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Habían sido tres días desde que el doctor Delein intentó tratar a Jiwoo, pero tal y como dijeron los demás curanderos, era imposible restaurar un núcleo.
En ese periodo de tiempo sus amigos no dejaron de visitar al Seo para pasar las tardes e intentar animarlo para hacerle saber que no importaba si era un despertado o no, ellos siempre estarían a su lado.
Por su parte, Amira estuvo viviendo esos días en la sede de Shinwha debido que era la encargada de monitorear la situación de Jiwoo y tratarlo para aminorar su dolor.
Amira no se había tomado un descanso desde el ataque de su amigo con el fin de buscar una solución que lo ayude a recuperar su núcleo, era esa la razón por la cual ahora estaba caminando hacia la habitación del Seo para hacer su chequeo diario.
- Buenas -saludó alegre una vez ingresó- ¿Cómo te sientes hoy?
- El dolor ha disminuido -sonrió tranquilo viéndola acercarse- Pero sigo igual.
- ¿Ninguna de las cosas que he hecho ha funcionado? -preguntó colocando su mano sobre la frente del chico y utilizando su poder para aliviar más su dolor- Tal vez con alguna de ellas podamos tener una pista de como reparar tu núcleo.
- De los tres métodos que utilizaste, creo que el primero -respondió cerrando sus ojos, disfrutando la sensación de alivio- Cuando lo usaste en mí pude sentir como mi núcleo dejaba de doler por completo, con los otros dos me seguía doliendo.
- Eso es genial -dijo sonriendo feliz- Entonces me enfocaré en perfeccionar ese método.
- No te sobre esfuerces -pidió abriendo sus ojos y mirándola serio- No quiero que por mi culpa termines perjudicada.
Amira estuvo a punto de responder pero la puerta abriéndose provocó que girara su rostro sin dejar de realizar su tratamiento.
- ¿Señor Kayden? -preguntó extrañada de verlo a esa hora y mucho más por la otra presencia- ¿Quién es la persona que lo acompaña?
- Hola, Amira -devolvió el azabache con una pequeña sonrisa y luego miró a su acompañante, borrando su expresión- Él es Kartein.
- ¡¿Kartein?! -repitió sorprendida.
Amira finalizó el tratamiento de manera segura y giró todo su cuerpo para pararse de manera prestable. Jamas habia visto a ese hombre, ni en fotos, solo habia escuchado de sus azañas y gran poder.
- Es un gusto tenerlo aquí, señor Kartein -saludó inclinado su cabeza- Y disculpe mi atrevimiento ¿Pero puedo preguntar el motivo de su visita?
- Al fin alguien con modales -suspiró mirando de reojo a Kayden- Vengo a tratar al discípulo de este hombre.
- ¡¿Qué?! -gritaron ambos adolescentes.
- Amira ¿puedes salir? -preguntó el Break amable, interponiéndose entre el albino y ella- Esto es algo que debemos hablar con Jiwoo.
- Claro -sonrió con un pequeño sonrojo y luego se dirigió hacia el otro mayor- Señor Kartein, muchas gracias por tomarse la molestia de revisar a Jiwoo, espero disfrute su estadía en Corea por mientras.
Con una leve inclinación, Amira salió de la habitación borrando su expresión de persona educada para saltar en su lugar y sonreír completamente emocionada. Aquel hombre era su más grande ídolo y su figura a seguir, deseaba algún día poder ser tan asombrosa como él.
¡Y ahora tuvo la oportunidad de conocerlo, era un sueño hecho realidad!
Pero tuvo que contener su emoción por pedirle fotos y autógrafos o algún consejo para centrarse en otras tareas.
Confiaría en las magníficas habilidades curativas de Kartein para tratar a su amigo.
Aunque no se esperó que se demoraran tanto, pues hace días que el curandero se encerró en el dormitorio, días en las que se pasó al lado de sus amigos para esperar noticias de Jiwoo.
En ese momento estaba apoyada en la pared entre Wooin y Jisuk mientras jugaba con la pajilla de su batido de fresa, sin muchos ánimos de tomar su bebida favorita.
Y fue el sonido de la puerta abriéndose que generó que todos prestaran atención, por lo que Amira dejó su vaso lleno en el asiento de la silla de enfrente para escuchar la respuesta que tanto desea.
- ¿Cómo te fue? -preguntó Kayden.
- ¿Acaso dudas de mi? -sonrió arrogante- Por supuesto que lo conseguí.
- ¡Si! -gritó Amira con lágrimas en los ojos, siendo la primera en reaccionar.
Sin dudarlo, saltó a abrazar a Subin e Iseul, quien se sumó a su grupo para apoyar a Jiwoo.
La albina estaba tan feliz y aliviar de escuchar aquello que no pudo evitar soltar esas saladas gotas de agua, su corazón latía de alegría al saber que su amigo podrá vivir cómodamente como un despertado nuevamente y pasar más tiempo junto a ellos.
Pero tuvo que secárselas porque debía hacer algo antes de arrepentirse.
- Debo irme -habló separándose del abrazo y viendo a sus amigos- Entren y vean a Jiwoo, en unos minutos iré yo.
- ¿A dónde vas? -preguntó Jisuk aun sonriendo de la emoción.
- ¡Luego les digo! -respondió corriendo por los pasillos para alcanzarlo- ¡Señor Kartein!
- ¿Hah? -soltó frenando sus pasos y viendo la mirada brillante de la chica- ¿Qué ocurre?
- S-señor Kartein, no tiene idea de lo mucho que lo admiro -comenzó cuando reunió valor pero una pequeña Amira temblaba de los nervios- Usted siempre ha sido mi inspiración para esforzarme y poder algún día igualarlo... Y ahora que tengo la oportunidad de poder estar en su presencia no puedo evitar decirle todo esto y pedirle algo antes de que se retire, que seguramente para usted es absurdo pero para mi es todo... ¡Por favor! ¿Puede darme su autógrafo? -pidió haciendo una reverencia de noventa grados y extendiéndole un papel y bolígrafo.
Tanto Kayden como Kartein quedaron plasmados por las palabras de la chica, quien aún se mantenía en aquella posición con todos los nervios atacando su sistema.
Aun asi, el de ojos celestes suspiró y movió su cabello de manera arrogante, tomando entre sus manos la pequeña hoja de papel y el bolígrafo de tinta negra para hacer unos trazos elegantes con su firma.
- ¿Tú eres la despertada que trató los brazos de Jiwoo? -preguntó devolviéndole la hoja ante la mirada maravillada de Amira.
- Si... -respondió aturdida viendo aquel autógrafo que venía acompañado de una estrella dibujada, pero luego reacciono y lo miró inquieta- ¿A-acaso hice algo mal?
- No, haz hecho un buen trabajo -la elogió serio mientras se estremecía al sentir una sed de sangre cerca suyo- ¿Cuál es tu nombre?
- Usted... ¿quiere saber mi nombre? -preguntó sorprendida mientras se señalaba- S-soy Amira, señor.
- Entonces, adiós Amira -se despidió dándole la espalda.
La albina quedó estática y sus mejillas se ruborizaron intensamente, explotando en un fuerte rojo. No podía creer que no solo mantuvo una conversación con su más grande ídolo, sino que él la elogió y le dio su autógrafo, había sido el mejor día de su vida.
- ¿Solo le hablaras a él? -preguntó el Break serio, sacándola de sus pensamientos felices.
- No tenía intención de ignorarlo, Kayden -respondió con una mirada tímida mientras se acercaba a él- Poder conocer al señor Kartein no es algo que ocurre dos veces en la vida, asi que quería conversar con él antes de que se vaya.
- Está bien -dijo dándole la espalda para seguir al albino por los pasillos.
Amira se sorprendió ante la actitud del mayor, desde aquella tarde que pasaron juntos se habían vuelto más cercanos, incluso ahora podía llamarlo por su nombre luego de pasar las noches acompañándolo cuando él debía hacer guardia para cuidar la espalda de Kartein mientras trata a Jiwoo. Asi que verlo de esa manera tan distante la hizo sentir triste, pero no quería dejar las cosas asi.
Decidida y tomando valor, corrió para alcanzarlo y tomarle la muñeca para detenerlo.
- No se enoje, de verdad no quise ignorarlo -habló avergonzada- ¿Me puede perdonar?
- No estoy enojado -respondió con un pequeño sonrojo y desviando su mirada- Asi que no te disculpes, fue tonto de mi parte actuar de esa manera.
- ¿Vendrá esta noche a visitar a Jiwoo? -preguntó con una sonrisa, feliz de que ya no esté molesto con ella- La señora de la cocina me enseñó una receta y quiero probarla, si desea, podemos cenar juntos cuando termine su visita a Jiwoo.
- Me parece bien -suspiró rendido plasmando una sonrisa tonta, pero al recordar que Kartein lo espera abajo, tuvo que separarse- Me tengo que ir.
- Cuídese -pidio señalándolo con reproche- No se crea que no me entere que estuvo luchando con el líder de Baekdu.
- Ah si -desvió la mirada para luego darle la espalda- Hasta la noche.
Amira infló levemente sus mejillas al verlo escapar de la situación, pero luego recordó a sus amigos y la hoja de papel entre sus manos, haciendo que su enojo se esfume y aparezca una enorme sonrisa.
Corrió por los pasillos hasta la habitación de Jiwoo e ingresó de golpe, mostrándose por completo ante sus amigos.
- ¡Tengo su autógrafo! -gritó alzando el papel al aire.
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Había pasado aproximadamente una semana desde que Jiwoo fue tratado por Kartein y que recibió unas cuantas revisiones de él, y como ya estaba en mejores condiciones, fue dado de alta.
Es por lo cual ahora sus amigos iban a visitarlo a su casa debido a que esa misma tarde fue llevado por Inhyuk.
- ¿Qué mierda está pasando? -soltó Jisuk cuando ingresaron- Fuimos al hospital pero nos dijeron que te dieron de alta.
- Y no nos respondías el teléfono -siguió Subin.
- Discúlpenme, me terminó ocupando de algunas cosas apenas llegué y no he revisado el teléfono -sonrió apenado.
- No te esfuerces -habló Amira sacándose sus zapatos- Todavía no estás completamente recuperado.
- ¡Chicos! ¿Cómo han estado? -sonrió Subin mientras los gatos saltaban hacia ella- ¿Heh? ¿Quién eres, pequeño? Nunca te había visto antes.
- Oh, ese es... -vaciló Jiwoo ante la mención del felino blanco.
- Al parecer está muy maltratado y desnutrido, necesitas alimentarlo bien -siguió calmada mientras lo observaba- ¿Heh? ¡A este gato lo castraron!
Amira se sorprendió ante ese hecho y lo miró con pena, pero al sentir como el felino le devolvía la mirada enojado se alejó de ahí para sentarse en el sillón con Kayden a su lado, quien recostó su cabeza en las piernas de ella para recibir sus caricias.
- Oye, Amira -la llamó Subin, recibiendo un sonido de afirmación- ¿No has pensado en pedir enseñanzas del señor Kartein?
- ¡¿Qué?! -tosió debido a que se ahogó con su bebida.
- El señor Kartein elogió tus habilidades -comentó Jisuk- Puede que te acepte como su alumna, después de todo ambos tienen habilidades curativas y son los mejores.
- Eso es imposible -bajó la cabeza deprimida- Soy una simple mortal y él es el mejor curandero de todo el mundo ¿Cómo podría aceptarme? No estoy al nivel de recibir sus geniales enseñanzas... Me conformo con haber recibido un alago de su parte y su asombrosa firma ¡Hasta me hizo una estrellita! No puedo pedir más.
Todos sus amigos la veían con una gota de sudor bajando por sus frentes, Amira tiende a rebajarse y mucho más ahora que por fin conoció a un curandero superior a ella y que es su más grande ídolo.
Por mientras, Kartein la escuchaba con una sonrisa arrogante y su nariz parada, esa chica si sabía alabarlo como era debido; pero pensándolo mejor, Amira si es una despertada digna de ser su alumna, es decir, sus habilidades sobrepasan a las de varios curanderos que conoce mundialmente, era una prodigio. Aun asi, no la tomaría como su discípula, no tiene tiempo para esas cosas y pronto deberá regresar a sus dominios cuando finalice el tratamiento de Jiwoo.
Era una pena que no exista un mejor despertado con poder curativo como él para enseñarle a mejorar.
Nota: ahora que lo pienso, esta historia es mas larga que la de Suni debido al complejo pasado de Amira
En fin, se vienen muchas cosas interesantes, ya estoy escribiendo el arco se la Academia Mundial y me estoy emocionando, ya deseo que lo lean
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