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⇁ 021

Era de mañana y sus amigos la veian dormir plácidamente abrazada a Kayden en su camilla luego de haber llorado toda la noche.

Las palabras cubiertas de tristeza seguían resonando en la cabeza de cada uno, dándole coraje saber que una chica como lo era Amira tuvo que pasar por algo tan cruel a una corta edad.

Nadie era ajeno a las traiciones entre despertados, sabían lo extremadamente difícil que es confiar en alguien y fue por eso que al principio, cuando se conocieron por primera vez, se mantenían hostiles.

Pero con el tiempo, y gracias a Jiwoo Seo, fue que pudieron entablar una fuerte relación de confianza y cariño.

Razon por la cual, sentían el enojo correr por sus venas luego de escuchar la historia de Amira. Alguien como ella no debía haber pasado por eso, por lo menos tuvieron que hacer una buena investigación, pero creyeron ciegamente en las palabras de su hermano mayor.

Aun si, y por más horrible que parezca, estaban agradecidos de las decisiones de esos despertados, porque fue gracias a ellos que pudieron conocer a tan fantástica persona.

- Siento mis ojos hinchados -soltó Amira despertando.

- ¿Cómo te sientes? -preguntó Wooin extendiéndole un vaso de agua- Toma, debes estar sedienta.

- Muchas gracias -lo recibió con una sonrisa cansada mientras se sentaba, cuidado que Kayden no despierte- Y me siento bien... siento mucho haberlos molestado ayer.

- No debes disculparte, Amira -sonrió Jiwoo- Tú nunca nos molestarás.

La chica curvó sus labios alegremente y bebió aquel líquido, desviando su mirada cuando el sonido de la puerta abriendose llamó su atención.

- ¡Señor Inhyuk, señor Park! -los saludó Jiwoo con un poquito de nerviosismo.

- ¡Hola! ¿Qué hacen aquí? -preguntó Subin mientras se ponía de pie.

- ¿No deberían estar trabajando? -siguió Jisuk girando su rostro simulando desinterés.

- ¿Qué les ocurre? -preguntó Inhyuk al notarlos raros.

Y es que ellos no deseaban que se enteren sobre el pasado de Amira, no querían que se la llevaran o la encerraran por ocultar información o algo por el estilo.

- Veo que ya despertaste -habló Seongha abriéndose paso ya que los adolescentes se pusieron como una muralla.

- Si -suspiró dejando el vaso en la mesa de su lado- Chicos, está bien... Ellos deben saber.

- ¡¿Qué?! -soltó Jisuk mirándola como si estuviera loca.

- ¡No, ni se te ocurra! -la señaló Subin.

- A ver, vamos a calmarnos -dijo Inhyuk serio- ¿Qué pasa?

- ¡Nada! -respondieron los adolescentes, menos Amira.

Ella los miró con una hermosa sonrisa, pero aun asi la borró para suspirar en un intento de tomar valor.

- Chicos, deben irse -habló jugando con sus manos y bajando la mirada- Sé lo que piensan, pero debo hacer esto... No puedo ocultarlo para siempre y no me gustaría que ustedes paguen las consecuencias.

- Pero... ¿y si ya no te vemos más? -preguntó Jiwoo en un susurro.

- Entonces... quiero que sepan que fueron lo mejor que me pasó en la vida -les sonrió sinceramente bajo la mirada entristecida de sus amigos- Señor Park, señor Goo ¿pueden sacarlos de la habitación? Necesito decirles algo de suma importancia.

- ¡Ni lo pienses, Amira! -soltó Subin enojada.

Aun asi, los mayores comprendieron la gravedad de la situación y tomaron a la fuerza a los adolescentes para echarlos del dormitorio, quienes forcejeaban y gritaban para no alejarse de la albina al comprender lo que significaba aquello, pero ella solo los miró con la sonrisa más hermosa que les dio alguna vez.

Le hubiera gustado tal vez pasar más tiempo con ellos, pero por más que le desagradaba, debía informar de su situación para evitar futuros conflictos. Entendía la posición de sus superiores, asi que si ellos decidían entregarla por el bien de sus organizaciones, ella no pondría oposición.

De lo único que se arrepienta es que no pudo abrazar a sus amigos, tomar un batido de fresa o ver a Kayden, pero si debía ser ejecutada por el bien de ellos, lo haría con gusto.

- Ya hice un aislamiento espacial y ordené que no dejen entrar a nadie -habló Seongha- Ahora ¿qué ocurre?

- Primero que nada, quiero que sepan que ellos no sabían nada hasta ayer -comenzó mirándolos a la cara, completamente seria y sin un rastro de miedo- Asi que, por favor, deben prometerme que no los meterán en problemas.

- Esta bien -suspiró Inhyuk- Tienes mi palabra.

Cuando obtuvo la confirmación de los mayores, Amira inició con su relato. Narró de principio a fin su historia, excepto de algunos detalles como los maltratos hacia ella y como se sentia en ese momento, pero aun asi les dio a entender la problemática posición en la que ella se encontraba.

Mientras hablaba siendo escuchada con completa atención, Amira acariciaba el pelaje de Kayden, quien no se había movido de su lugar desde que despertó y enredó su cola peluda en el brazo de la chica, anclándose a su lado para no dejarla sola y si era necesario haría uso de su poderosa presencia para sacarla de ahí.

- Perdón por ocultárselos -dijo una vez finalizó- Pero... no me sentía preparada para contárselos, es más, ni siquiera pensé en decirles.

- Amira ¿sabes lo grave que es esto? -preguntó Seongha luego de procesar todo.

- Si, y es por eso que se los dije -asintió- Y estoy dispuesta a seguirlos sin oponer resistencia, ya estoy lista para...

- ¿Qué te hace pensar que te entregaremos asi como si nada? -la interrumpió Inhyuk, haciendo que se sorprenda- Primero debemos seguir los procedimientos.

- ¿E-eso quiere decir que...?

- Debemos llevar a cabo una investigación correcta para saber si lo que dices es verdad -sonrió levemente el Park- Si tu versión es la correcta, te dejaremos en libertad, pero si es el otro caso, deberemos entregarte como lo manda la Carta Magna.

Amira los miró con sus ojos aguados al comprender lo que decían. Ellos confiaban en ella, pero harían una investigación para limpiar su nombre.

Ellos querían que todos supieran que era inocente.

- Gracias -sollozó, sintiendo como pequeñas lágrimas bajaban- De verdad, muchas gracias...

Los mayores suspiraron con una pequeña sonrisa, jamás se atreverían a dudar en alguien como ella y estaban más que agradecidos porque Amira fue quien confió en ellos para contarles su pasado, mucho más al saber que se los dijo solo para no dañarlos con su presencia.

Asi que, tal y como lo dijeron, la ojiazul fue sometida a una rigurosa investigación en secreto con el apoyo de Shinwha y la Unión.

La mantuvieron en soledad dentro de una sala de interrogatorios durante una semana y media, completamente diferente a como fue tratada por la Academia Mundial, pues por más aislada que estuviera, fueron amables y la cuidaron muy bien, dándoles sus tres comidas al día y dándoles cambios de ropa.

Y por ese lapso de tiempo, varios despertados profesionales con habilidades psíquicas intervinieron para buscar en sus recuerdos y si alguno de ellos fue inventado para despistar a los investigadores, pero cada uno que ingresó a su mente tuvo las mismas respuestas.

Amira decía la verdad.

Razón por la cual, diez días después desde que se inició la investigación, ella fue liberada con todas sus acusaciones eliminadas, demostrando su inocencia ante todos. Pero aun asi, la identidad verdadera de ella se mantendría en secreto para que otras organizaciones no se involucren con malas intenciones, solo su círculo social más cercano conocía quien era en realidad.

Y con una sonrisa contenta, Amira caminaba por las calles en dirección de la residencia del Seo. Se había enterado que su amigo tuvo un encuentro con Sucheon esa misma mañana, por lo que deducía que sus amigos ya estarían con él para felicitarlo, asi que compró algunas bebidas para sorprenderlos con su presencia.

Tenía muchas ganas de verlos y agradecerles, porque sabía que ellos estuvieron todos esos días en las puertas de la sala donde estuvo sola, peleando con los guardias para permitirles verla.

Por otro lado, desde dentro de la casa de Jiwoo, estos comían junto a Kayden transformado en humano. Estaban desanimados por no tener a Amira con ellos, se sentían extraños no escuchar sus regaños por pelearse o hablar con la boca llena de comida, e incluso extrañaban su bonita sonrisa cuando los elogiaba o se reía por sus bromas; asi que agradecían la presencia del Break para sacar conversación y distraerse un poco, pues si no fuese por su repentina visita no tendrían ni ganas de comer.

Aunque no sabían la verdadera identidad del hombre, pero como era buena onda y el maestro de Jiwoo, no preguntaron de más.

- Disculpen ¿hay espacio para alguien más?

Ante la voz repentina, todos giraron su cabeza a una increíble velocidad, y no pudieron evitar sonreír en grande cuando aquella albina de ojos azulados estaba de pie frente a la puerta.

Amira mantenía una sonrisa mientras achinaba sus ojitos y mostraba una bolsa con bebidas dentro, estaba usando una falda corta de color blanco pegada al cuerpo, un cárdigan de color rosa pastel donde sobresalía el cuello de su camisa blanquecina, sus característicos zapatos blancos de tacón y su cabello estaba amarrado en una coleta alta con sus mechones rebeles a los costados de su cara.

- ¡Amira! -gritaron todos saltando encima de ella.

La chica rio fuertemente recibiendo el fuerte abrazo de sus amigos, provocando que todos cayeran al suelo.

Nadie sabía que se extrañarían tanto hasta que los separaron.

Por su parte, Kayden suspiró con alivio al verla reír de aquella manera, se aguantaría las ganas de hablarle y burlarse de ella por cualquier cosa para que los demás adolescentes no sospechen.

- ¡Trajiste bebidas! -celebró Jisuk quitándole la bolsa y yendo a sentarse nuevamente a su lugar- El del restaurante se olvidó las que le pedimos ¿para qué le pagamos?

- Siempre nos faltan bebidas, asi que fue lo único que compre -sonrió poniéndose de pie con ayuda de Subin.

- Me alegro que estés aquí con nosotros -dijo Jiwoo.

Amira sintió como su corazón se regocijaba por estar nuevamente al lado de ellos. No quería separarse de sus amigos otra vez.

Y por toda la euforia del momento, no se había dado cuenta de una nueva presencia, que ya no la asustaba como antes sino que la alegraba.

- ¡Señor Kayden! -lo saludó con una sonrisa- ¿Cómo se encuentra?

- Amira -devolvió asintiendo, fingiendo desinterés- Ahora estoy bien ¿tú?

- ¡¿Kayden?! -gritó el dúo sorprendido.

La albina ladeó su rostro al no comprender la sorpresa de ellos ¿no se supone que estuvieron compartiendo comida con él? Pensó que ya se habían presentado.

Luego de salir del asombro por la presencia del Break, dejaron de lado aquello para comenzar a comer como es debido y con todo el ánimo del mundo por la llegada de Amira.

Fue hasta tarde que el mayor decidió retirarse debido a que pronto se acabaría su transformación, y no deseaba que esos mocosos lo vean como un gato. Asi que mientras caminaba hacia la puerta de salida, y sin que nadie se diera cuenta, tomó un pequeño mechón de cabello de Amira para luego besarlo sin despegar su mirada de ella.

- Nos vemos -se despidió de todos, dándole una sonrisa pícara a la chica.

Y ahora, nadie comprendía porque Amira estaba en cuclillas en el suelo mientras ocultaba su rostro entre sus manos y sus orejas estaban coloradas. Asi que simplemente la ignoraron para golpear a Wooin por saber desde hace tiempo de la existencia de Kayden como maestro de Jiwoo y ocultarlo; y aunque Amira también lo conocía, no la atacarían y se descargarían en el pelinegro.







Nota: ES QUE KAYDENNNNN>>>>

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