Veintinueve: Uno mismo
La sangre cayó al mismo tiempo en que un cuerpo era azotado contra el suelo, siendo acorralado por otro, recibiendo el dolor de un corazón roto, recibiendo los golpes con agonía, con tristeza, ira.
Bailaron en el hilo de la vida y muerte, escuchando a aquellos pecadores gritar, odiar más y más hasta llevarlos a la locura
Se juraban entre las garras el odio, sus miradas flameaban al encontrarse, sus puños ardían al tener tacto contra la cruda realidad.
No se sentían ellos, no estaban cuerdos, no podían parar de cegarse en el abismo del rencor y dolor.
Uno gritaría victoria, otro terminaría cayendo.
Y aun así, aunque las afiladas miradas se encontraran, ya sabían la respuesta.
Aunque los golpes gritaran en desgracia, ya sabían la verdad
Ya sabían la cruda verdad.
"Te dí mucho tiempo para pensar."
Un golpe a la vez, un sollozo tal vez.
"Tanto tiempo... para que me olvidaras."
Su cuerpo golpeó la pared.
"Confié tanto en ti, Moonbin."
Las lágrimas cayeron
"Fui un tonto, ¿cierto?"
Una sonrisa amarga nació.
"Confié como un ciego..."
Gritó.
"Encontré mi verdadera felicidad, así que es momento de terminar lo que nunca amaste."
Y perdió.
•••
Alguien más ya había acunado el corazón de ese hermoso ángel.
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