Amira no comprendía porque sus dos amigos problemáticos estaban riendo como desquiciados mientras caminaban hacia la casa del Seo, asi que prefirió ignorarlos hasta saber que se traían entre manos.

- Buenas -saludó ingresando al domicilio.

- ¿Por qué se ríen? ¿Pasó algo divertido? -preguntó Jiwoo viendo como sus amigos se sentaban en los sillones.

- Claro que pasó algo divertido -rió Subin- Ayer Jisuk llamó a Choi Gangseok para fastidiarlo.

- ¿El de Baekho?

- Sep, le dijimos que Sucheon, acompañado de su padre, trató de imponerse ante ti pero que sufrió una humillante derrota -sonrió divertida.

- Les dije que dejen de hacer esa clase de llamadas -habló Amira mirándolos acusatoriamente- No interrumpan las tareas de los demás, es de mala educación.

- Si tanta tarea tiene ¿por qué me está llamando? -preguntó Jisuk mostrando su teléfono.

- Contéstale esta vez ¿yap? -sonrió Subin emocionada.

- Yap -concordó llevándose el aparato a su oído- Hey Choi Gangseok, ya deja de llamarme ¿por qué estás siendo tan insistente? Caramba... Si sabes que si no te contesto es porque simplemente no quiero hablar contigo... Seguro que no tienes pareja ¿verdad?

Amira suspiró rendida y comenzó a jugar con los felinos junto a Wooin mientras escuchaban las burlas del dúo.

- Hey, Jiwoo ¿cuándo volverá tu maestro? -preguntó Subin cuando cortaron la llamada, haciendo que Amira también lo mire curiosa.

- No estoy seguro...

- ¿No mantienen contacto?

- Asi es, va y viene cuando él quiere -respondió- ¿Por qué?

- Porque desde que lo vi no puedo sacarlo de mi mente -suspiró desanimada y dramáticamente tirándose en el sillón- Él es taaaaan apuesto... Hey, Caseína, tú también has visto a Kayden ¿verdad? ¿no es taaan genial? Es totalmente mi tipo.

Ante aquello, Amira comenzó a toser debido a que se ahogó con su propia saliva.

- Jiwoo ¿tu maestro sale con alguien? -preguntó nuevamente Subin palmeando la espalda de su amiga.

- No-no estoy seguro -desvió la mirada hacia la albina- P-pero creo que le interesa alguien...

- ¿En serio? Que suerte debe tener esa chica -suspiró abrazando al felino anaranjado- Oye, Amira ¿a ti no te parece guapo el señor Kayden?

- ¿¡Q-qué dices!? -se sobresaltó con un fuerte sonrojo- ¡¿Por qué preguntas esas cosas?!

- A mi no me engañas -dijo burlona- No te creas que no me di cuenta como lo mirabas, asi que dime ¿te gusta?

- ¡Claro que no!

Amira se había colocado de pie aun con su rostro colorado, pero al ver como sus amigos la miraban con una ceja elevada sin creerle una sola palabra, desvió la mirada con nerviosismo jugando con un mechón de su cabello.

Por su parte, Kayden enterró su cabeza en el respaldar del sillón para no ver a la albina a la cara. No sabía como sentirse, se supone que debería sentirse aliviado que la respuesta de ella, pero por alguna razón le molestaba y desanimaba, sin contar que su ego y orgullo fueron fracturados al escuchar por primera vez que no le atraía a una mujer.

- ¡Subin! -se quejó Amira sin borrar su rubor, pues su amiga la estaba molestando con comentarios sobre Kayden.

- Hey, chicos -habló Jiwoo desde la puerta- Choi Gangseok está aquí.

- ¡¿Qué?! -preguntaron todos sorprendidos.

Pero para Amira fue la salvación, asi que no dudó en salir para evitar las preguntas incómodas de Subin.

- Yoo Jisuk, bastardo -siseó el pelirosa cuando todos salieron al patio.

- Hey, Gangseok, has venido hasta aquí ¿Acaso estás loco? Te dije que dejaras de ser tan insistente -se burló- ¿Cómo conseguiste siquiera esta dirección? Maldito acosador.

- Estúpido -soltó intentando contenerse para no golpearlo.

- ¿Y qué te trajo por aquí? -intervino Jiwoo.

- Ah, cierto -se tranquilizó- Escuché esto de Jisuk ayer, que venciste a Sucheon.

- Si -sonrió nervioso.

- Entonces, peleemos -propuso serio.

- ¡E-espera! -interrumpió Amira colocándose en medio con una sonrisa inquieta- Debes estar cansado de hacer un largo viaje hasta aquí ¿estás seguro que quieres un enfrentamiento?

- N-no sería ahora mismo -tosió desviando su mirada con un diminuto sonrojo- Y agradezco por tu preocupación, pero estoy bien.

- Hagámoslo -accedió Jiwoo con una sonrisa determinada- ¡Decidamos que día está bien y tengamos un duelo formal!

- ¿Te gustaría quedarte a comer antes de irte? -propuso Amira con una sonrisa amable, recibiendo una tímida mirada del más alto.

- ¿Estás segura?

- Si, hay una ración extra de Jjajangmyeon -respondió Jisuk.

- Entonces lo haré -suspiró rascándose la nuca.

Con un Wooin desanimado porque no tendría un segundo plato de su comida favorita, el grupo de adolescentes ingresó a la casa nuevamente con el nuevo visitante, quien se sentó al lado de Amira para conversar de cualquier cosa que se le ocurriera en el momento con tal de escuchar la voz de ella o verla sonreír.

- ¿Acaso... Choi Ganseok nos está ignorando? -susurró Subin mirando la interacción de esos dos.

- Si, y todo por hablar con Amira -asintió Jisuk lanzándole dagas con los ojos- ¿No se suponía que estaba aquí para una pelea?

- Tal vez le agradó Amira -intervino Jiwoo- Ella suele causar ese efecto en las personas.

Por otro lado, el gato más gordo observaba con el ceño fruncido la conversación de la albina y aquel chico que ni siquiera recuerda su nombre, su cola se movía constantemente y golpeaba la superficie del sofá con enojo.

Siguiendo su instinto felino, Kayden saltó sobre el regazo de la chica y se paró en sus patas traseras para colocar las otras dos sobre el pecho de Amira, mirándola fijamente sin saber que más hacer, solo fue un impulso que lo llevó hasta ahí.

- ¿Qué ocurre, bonito? -preguntó la ojiazul acariciando su lomo.

Kayden sonrió arrogante al tener toda su atención y giró su rostro para mirar a Gangseok con superioridad, para luego restregar su cabeza en todo el cuello de Amira.

La albina no comprendía el comportamiento repentino de aquel felino, asi que simplemente lo dejó ser mientras soltaba risitas por las cosquillas que le generaba aquella acción, le daba gracia sentir las grandes patas que amasaban su pecho y su nariz que seguía su camino del cuello hasta sus mejillas.

Y por fuera, Jiwoo los veía con la boca abierta por completo debido al impactado de saber lo que significaba esa acción felina.

Kayden estaba soltando feromonas para marcar territorio.

Aun asi, no dijo nada y sirvió la comida para todos para asi dejar de lado la extraña situación de su maestro con su amiga, que todos ignoraban y solo él se daba cuenta.

Lo mejor sería comer y desearle suerte mentalmente a Gangseok o a cualquier hombre que se acercara a la albina con otras intenciones. No sería nada fácil ahora que ella tenía la atención de Kayden.

· • —– ٠ ✤ ٠ —– • ·

Amira estaba cepillando su húmedo cabello luego de tomar una ducha antes de cenar. Se peinó sus mechones blanquecinos en una larga trenza que ató con un pequeño lazo rosa y se colocó su pijama blanco de dos partes con estampados de arcoíris y unicornios.

Y cuando estaba caminando hacia la cocina, sintió una punzada en su núcleo que la hizo detener en medio del pasillo de su departamento.

Jiwoo estaba siendo herido.

Sin siquiera pensarlo, activó su marca para comenzar a curarlo y se calzó con unas pantuflas negras que se encontraban en la entrada de su departamento para posteriormente salir tal y como estaba.

Aun asi no le interesó y de dirigió inmediatamente a la residencia del Seo, sintiendo como su amigo estaba siendo herido nuevamente.

- Estas no son heridas normales -susurró para si misma completamente preocupada mientras siguió corriendo- Se las está haciendo un despertado.

Ni siquiera dudó cuando abrió con fuerza la puerta de aquella casa, encontrándose la sala en soledad con únicamente con los felinos del chico.

- ¡Jiwoo! -gritó siendo vista por Kayden- ¡Jiwoo Seo, ven aquí!

Pero no recibió respuesta y el solo sentir como su amigo estaba recibiendo muchas más heridas solo aumentaba su desesperación y preocupación.

Con sus ojos humedecidos, salió de la casa para correr nuevamente hacia la sede de Shinwha mientras seguía curándolo a distancia. Si él estaba peleando, lo ayudaría desde lejos, pero aquellas lesiones que le estaban haciendo solo le decía una cosa completamente diferente.

No era una pelea, era una sesión de tortura.

Sus pies no se detuvieron y la marca continuó activa todo el tiempo hasta que llegó a la organización.

- ¡Señorita Jiyoung! -pronunció al verla por ingresar a su oficina- ¡Por favor, debe ayudarlo!

- ¿Ayudar a quién? -preguntó confundida.

- ¡A Jiwoo! -sollozó tomándola de la mano- ¡Lo están hiriendo, por favor, debe salvarlo!

La azabache se sorprendió e hizo entrar a la menor a la oficina junto a Inhyuk.

- ¿Qué quieres decir con que lo están hiriendo? -preguntó el Goo.

- He-he desarrollado una técnica que me permite curar a la gente desde lejos -comenzó hablando mientras se sentaba en un sillón cercano, aun sintiendo como lastimaban a su amigo pero que volvía a regenerarse gracias a ella- Y eso me permite saber el estado de salud de quienes tienen esta marca -se señaló su frente, donde estaba la forma de loto con un pequeño brillo- Y-y Jiwoo la tiene, ahora mismo lo están torturando... c-creo que es un despertado.

- Amira -ingresó Kayden como humano, la había seguido desde que salió de su casa- ¿Es verdad lo que has dicho?

- Señor Kayden -hizo un puchero y bajó la cabeza para que no la vieran lagrimear- Si... lo sentí desde hace minutos, pe-pero ellos no se detienen, cuando lo sano ellos vuelven a herirlo una y otra vez -sollozó tapándose el rostro con sus manos- Sus brazos, piernas, torso, cuello y cabeza... e-ellos...

- ¿Puedes saber la ubicación de Jiwoo con tu técnica? -la interrumpió apoyando su mano en su hombro.

- No, lo siento -respondió con tristeza- Y-yo solo sé que está lejos de aquí debido a que mi energía le cuesta llegar hasta él, tal vez uno o dos kilómetros pero no estoy segura.

- Bien, gracias por tu ayuda -sonrió Kayden apretando su agarre levemente para luego mirar a los líderes de Shinwha- Me voy.

- Espera, toma -Jiyoung le extendió un teléfono- Llévatelo, si tienes alguna información debes llamarnos y acudiremos inmediatamente.

Kayden asintió y en un pestañeo se alejó del edificio para buscar a su discípulo.

Por su parte, Amira siguió con su marca activada para sanar a Jiwoo constantemente y evitar que fuese herido de gravedad.

Sin embargo, hubo una lesión en el cuerpo del chico que la alertó mucho.

- Su núcleo -susurró asustada, llamando la atención solo de Jiyoung debido a que Inhyuk se fue para buscar pistas- El núcleo de Jiwoo está siendo destruido...

- ¿Qué? -soltó la mayor sorprendida.

- P-parece que se dieron cuenta que sus ataques no hacen efecto en su cuerpo físico -contestó con sus labios temblorosos y más lágrimas cayendo- Asi que debieron ir por el núcleo... ya que se considera algo incurable.

- ¿Y tú puedes curarlo? -preguntó arrodillándose delante de la menor y tomándola por los hombros- Amira ¿puedes curar el núcleo de Jiwoo?

- No, perdón -sollozó sintiéndose una inútil- No sé cómo tratar un núcleo, jamás lo he estudiado... Y no puedo sanar algo que no sé cómo.

Amira ya no podía verla al rostro, el sentimiento de inutilidad y culpabilidad la inundó y provocó que bajara otra vez la cabeza para ocultarla entre sus manos.

Solo podía esforzarse en enviar más energía para intentar regenerar las enormes grietas de aquel punto esencial para los despertados. No le prestaba atención a nadie más que a Jiwoo, ni siquiera se dio cuenta que Jiyoung se fue de la oficina debido a que recibió una llamada de Sooman Kang, el hermano del líder de Baekdu.

Amira no se rendía y buscaba otras alternativas desde su lugar con tal de poder sanar a su amigo, pero nada de lo que intentaba resultaba efectivo, no era capaz de siquiera reconstruir un milicentímetro.

Se sentía tan frustrada e inservible por no poder hacer lo que se supone era su especialidad.

Y hubiera seguido con sus esfuerzos de no ser por el líquido que subió por su garganta y se vio obligada a escupir con algo de dolor, pero que fue retenido por su mano en un intento de que no cayera al suelo.

Cuando por fin dejó de toser, miró su palma con desconcierto.

Sangre.

Su vista se estaba tornando borrosa y su cabeza le daba vueltas, asi que apoyó su espalda en el respaldo del sofá para cerrar sus ojos y seguir concentrándose en curar a Jiwoo.

Era mucho para ella, que no tenía tanto profesionalismo a pesar de ser mejor que varios curanderos.

La distancia que tenían entre ella y su amigo era demasiada por lo que debía gasta mucha más energía de lo usual y debía tratar heridas súper graves con una alta dificultad debido a que el atacante era un poderoso despertado, todos sabían que mientras más fuerte era el poder, más difícil es regenerar una herida.

Ni siquiera se dio cuenta cuando se desmayó en el sillón, completamente agotada y con un hilo de sangre saliendo de su la comisura de su boca.

Nota: buenassss les traigo cap, pronto de vienen MUCHAS cosas , seran una subida y bajada de emociones

Hasta ahora, que piensan de la historia? tienen alguna teoria o algo parecido?