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Capítulo 2 | Sentimiento de Arrepentimiento...

Bell...


¡N-No me hables! No quiero oírlo...


~~~


¿No te bastaba con arrebatarme todo?


Mi <Familia>, mis amigos, los Xenos...


Todos...


~~~


¿Y ahora quieres que te perdone...?


¿Qué confié en ti...?


Mi esperanza se fue cuando me dejaste así, Aiz...









No es verdad.


Aún hay una solución...


Solo es... confuso.

-¿¡Qué significa esto!?


Dentro de una gran sala llena de oscuridad, una voz estaba exclamando.


En el lugar predominaba la oscuridad, solo una fuente de luz proveniente de unas velas daba visibilidad a lo que parecía ser un trono, extenso e intimidante. Adelante, una plataforma a la que llegaba la iluminación tenue.


En medio había varias personas, dos figuras humanas que vestían sombrías armaduras que imponen respeto y temor, pero en el medio destacaba alguien que solo tenía una larga túnica con capucha de tela opaca, estaba encadenado mientras ambos seres de su alrededor le apuntaban con lanzas peligrosas.


-No puedo creerlo de ninguna forma... ¿¡Por qué nos traicionas de esta manera!?


Volvió a preguntar a alguien en concreto mostrando un enojo descomunal, su mirada iba hacia el frente donde se encontraba el trono imponente. Alguien estaba reposado, en el asiento que solo una persona, o más bien, una divinidad debido a su gran importancia, puede tomar como suya.


-¡Responde, Uranos-sama!

-Ya he oído suficiente, Fels.


El antiguo sirviente de un Dios fundador de la Ciudad Laberinto, Orario, él quien es la verdadera autoridad de esta ciudad aclamada como el centro del mundo, lo tiene de recluso por un motivo.


Todo estaba mal, no tenía sentido para Fels, siendo él, uno de los encargados principales de la situación de los monstruos parlantes, Xenos, además de un tipo de guía para su gente, estaba siendo traicionado por la divinidad que hace mucho tiempo atrás había decidido apoyar su causa... ¿Qué fue lo que pasó para tirar todo el esfuerzo hecho?


-...

-Todo iba de acuerdo al plan... Los Xenos estaban a salvo, teníamos la salida para que ellos llegaran al lugar que acordamos, pero, ¿por qué? ¿Por qué tuviste que traicionarnos de la nada? ¿¡Qué fue lo que hizo que cambiara de idea!?

-La existencia de los monstruos solo trae desgracias a los seres terrenales y divinos. El mundo existe para que los humanos puedan enfrentarse a las creaciones de los Demonios, ustedes. Yo no necesito apiadarme de las cosas que solo matan por matar. Y no debemos aceptar que tienen sentidos de vida...


La puñalada que le dio Uranos al desconcertado Fels lo había dejado sin palabras, pero más lleno de ira que nunca. Para Uranos, Fels ya no representaba a alguien humano, era un monstruo cualquiera. El anciano Dios lo había rechazado por lo que fue una vez hace mucho tiempo, un ser humano.


-¿Q-Qué? Pero si usted me traiciona... También traicionó a Bell Cranel, a la <Familia Hestia>, ahora están en la ruina, ¡somos gente de su pueblo!

-Silencio, cosa. Todo es su culpa, el niño de Hestia fue demasiado inocente en decir arriesgar su humanidad, apoyarlos antes de exterminarlos fue su errónea decisión... No necesitamos a personas que estén a favor del desorden. Desde ese día, ustedes, Xenos, solo sembraron el caos en la Ciudad...


Tomando en cuenta lo que mencionaba el Señor de los Cielos, Fels tenía razón, las palabras de Uranos carecían de sentido, pero con su respuesta tan cortante e hiriente entendió una cosa. De una forma se sentía como si hubiese olvidado a propósito su participación en el operativo.


Todo fue a propósito, y habían ganado con la traición más cobarde posible.


Unos pocos días habían pasado desde que estaban realizando la misión final de la <Familia Hestia> y los Xenos, la cual trataba de la extracción fugaz de los monstruos parlantes de nuevo a su lugar de origen, el Calabozo.


No obstante, las cosas empeoraron desde que se dio a conocer que el Aventurero Bell Cranel había sido neutralizado por las tropas de Orario, cosa que afectó completamente el operativo de la <Familia Hestia> y la seguridad de los monstruos.


Sin su capitán, Hestia no podía tomar las riendas del asunto con facilidad, era muy mordaz para la Diosa haberse enterado que su pendiente más importante había caído, además de que también había perdido comunicación con los Xenos y sus demás pretendientes.


Y eso fue porque sus niños y aliados también corrieron con mala suerte en ese momento, fue una reacción en cadena.


La Hobbit Lili, teniendo la mayor distracción en contra de la <Familia Loki>, fue atrapada por esta misma.


Haruhime, quien acompañaba a la Amazona Aisha, fueron capturadas por <Vanargand>.


También contaban con la participación de la Elfa Ryuu, pero debido a todo lo que sucedió de un momento para otro, y al ser la única que aún mantenía una forma de comunicación con Hestia, esta misma Diosa decidió que lo mejor era cortar lazos, ocultarlo por el bien de los demás y Ryuu su participación.


No tenían la responsabilidad de ayudar, y aun así si eso fue lo que decidieron, no debían correr peligro por su asunto.


Volviendo con la <Familia Hestia>, la peor parte la llevaron los dos restantes, Welf y Mikoto, eran los únicos que estaban acompañados de un grupo de Xenos, y ellos trataron de defenderlos de los Aventureros de Orario, pero terminó mal en su totalidad.


Aun con mucho esfuerzo de resistencia, los vieron irse de este mundo frente a sus ojos mientras perdían el conocimiento. No pudieron salvarlos, muchos Aventureros a la vez era demasiado, y en todas las direcciones a las que iban.


-¡Jajaja! ¿En serio estas cosas causaron mucho pánico? ¡Vaya decepción me han dado!

-No podemos considerar como aliados a estos criadores de monstruos, tan patéticos.

-¡Esto merece una celebración en el bar!


Por todo lo acontecido, en la ciudad se escuchaban las voces de victoria. Los aventureros festejaban haber acabado con la mayor parte del peligro hasta ese momento. Todo parecía ganado, pero grande fue su sorpresa al ver que estaban totalmente equivocados...


-¡OOOOOOOOOOOAAAAAAAAARGGGGGGGGHHHHHH!


El rugido de un temible Minotauro cerró la boca de la ciudad, solo basto con que miraran el cielo nocturno, y la sombra de la gran bestia apareciera hasta estar más cerca de ellos, aterrizando para sembrar el caos total.


-¡Todos ustedes moriraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!


Como venganza de sus camaradas caídos, y en busca de algo en particular... El poderoso Minotauro advirtió de sus claras intenciones. Una vez más se reunieron los Aventureros de Orario para acabar con la amenaza, pero al pasar poco tiempo, no parecía modo de detenerlo.


-¡Ataquen desde el lado derecho e izquierdo a la vez! ¡Mientras no dejen que haga su estampida imparable podremos retenerlo!

-¡AHHHHHHHHHH!


Gritos de agonía de Aventureros se escuchaban por la Calle Dédalo, muchas personas y Dioses de otros distritos se habían acercado para ver qué sucedía.


-¡No hay forma, las flechas no le hacen nada!

-¡Está fuera de control, está matando a nuestras fuerzas!


Aunque trataron de encadenarlo, retenerlo con Magia o batallar frente a frente, ninguno salió ileso, o simplemente era inútil.


-¡Q-Que no cunda el panicooooooooooooooo! ¡AGHHK!

-¡Maldición! Aun teniendo un brazo es imparable.

-¡A-AYUDAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHGK!


Un mar rojo con cadáveres estaba ante los pies del formidable enemigo al cual fue llamado como Asterius, el Xeno más poderoso y temible. Bañado de la sangre de todas las razas humanas grito lleno de ira, exclamando tener verdaderos retos antes de exterminar todo en la ciudad.


Aun teniendo una herida grave que impedía que pudiera usar ambos brazos y el doble de armamento, su máxima capacidad, sus adversarios humanos no suponían ningún tipo de amenaza, por eso su decepción. Eran unas cucarachas a comparación de él.


Con su única mano y hacha bastaba para cortar y machacar a cualquiera que quisiera enfrentarlo...


...


Aunque parece ser que la cosa empeoraría por su sed voraz de venganza que lo invadió hasta el último rincón, por lo que ya no solo se limitaba en exterminar a los Aventureros, sino también a los civiles e inocentes... Para él, todos debían pagarlo caro.


-No somos rivales... Es un verdadero monstruo del caos.

-Solo la <Familia Freya> y <Familia Loki> podrían con algo así. Pero no aparecen por ninguna parte...


La catástrofe no estaba a su alcance...


Aunque los múltiples homicidios fueron inevitables, y la destrucción de varias zonas de la ciudad, todo tuvo su culminación, acabando mejor para las razas humanas. La <Familia Loki> ya estaba casi completa y habían acabado con unos cabos pendientes, y ahora se podían centrar en la amenaza latente.


Nuevamente se enfrentaban con el toro negro, que anteriormente cuando hizo su primera aparición en la Calle Dédalo, mostro una mayor superioridad contra tres de ellos aun estando simultáneamente.


Solo fue inútil para Asterius el ataque de uno que le había realizado la herida de su brazo, estaba distraído, pero el daño ya lo tenía. Era malo para el Xeno, pero fue el factor decisivo de su destino.


La <Familia Loki> al estar ahora llenos de energía y frustración por las muertes de los ciudadanos y Aventureros, Asterius no pudo hacer nada contra ellos. El aclamado <Braver> había decidido luchar junto a <Vanagard> y las hermanas Amazonas Hiryute.


Los humanos pueden llegar a ser realmente unos monstruos... Fueron las últimas palabras de la bestia cornuda antes de transformarse en ceniza su cuerpo.


Fue una batalla larga, masiva que llegó al centro del mundo y con varios distritos afectados por la gran bestia. Debajo de la Torre de Babel fue donde culmino su genocidio, los Aventureros de Primera Clase salían ganadores mientras la cabeza del Minotauro yacía tirada en el suelo como única muestra de su existencia.


-Tch... Despreciable monstruo.


El hombre lobo pateó la cabeza con odio. Las dos Amazonas y el Hobbit miraban desde lo lejos como más gente se unía al hombre para hacer cosas similares. La chica de apariencia joven comentó lo que pensaba respecto a todo.


-... Supongo que es nuestro premio, ¿no?

-Tiona, mejor guarda tus comentarios para otro momento.


Muy inapropiadas le parecieron las palabras de Tiona a su hermana mayor, Tione. Le dio un golpe fuerte en el coco como castigo.


-No pudimos salvarlos, pero si logramos detener su locura...


El Hobbit capitán de la <Familia Loki>, Finn, se lamentaba de las muertes de cada combatiente y civil involucrado, pero todo había acabado... aunque no lo sintió como una victoria.


...


Aunque para la los demás terminó mejor, la desgracia se la llevaron los Xenos...


Los restantes que habían logrado llegar al punto donde supuestamente lograrían bajar al Calabozo, se dieron cuenta muy tarde que el destino les depararía lo peor. Fels lo presenció todo en primera fila, vio como varios Aventureros comandados por el Dios mano derecha de Uranos, Hermes, dio las órdenes de exterminar a su gente.


Fue confuso y tan repentino todo. Se desarrolló en una larga lucha, pero casi nadie sobrevivió. El Mago logró hacer unas pocas cosas, pero le fue en vano, presenciando al final las súplicas de piedad de los monstruos a los humanos.


Todo lo que había sacrificado el hombre de huesos se había ido, ellos se habían ido. La voz de la niña dragón...

-Tú también decidiste traicionarnos, ahora pagarás por lo que implica ser... un monstruo.

-¡URANOOOOOS!


Fels estalló en un grito. Ambos guardianes que detenían al Mago observaron cómo desprende varias luces celestes de sus manos de huesos humanos, él quería atacar a Uranos.


Ellos no dudaron en sacar lo que parecía ser un artefacto, que anuló de alguna manera los poderes de Fels. Él se mostró desconcertado, pero para cuando quiso hacerlo por la otra forma, los guardias comenzaron a llevárselo sin modo de zafarse


Gritaba lleno de odio muy profundo hacia la divinidad, varias maldiciones fueron escupidas hacia él. Un gran portón se abrió y entre la oscuridad desapareció de la vista de Uranos su anterior sirviente Fels.


Para cuando se cerraran las puertas, el lugar estaba en completo silencio. Uranos seguía sentado en su trono mientras miraba aún el fondo de la sala, cerró sus ojos, manteniendo su mirada seria en todo momento


-Royman, emite el siguiente decreto a toda la gente de Orario. Será a través del Gremio donde lo publicaran.

-... Si, Uranos-sama.


El gran Dios de apariencia sabía se levantó completamente. Cerca del trono salió un hombre de la raza de los elfos de edad avanzada, vistiendo un traje elegante y con una mirada que, para muchos, no representa la belleza élfica. Se arrodilló en signo de respeto, o tal vez temor.


-Oficialmente la <Familia Hestia> queda exiliada de Orario, Diosa y miembros por igual. Debido a los recientes incidentes ocasionados por la <Familia Hestia>, queriendo ayudar con la existencia de monstruos armados, haberlos subido a nuestros dominios, se consideran como culpables del desorden ocasionado en la ciudad.

-...

-Solo que habrá una excepción.

-¿Qué cosa?


El hombre miró algo sorprendido a su Dios.


-... El Aventurero de Clase Alta, Bell Cranel, obtendrá un castigo diferente al desempeñar el trabajo de capitán de la <Familia Hestia>, siendo el principal responsable de guiarlos a cometer el desorden. En acuerdo con los líderes del Gremio, se le declara como culpable de todos los homicidios cometidos por los monstruos, debido a que se considera como un enemigo potencial para la estabilidad de la ciudad.


Por el orden y la paz de la ciudad tendrá que ser...


Ejecutado.


Motivo: Haber traicionado a la nación de Orario.

Los días siguieron pasando, la situación de Orario no se había recuperado del todo aun, las marcas que habían dejado esa feroz batalla en la Calle Dédalo hirieron profundamente el corazón de la gente y Dioses la ciudad.


Aún se hablaba del tema en las zonas públicas, pero tuvo un empujón más llamativo debido a una nueva noticia del Gremio.


Todo Orario ya estaba avisado y enterado, todos habían sido comunicados de la noticia de la próxima acción tomada y aprobada por el Gremio. La sentencia de la <Familia Hestia>, el exilio de ésta y la ejecución del Aventurero Bell Cranel.


Mucha gente debatía sobre ellos, la mayor parte se alegraba por la decisión tomada, otra más no sabía qué decir, pero por ver a la mayoría, se mostraban a favor de la decisión del Gremio.


No obstante, hubo algunas disputas. En el Gremio, parecía que una asesora había estallado en contra de los líderes, renunciando por completo. Aunque no había acabado la cosa con ella, la gente escuchaba como esa joven había comenzado una campaña, por que aseguraba que el Aventurero con próxima ejecución era inocente...


Debido a la gran notoriedad que se difundió, en todos lados había carteles. Un día en una plaza, las personas se habían reunido porque la exempleada del Gremio que era la raza de los Elfos estaba protestando.


La mayor parte de la gente que se había acercado al lugar parecían reírse de la chica de cabello castaño. Aunque las chicas de un bar la miraban con tristeza. Cerca de ahí, unos Aventureros tomaron uno de esos carteles mientras conversaban.


-Es una pena que alguien tan bella apoye a un asesino.

-La gente puede llegar a alocarse de la nada...


Se rieron despreocupadamente de la situación, pero lo que no sabían es que detrás de ellos había una persona encapuchada que escuchaba todo, había tomado uno de los carteles y lo observó un tiempo hasta que en silencio se alejó por un callejón cercano.


Entre los gritos que había cerca del lugar, la figura arrugó el papel con fuerza y lo tiró al suelo, desapareciendo por el camino que había tomado. Se fue mientras la chica Elfa seguía protestando con su amplificador de voz en la mano y las personas seguían burlándose de ella.

-... Finn.

-...


En un lugar diferente, una Alta Elfa de cabello jade llamó al Hobbit, capitán de la <Familia Loki>. Finn, quien estaba sentado en su escritorio, mantenía una mirada decaída y agotada, su mano derecha apoyaba su cabeza mientras que con sus dedos sobaba su frente.


La bella Elfa se mantenía algo alejada del escritorio, de pie mientras que con una de sus manos tenía un báculo que tocaba el suelo. El silencio de parte de Hobbit había sido bastante largo para ella que le incomodaba.


-Sabes que no están bien las cosas, deberíamos...

-Riveria. No podemos hacer nada, la mayor autoridad del Gremio nos ha encargado esto... Si bien, tenía mis expectativas y confianza en el muchacho, lo que hizo no se puede perdonar. Aún cuestionó los métodos pedidos, pero el daño ya lo creo.

-...

-Lo que se rompe se debe de pagar...


Una noticia especial había llegado a las puertas de la <Mansión Crepúsculo> días antes del gran anuncio. La <Familia Loki> al ser los salvadores de Orario, el Gremio les habían encargado una tarea valiosa, de la cual, fue una sorpresa para sus líderes que era nada más y nada menos...


-Solo debemos sacar información que sea relevante para el Gremio, antes de su ejecución. Pensaba que podría ayudarlo dándole una vez mi voto de confianza, pero nada de lo tenemos parece ser confiable. La <Familia Hestia> era la principal involucrada, pero al estar ya exiliada solo nos queda él. Ya no hay más pistas...


Habían investigado a las personas que se habían relacionado con la <Familia Hestia>, pero nada de lo brindado era de utilidad. Pasaron días y no fue hasta que el Gremio y Uranos intervinieron, les entregaron al principal del asunto. Solo que era demasiado extraño sus requerimientos.


En el fondo Finn quería ayudar al joven, pero por algún motivo, nada le parecía convencer. Y ahora que ya no tenía más ideas, desidia acceder con su pesar a lo que les pidieron.


-... Torturando al pobre muchacho, solo conseguirás lo contrario...


Riveria se dio media vuelta en dirección a la puerta de la habitación. Finn se percató del decadente y decepcionado tono de voz que le había dado la Elfa, pero en parte entendía, toda esa relación se destruyó.


Aun no entiendo porque decidiste aceptar la tortura... No es propio de ti.


Ella salió de la habitación. Finn se quedó mirando la entrada sin decir nada en silencio total, agacho la mirada y luego se levantó, tomó una llave que estaba colgada a un lado de su saco y después de unos segundos salió de la habitación.


Entre los pasillos de la mansión, los Aventureros de su <Familia> lo saludaban como era habitual, pero este solo respondía con un estado de ánimo falso. Bajaba por escaleras hasta que llegó a una zona oscura subterránea, donde había una puerta reforzada.


El Hobbit observó a su alrededor, la entrada a un lugar estaba fuertemente vigilada por guardianes de armadura escalofriante. Entre sus pensamientos recordó que, desde hace unos días, personas de las mismas características aparecieron en puntos concretos de la ciudad. Todo parece indicar que son del Gremio.


-...


El Hobbit los miro y sin decir nada uso la llave para abrir la puerta. Ellos emanan un aura extraña que lo incomodaba, nunca hablaban, pero siempre lo miraban. Cuando empujó el portón, las voces de dos personas llegaron a sus oídos.


-¡Muchacho inútil, negociar contigo no nos sirve de nada, mejor ni lo intentes!

-Solo danos la verdad. Queremos saber los nombres de todos los responsables. ¿¡Quienes te ayudaron y dirigieron!?

-...


Dos personas estaban rodeando a una persona dentro de una celda. Ambas vestían atuendos elegantes, muy parecidos a los empleados del Gremio, pero estos no eran muy amistosos, mostraban burla, seriedad y mucho vacile.


Afuera había dos guardias que mantienen una posición firme, voltearon sus miradas al pequeño Hobbit rubio que había entrado. Finn se acercó a la celda.


-... Ya les dije... Solo estábamos mi <Familia>, los Xenos y Urano-sa...

-Idiota. ¿Crees que caeremos con tus mentiras? No te atrevas a desprestigiar al todopoderoso Señor del Gremio, Uranos-sama.

-Repites las mismas tonterías cada día. Osas mentirnos en la cara. Te recordamos que esa Amazona de alias <Antianeira> estaba contigo, nos ocultas cosas y de seguir así, ¡ellos pagarán!

-Dinos la verdad, o nunca entenderás por las buenas...


Una bofetada recibió el reo que estaba sentado en la mitad de la celda. Parecían ser de algún grupo especial bajo el servicio del Dios fundador, ¿parte de su <Familia>? Finn observó como el otro hombre reprochaba al joven.


Bell Cranel...


Observó cómo la cabellera albina del que había nombrado en sus pensamientos se movía. El muchacho de ojos rojizos tenía un tono de voz bajo, desgastante y deplorable, estaba muy herido, su cuerpo se encontraba herido por todas las partes.


Nunca fue sanado desde la vez que lo capturaron, pero parecía que de alguna manera logró sobrevivir.


Alguien había usado pociones de muy buena calidad en él, seguramente las bebió y luego se desmayó. Sin embargo, Finn se preguntaba porque lo habían dejado ahí, ¿simplemente lo salvaron y se fueron? ¿Cuál fue su propósito con ello?


Tenían como prueba eso, la participación de la Amazona, pero también de alguien más, pero que no pudo ser reconocida debido a que escapó. Solo sabían de su vestimenta de capa verde. Finn sabía que, aun siendo Bell, no vendería a los que apoyaron, pero no ayudaría en nada si no comprendía las indirectas.


-Pff, niño insolente... ¿Hmph?

-... Tienes suerte de nuevo.


Ambos señores notaron la presencia del Aventurero de Primera Clase, al verlo se vieron algo molestos, como si su presencia les hubiese arruinado su fiesta. Miraron de nuevo a Bell, quien sin ninguna expresión bajo su mirada. Uno de los dos chasqueó la lengua.


-Si no nos das algo bueno en pocos días, también pagarás por la reconstrucción de la ciudad, <Braver>.


Se lo escupieron a Finn que evitó contacto visual con las dos personas, estás se largaron del lugar. Todo quedó en silencio, Finn levantó su mirada para poder verlo, Bell no hizo lo mismo.


Se mantuvieron en un silencio tenso.


Ya no pide ayuda...


Los ojos azules de Finn se enfocaron en la mirada del joven.


Desde el comienzo, el joven albino había pedido ayuda a la <Familia Loki>, decía que era inocente y si tenía muchas cosas que explicarles, pero no salió muy todo por la constante intervención que hacía el Gremio.


Finn si lo escuchaba, pero nunca pareció creerle.


Puede que, debido a eso, había perdido mucha esperanza. Pero el Hobbit era consciente de que ya esa "esperanza" era casi nula.


Si bien estaba encargado del asunto, aunque de manera involuntaria y obligatoria de sacarle información valiosa, la verdad es que nunca había torturado, golpear constantemente a una persona para sacarle información.


Él no hacía siempre eso, esas personas que habían salido de la habitación se la pasaban la mayor parte aquí con él, por lo que desconoce todo lo que haya vivido. Muy probable que Bell le tenga odio por abandonarlo...


Cosa que no era completamente así, una vez le pregunto qué tanto hablaban o le hacían, pero esa vez los guardias que lo vigilaban le ordenaron que se fuera. Era sospechoso en parte. Sin embargo, a simple vista podía notar el chico rubio de las heridas del joven.


Cada día aparecen nuevas, nuevos métodos utilizaban. Su pecho desnudo ya no contaba solo con esos cortes provocados por una espada, había moretones y quemaduras recientes. Sus manos eran las únicas vendadas, algún tipo de ácido le rociaron.


La razón por la que Bell no se levantaba era porque sus piernas cedían, uno de sus tobillos estaba lastimado. Era un maltrato animal severo, sorprendente de que siga vivo. Aunque Finn no cree del todo una cosa...


No creo que Aiz haya hecho todo esto.


Era el rumor que más sonaba, la <Princesa de la Espada> acribillando a <Little Rookie>, permitiendo que sea capturado por Orario. Algo tuvo que haber cambiado entre ellos, sentía necesidad de saberlo...


-Cranel-san.


Por fin el al Aventurero levantó su mirada hacia el pequeño Hobbit. Como había dicho el mismo Finn, la mirada de Bell ya no era reluciente, esa esperanza que a veces presenció se había ido, ahora solo estaba alguien destrozado.


-¿Qué quieres...?


Hablo el muchacho en tono bajo, pero con el leve sentimiento de enojo del que pensó <Braver> hace unos instantes. Bell estaba harto de verlo, de que le hablen, solo quería tener paz...


No obstante, Finn no venía por más de ello, quería preguntar algo nuevo para él, así que fue directo al grano.

-... Dime qué fue lo que pasó con Aiz y tú. ¿En verdad Aiz fue quien hizo las heridas? ¿Hubo algo para que Aiz actuara así contigo? ¿Sabes quién fue el que te dio esas pociones? ¿A dónde fue Aiz?

-...


La atención del joven pareció activarse, cosa que sorprendió al Hobbit al ver como este abrió un poco la boca, titubeando por un motivo. Finn lo miró fijamente, estaba seguro que sabía algo, pero lo que recibió se lo esperaba de cierta forma.


-No sé nada... Ella... ¡Solo vete!


Bell miró hacia otro lado, escupiendo lo que sentía. La expresión que tenía el albino dejó ya claras las cosas para Finn. Había empeorado su situación con él, ya no era de alguien desesperanzado, era de alguien adolorido por una situación, había tocado un hilo muy frágil. Algo pasó, pero para nada le dirá.


-Entonces nada de ella.

-... Solo déjame.


El Aventurero se levantó, comenzó a retirarse sin decir nada más, dejo en paz como mejor opción que halló. En parte, el día de hoy no se encontraba con ánimos de hacer más de su trabajo.


Comentó que le traerán un poco de comida antes del atardecer y con eso se despidió.


Bell ni lo miró, solo se quedó con su mirada decaída, vacía y cegada de dolor, sutilmente unas lágrimas comenzaron a caer al suelo, mientras los sollozos era lo último que escuchó Finn al irse por el portón. Suspiro pesadamente el Hobbit.


Afuera del lugar, Finn encontró a <Jormungand> esperándolo en los escalones.


-¿Necesitas algo, Tione?


Ella no le respondía, pero hizo una señal que fuera con él. Finn entendió que, si había algo, pero prefiera un lugar más personal... Tampoco le agrada la presencia de esas personas en su hogar.

-¿Cómo fue todo?

-... Nada aún. En realidad, no me encuentro con ánimos de forzarlo a hablar... Está muy cansado.


Estaban en uno de los muchos balcones que tenía la mansión, el Hobbit necesitaba algo de aire fresco. Él reposaba su cuerpo en la valla mientras observaba el jardín más grande, por otro lado, Tione, descansaba su cuerpo de espaldas, miraron dentro de la mansión.


Debido al sentimiento de culpa que obtuvo en ese muy corto intercambio de palabras, por lo que hizo, el valiente Hobbit ya no tenía forma de luchar.


-Tione, ¿aún no se sabe nada de Aiz?

-... No, nada aun...


De todos los problemas que tenía la <Familia Loki> en este momento, estaba uno en concreto que no le hacía nada de ilusión a Finn. La repentina desaparición de una de las fuerzas principales, la <Princesa de la Espada>, había alarmado a la <Familia> por completo.


No la habían visto desde el día de la catástrofe, desconociendo de qué era lo que ocurría con ella o temiendo que estuviera en manos enemigas. En parte necesitan de ella por estar involucrada en la captura de Bell...


-Nuestros equipos de exploración ya buscaron por muchas áreas, pero la ciudad es enorme. Nos llevará un tiempo obtener una pista si es que ella no hace algo. Hacemos lo que podemos.

-¿Y Bete?

-El lobo pulgoso tampoco ha tenido suerte. Nuevamente se ha quejado con que es una pérdida de tiempo seguir con esto, que ella regresara por su cuenta.


Pero el hecho estaba ahí, Aiz estaba desaparecida y para ellos era importante encontrarla o mucho del trabajo que están haciendo, será en vano.


-Ha~ Quisiera quitarme estos dolores de cabeza de una buena vez.


Tione miró sorprendida a su capitán, él estaba cansado y estresado, pero mayormente triste. Todo fue muy repentino y solo le gustaría volver a su trabajo habitual.


No obstante, estaba seguro que él no era quien lo pasaba mal. Esa desaparición de Aiz, seguramente la chica estará en un lugar de la ciudad escondida, arrepentida o dolorida de lo que pasó. No sabe cómo fue que llegó a hacer eso, tal vez se sintió demasiado herida por dentro que cometió esa locura.


Eran amigos, se llevaban tan bien y ahora todo estaba mal. En donde sea que estuviese, esperaban que volviera, muchos la extrañaban y se preocupaban.


Pero...


¿Pensaba lo mismo ella?

Yendo un tiempo más adelante...


En un lugar del barrio más pobre de Orario, desde la ventana de un edificio al borde del derrumbe, la figura encapuchada se quitó su traje, y una joven de cabello dorado se mostró en su lugar.


La dichosa desaparecida Aiz observaba las calles de abajo, desde sus ojos dorados se podía ver como había muy pocas personas y Aventureros caminando por ellas, todos viéndose algo sucios y unos cuantos en un estado de vida muy malo.


Como lo era la gente que estaba en esta zona, abandonados por la vida misma, los edificios de su alrededor se encontraban en un estado deplorable, que la gran mayoría se encontraban a punto de colapsar, abandonados por obvias razones.


Si bien destacaba su hermosa arquitectura aun siendo ya ruinas, de la zona sobresalía sus grandes construcciones en forma de pilares. Desde el cielo parecía un enorme jardín, y estas viviendas representaban los hormigueros de ella.


Mucha naturaleza y una poca construcción, pero hecha con mucha pasión, una bella zona que no recibió su debido reconocimiento y apreciación. Arruinado como el sentimiento de alguien...


-...


Ella entró al lugar. El cielo con su sol anaranjado se estaba yendo, avisando que la noche se aproximaba.


Aiz camino por una habitación, la mayor parte de lo que lo conforma estaba en las últimas, todo muy decadente y empolvado.


Hasta en lo que parecía ser el baño, varias enredaderas de la naturaleza habían tomado esas tierras como suyas. El techo tenía varios huecos por donde la luz solar podía pasar sin problema.


Algunas paredes estaban cubiertas de musgo y raíces debido a la humedad de la zona. Este sitio se mantenía estable de alguna manera por la flora.


Aiz llegó a una sala grande, y a diferencia de las demás y pasillos, esta estaba en un estado más aceptable. En el suelo había una alfombra empolvada, pero en uno de los lados donde había una ventana, se encontraba una pequeña fogata.


La espadachina retiró su manta por completo, dejando a la vista su armadura ligera desgastada al igual que su espada. Tiro al suelo la tela sin aparente importancia y se arrodilló cerca de la fogata, usó unas piedras que tenía cerca para iniciar el fuego.


Las noches suelen ser frías, y parece que esta no será la excepción.


-...


Cuando ya tenía todo listo, se sentó cerca de un saco de dormir que se encontraba en el piso. Se quedó mirando el fuego un tiempo sin decir nada, solo escuchando el crepitar de esa misma hoguera.


Para ese entonces la luz ya se había ido por completo, solo quedaba la tenue y llameante luz de la fogata que iluminaba el rostro de la joven.


El cual... no era el mejor.


Sus ojos estaban totalmente perdidos, era una mirada vacía, una de alguien que había perdido todo. Los párpados estaban hinchados, sus labios secos con algunas partes del tejido abiertas, el labio inferior tenía una herida pequeña que parecía una mordedura.


El estado que tenía lo decía todo, ella estaba desgarrada completamente, sumida bajo la depresión que obtuvo por lo que sucedió.


Desde ese día, no hubo una única noche donde ella se sentaba de nuevo ahí y lloraba sin parar, gritando profundamente arrepentida al horizonte y maldiciendo a sí misma por lo que hizo.


Ocasionalmente llegaba a aventar cosas que había en la habitación por la ira de su frustración, cuando su tristeza la dominaba por completo llegaba a dormirse, pero el sentir la seguía, llegando a ser atormentada por las pesadillas.


Su error era ahora su terror. No puede perdonarse y pensar que todo era su culpa terminó dejándola así, herida como la ciudad...


...


Debido a ello, no ha podido hacer nada más que aislarse de la sociedad para que de una forma eviten ver su verdad. Encontró este lugar por casualidad, pero no ha hecho nada. No quiere nada. No quiere ver nada y a nadie.


Si bien tampoco comía mucho, el hambre que sentía después de un rato era lo único que la obligaba a salir de ahí. Aunque por eso, siempre se ponía peor.


A donde fuera que caminara, siempre contaba con algo que la empeoraba...


A donde vaya escucha, repitiendo el mismo e hiriente mensaje sin parar...


En cada esquina y cada rincón...


En cada lugar hablan de él...


Un pequeño sollozo salió, Aiz, quien seguía sentada comenzó a levantar sus brazos hasta que agarró con sus manos su cabello, tapando sus ojos y continuamente su fuerza se hizo notar.


De estar inmóvil, ahora estaba inquieta, se iba de un lado a otro repetidas veces. Ella estaba teniendo tantos pensamientos acumulados que nuevamente su ansiedad volvía a atacar.


Incapaz de controlarse, abría su boca como si estuviera tratando de gritar, pero su desahogo apenas era notorio, no tenía bien su voz, estaba seca. Era una cuenta que ya se había perdido, cada día que pasaba, en el transcurso de este, siempre volvía aquí y no podía olvidar esa escena.


Su agarre cambió, los dedos de sus manos arañaron su cabeza y frente, bajando lentamente hasta que se detuvo en sus ojos, aun tapándolos. Sus temblores corporales eran incontrolables. No podía más.


Arruinó a Bell...


Lo atacó, lo corto, le pegó hasta un punto de dejarlo al borde la muerte, todas las heridas que quiso sanar, fueron hechas por ella misma. Ningún tipo de perdón podría recibir de él, estaba segura de eso.


No era todo lo que la despedazaba por dentro.


Bell iba a ser ejecutado.


No exiliado, no encarcelado, ejecutado.


Una muerte aprobada por la ciudad, por el Gremio de Orario y su pueblo. Ella era vista como una heroína, la castigadora de los traidores, también lo repetían unas personas que escucho.


-¡Y-Yo no soy ningún héroe!


Logró gritar la verdad que sentía. Ser un héroe no es traicionar a un amigo, dejarlo lastimado a punto de morir en un callejón todo por una estúpida disputa de los dos. Era todo lo contrario, una gran escoria que se hace pasar por un ser humano. Imperdonable.


...


...


¿...?


Ella se detuvo. Nuevamente su ataque de ansiedad e ira habían tomado control de sí misma. Se encontraba en la mitad de la sala, lentamente bajó sus manos. Su cabello estaba hecho un desastre.


De repente, sus piernas cedieron, otra vez su mirada estaba desgastada. Las lágrimas aún salían de sus pupilas como cascadas. De alguna manera había logrado controlarse... Había algo.


-Bell morirá...


Aun con ese sentimiento hiriente y malo que produce pensar en eso, inesperadamente sus ojos tomaron algo de brillo, ella repitió lo mismo unas cuantas veces mientras fijaba su mirada a la nada. Ella lo había dicho, el muchacho estaba sentenciado a muerte, él se iba a ir definitivamente por su culpa.


-... No...


Quedó pensativa unos instantes, algo de su mente interrumpe sus sentimientos en estos momentos. Aiz estaba confundida. ¿Por qué Bell tenía que morir...?


¿Por qué tenía que irse...?


Es un chico que está aprendiendo a vivir, no puede irse ya...


Ella no quería eso, no quiere que Bell se vaya... Que se lo arrebaten. Apenas podía entender algo de lo que descubrió que sentía por él, lo ama, tiene la necesidad de estar cerca de él, pasar más tiempo juntos.


No se detuvo de casualidad sus perturbaciones, desde el fondo de sus sentimientos no quiere que eso suceda, no quiere permitirlo, no debe de suceder. Aiz sí se sentía culpable, pero esa culpabilidad estaba para decirle que debía solucionarlo. Eso fue lo que había acordado con su corazón.


-No quiero olvidar esa sensación.


Había compartido tiempo con él, suficiente para apreciar profundamente esas sensaciones que le permiten demostrar que es lo que quería de verdad.


Quiero verlo.


Quiero ver su rostro otra vez...


Ansío pasar tiempo con él.


Deseo acariciar su cabello blanco de nuevo.


Anhelo decirle que es lo que siento...


Decirle que lo amo.


¿Por qué tengo que perderlo?


Ella tenía el sentimiento de arreglarlo, así no podrá demostrarle su perdón... y su amor. Necesita intervenir, necesita salvarlo, esa necesidad es la que le ha permitido detenerse, analizar la situación como se debe.


-Sufrir por tanto tiempo solo hará que me pierda...


Tal vez eso quería advertirle esa ser...


Su mente pareció empezar a comprender, todo este tiempo... en el que estuvo llorando sin parar, lamentándose, odiándose y arrepintiéndose sin parar, era un desperdicio.


"Paty" había dicho que de una forma u otra tenía que hacer algo, para enfrentar sus preocupaciones debía empezar con aceptarlas en parte, por que así podría calmarse, aclararlo primero consigo y analizarlo. Todavía podía arriesgarse...


-Pero... ¿Qué debería de hacer? No sé dónde está, o cuánto tiempo queda...


¡...!


Un brillo surgió desde lo profundo de entre sus preocupaciones, surgió una idea, y estaba claro que esto sólo debía de depender de ella todo su progreso. Era arriesgado por la falta de conocimiento, pero si jugaba bien sus cartas, podría lograrlo.


Por un momento dudo que fuera propia de ella, pero debido a lo que es, se mostró de acuerdo con ella; aun conociendo y en parte aceptando los riesgos.


Si bien sabe que había hecho algo mal... y que posiblemente mucha de esa relación que tuvo junto a Bell ya no era la misma, tal vez ya nada... debía de intentarlo.


Sus sentimientos querían decirle lo que verdaderamente siente, la verdad de lo que había pasado en ese momento, y aunque sea muy complicado explicarlo, conseguir su comprensión. Pero para ello debía salvar su vida como dé lugar.


No importa que es lo que suceda, si al final él la odia, si aún es rechazada, no se detendrá hasta que cumpla con su objetivo. Si al final resulta que no le importa su explicación, y para él fue ella la responsable de su decadencia, será ella misma quien al menos le de la libertad con la que siempre lo vio como representante.


Expirara su pecado. La pura llamada de bondad y honestidad de él estará de nuevo, aunque ya no en este lugar, Orario. Si puede de esta forma disculparse, no dejará que la detengan, o él la detenga. Para lograrlo sólo necesita hacer algo:


Obtener su confianza...


Dejó de mirar al vacío, volviendo a su realidad. Ahora solo hacía falta unas cosas para así lograr de una manera la idea que se le llegó a la mente, empezando por lo más importante, el paradero del joven. Aunque tenía la convicción de un lugar por dónde empezar.


-Debo hacerlo...


Aiz se sentó cerca de la ventana, mientras seguía el abrasador fuego de la hoguera, ella observaba la estrellada noche que había. Muy diferente a días pasados, sus ojos ya no estaban pesados, no sentía tan molesto sus párpados hinchados.


Su ambición por lograrlo es más fuerte que su temor, y está dispuesta a sacrificar muchas cosas a cambio de conseguirlo. El corazón del conejo, ese joven que salvó en el pasado, ella conseguirá a toda costa su resolución de nuevo.


Tomará los riesgos necesarios para ganar esta batalla.


Aunque mi vida dependa de ello...

















Aiz...


La voz de Bell resonó en un espacio abismal sin nada aparente. Pensaba que tenía sus ojos cerrados, pero cuando vio su cuerpo, su confusión hizo acto de presencia en toda su mente. De repente, una luz apareció detrás de él.


Cranel-san...


La voz del Hobbit rubio resonó detrás suya, miro hacia esa dirección, pero no hay nada, el mismo infinito vacío. La luz se había ido tan rápido.


¿Hubo algo para que Aiz actuara así contigo?


Nuevamente logró escucharlo, se giró rápidamente, pero corrió con lo mismo.


¿A dónde fue Aiz?


No se movió ahora, solo se detuvo a escuchar.


¿En verdad Aiz fue quien hizo las heridas?


Siempre se repetía...


Aiz.


Ese nombre, esa persona... Bastó un momento donde cerró sus ojos y los abrió de nuevo, en frente suyo, la apariencia de la nombrada se mostró entre el espacio oscuro. El joven albino solo pudo quedarse quieto, observándola en silencio, pero de un momento para otro se cerraron sus ojos de nuevo.


...


Cuando los abrió nuevamente, sus retinas escarlatas reflejaron una escena familiar para él. Veía un bello cielo azul, frente suyo las montañas de los exteriores de la Ciudad Laberinto. Las montañas del horizonte...


Miro más arriba hasta que noto la presencia de otra persona, arriba suyo estaba Aiz, ella se encontraba sentada, pero él se encontraba acostado. Por alguna razón llegó a pensar, que seguramente se había desmayado de nuevo... Le estaban haciendo una almohada regazo.


No obstante, recordaba que eso no había pasado, no habían entrenado desde hace un tiempo... ¿o sí? Su confusa mirada llamó la atención de la princesa.


¿Qué sucede?


Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la joven le habló. Bell volvió en sí y miró hacia arriba nuevamente, viendo como Aiz lo miraba con una leve emoción de preocupación.


Oh, no es nada...


Lo dijo al sentir ahora una preocupación. El rostro de la joven cambió por una leve sonrisa sincera, de una forma ella se alegró que fuera así cuando pasó su mano por el su cabello, acariciándolo. Sus ojos se volvieron a cerrar.


Se siente tan... relajante.


Esa sensación, esos dedos cruzando entre sus mechones, rozando su cabeza con mucha tranquilidad, era tan satisfactoria. El ambiente, el lugar, la sensación y la persona que lo acompaña usando ese afecto, era perfecto. Un sueño tan bueno...


Aiz... Yo...


Entreabrió sus ojos, interesado por que ella lo acariciaba con mucho cariño, pero cuando lo hizo, todo había cambiado. Apenas podía abrir los ojos, se sentía muy pesado, más cansado.


¿Qué está pasando?


Su voz apenas se escuchaba, el cielo era oscuro, y ahora veía estructuras de piedra a sus alrededores, estaban en la ciudad. Todo era lo opuesto, era incomodo, el ambiente, la zona, pero seguía acostado, con alguien.


Forzó mucho su vista y miro hacia arriba. Pero una sensación llegó, ¿sentía dolor...?


Estaba sangrando, su rostro estaba bañado de sangre. Su boca golpeada, respiraba por la boca con algo de esfuerzo, dejando visible su aliento por el frío que hacía.


Bell no entendía nada, pero cuando vio a quien debía ser Aiz... su corazón se detuvo. Solo vio a una mujer parecida a ella, pero con un rostro horroroso. Sin ojos y boca, de cada orificio salía sangre sin parar, aparentemente observando cada vez más cerca...


¿Qué sucede~?


-¡Ahhhhhhhhhhh...! Eh, ¿ah...?


Bell abrió sus ojos de golpe y se levantó gritando, pero cuando se dio cuenta que se había ido se detuvo. Estaba de nuevo aquí, dentro de la cárcel que lo retenía desde hace unos días, con la luz de la noche entrando por unas rejillas que daban hacia el exterior. Había estado acostado en una camilla, anteriormente en completo silencio.


Su rostro estaba sudando, su pulso algo acelerado. Toco su frente tratando de calmarse, su sueño fue de lo más extraño, había sido interrumpido en su totalidad por las preguntas que le habían hecho hace unas horas, y de repente estuvo con Aiz y esa cosa...


¿Una pesadilla invadió su sueño? ¿Y qué era eso?


Con un poco de dificultad se sentó, frotó sus párpados y nuevamente dejó que su cuerpo decayera. Hizo una mueca de dolor por lo que sentía que venía de su estómago, era peligroso que se moviera muy rápido con una herida así de peligrosa.


-Ha~


Suspiro cansado y miró al suelo. Cerca suyo, precisamente donde miraba, había un plato. Tenía varias frutas en ella, pero aún debido a su cantidad, se podía presentir que en ningún momento tomó alguna.


Era su cena, pero no tenía hambre, solo quería dormir, pero ahora no sentía que pudiera también. Miró su cuadro de metal y concreto, es verdad que un Aventurero de su clase por mucho que lo encierren, podría escapar confiando en sus habilidades.


No obstante, de una forma descubrió que era imposible, de alguna forma esas personas que lo vigilan tenían un material que habían rociado por toda la habitación, haciendo nulo sus capacidades de Aventurero brindadas por la <Falna> de su Diosa.


Pero aun si lo tuviera, era una idiotez hacerlo, tenía una ciudad entera sobre su cabeza, lo sabía por los múltiples insultos que lograba escuchar. Es un Nivel 3, no conoce toda la ciudad al completo, ni tiempo tendría para perder de pista a alguien.


Se había rendido aún cuando usó una cuchara para picar, y por eso tampoco recibe cubiertos ahora. Y en cuanto a pedir ayuda a alguien...


...


No entro en sus opciones desde el primer día...


-Solo quería salvarlos, que vivieran felices...


Si lo entendía, sabía por qué no lo harían, no era necesario aclararlo cada que vienen.


Mucho de lo que sucedió estaba fuera de su alcance, aceptaba que tenía sus defectos con eso, pero nunca podrá perdonarse perder a los Xenos, a Wiene...


...


Su mirada se tornó molesta, pero mayormente decepcionada. De no ser por lo que pasó al final, estaba seguro que habría salido bien... en parte.


Pero no sucedió así, y ahora estaba rodeado de la culpa, y realmente se sentía frustrado de no haber podido ayudar a su <Familia>, y le parte tanto que ellos fueran traicionados por Uranos.


No llegó a conocerlo directamente, pero haber confiado en él en su momento, ahora se arrepiente.


Sabe que fueron exiliados, pero la injusticia con él le generó cierto sentimiento de odio a esta ciudad. Es por su inocencia que se lo provocó, pero la cual ya fue arrebatada por su gente. Así es como se siente ser un Aventurero, se preguntó.

Muchos sueños que tenía, ahora son imposibles de alcanzar. Todo lo que había planeado con Hestia, los sueños y metas de sus amigos, Xenos, lo suyos propios... Se acabó.


-... ¿Tendré que aguantar con esto, hasta que se acabe?


Desde la perspectiva de Bell, toda la situación en sí le parecía una broma ya, aunque estaba aún asustado, pero llegó a estar demasiado triste que dejó de importarle. Cada día que seguía encerrado ahí solo le generaban traumas, aguantar las heridas que tenía y le generaban esas personas, y siempre confuso.


Confuso... ¿Por qué?


~~~


¡D-Detente... A-AIZ!


~~~


... Aiz.


Un flashback llegó a su mente.


Pronto creyó entender su pesadilla. Esa noche no la podía olvidar. La razón de su dolor ya no es solo por sus amigos, su corazón estaba hundido, en un mar de tristeza.


Esos momentos que vivió con ella, la tranquilidad que le traía estar junto a ella bajo el cielo soleado, acostado recibiendo esas caricias mientras dormía o estaba inconsciente, la sensación de la mano de Aiz tocando su cabello, su cuerpo. Se había acabado, ¿verdad?


Si...


No llego a entender un poco de lo que sucedió, esas reacciones por parte de la chica, y ese odio masivo cuando se detuvieron unos instantes. Quería llegar a entenderla, pero parecía que ella ya no, se había hartado.


De no pensarlo así, no entendía qué otros motivos habría para atacar hasta ese punto...


Soplo su nariz, trago la saliva que se acumuló de pensarlo y limpio un par de lágrimas que habían salido de sus ojos.


Las preguntas de Finn lo habían dejado dudoso, pero lo que dijo era la verdad suya. No sabía nada, y seguramente es muy probable que lo odie... Aunque en parte llegaba a ser mutuo, en este momento sentía como si no quisiera saberlo.


Como tampoco verla...


Era un rechazo, ese vínculo terminó...


Se acostó de nuevo sin ya nada que preguntarse por su cansancio. Mientras lo acepte, estará bien, ¿no...?


-Todo me parece muy extraño.


Un nuevo día llegó. Regresando al gran castillo de la <Familia> exploradora de Loki, la Alta Elfa de fragancia inalcanzable se encontraba sentada en el jardín trasero. Riveria miraba el cielo soleado pensativa.


De la poca gente que opinaba diferente a todo, estaba ella. Riveria no estaba del todo segura de muchas cosas, especialmente había unas cosas con su <Familia> de las que no estaba de acuerdo.


Estando como principal lo claro, responsabilizarse de un encargo tan bajo y horroroso como la interrogación forzada que les pidieron. Aun siendo parte de la raza de los Elfos, era concordable entre todos que la tortura era de los inventos más repugnantes de la humanidad, y Riveria no lo comprendía.


¿Cómo es posible que Finn haya aceptado?


Si bien hay muchas cosas de este mundo que sorprenden, mayormente aterrorizan. Los secretos que todos tienen cuando quieren ser revelados, a veces pueden ser tan espantosos.


El Gremio tenía los suyos, pero esto le daba una pista de que tienen cosas entre manos, lo malo es que es eso, son el Gremio, parte que controla la ciudad. Contra algo así es como ir a la batalla desnudo.


Por eso, Riveria solo podía lamentarse, ya no solo por Bell y su <Familia>, extrañamente por esas criaturas con las que recuerda que Finn también llegó a empatizar. Puede que se equivoque, pero el daño está hecho.


-¿Cómo estará?


Su postura cambió, recostó su cabeza en la palma de su mano que se recargaba en el reposa brazos, su mirada cambió hasta frenar en un árbol peculiar. Totalmente marcado en su corteza de cortés, algún tipo de arma había abusado de su dureza.


Riveria se preguntó, refiriéndose a esa persona que no aparecía por ningún lado. Sus demás preocupaciones no eran cosa de comparación con eso, el paradero de una de sus niñas. Estaba preocupada por ella, aunque no lo demostraba en público.


Aun cuando sabía que Aiz era responsable de que hubiera caído el joven, tenía varios presentimientos sobre ello. Por eso todo es extraño, esta situación, la captura de Bell, las criaturas parlantes, Aiz... Necesita una explicación, ella no tuvo que ser, ¿verdad?


Pero no lo puede saber, no hasta que pueda verla, hablar con ella. ¿Qué fue lo que hizo que atacara brutalmente a ese chico? Sabía que tenían una fuerte conexión, una especial que admiraba. Algo tuvo que pasarles a los dos para llegar a eso, aunque el daño ya estuviese hecho.


-... ¿Hmm?


Se vio interrumpida cuando escuchó unos pasos cerca, debido a su buen oído podía saber que era en dirección hacia ella. Para cuando pareció que se detuvo, ella se volteó, a quien vio la hizo quedarse sin palabras.


-... ¿Dónde está?


Sin ninguna explicación aparente, Aiz se presentó frente a ella luego de haber pensado en ella. Riveria sólo se quedó en silencio, mirando a la joven rubia que estaba algo cubierta de suciedad. Ambas mujeres se quedaron en silencio un rato...

*Slap*


Una cachetada llegó con velocidad al rostro de la joven, la cual quedó con una mirada perpleja por lo que había sucedido. Toco su mejilla roja mientras volteaba su mirada a la Alta Elfa.


-Te desapareces por casi una semana... ¿Y de la nada llegas conmigo, sin siquiera disculparse?


Ellas ya no estaban en el exterior, se encontraban en una habitación sencilla, Riveria no había dicho nada desde que le preguntó lo que quería, la trajo a su habitación y de repente le soltó la bofetada.


Aunque se podía entender. Estuvo preocupada por ella desde el inicio, esperando que regresara a salvo, y esperando una explicación de todo... Pero fue así, de la nada, llega detrás suya y le pide algo.


-P-Perdón... ¡...!

-Ha~ No puedo creerlo, enserio.


El claro tono de molestia de Riveria había desanimado a la joven, no pensó que ella estuviera tan mal, pero se equivocó. Pero aun con la molestia de la Elfa, haberle soltado esa cachetada no fue lo mejor, por eso la abrazo con un poco de fuerza. Aiz no pudo contener su sentir y terminó aceptando el abrazo con la misma intensidad.


Esto tampoco podrá perdonarlo. Sabe a cuántos habrá preocupado...


Pero su objetivo seguía siendo el mismo. Después de un rato por fin pareció calmarse la mamá, se mostraba más abierta del corazón lo que hizo que la joven rubia se acostara en su regazo, como una forma de disculparse.


-Tengo muchas cosas que preguntarte.

-Pero...

-Pero parece que no es aún el momento.


Término Riveria la frase. Conocía muy bien a las chicas jóvenes, especialmente a las de la <Familia Loki>, eran sus hijas, aunque no le gustaba que le dijeran que era madre de todas. Por eso entendía que Aiz no pasaba por un momento fácil, con su debido tiempo...


Oh...


No pareció tardar en entenderlo. La Alta Elfa miró hacia abajo, en esta posición se había limitado a solo acariciar el cabello de la chica, he de ahí porque Aiz lo hace también.


-Antes, parecía que me querías decir algo.

-...


La mirada tranquila de Aiz se esfumó cuando recordó, se levantó lentamente hasta sentarse completamente en la cama. Sin mirar completamente a la Elfa se lo repitió.


-¿Dónde está?


El tono triste de la joven aclaró la mente de Riveria, sabía a qué se refería. Aunque por esa duda que la carcomía, no evitó cuestionar.


-¿Por qué quieres saberlo?

-... Riveria.


La miró por encima de su hombro, con sus ojos un poco cristalinos. La Alta Elfa si bien le sentó mal verla así, sabía que estaría rompiendo una regla que impuso el Gremio, dar la ubicación del joven. Pero sintió que sería lo correcto.


-Él... No te debería de contar esto, pero...


Aunque aún tenía dudas de porque lo quería saber... si es que paso lo que conocen, sentía que debía ser algo correcto de su parte brindarle la información. De por sí, Aiz es reconocida como la que capturó a Bell Cranel.


-Siento que sí debo hacerlo. Está en el calabozo de la mansión.

-¿En el calabozo de la mansión? ¿Dónde almacenamos nuestros recursos?

-Si. No estarás enterada ya que es un encargo que nos dieron solo a los ejecutivos principales de la Familia y a Loki, pero el Gremio nos dio las órdenes de retenerlo aquí al ser considerados los salvadores de Orario. Solo que...


Hizo una mueca de disgusto, recordar las especificaciones podría que no fuera la mejor idea contarlo, demasiado repugnante.


-Siendo sincera, yo no he querido meterme de lleno en eso.


Riveria miro hacia el suelo mientras pasaba ligeramente su pulgar por su mejilla. Aiz quien solo la miro también bajo su mirada, pero, aunque su tristeza estaba presente, parecía más pensativa. Entendía que algo no iba bien, según lo que parece.


Pero eso le servía un poco. ¿Y porque confiaba en ella? Era sencillo de entender, sabía que entre todos de la <Familia>, Riveria era la más razonable, la que no suele quedarse con lo único que le llega a la mente.


Riveria fue su mejor elección, lo sabía por la reacción de las personas que la vieron, alegrándose y aventando porras. Si se hubiera encontrado con alguien diferente, seguramente se lo dirían, no obstante, sospecharían después. Loki y Finn eran de plano uno absoluto en sus opciones.


Por suerte con la Alta Elfa podía decirle sutilmente lo que necesitaba, con Loki sabía en qué mentiría, y Finn qué estaría ocultando cosas. De por sí, Aiz no tenía intenciones de contar nada a nadie...


Que inocente...


Ahora sabía el paradero de Bell, que sí fue inesperado que fuese en este lugar, pero por los motivos acepto lo que era. Aunque tenía también su duda porque la inquietud de Riveria. Puede que un poco de información a cambio sirva. Sus miradas se cruzaron.


-... ¿El por qué? Eso quieres saber, ¿no?

-No.

-¿Eh?


La repentina negación no la espero. Aiz no se había percatado de algo, y es que Riveria sabía que no era un buen momento para que ella abriera su corazón. Al ver sus ojos dorados entendió que... no, ella no está bien para decirle.


-Me alegro que estés de vuelta.


Ella volvió a tocar la mejilla de la chica, demostrando su sincera sonrisa. Aiz solo se quedó expectante, pero sentir ese cariño hizo que se olvidara del tema. Antes de lo que tenga que suceder, prefiere pasar un poco de tiempo así.


Ya en otro momento cercano verá cómo llegar a ver a Bell...

La tarde llegó, para Aiz que luego de haber regresado a su hogar, no fue muy cómodo del todo al encontrarse con varios miembros de la <Familia>.


-¡Aiz-san!

-¡Aiz!


Dos voces femeninas se acercaron a la joven, llamando la atención de los miembros de la <Familia> que estaban en el comedor. La Elfa Lefiya y la Amazona Tiona corrieron hacia ellas con emoción, pero aunque la joven de cabello dorado se sorprendió un poco, su rostro no se veía aún bien.


Si bien parte de lo que quería era evitar preguntas a toda costa, sería imposible con ellas dos que pican de todos lados hasta saber lo que quieren. Se mostró nerviosa, pero especialmente incómoda e invadida.


Ambas chicas y miembros de la <Familia> le hacían las mismas preguntas, así que usó una excusa sobre que no se sentía bien. Esperaba que muchos dudaran, pero fue lo contrario.


Muchos entendieron, hasta sus amigas, relacionándolo y comprendiendo que aunque fuera ella quien hizo la mayor parte del "logro" para que fueran nombrados como salvadores, seguramente hubo un gran sacrificio detrás. Aiz no se había percatado que parte de su credibilidad era por su rostro, estaba aún con las marcas de dolor.


La dejaron en paz. Su corazón se calmó un poco...


-Aiz-san no se ve nada bien... ¡Ese mal nacido humano me las pagara!

-Seguramente ese chico albino le hizo enojar tanto, por eso cayó... Herir a Aiz no es lo mejor que alguien pueda hacer.


Los susurros de la Elfa y Amazona llegaron a los oídos de Aiz, miró entre encima de su hombro herida, pero principalmente molesta. Ellas también ya no lo querían, hasta Tiona dejó de llamarlo Argonauta. Tomó con fuerza su blusa blanca, se sentía frustrada.

*Toc, toc*


-Capitán.


La voz de Tione llamó a la puerta de la oficina de Finn. El Hobbit dio el permiso de que entrara. La Amazona vio como este escribía unas cosas en la enorme pila de papeles que tenía a un lado de su escritorio.


-¿Qué necesitas?


No despego la mirada al papel.


-Aiz regresó.


Por fin la miró, pero sin ningún tipo de aviso de estar sorprendido.


-¿Cómo así?

-Hubo un alboroto en la entrada y fui a ver qué sucedía. Cuando llegué vi a Tiona y Lefiya emocionadas, me dijeron que Aiz había entrado de la nada al comedor. Intentaron hablar con ella, preguntarle cosas, pero solo las ignoró.

-Es normal que haya pasado eso.


Finn volvió a mirar los papeles.


-¿No está al menos contento de que haya vuelto? ¿No la quiere ver?

-Por supuesto que sí lo estoy, pero soy demasiado comprensible con la gente cuando no está pasando por un buen momento. No necesitas pensarlo mucho, y tampoco pienso llegar con ella a ver como esta y preguntarle lo que todos quieren saber.


Saco los factores de su boca. Tione se sintió un poco apenada, con una gota de sudor detrás de su nuca.


-Quiero que cumplas con lo que te voy a pedir. Evita que alguien se acerque mucho a ella, pero que veas que sientan intenciones de hablar de ese tema. Seguramente solo hablara con Riveria después de que se sienta más tranquila.


Terminó de escribir, agarró el documento y lo ordenó en otra pila más pequeña que los papeles que tenía y los ordeno.


-Y también llévale esto a Loki. El Gremio está muy insistente con que ella lea esto.

-... Bueno...


La joven se acercó algo aburrida a tomar los papeles. Cuando salió de la habitación Finn suspiro pesadamente, y miró a su alrededor.


-Con Riveria tiene un vínculo más fuerte... Será más fácil para ella hablar con Aiz.


Miró un momento su mano, su dedo pulgar temblaba un poco.


Realmente siento miedo de preguntarle...

Aiz camino por los grandes y laberínticos pasillos de la mansión, mientras seguía pensando en que hacer ahora. Anteriormente tuvo una charla emocional con Riveria, había logrado evadir la misma cuestión, pero entre todo lo que pudo sacar había algo que le incomodaba.


Las expresiones de la Elfa, ella dijo que cuestionaba métodos, pero... ¿Métodos? No le preguntó directamente por lo mismo de la incomodidad, pero ahora se sentía algo preocupada. Sabe dónde está, ese calabozo es el almacén de suministros, pero, ¿Qué sucedía ahí?


Bell estaba capturado, iba ser ejecutado en un tiempo indefinido, el Gremio estaba detrás de todo el encargo y entendía a fondo las palabras de la Alta Elfa sobre que Finn era el único de la <Familia> metido de lleno. Pero preferentemente vio que no era buena idea preguntárselo.


Nadie debe de saber lo que quiere... Aunque también cuando lo quiera hacer, deberá encubrirlo.


-Nunca había sentido la cabeza tan estresada.


Comentó para sí misma mientras sobaba su frente. En verdad cuando estas enamorada haces cosas que previamente pensabas en nunca hacerlas o que se te había imaginado.


Llegó a la puerta de una habitación. Se quedó mirando la entrada unos instantes, luego miró su cintura, especialmente la zona donde tenía la vaina de su espada. Miro a <Desperate> unos segundos pensativa.


Algo me dice que será mejor que me prepare.


Antes de que fuera a esta misma habitación con Riveria, la Elfa le advirtió una cosa. "Es mejor que no vayas, te puedes meter en un gran problema". Pero lo que entendió Aiz es que hago más se escondía entre todo.


-Espero que lo entiendas, Riveria...


Aiz tomó la manilla de la puerta y la abrió para entrar a su habitación. Sea lo que sea, el tiempo no es mucho y su objetivo será esta misma noche.


Siendo ya oscuro afuera, de nuevo en la sala ejecutiva de la <Familia>, Finn miraba concentrado el exterior, viendo la enorme luna que se veía desde la ventana. Detrás de él estaban unas personas que conversaban, el tono de voz de uno de ellos llamó la atención de Hobbit.


-¡Mi querida Aiz-chan ya regresó! Ahora podré volver a sentir su preciado cuerpo cerca de mi...

-Loki, no seas absurda, Aiz no está pasando un buen momento como todos nosotros. Es mejor que estés lejos de ella aun por un tiempo.


Tione se vio algo molesta por la actitud de su Diosa.


-¿¡Haa~!? No, no, no. ¡Llore mucho por ella, bebí hasta casi ahogarme, ya la quiero ver!

-... No mientas, te vi como te quedaste como un perrito abandonado esperando a que su dueño le abra la entrada a su habitación hace un rato. Te abrió la puerta y te mando lejos.

-¿Si...? ¿Cuándo paso?

-Estás demasiado ebria que ni lo recuerdas.


Como dijo Riveria, la Diosa había ignorado primero la orden total de Finn que alguien se acerque, y ella la había visto. La joven abrió la puerta y tomó el rostro de la Diosa y lo mandó lejos de ahí, luego azotó la puerta.


Finn escucho como un alboroto se armó detrás suya, Loki trataba de abrazar a Riveria y está junto a Tione trataban de darle una tunda.


Al lado había un Enano barbudo, Gareth, que parecía divertirse mientras tomaba una cerveza, mientras que el hombre lobo, Bete, parecía harto de estar ahí, la hermana menor Hiryute estaba también bajo el efecto del alcohol que lo molestaba.


Una fiesta se había montado y eso en parte molestaba los pensamientos del capitán.


... De todo esto, me siento preocupado por ella, pero creo que si mejor dejo en manos de Riveria a Aiz.


Esa valentía no es fácil de tener cuando se trata con una joven que no se puede entender muy bien qué es lo que piensa o hará como es Aiz. Tendrá sus cosas, pero... el temblor de su pulgar no se había detenido en ningún momento.


Tal vez había algo más...


*Crash*


-Uy, creo que se rompió...

-¡I-I-Idiota! ¡Ese garrón era muy especial para mi capitán!


Varios golpes le llegaron a la Diosa alcohólica, pero de repente la sala se tornó algo tensa, hasta el perro bravucón de Bete se mostró nervioso. Todos miraron hacia Finn quien emanaba un aura oscura, y unas venas se le hinchaban en la frente.


¡¡Mi oficina no es un salón de fiestas!!













-... Ya está listo.


Pasó un trapo húmedo por la hoja de su espada, quedando reluciente. La elevo hasta estar frente a su mirada, viendo su reflejo en ella. Los ojos de Aiz apenas eran visibles, pero se mostraban con determinación.


La noche había llegado, específicamente la media. Aiz estaba segura que a esta hora la mayor parte de la <Familia> estaría dormida, un buen momento para llevar a cabo su plan.


-Lo veré de nuevo...


Devolvió su espada a la vaina y miró al suelo. En verdad iba hacer una locura, pero si era para solucionarlo ya era el momento. Miro su cama, estaba su manta con capucha que había usado durante unos días.


Lo tomó y se lo puso encima. Había cambiado su ropa por una más oscura, quería pasar totalmente desapercibida, pero si es que alguien la llega a mirar, con esto al menos no reconocerían su atuendo por debajo de la manta.

Estando ya fuera, Aiz intercambiaba entre caminar y correr, siempre en silencio y vigilando todos los lados mientras andaba por los pasillos.


Si bien no es una persona que salga mucho o conozca muchos lugares, alguna vez se ha tomado la libertad de conocer a fondo la mansión, por lo que conoce ese calabozo que suelen usar de almacén.


Para acceder ahí debes de ser ejecutivo o organizador de suministro de la <Familia>, ósea que casi nadie tenía acceso. No obstante, si ese era el lugar que mantenía resguardado a Bell, debía de estar algo protegido.


Aunque si Riveria dijo que solo los ejecutivos fuertes de la <Familia> lo saben, habrán ocultado eso para los demás.


No era descabellado para ella eso, conoce a Finn y los demás, suele ser muy preventivo ante toda situación complicada, y no sería loco que siendo un lugar de poco acceso, nadie pensaría ir.


Aumentó su velocidad hasta que llegó a una gran sala. Ella estaba en el segundo piso, y en el piso inferior era donde se conectaba la mansión y los órganos principales.


Como lo había previsto, varios aventureros de su <Familia> estaban haciendo de guardia, aunque eran pocos. Ella sabía que el lugar estaba más abajo, en lo más profundo de la mansión, por lo que había unas escaleras. Antes debía evitarlos en silencio.


Puedo deslizarme por los pilares.


Sería mala idea bajar por las escaleras convencionales, por lo que mejor que vio fue que si saltaba por los bordes llegaría antes al pilar que estaba más cerca, el único problema es que encima había ventanas, y por la luz de la luna se vería en el suelo su sombra.


Será algo tardado, pero es lo más seguro...


Se apegó a la pared y con calma fue deslizando sus pies hacia adelante, evitando ponerse de frente de los cristales. Tuvo que maniobrar varias veces y casi se caía por el nerviosismo que sentía.


-Oye, ¿sabías los rumores?

-¿De qué rumores?


Repentinamente la joven se detuvo, dos de los vigilantes se habían juntado y estaban charlando.


-Escuche que según hay personas muy raras del Gremio que andan por toda la ciudad. Jamás había visto que ellos tuvieran personal armado.

-Ah, espera. Son esos caballero de negro, ¿no? Si, me dan escalofríos cuando los veo. No se que quieren o cual es su misión, pero son bastante raros.


¿Caballeros oscuros?


No entendía a qué se referían, pero podría ser algo alarmante.


-¡Oigan! No olviden que estamos cubriendo el turno de noche. Dejen de hablar entre ustedes y pónganse a trabajar.

-¡Sí señor!


Otro Aventurero les llamó la atención, y estos nerviosos corrieron a sus puestos. Aiz se esperó a que se fueran, y cuando se dio la vuelta vio que ya estaba encima del pilar por el que tenía que bajar.


Ya casi... Espérame, Bell.














-Está muy oscuro...


Mientras descendía por los escalones notaba como costaba más ver algo, algo extraño sabiendo que es una zona subterránea que por lo general sí cuenta con luces.


Cuando llegó siguió caminando hasta que se detuvo en una pequeña sala, frente a ella se encontraba una puerta de acero.


-Está fortificado, eso es nue... ¡...!


*¡Whoosh!*


Apenas sintió un viento frío, su cuerpo se movió hacia atrás, esquivando un tajo que apenas se pudo presenciar. La capucha de Aiz se cayó, pero no dudó en sacar su espada y se puso a la defensiva.


Su visión se adaptó a la oscuridad de la zona, pero lo único que alcanza a ver era una espada... ¿flotando?


¡Hay algo aquí!


Sin dudarlo elevó su arma y arrancó hacia su oponente. La espada se levantó hacia la cima y con velocidad fue verticalmente para frenar su ataque. Aiz lo esquivó sin problemas y con una estocada contraataco.


*Clank*


-¿Q-Qué?


Eso fue el sonido de metal rechinando. Unas chispas salieron cuando chocó contra algo, por unos breves instantes pudo presenciar que se trataba de una persona que portaba una armadura negra.


¿Son esos? Ellos hablaron de personas con las mismas características...


No dejándose intimidar decidió volver a atacar desde otro flanco. Su velocidad era muy superior, y los movimientos del extraño sujeto muy toscos. Ataco por la espalda, esperando que diera justo en la parte trasera de la cabeza del guardián


Con una patada poderosa mandó a volar el casco y este cayó haciendo ruido. Esto no le importo a Aiz ya que si podía evitar usar magia, sus ataques normales no harían el suficiente ruido como para hacer un alboroto.


Cargó hacia adelante y puso su pie encima de la espalda del sujeto, con el mango de su arma espero darle en la nuca al sujeto.


-¡...!


Pero de pronto ella se cayó para adelante. Aiz no entendió que sucedió, pero cuando sintió cómo algo se acercaba se deslizó rápidamente para esquivarlo.


Estaba segura que esa era su cabeza, pero... ¿Falle?


No se había movido para nada el guardián, se había caído porque no le dio a nada. Algo estaba mal, tenía superioridad contra él...


-"Ariel".


Aunque no quería usarlo, debía de hacerlo para aprovechar que podía iluminar un poco el lugar, pero lo que vio la dejó sin palabras.


-¿Qué significa esto?


Susurro sorprendida, lo que veía sus ojos no eran personas usando armaduras, era una armadura viviente, no portaba alguna cabeza. De pronto, nuevos pasos pesados se comenzaron a escuchar, y tres más guardianes entraron al campo de visión que daba la luz de la Magia de Aiz.


-Ustedes... Los acabare, no me detendrán de poder verlo.


Su rostro se volvió uno más serio, aun siendo cuatro todos eran lentos a comparación, pero el problema era su formidable armadura, tan resistente como la adamantina reforzada.


Sin embargo, aun con eso, su magia era más fuerte. Embullo de un viento verdoso su hoja plateada y con esto se lanzo hacia el frente, cortando por fin el acero negro de los guardianes fantasma.


Corto extremidades de cada uno de ellos, como solo eran armaduras no podían hablar o sentir dolor, por lo que solo necesitaba quitarles sus capacidades.


*Whoosh* *Clank* *Whoosh*


-¿Hmm...?


Un adormilado joven albino se vio interrumpido del mundo de los sueños por el repentino ruido que escuchó. Venía del otro lado de la puerta, pero no podía saber con claridad que era.


Pero de pronto...


*¡CRASH!*


-¡Ehhhh...!


La gran puerta de acero salió volando como si nada, cayendo contra el suelo. Bell se asustó que por fin despertó, sin entender nada de nada. Una pantalla de humo se levantó que nublo de por sí ya la nula visión de lugar.


*Cof, cof*


Tosió un par de veces, y cerró levemente sus ojos. Unos pasos alcanzó a oír y cuando volteo su mirada vio una figura femenina.


Bell...


Los ojos del joven se abrieron como platos, y supo al instante por la voz de quien se trataba. Con una mirada desconcertante observó con mayor claridad la persona, que por más que quiera o pueda... jamás lo olvidará.


Su cabello dorado, esa piel blanca, sus ojos áureos, esa bella figura femenina. No entendía qué estaba sucediendo... pero ella estaba ahí.


¿A-Aiz...?


Frente a frente mirándose los dos, se quedaron sin decir nada... Siendo únicamente iluminados por la pequeña rejilla que daba al exterior, la joven abrió un poco sus labios, y algo temerosa, pero fuertemente llena de una emoción que le traía tranquilidad y paz pronunció...


Vine por ti...



































¡Hey!

Comenta qué te pareció el capítulo...

Si te gustó te agradezco por si es así y por si también decides darle estrellita. Los próximos capítulos los estoy haciendo con calma...

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Estadística final: (12,222 palabras) [No es broma]

Mensaje:

Hay partes que siento que quedaron algo aceleradas, pero estoy probando cosas. (Aunque también necesito apresurarme porque ya no aguanto en querer hacer ya el verdadero condumio).

Depende de cómo les haya parecido el capítulo veré si hacerlo más profundo algunos párrafos o simplemente dejarlos como están. Lo importante es que la idea sea visible y entendible para todos.

:D

Atte: ShinkuNoNeko

Siguiente Capítulo:

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Capítulo 3 - En Busca de la Redención...

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