmeando su cabeza para luego mirar al frente con una expresión fría.
- ¿Kayden... Break? -pronunció el director.
Amira sacó su cabeza por sobre el hombro de su maestro y pudo apreciar como su pareja miraba con odio al hombre debajo suyo.
- Kayden -lo llamó con lágrimas en los ojos mientras se movía al costado para apreciarlo mejor.
- Perdón por tardar, bonita -dijo girando su rostro y suavizando su mirada, pero aun asi su voz se escuchaba con una gran carga de odio- Prometo que me encargaré de estos idiotas que te tocaron a ti y a Jiwoo.
- Es-espera -interrumpió el hombre- ¿Por qué me atacaste?
- ¿Y todavía lo preguntas? –bramó con ojos fríos.
Tras decir aquello, la energía eléctrica apareció nuevamente en un aterrador rayo que impactó nuevamente en el hombre, provocando que todos coloquen sus manos al frente para cubrirse, menos los coreanos que eran protegidos por Kartein.
- Me lo esperaba, todavía no mueres -dijo Kayden frunciendo el ceño- Te daré otro...
- ¡Espera! -intervino uno de los Seísmos bajando al suelo- ¿Nos estás atacando por esos chicos? Si hubiésemos sabido que son tu pareja y tu discípulo, no los hubiéramos tocado.
Las palabras del criminal resonaron en todos los presentes. Ninguno esperaba que quien fue Darice, el criminal número uno para la Asociación Mundial de Despertados, sea la pareja de un despertado catastróficamente poderoso; y tampoco esperaban que Jiwoo Seo sea su aprendiz cuando se supone que Kayden Break no aceptaba alumnos.
Por su parte, Amira se sonrojó levemente al hacer tal confesión, pero también se sintió culpable. Ahora todos mirarían mal a su novio por elegirla. No quería que la reputación de él se vea destruida por su culpa.
- ¿No los hubiesen tocado? -repitió Kayden con enojo- ¿De verdad?
- Por supuesto, en Frame obviamente no querríamos tener un conflicto contigo -respondió inquieto.
Kayden se mantuvo callado y dirigió la mirada hacia Amira, observando que no tenía heridas debido a su regeneración, pero su hermoso atuendo estaba destruido en gran parte con manchas de sangre, sin contar el brillante cabello albino que también estaba pegajoso por el líquido rojizo. De la misma manera, observó a Jiwoo. Ninguno tenía heridas, pero sus ropas y la sangre seca demostraba que le hicieron mucho daño.
- Ya es poco tarde ¿no? -dijo con ira mientras preparaba su ataque- Los tocaron.
- Se los advierto, esto no será nada bueno para ti -habló- Van a perder si crean enemistad con Frame.
- Kayden, destruye a estos bastardos –se unió Kartein con sus ojos destilando cólera- Haz el desastre que quieras, yo cuido a estos niños y a Amira.
- ¿Tú también, Kartein? –habló el hombre.
- Si no fuese porque está Kayden, yo mismo me hubiera encargado de todos ustedes –respondió fríamente- Por ahora, utilizaré a este buscapleitos para no mancharme las manos.
- N-no me digas que ella... es tu alumna –dijo sorprendido luego de atar cabos.
Al ver como el curandero no respondía, pero tampoco negaba, todos abrieron los ojos sorprendidos al saber la respuesta. No solo era la pareja de Kayden Break, sino que también era la discípula del mejor curandero del mundo.
Cada presente supo en ese instante que la albina se había vuelto sagrada con aquellos dos poderosos despertados como guardianes.
- Mira esto, Amira –habló Kayden elevando su mano libre- Esto es de lo que te hablaba en la playa, cumpliré mi promesa.
La chica no tuvo que protegerse debido al escudo de su maestro, asi que solo miró con preocupación como el azabache lanzaba otro inmenso ataque que terminó con la vida del rankeado.
No quiero que Kayden y mi maestro se metan en problemas –pensó con culpa.
- Un insecto menos -suspiró Kayden con una sonrisa.
- Kayden... han elegido ser nuestros enemigos -dijo con enojo.
- Debieron haberlo pensado antes de meterse conmigo -habló el Break con una sonrisa engreída- ¿No les parece?
Nuevamente la energía eléctrica del pelinegro se concentró en la mano de este para preparar otro ataque, haciendo que Kartein reforcé un poco más la barrera.
- Wow –soltó Amira maravillada al ver el escudo.
- Algún día podrás hacer barreras como esta –dijo Kartein con una sonrisa arrogante.
- Los mataré a todos –habló Kayden con una gran sonrisa, lanzando un ataque mucho más poderoso que los anteriores, generando que todos los afiliados a Frame terminen completamente heridos.
- ¡Kayden, vas a pagar por esto!
- Vamos, atáquenme como gusten, de una u otra manera me encargaré de ustedes -provocó Kayden sonriendo fríamente- No me molesta ir a cazarlos, pero es mejor que sean ustedes los que vienen a mi, ya que eso me ahorraría tiempo para cuando borre a Frame del mapa.
Con una sonrisa maquiavélica, el Break hizo un gesto con la mano que generó un nuevo rayo gigante. Sin embargo, una nube de color sangriento se interpuso en el ataque hasta disolverlo y dejar una nueva presencia.
Amira dirigió sus ojos azulados hacia el cielo para ver a la tenebrosa persona que se alzaba por los aires e instintivamente se refugió detrás de su maestro mientras tomada su pulcro saco con su mano.
Oh no...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro