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La condición de Jiwoo era mejor de lo que pensaban gracias a la técnica de Amira, pues todo su cuerpo estaba en perfecto estado luego de curarlo a larga distancia y no permitir que lo sigan lastimando. Sin embargo, el núcleo de Seo había sido destruido por completo, lo que significa que ya no puede seguir utilizando sus poderes despertados, en otras palabras, se había convertido en una persona común.
Por parte de Amira, luego de caer en la inconciencia por el sobreesfuerzo, fue encontrada y llevada por Inhyuk a una habitación para que descanse correctamente y recupere fuerzas.
Fue en la madrugada del anterior día desde que ambos estaban en aquellas condiciones, con la diferencia que Amira logró despertarse a la mañana sintiendo su cuerpo aun fatigado, pero su preocupación era mucho mayor.
Con lentitud, se puso de pie y se colocó las pantuflas que estaban a un costado de su cama. Con un pequeño dolor en su pecho, salió de la habitación preguntándole a una enfermera que pasaba por ahí donde se encontraba el dormitorio de Jiwoo.
Cuando obtuvo una respuesta amable, se dirigió preocupada hacia ahí, tocando la puerta suavemente.
- ¡Adelante! -escuchó la voz de Jisuk.
- Buenos días -les sonrió a sus amigos cuando ingresó, ellos llegaron unos minutos antes.
- ¿Cómo te encuentras, Amira? -preguntó Jiwoo.
- Yo estoy bien -respondió con un pequeño puchero, no podía creer que él se preocupara más por ella que si mismo.
- Eso es un alivio -sonrió agotado, pero luego borró su sonrisa- Yo... tengo algo que decirle.
- ¿Qué ocurre? -preguntó Wooin.
- Me dijeron que... de ahora en adelante no seré capaz de usar mis poderes de despertados de nuevo -dijo con calma- Y aun asi, incluso si llegara a recuperarme n tendría un buen control de ellos... Pero que mis brazos están en perfectas condiciones, asi que puedo utilizarlos con normalidad.
Amira bajó su cabeza con tristeza mientras sus amigos intentaban animar a Jiwoo. Se sentía una completa inútil por no ser capaz de tratar el núcleo de su amigo, si tan solo ella supiera hacerlo tal vez él no tendría que estar pasando por ese dolor y malestar emocional.
- Bueno, entonces nos vamos ahora -habló Jisuk.
- Es verdad, no me di cuenta del tiempo -lo siguió Subin.
- ¿Tan rápido? -preguntó Jiwoo.
- Si, tan solo nos dieron unos minutos para poder verte, tú necesitas descansar -dijo Wooin.
- Que descanses bien -sonrió la Lee.
- Nos vamos -asintió el Yoo en conjunto del pelinegro.
Amira solo le sonrió con cariño mientras sus amigos salían de la habitación y dejó sobre la mesa de noche una bolsa de caramelos.
- Si sientes dolor, esto te aliviará -habló mirándolo- Y si no funciona, no dudes en llamarme, te trataré lo mejor posible.
- No es necesario -suspiró triste- Ya hiciste mucho anoche... Por mi culpa quedaste en cama por utilizar tu energía en curar mis lesiones.
- ¡No digas eso! -dijo seria- Yo decidí activar la marca, no digas que fue tu culpa porque fue mi propia decisión... Y lo haría las veces que sean necesarias.
- ¿Es asi? -sonrió adolorido.
- Si -asintió despeinando los cabellos del chico- Asi que no te preocupes por estas cosas y descansa apropiadamente ¿si? Yo debo irme a cambiarme de ropa, no puedo ir con un pijama de unicornios y pantuflas para siempre ¿verdad? -sonrió divertida moviendo levemente su nariz, señal que estaba mintiendo.
Amira salió de la habitación y cerró la puerta detrás de ella, borrando su sonrisa y apretando los labios con angustia, siendo vista por sus amigos que esperaron a que saliera para saber más detalles.
- Jiwoo fue torturado -habló caminando por los pasillos junto a ellos.
- ¿¡Qué!?
- Ayer por la noche la marca me advirtió que Jiwoo estaba siendo herido -dijo a punto de expulsar lágrimas- Asi que la activé para sanarlo, pero las heridas seguían apareciendo con mucha más agresividad... Logré sanar todo su cuerpo desde aquí, p-pero su núcleo... Yo n-no pude... no pude tratarlo. Y-y ahora por mi culpa, él está...
- Hey -la interrumpió Subin abrazándola por los hombros- Gracias a ti es que Jiwoo puede tener una vida normal de ahora en adelante, si no fuera por tu técnica él podría haber muerto o perdería sus brazos para siempre.
- Asi que no te culpes -habló Jisuk despeinando los cabellos blancos de la chica- Lo único que podemos hacer ahora es buscar una manera de ayudarlo.
- Yo... puedo pedirle a mi maestro que revise la condición de Jiwoo -propuso Wooin.
- Eso sería genial -sonrío levemente Amira- Si bien no tiene habilidades curativas, tiene más conocimientos que yo, aunque ilegales -murmuró lo último desviando su mirada- Y por mientras, yo puedo buscar otras alternativas y estudiar más.
Una vez se organizaron, cada uno se separó para hacer sus tareas o buscar algo en que ayudar. Y Wooin, tal y como dijo, llegó ese mismo día con el doctor Delein para revisar el estado de salud del Seo e intentar tratarlo.
Por mientras, Amira se encerró en la habitación que le designaron en Shinwha para comenzar a utilizar su control de fuerza mientras se sentaba en medio de su cama, debía recuperar su energía para asi estar en mejores condiciones para tratar a Jiwoo. Asimismo, comenzó a pensar en una manera de reconstruir un núcleo, pero nada de lo que se le venía a la cabeza era útil para la situación.
Empezaba a frustrarse de si misma y estaba a punto de hacer una rabieta de no ser porque la puerta de su habitación se abrió.
- Pedí que tocaran la puerta antes de entrar -interrumpió su control de fuerza y abrió sus ojos un poco molesta, pero luego de ver a la persona, toda su frustración y enojo se esfumó- ¡Señor Kayden!
- No sabía que estabas ocupada -suspiró.
- Aun asi no tuvo que haber entrado a la habitación de una señorita sin permiso -se burló seria, era su turno jugarle una broma- Es de mala educación.
- Lo... siento -susurró desviando su mirada para que no lo viera avergonzado.
- Perdonado -sonrió divertida- ¿Le gustaría sentarse?
Kayden la miró fastidiado, pero aun asi se sentó en la orilla de la cama, mirándola de reojo.
- ¿Qué es lo que necesita? -preguntó amable acercándose hacia él y sentándose a su lado.
- Quería darte las gracias por cuidar de Jiwoo, con tu ayuda él podrá vivir tranquilamente sin ningún problema.
- No debe agradecerme por hacer algo asi, es mi amigo y lo hice porque lo aprecio -suspiró con una pequeña sonrisa- Y no fue nada, ni siquiera logré curarlo por completo.
Kayden la observaba atentamente, la chica mantenía la miraba baja y sus manos estaban apretando la tela de su pijama. No le gustaba esa vista de la ojiazul, asi que colocó su mano sobre las de ellas y las separó para que aflojen el agarre.
- No hagas eso -la regañó suavemente aun manteniendo el toque entre manos- Según los doctores que lo revisaron, los brazos de Jiwoo están en perfectas condiciones, y si no fuese por tu intervención, él no hubiera sido capaz de utilizarlos nunca más.
- Pero no pude curar su núcleo -dijo con tristeza.
- Eso no te hace menos, es más, fuiste muchísimo mejor que todos los curanderos de Corea porque fuiste la única en poder curar de aquella manera -sonrió orgulloso- Asi que deja de poner esa cara de perrito mojado, has hecho más que suficiente.
Amira asintió embelesada por el joven, y no le dio tiempo a reaccionar cuando el Break la tomó de la nuca y cintura para atraerla hacia su pecho en un tipo de abrazo.
Su rostro se ruborizo violentamente, siendo incapaz de formular una palabra. Vacilante, lo único que pudo hacer fue rodear con sus delicadas manos el torso de Kayden y esconder su cara en el pecho del mismo, inhalando suavemente el perfume del hombre con una sonrisa tonta.
Por su parte, Kayden colocó su cabeza sobre la coronilla de la chica, tensándose al sentir la pequeña nariz de Amira sobre sus pectorales y sacándole un gran sonrojo.
- Señor Kayden -murmuró Amira elevando su rostro para verlo- Los rumores de que usted es alguien malo son erróneos, usted es muy amable -sonrió con un sonrojo, recibiendo una mirada tímida, muy raro en él.
- Si, si -contestó intentando aparentar calma.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de la poca distancia que había entre sus rostros, solo se mantuvieron en silencio mientras comenzaban a acercarse inconscientemente.
Kayden apreció el delicado rostro de la chica, que se tintaba de rojo de timidez, causando que sonría con satisfacción y ajuste su agarre en la nuca y cintura de Amira, acariciando aquellos lugares con sus pulgares.
Estaban tan cerca que sus narices se rozaban y sus respiraciones chocaban, haciendo que la albina deslice suavemente sus manos hasta los hombros del Break, deseando que él no se separe de ella.
Fue un toque tranquilo, donde finalmente los labios de ambos se encontraron, entrelazándose en un beso lento mientras cerraban sus ojos para disfrutar el sabor del otro.
Amira trasladó sus manos hacia la nuca del hombre y acarició sus largos cabellos azabaches mientras Kayden comenzaba a empujarla con suavidad hacia atrás, colocando su brazo izquierdo como apoyo una vez ella quedó completamente recostada y posando su otro brazo debajo de su cintura para moverla hacia el centro de cama.
El calor en las mejillas de Amira iba subiendo de intensidad al igual que el beso, el cual el mayor era quien dominaba y guiaba para no perder el ritmo placentero que estaban sobrellevando.
- S-señor Kayden - se separó agitada por falta de oxígeno- E-espere, necesito aire...
- Mucho descanso -sonrió volviendo a atacar sus labios.
La chica suspiró entre el beso y se rindió ante él, abrazándolo por la espalda y atrayéndolo más si era posible, permitiendo que la mano del hombre que se encontraba en su cintura se deslice hasta su cuello y la acaricie con adoración.
Amira sintió como Kayden se posicionaba entre medio de sus piernas mientras se separaba para observarla desde arriba, dándole una hermosa vista de la chica completamente sonrojada, agitada, sus cabellos albinos desparramados por la cama y su camiseta levantada que deja ver parte de su abdomen.
Apreciándola como uno creyente a su dios y sin dejar de verla un solo segundo, descendió su rostro hasta su cuello, posando sus labios y succionado la suave piel de la chica hasta dejar pequeñas machas rojizas de diferentes tamaños.
- Ni se te ocurra regenerarte -susurró Kayden con una sonrisa y mordiendo el lóbulo de su oreja- Quiero que dejes estas marcas hasta que desaparezcan naturalmente ¿bien?
Amira asintió obediente y suspiró complacida cuando volvió a sentir los labios del Break posarse sobre su cuello y clavículas con más salvajismo. Recibiendo besos húmedos, mordidas y chupones en su piel expuesta, la albina tiró hacia atrás su cabeza para darle más acceso y cerró sus ojos para dejarse llevar mientras jadeaba despacio por las nuevas sensaciones y jalaba levemente el cabello del joven.
- Señor Kayden -gimió sin darse cuenta, envuelta en placer cuando sintió un apretón en uno de sus pechos.
- Mierda ¿justo ahora? -soltó frustrado con la respiración agitada a la vez que se separaba y apoyaba su cabeza en el hombro de la chica- Esos chicos vienen hacia aquí.
- ¡¿Qué?! -se alertó.
Kayden suspiró en busca de calmarse, pero viendo el estado que provocó en la chica no pudo evitar tomarla por el rostro para poseer aquellos labios una vez más hasta sintió como tocaban la puerta de la habitación.
- No puedes mostrarte asi ante nadie más -le dijo una vez se separaron, besando su mejilla.
- ¿Solo a usted? -preguntó intentando regular su respiración.
- Solo a mi -sonrió complacido.
Una vez el Break desapareció de la habitación en un pestañeo, les dio el pase a sus amigos para ingresar, no sin antes cubrir todo su cuerpo con una manta, envolviéndose como un gusano.
- ¿Por qué estás asi? -habló Subin extrañada.
- ¡Por nada!
Nota: DOBLE CAPITULO PORQUE ESTA HERMOSA ESCRITORA ES UNA ANSIOSA Y NO PODIA ESPERAR A MOSTRARLES ESTA PARTE
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