Capítulo 22: Nosotros, una promesa de amor
Las feromonas de Ash se hallaban espesas e inestables, hacía todo lo posible para poder controlarlas dentro del autobús y que predominara el aroma del ramo de flores primaverales en sus manos, esas que a Griffin tanto le gustaban.
—¿Estás bien?
Su mirada se conectó de inmediato con la de su omega, cuyos iris reflejaban un estrellado hermoso.
De alguna manera, han podido caminar por el cementerio sin ninguna novedad. Han pasado casi ocho meses desde que Aiko se fue y la familia de Eiji por fin arribarían a Estados Unidos en dos días luego de un extenuante y burocrático proceso de obtención de visa de trabajo. Básicamente, todo estaba preparado: el apartamento para Junko y su la señora Okumura, el nuevo espacio que encontraron para ellos con Buddy, la cena que se llevaría a cabo con los Lobo para que se conocieran mejor e, incluso, armaron una salida con sus amigos mañana lunes para despejar la mente de su omega luego de todo porvenir y las benditas terapias que se ha sometido.
Sin embargo, había todavía algo pendiente que quería hacer con Eiji antes de que sus vidas se mantuvieran ocupadas nuevamente: visitar a su hermano.
Al final, Ash se ha inspirado y conmovido por lo que ha sucedido entre ellos desde que se conocieron. Si Eiji superaba sus traumas de a poco, al menos él quería intentarlo también.
—Sí —sonrió suavemente y chasqueó sus labios con los de su pareja. —, hoy más que nunca tengo el impulso de ir.
El omega curvó una sonrisa tierna al buscar el brazo de su novio y lo rodeó contra el suyo.
—Entonces, no hagamos a esperar a Griffin-san.
El templado clima y el bamboleo de las ramas de los árboles concibieron la serenidad de sus feromonas y la templanza en sus rostros.
Entonces, los pasos de Ash comenzaron a ser fluctuantes al ubicarse en terreno conocido a la tumba de su hermano; combatió con sus emociones al vislumbrar la lápida y su respiración se entrecortó. Fue así que Eiji se detuvo al estudiar la situación con detrimento.
De repente, ambos se vieron a los ojos. El omega buscó algún rastro de inconformidad y antes de que pudiera decir algo, Ash suspiró.
—No es nada — desocupó una de sus manos del ramo y la entrelazó con la del japonés. —, no quiero acobardarme ahora.
—No lo eres si no quieres seguir...
—No — endureció un poco su mirada. —, extraño a mi hermano... le prometí que lo visitaría. Ese día es hoy.
En eso, Eiji se paró de puntillas y besó la mejilla del alfa.
—De acuerdo.
No obstante, Ash no se movió de inmediato. Al estar inerte sus pensamientos volaron en su mente, ocasionando otra clase de desliz en la impávida voluntad que intentaba proyectar a su novio.
—Quisiera hablarle sobre ti... aunque no responda, quisiera hacerlo — sus ojos emanaron un precioso fulgor al igual que su aroma. —, de la misma manera de cómo lo hiciste cuando estuvimos aquí la última vez.
Eiji sonrió con calidez.
—Me encanta la idea.
Así, el alfa arrugó su rostro en congoja y asintió. Al proseguir su camino, no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, quedando su convicción como simples deseos por un instante. Fue cuando leyó la baldosa grabada, sintió su cuerpo desfallecer:
Griffin Callenreese
26 marzo 1992 - 04 de agosto 2016
Había otra razón por la cual Ash no quería echarse para atrás: llegó al aniversario de su muerte para enflorarlo por primera vez.
Aún así, el alfa agarró fuerzas por donde ni él sabía que tenía al aproximarse. La presión del pecho era una agonía pura y su desenfocada mirada no sirvió mucho para mantener la compostura. Por eso, flexionó sus rodillas lentamente, estando a centímetros del sepulcro y luchó para sonreír y no dejar tiradas las flores. En un pestañazo, Eiji se hallaba de cuclillas a su lado.
—Hola, Griffin. He vuelto — exhaló y parpadeó con rapidez. —, te conseguí tus flores favoritas... Déjame decirte que tienes gustos bastante caros. No entiendo como las podías comprar para adornar nuestra mesa cuando era niño y el dinero escaso; tengo la ligera sospecha que las robabas.
Eiji emitió una risita.
—Ash...
El aludido forzó a ampliar su sonrisa mientras sentía su corazón roto.
—T-Te presento a mi pareja, Eiji... ya se conocieron brevemente la última vez que vine, pero por mi culpa no los pude... — suspiró, ahogado. —, no los pude presentar bien...
—Un gusto, Griffin-san — el japonés dio una pequeña reverencia. Empero toda sus buenas intenciones se desvirtuaron al ver a su novio muy mal. —. ¿Ash?
—P-Por mi culpa te pasaron muchas cosas malas, Griffin... — restregó su rostro con sus manos para evitar derramar sus lágrimas. —, nunca supe lo de mi madre en mi niñez, y cuando conocí a la hija de puta, a esa mierda, entendí porque eras tan celoso conmigo... pasaron años para darme cuenta que tus penurias las pasaste por mí...
Rápidamente, Eiji lo abrazó por la espalda, liberando sus feromonas para calmarlo un poco pero no quiso involucrarse en la conversación. Ash ha sido su soporte emocional, su fuerte compañero, su alma gemela, pero ahora era muy frágil, vulnerable y pequeño. Incluso cuando supo de la fotografía que Michael arruinó sin querer, nunca se ha mostrado así. ¿Por cuánto tiempo no abría su corazón de esa manera visceral?
Por otro lado, luego de tomarse un tiempo para ordenar sus ideas, el alfa dio un largo y jadeante pesar.
—Pero... gracias a ti, no estuve solo y no lo estoy ahora. Mi vida es buena — reapareció su sonrisa tierna y acarició con su mano la fría lápida cariñosamente. —; conocí a mi mejor amigo, Shorter... de seguro te hubiera encantado conocerlo; Max resultó ser un buen padre, mil años luz que el nuestro... Jessica es mi figura materna y, sorprendentemente, tengo un hermano llamado Michael — cerró sus ojos tras varias gotas cristalinas emergieron en la comisura. —, nadie puede reemplazarte, Griffin... pero intentaré ser el mejor hermano mayor para ese niño; al vislumbrar cómo me mira, no puedo evitar pensar que esa admiración reflejada en sus ojos era la misma que te veía a ti...
De esa manera, Ash ya no pudo continuar, sus palabras quedaron muertas en su garganta y el aire era escaso aún estando en campo abierto al entender que su vida continuó pero la de Griffin terminó en aquel accidente de tránsito, llevando consigo sus sueños, sus metas y sus deseos.
¿Griffin fue feliz? Nunca tendrá una respuesta certera. Él todavía era un niño como para percatarse de la situación de su hermano; en realidad, él nunca tuvo la oportunidad de conocerlo a profundidad. Eso era lo que más le carcome.
Antes de que se sucumbiera, sintió un beso en sus labios por parte de Eiji, sacándolo de sus miedos.
Así, el omega inclinó su rostro y habló firmemente:
—Griffin-san, sé que recién nos presentaron, pero debo de darle mis infinitas gracias por no rendirse con Ash aún si todo estaba en su contra. Debo confesar que tengo que aprender mucho de usted, tiene mi admiración y respeto — alzó su cara sonriente. —. Ash... es mi mundo entero, sin él no hubiera podido estar aquí y ahora —no despegó su mirada en la tumba. —. Gracias por ser el mejor hermano mayor para él.
Entre la exposición de sus sentimientos crudos, Ash y Eiji se abrazaron con fervor; bastó un momento para que el alfa estallara en llanto, sin filtrar sus emociones que ha soterrado en su corazón, porque se encontraba amparado en su lugar seguro.
Mientras tanto, el omega arrulló sus cuerpos en un delicado meneo y no lo soltó hasta casi pasada una hora después. Era el momento de que Ash permitiera fluir su dolor y él fuera su sostén y apoyo.
*
Cuando Eiji menos sintió, el día de mañana por la tarde su familia llegaría desde Japón. Ya con los nervios de punta no se pudo concentrar en su trabajo y no sabía exactamente cómo podrá hacerlo mañana. Bendito sea Ibe qué es comprensible con su dilema pero no abusaría de su misericordia.
Por lo mismo, los muchachos lo arrastraron para que se relajara de lo más saludable posible: acudir a un bar hasta hartarse de alcohol y comida al punto que no recordara de su propio nombre.
Al principio, Ash no estaba de acuerdo pero Eiji pareció maravillado con la idea, confiaba en demasía en ellos, sabría que no le pasará nada malo. Es más, gracias a ellos es que su sus problemas fueron más llevaderos durante ese tiempo: Yut Lung se volvió su mejor amigo omega; Shorter era como el hermano mayor divertido y Sing era el hermano menor que en todo quería estar; Bones, Alex y Kong pudieron dejar a un lado su incomodidad cuando estaban con él después del parto y vincularon una hermosa amistad. De la misma manera ocurrió, inesperadamente, con Cain, su acercamiento fue silencioso y amable como su personalidad, y pequeñas acciones al visitar a Shorter al Estudio de Tatuajes y Piercings como pregúntale su estado de ánimo u ofrecerle una bebida gratuita a pesar de no ser cliente, significaron mucho para él. Eso sin mencionar a los demás que no los acompañarán como Blanca y Natasha por cuidar a su Kostenka, gracias a ellos podía calmar un poco su lado omega maternal al permitirle verla y sentirse como un padre por unos minutos. Sin darse cuenta, Michael y Skipper al final se convirtieron como sus pequeños cachorros que estimaba y amaba al relacionarse más con ellos. Aunque Sing no debería ir por ser menor de edad pero las influencias de Shorter pueden más.
Con un alborozo sentimiento, Eiji sentía su corazón ligero. Eran los mejores amigos que ha hecho, en Japón nunca tuvo tal cosa.
Entonces, después del trabajo, Eiji salió del edificio emocionado y con una amplia sonrisa.
—Awww, yo quiero ir.
Max hizo berrinche a su esposa antes de despedirse de él.
—Es una salida de jóvenes, tú ya estás viejo. — Jessica cruzó sus brazos.
Eiji sintió una gota de sudor resbalar en su sien al ver que el beta seguía insistiendo.
—¡Pero puede ser el papá divertido!
—No te he dado permiso — su mujer se mantuvo firme. —. Ríndete, Max... no le arruines la noche a los muchachos.
—¡No se preocupe, señor Lobo! — el omega intervino en son de paz. —. Cuando mi familia se acomode mejor al país podremos tener nuestra velada entre nosotros.
Por tales palabras, la pareja se relajó considerablemente y comportándose mejor ante el omega.
—Debemos de planificarlo mejor —Jessica rápidamente lo rodeó en sus brazos de forma maternal. —. Que tengan una buena salida, Eiji.
Ellos al deshacer el abrazo, el omega sintió que Max revolvió sus cabellos con estima.
—¡Cuida que ese mocoso no se meta en problemas! — dijo refiriéndose a Ash.
—¡Claro! — Eiji suprimió una risa. Lo que no tenían que saber era que su alfa cuidaría de él porque bebería hasta que vomite sus entrañas. —. Lo traeré sano y salvo.
Con eso en mente, se despidió de ellos y tomó camino hacia el bar donde todos sus amigos estaban.
Por la hora, las calles estaban saturadas de gente. Al vivir tanto tiempo en la ciudad, Eiji se ha acostumbrado a los empujones, personas gruñonas, felices... y bizarras, extremadamente bizarras. Ha aprendido a ignorarlos y a no tomarse personal cada vez que algo insólito sucediera o le sucediera. Sus feromonas no se alborotaban como en otros días pero siempre estaba alerta por cualquier cosa. Ahora cada vez que observa gente inyectarse o ver jeringas tiradas... ya no lo engañan.
Quizá eso era algo que extrañaba de Japón, a pesar de que él nunca vivió en las grandes metrópolis niponas, conservaban un ápice de respeto al ojo público. Se pregunta si su familia podría aguantar ese nuevo estilo de vida que les depara o si había cometido un error al decirles que se mudaran definitivamente y arrastrarlas por la fuerza por su terquedad. En la mente de Eiji tenía el firmamento en no pisar en un futuro cercano el suelo de su propio país, Japón le provocaba un sentimiento ansioso, agridulce y nostálgico. De por sí, su niñez fue dura, su adolescencia peor, pero su adultez involucra a Mizuno.
¿Será capaz de volver a Japón sin sentir animadversión? No estaba seguro...
Aunque, era demasiado tarde para arrepentirse. Su madre y hermana también estaban de acuerdo con la decisión de irse, el aguante de soportar las humillaciones y el miedo hacia la familia Mizuno superó el límite. Ahora lo que Eiji sentía era mucha inquietud por verlas cara a cara después de más de un año desde que se huyó de casa, aún hablando por videollamadas, habían heridas abiertas que no han sanado en su totalidad.
—Okumura.
El aludido percibió un suave jalón en sus ropas y parpadeó confundido. Al estar sumergido en sus pensamientos no notó que alguien conocido lo venía siguiendo.
Al voltear su rostro, vislumbró que la persona conocida no era alguien a quien esperaba.
Su cuerpo se crispó al estar en completo shock.
—M-Mizu...
El alfa japonés sonrió complaciente.
—Por fin te encontré. — dijo en su idioma natal.
A Eiji le costó hablar y sus feromonas se dispararon en temor. Estaba sucediendo de nuevo, era como aquella pesadilla que tuvo hace meses atrás. Comenzó igual, se despidió de Max y de Jessica, se hallaba solo y Mizuno apareció de la nada para matarlo. Mató a Buddy, luego le pateó su vientre queriendo que abortara.
Todo esto era un sueño.
Esto no es real.
Mizuno estaba en Japón.
Mizuno debieron restringirle la entrada por haber sido procesado en Estados Unidos.
Ah... pero Mizuno tenía dinero e influencias...
—¿Q-Qué?
—Fue difícil hallarte esta vez, Okumura-kun — se aproximó al omega y cogió una de sus manos con fuerza. —. Ya no vives en el mismo departamento, por lo que asumí que todavía trabajas en el mismo lugar.
—P-Pero... — Eiji sacudió su cabeza, el alfa estaba ejerciendo presión en su muñeca. —. ¿Por qué...?
—Tenemos un asunto pendiente — denotó su plano estómago. —. Veo que ya no estás embarazado, tenemos que hablar sobre lo que hiciste.
Sin darle oportunidad de que replicara, fue jalado con brusquedad y obligado a caminar hacia el lado contrario en donde debía de encontrarse con sus amigos y Ash.
En ese instante, la mente de Eiji se apagó. La zozobra en su ser, la sofocante presión en su pecho por el aroma de alfa y sus piernas le seguían el ritmo a su merced fue mucho para procesar. No podía percatarse de la ventaja que tenía al estar entre el gentío y perderse entre ellos o tal vez que algún buen samaritano llamara a la policía. ¡Es cierto! el detective Jenkis le dio su contacto por si necesitaba ayuda pero sus brazos no le respondía para sacar su celular.
Su lugar de trabajo no estaba lejos, podía intentar correr y encontrarse con Jessica y Max.
¡¿Por qué no podía hacer nada ahora?! ¡No ha cambiado desde que salió de Japón! No importa cuánta terapia asista o el apoyo tenga, siempre cuando Mizuno está ahí se congela.
Mientras seguían a un camino desconocido, Eiji se dio cuenta que era inútil, él es el inútil.
La familia Mizuno que aterraba a su padre; ellos quienes lastimaron a su madre en público y avergonzaron a su hermana; Kazuhiko Mizuno que lo engañó y abusó de confianza... ese a quien Ash se enfrentó para defenderlo.
Ash...
¡Ash!
De repente, Eiji se detuvo y Mizuno le extrañó.
Entre bocanadas de aire, el omega alzó su mirada.
—¿Por qué estás aquí?
Él levantó una ceja. —Ya te lo dije...
—No.
—¿Okumura-kun?
Eiji jaló su brazo hacia atrás y pudo liberarse de él en la acera, siendo estorbos del camino de otras personas.
—La di en adopción — frunció su ceño y el sudor se resbaló en su rostro. —. Ni tú ni yo somos los padres legalmente.
—¿Hiciste qué? — jadeó. —. ¿Sin consultarme?
Eiji casi bufa de la ironía.
—¿Para qué? Abortar, darla en adopción o que yo me la quedara, da igual... —sonrió de lado. —, ella no merece conocer una escoria como tú.
Entonces, el semblante del alfa cambió para mal, emanando resentimiento en el aire.
—Oye, no te pases de listo, también disfrutaste cuando tuvimos sexo.
En vez de sentir pavor, Eiji comenzó a hartarse de ese juego del gato y el ratón.
—Solo déjame en paz a mi familia y a mí.
Nuevamente, Mizuno quiso agarrarlo contra su voluntad pero Eiji se alejó.
—Okumura-kun, en serio, qué el embarazo te afectó. No te hagas la víctima.
—¿Y quién es la víctima aquí? ¡¿Acaso eres tú?!
Esa fue la gota que derramó el vaso en la cordura de Eiji, la furia lo cegó y sus movimientos fueron producto de impulsividad cuando lo empelló entre la multitud, provocó una estampida de los transeúntes a su alrededor y lo colisionó en la pared de un edificio.
La diferencia de tamaño y de fuerza no fue impedimento para tenerlo acorralado y golpearlo repetidas veces sobre su rostro con sus puños, haciéndolo crujir sus huesos. Sin embargo, por cada trazado dado, su velocidad disminuye debido a que el doblez de la muñeca palpitó en suplicio, reluciendo su inexperiencia en peleas.
Ese instante de debilidad la aprovechó Mizuno en darle un rodillazo directo en el esternón. Entonces Eiji chilló un pujido seco y, a modo de defensa, cubrió esa área con sus brazos y se puso de cuclillas. De nuevo el alfa lo tenía a su voluntad, por lo que tomó la oportunidad de estrellar con el talón del zapato a la cabeza mientras una sonrisa esbozó en su rostro.
Las personas empezaron a conglomerarse, algunos se dedicaron a llamar a la policía pero otros eran simples espectadores o a grabar la escena por pura morbosidad.
Aún con el ambiente tensó que crearon, Mizuno y Eiji no flaquearon en querer cercenar ese fuego en la mirada del otro a lamentos.
—¡Estás mal de la cabeza, Okumura-kun! —el alfa masculló y limpió los chorros de líquido carmesí de su nariz. —. Yo solo quise hablar contigo en persona. Por eso estoy aquí.
—¡¿Sobre qué quieres hablar exactamente?! — sintió el sabor metálico en su boca y escupió saliva espesa. Lo que le exasperó más fue la sangre deslizarse en su rostro por sus cabellos. —. ¡¿De cómo gozaste al forzar mi celo?! ¡¿Qué estos meses han sido un suplicio para mí?! ¡Molestaste a mi familia y me vi obligado a desestimar la denuncia en contra tuya!
—¡¡Exageras!! —elevó sus manos en inocencia. —. Todo eso fue tu culpa, tú me provocaste y te gustó. Es una pena que no pude grabar tus gemidos para que te dieras cuentas que estabas de acuerdo con todo esto. ¡Me haces ver como si yo fuera el malo!
Justo ahí Eiji no ocultó su indignación. Ese sujeto no se mostraba arrepentido de nada.
—¡Te desprecio por ser el causante de mis desgracias! — sus feromonas hirieron en enojo y tembló en impotencia. —. ¡¡Déjame en paz, hijo de puta!! ¡¡Te odio!!
Nuevamente Eiji sintió necedad de molerle la boca para que no dijeran más estupideces, así que corrió hacia Mizuno a toda velocidad. No tenía ningún contraataque planificado, y esa era la idea, la disyuntiva de hacerle creer a que lo iba a abatir inocentemente en cuello o el pecho y anticipara en preparar su aviada para sus patadas o golpes.
La sorpresa fue que Eiji rodeó el torso de Mizuno y dejó que su propio peso lo empujara y ambos se desplomaron al suelo.
Por estar desprevenido por esa barrida, Mizuno no le dio tiempo a reaccionar cuando Eiji aplastó su caja torácica al sentarse con brusquedad y a impactarle golpes con sus puños en todo el rostro. No había indicios que Eiji iba a detenerse, aún si la sangre de Mizuno salpicarse en la redonda de su propia cara, el la acera y su brazos o los sonidos de asfixia implorando por auxilio.
Es una lástima que nadie lo ayudará. Aquí no es Japón.
Eiji se estaba deleitando del aspecto patético que él mismo moldeaba en Mizuno. Esa debilidad, tragedia y miseria en ese alfa por toda la miseria que tuvo que soportar.
Por su lado, Shorter, Sing, Yut Lung, Cain y Ash pasaban por el lugar. Al percatarse de la gente horrorizada por lo que ocurría, ellos, a lo lejos, pudieron identificar los gritos de una pelea.
—Otro día normal en Nueva York. — Shorter carcajeó y siguió andando.
—No tardará mucho que la Policía llegue... —Cain ni se inmutó por el escándalo.
En eso, Sing quiso ver de reojo lo que pasaba pero lloriqueó debido a que Yut Lung se lo impidió al jalarle la oreja.
—Ay, ¡¿Qué hice?! — el adolescente refunfuñó.
—No te atrevas a ir para allá para ver a unos salvajes destrozándose las caras. — el omega chino frunció el rostro.
Sin embargo, Ash quedó estático mientras los demás lo dejaron atrás. Aún con la muchedumbre sofocándolo de olores, había algo en el aire que le resultaba familiar en el aire.
Dio unos pasos al frente, y rápidamente identificó el aroma a sangre mezclado con esas feromonas dulces que tanto amaba.
—¡¡Eiji!!
La desesperación del alfa rubio a armarse paso entre las personas no fue desapercibida por sus acompañantes; ellos se alarmaron también al suponer lo que estaba sucediendo e intentaron alcanzarlo.
—¡¿Eiji está aquí?! — Shorter empujó a las personas junto con Cain.
—¡Idiota! ¡Es Okumura a quien están pegando! — Yut Lung temió lo peor.
—¡¿Qué?! — a Sing le dio escalofríos.
Cuando entraron al ojo del huracán, quedaron patidifusos por la escena frente a sus narices: Ash tenía sujeto por la espalda a un inconforme Eiji, quien pataleaba, maldecía en japonés y sin prestarle atención a sus propias heridas mientras había otro tipo que yacía ensangrentado y con el rostro desfigurado. No se habían dado cuenta que era Mizuno, ni siquiera lo identificaron por su aroma.
—¡¡Eiji, suficiente!! — el alfa dio unos pasos hacia atrás, conteniéndolo. —. ¡¡Lo vas a matar!!
—¡Pues que arda en el infierno! — bramó furioso y sus feromonas hostiles mantenían al margen a otras personas a acercarse.
Yut Lung, Shorter y Sing no reaccionaron de inmediato tras el comentario de Cain:
—C-Creo que Eiji es el victimario aquí...
*
—Cuando dijeron que iríamos a embriagarnos, pensé que sería con alcohol y no con analgésicos... — dijo con la lengua adormecida.
—¡Bones! — Alex lo regañó tras sobar sus sienes.
—No seas estúpido. — Kong frunció el ceño, intolerante por su actitud frente a Eiji.
—¡¿Qué?! Mi olfato es muy sensible, ¿saben?
La trifulca fue "disuelta" por la policía minutos después de que Ash calmara a Eiji de sus impulsos. Los oficiales quisieron llevarse a Mizuno y al omega por disturbios en la ciudad a la carceleta pero al percatarse del estado deplorable de ambos decidieron mejor llevarlos al hospital antes de resolver su situación legal.
Luego de que al omega le suturaron las heridas en su cabeza y trataran los del rostro y el resto del cuerpo, tenía vendajes en sus muñecas y nudillos, sus labios partidos y un par de costillas rotas, sin contar con las hematomas que adornaban sus mofletes.
Aunque el cuadro clínico de Eiji parecía alarmante, el de Mizuno era peor: aparte del traumatismo facial que presentaba, también sufría de una lesión grave de pecho por aguantar tanto peso en su tórax por varios minutos. Se hallaba en observación pero su vida no corría peligro.
Entonces, sus amigos estaban apretados en la pequeña habitación, también estaba Blanca que, al enterarse de lo que pasó fue rápidamente, prometiendo a su esposa Natasha que regresaría pronto para apoyarla de su hija después. La cuestión no pintaba bien, por lo que Max y Jessica iban en camino con un abogado.
Eiji se encontraba recostado, observando los pájaros volar a través de su ventana mientras que Ash estaba sentado a su lado, tomado de su mano pero los demás estaban de pie, en un incómodo silencio: Yut Lung veía en su teléfono si tenía maquillaje para cubrir sus moretones en el rostro (debía estar presentable para ver a su familia al día siguiente); Shorter, Sing y Cain estaban con los brazos cruzados; Alex, Kong y Bones estaban ocupados comunicándose entre ellos en el chat de sus celulares sobre qué debían de hacer pero Blanca era el más desesperado entre ellos.
—¿Se puede saber en qué estabas pensando, Eiji? — artículo con cierta serenidad el hercúleo hombre.
Ahora toda la atención estaba enfocada en él y Ash no estaba contento por el tono que le había empleado a su omega.
—Hey, Blanca... tranquilo — Sing se puso enfrente de él para ser un bloqueo visual pero no hizo mucha diferencia. —. Piense en su hija Kostenka, no se enoje.
Plan fallido. Blanca todavía quería una explicación.
—Yo te enseñé un poco en cómo pelear, me lo pediste para sacar tu estrés saludablemente — suspiró exasperado. —. ¿Qué pasó allá exactamente?
Alex, Bones, Kong y Cain quedaron expectantes en la respuesta de Eiji. El resto, al saber de lo que el sujeto vapuleado fue Mizuno, quedaron un poco nerviosos.
—No es asunto tuyo. — defendió Ash, listo para hablar en nombre de su omega.
—¿Qué? — Blanca endureció su rostro.
—Estoy con el estúpido de Ash —Yut Lung alzó la mano. —. No es de nuestra incumbencia.
Al ver que eso no estaba ayudando en aligerar el ambiente, Shorter agregó:
—Eiji solo se defendió de ese tipo... nada más.
—¡Sí, sí, sí! — Sing asintió. —. Eiji se ha vuelto muy fuerte.
—Pues hay omegas fuertes también —Bones se sobó su mentón. —. Quizá ese alfa era sólo muy débil.
—He estado en peleas antes —Cain interrumpió. —, y pude ver que Eiji tenía algo personal en contra de ese alfa.
En eso, Alex se limpió el sudor.
—Aún si es así, como dijo Ash, no es nuestro asunto.
—Aunque casi lo mata... — dijo en voz alta Kong, con cierta duda.
Por su lado, Eiji solo escuchaba como si fuese ajeno a la situación. Las voces de sus amigos se alzaban vehemente y las sus feromonas chocaban entre sí poniendo a todos con los sentimientos a flor de piel.
Empero, no podía culpar a quienes no sabían de Mizuno, el combate allá afuera no fue normal. No era simple defensa, era venganza... como si quiera desmenuzar cada fibra de ese alfa lenta y dolorosamente para que sintiera la angustia que tuvo que sufrir durante ese tiempo.
Eiji estaba harto de los problemas, no quería crear otro en su círculo íntimo, en una zona de confort que halló aparte de Ash.
Por lo mismo, giró su rostro hacia sus amigos y confesó sin emoción alguna.
—Sí, me defendí de él —todos estuvieron en shock pero aún así sintió la mano de Ash contra la suya y sus feromonas. —. Ese alfa me violó y me dejó embarazado antes de venir acá — sus palabras eran como lijas en sus cuerdas bucales, ellos ya sabían lo de Aiko pero no cómo se engendró. —. Desde entonces, ha hallado maneras de hostigarme y atentar con mi vida tanto en Estados Unidos como en Japón, también a mi propia familia... él... me acosó camino al bar... por eso...
—Suficiente —Blanca cerró sus ojos y exhaló fuertemente. —. Suficiente...
Verbalizar sobre su abuso es admitir que sucedió. Eiji ya lo tenía más que claro muchísimo antes: sus traumas, tuvo una bebé, lo denunció ante las autoridades y Mizuno lo ha dicho diestra y siniestra como si hubieran tenido sexo casual, pero para Blanca, Cain, Alex, Kong y Bones la violación todavía no era real, vislumbrar sus semblantes lleno de murria era una tortura.
Sin embargo, lo que le sorprendió a Eiji fue que esa expresión en ellos fue pasajera. Alex, Kong y Bones se vieron a los rostros con determinación y se dispusieron a salir del cuarto.
—Hey, ¿a dónde van? — Ash parpadeó, perplejo.
Ellos se detuvieron, irritados.
—Ese bastardo está ingresado en este hospital. — Bones informó.
—Te vengaremos, Eiji. — Kong flexionó sus músculos de los brazos para mostrar su fuerza.
—No nos busquen si no regresamos. — Alex se despidió haciendo un ademán.
Ash y Yut Lung sintieron pena ajena mientras que Eiji, Sing y Shorter estaban desubicados.
—Esperen — Cain habló con voz grave y sus feromonas concentradas se dirigieron al trío. —. Yo sé cómo matar gente.
Ahora todos los presentes temieron por el pellejo de Mizuno. Si no hubiera sido porque Blanca se puso frente de la puerta cerrada.
—Ni siquiera lo piensen — arqueó su espalda. —. Solo provocarán que Eiji se sienta peor.
Así como el furor de la pelea surgió, de la misma manera se esfumó. Ahora solo sentían vergüenza.
—¿Blanca? — el omega japonés susurró confundido.
Fue una sorpresa cuando se acercó y lo abrazó delicadamente; asimismo lo fue al momento que Cain y de Alex, Bones y Kong, los últimos tres afligidos y al borde las lágrimas, hicieron lo mismo.
—Lamento todo lo que pasaste... no debí alzar mi voz... — el gran hombre susurró.
Estaba tan abrumado por todo lo que estaba pasando que no supo cómo reaccionar. En especial cuando tocaron la puerta y todos se separaron de él por el susto.
Tantas cosas que estaban sucediendo en poco tiempo, que Eiji se estaba mareando.
Así, Max apareció un poco agitado.
—Eiji, los abogados de Mizuno y la Policía te esperan en una habitación privada— lo observó detenidamente, parecía que había interrumpido algo importante. —. ¿Quieres hablar con ellos?
El omega jadeó y sus ojos se dilataron en sutil temor.
—Sí, iré de inmediato.
Por lo mismo, Ash y Shorter le ayudan a bajarse de la camilla y a sostenerlo en cada brazo con paso laborioso hacia el beta.
—¿Quieres que vaya contigo? —Ash le susurró al oído, casi suplicando.
No obstante, antes de que pudiera responder, Max lo interrumpió.
—Ellos solo quieren ver a Eiji.
El alfa rubio se indignó.
—¡Por supuesto que no! ¡No lo dejarán a la boca del lobo!
Todos los demás estuvieron con el alfa al comenzar a alegar dentro de la habitación. Eiji los miró conmocionado.
—Estará con el abogado George Scott — Max hizo una mueca tranquilizadora. —. ¿Lo recuerdas, verdad Ash? Él es alguien de confianza... dijo que el caso de Eiji podría ser resuelto fácilmente.
En eso, Eiji aclaró su garganta y sonrió sutilmente.
—No se angustien, estaré bien...
—¡Pero Okumura! —Yut Lung se aproximó para detenerlo aún con uñas y dientes.
—No fui ni seré un cobarde... cualquier situación la enfrentaré. Perdonen por las molestias y gracias por preocuparse mí... los llamaré después.
Rápidamente, Eiji les dio la espalda y siguió su camino donde lo esperaban al lado de Max. No quiso ver la expresión de los demás, en especial la afligida de Ash. Aunque Shorter se dio cuenta desde ahí que su amigo rubio estaba muy callado más de lo normal.
En su conciencia él no hizo nada malo. Así que no había que temer.
Lo que no se esperaba Eiji era encontrarse a una firma de abogados importante de Nueva York con los padres de Mizuno que volaron en su avión privado cuando se enteraron de lo que le sucedió a su hijo. Ahí mismo también estaba el referido abogado de la familia Lobo y el señor Jenkins.
Estaba tan absorto por el panorama que no se dio cuenta que Jessica se hallaba en el umbral de la puerta y le aseguró que estarían afuera con Max.
La reunión duró alrededor de dos horas y la parte demandante se retiró del hospital. Eiji se quedó hablando un rato con su abogado y el detective momentos después.
Entre sus amigos y familiares, nadie supo de qué se trató esa charla a puerta cerrada. Eiji no dijo ni una sola palabra al respecto durante años.
Mizuno desapareció de la faz de la tierra después de aquello. Si estaba en prisión, en Japón o en Estados Unidos era un enigma.
*
—Nos avisan cuando Eiji salga, ¿ok?
Ash asintió un poco cansando ante la voz infantil de Sing, debido a que Michael y Skipper estaban solos en el apartamento, Max y Jessica les pidieron favor de ir con ellos mientras esperaban afuera en la pequeña sala de conferencias por el abogado.
De la misma manera se pusieron de acuerdo Bones, Alex, Kong, Blanca y Cain en irse a sus hogares. Ya era casi la una de la mañana y seguir ahí era como una manera de presionarlo. Cuando Eiji se sintiera preparado, los llamará y ellos estarán para él.
—Claro...
Al final, se quedaron Shorter, Yut Lung y él. Mientras el omega chino se hallaba en el tocador, los mejores amigos quedaron sentados en la recepción.
El alfa pelo pincho quedó viendo la nada, necesitaba fumar un su buen puro.
—No has hablado.
—¿Eh?
—Desde que Eiji fue ingresado estas muy... ¿quieto? — alzó una ceja. —. ¿Estás bien, bro?
En eso, Ash relajó su mandíbula y sus hombros tensos.
—Estos últimos días han sido estresantes con la venida de la familia de Eiji mañana... pero de lo que pasó hoy... — se rascó sus cabellos en señal de frustración.
—Fue el colmo — Shorter sonrió de lado. —. Lo sé...
Nuevamente se quedaron callados por un rato hasta que Ash suspiró cansado.
—Jamás había visto a Eiji tan frenético... pensé que estaba mejorando a lo largo de estos meses...
Shorter frunció el ceño y se quitó las gafas de sol.
—Quizá, pero volver a ver a ese alfa que lo ha lastimado fue mucho para él... — sobó los hombros de su amigo. —, tampoco sabemos qué le hizo antes de que Eiji tuviera su arranque de ira contenida.
Justo cuando Ash iba a responderle, Yut Lung hizo su aparición. Se denotaba que se había arreglado el cabello e hidratado su rostro, incluso Shorter se le fue el pájaro al verlo tan despampanante.
Sin embargo, al contemplar a Ash, se molestó ligeramente.
—Cambia esa cara, idiota, que das lástima. — lo señaló sin remordimiento.
—¡A-Amorcito! — Shorter sintió escalofríos al escuchar un gruñido frustrado se su amigo.
—¡Es que es verdad! — se acercó al rubio y comenzó a pullarlo con su índice en su pecho. —. Sé que este evento fue estresante para todos, para Eiji fue peor. Ya después podrán hablarlo pero no ayudas con esa expresión de miserable, al menos bájale un poco.
Lo peor de todo es que el omega chino tenía razón y no quería admitirlo.
—¿Por eso te tardaste en el baño? — Ash esbozó una sonrisa burlesca. —. ¿Para llorar de preocupación y ocultarlo con maquillaje?
De inmediato, Yut Lung se sonrojó intensamente.
—¡Por supuesto que no, tonto!
Así, Shorter se dio cuenta que estos dos, en buenos términos, podrían llegar a ser amigos cercanos. Ante el pensamiento, sonrió ampliamente.
Aunque, el buen ambiente se desinfló cuando ubicaron a Max y Jessica caminando junto a Eiji. Por las pesadas feromonas a su alrededor eran un indicativo para estar más atentos hacia ellos.
Entonces, corrieron hacia ellos para acotar la distancia y calmar sus ansias. Al estar frente a frente, el rostro calmado de Eiji no cambió para nada.
—¿Qué pasó? — Ash preguntó casi sin aliento y con ganas de abrazar a su novio.
Eiji mantenía sus labios cerrados, en su lugar, Jessica habló:
—El abogado aseguró que todo salió bien.
Los tres amigos arrugaron sus rostros, inconformes con la respuesta.
—¿Pero en sí cuál fue el arreglo que llegaron? —Yut Lung sonó desesperado.
Max observó a Eiji aún sin ínfulas de reaccionar.
—No lo sabemos pero lo importante es que no presentarán cargos contra Eiji.
—Pero querrán compensación, ¿no? — agregó Shorter con sospecha.
—Pues... —Jessica no sabía la respuesta. Según las propias palabras del abogado Scott: Los Mizuno ya no serían un problema en el futuro. ¿Hasta cuanto se extendía esa afirmación?
De repente, Eiji alzó su melancólica mirada e hizo cerrarle la boca a todos con lo siguiente:
—No quiero hablar de esto — su voz quebradiza los asustó. —. Por favor, ya no pregunten —cerró sus ojos con fuerza. —. Solo... quiero descansar. Dentro de algunas horas mi familia vendrá...
Durante el trayecto a casa, Eiji estaba ensimismado en el asiento del taxi. A penas pudo escuchar a Shorter hablar con sus demás amigos que habían salido del hospital, a Yut Lung ofrecerle arreglarlo para la llegada de su hermana y mamá (porque, claro, el ojo morado y las raspaduras no se irán con una buena dormida) y cuando Max, Jessica y la pareja de chinos se despidieron.
Los brazos de Ash alrededor de su cuerpo herido ardían, pero necesitaba esa cercanía para aliviar su mente.
Cuando entraron a su nuevo apartamento, Buddy los fue a recibir con júbilo. A diferencia del anterior, ese lugar estaba un poco más alejado del centro, era más grande y había muchos parques y bosques naturales. A Ambos les gustaba pasear entre el follaje de los árboles y la frescura del aire.
Ash y Eiji no se dirigieron la palabra sino al momento de calmar al perro y acostarse en la cama. Para entonces, eran las tres de la mañana.
—Lo lamento.
La voz apagada del alfa hizo sacudir los pensamientos de Eiji, quien giró su rostro para verlo en la tenue luz de la luna que se colaba por la ventana.
—¿Por qué...? — él debería estar diciendo eso.
Ash tomó su tiempo en contestarle:
—La vez que me confesaste sobre tu embarazo, te juré que jamás verías de nuevo a Mizuno.
En un parpadeó, se aproximó a su novio pero sin llegar a tocarle.
—Ash...
—Pero hoy te encontraste con él... y no estaba ahí — cubrió sus ojos cerrados con su antebrazo. —, tampoco estuve cuando diste a luz... — musitó con aciago. —, siempre llegó cuando es demasiado tarde... — imágenes del accidente de Griffin se proyectaron en sus recuerdos. —. No he podido ser tu apoyo...
Eiji empezó a entrar en pánico. Las disculpas fueron articuladas bajo un furor de estrés. De nuevo contemplaba esa faceta vulnerable en Ash, la misma que vio al estar en el cementerio al visitar a su hermano.
—No lo hiciste, siempre estuviste presente, Ash...
—¿Qué...?
En eso, Eiji le obsequió una tímida sonrisa.
—Cuando Aiko nació... tuve mucho miedo... pero pensé en ti — colocó su mano en la mejilla de su amado y la palpó con ternura. —, asimismo pasó con Mizuno hoy... estuviste en mis pensamientos todo el tiempo... eso me dio mucha confianza para enfrentarme a él.
—E-Eiji... — los ojos de Ash emanaron un hermoso fulgor.
—No eres consciente de esto, desde que te conocí me has inspirado en todo aspecto de mi vida... me siento más fuerte... — tragó saliva y su sonrisa se esfumó. —. Si no hubieras aparecido a detenerme en esa pelea, posiblemente Mizuno terminaría muerto...
—¿C-Cómo?
—En mi ofuscada mente se repetía "mátalo" e intenté hacerlo con mis puños... — alzó ambas manos vendadas y temblorosas. —, no me di cuenta que lo estaba haciendo al sentarme sobre su pecho... ahogándolo lentamente.
—No, Eiji...
—Yo soy quien debería pedir perdón... — sus ojos se quemaban en lágrimas. —. Solo traigo problemas a tu vida.
Inesperadamente, Ash se abalanzó hacia el omega para juntar sus labios; sus manos descansaron sobre la perfecta cintura, trazando pequeños movimientos circulares con sus pulgares. Ahora el anonadado era Eiji, quien no podía seguirle el ritmo por lo sorpresivo que fue ese beso.
Por eso, Ash inhaló profundamente y luego se separó para verlo. Ambos estaban ligeramente mareados por el empalagoso aroma de sus feromonas pero el alfa se las arregló para sonreírle.
—Nada de eso pasó — con sumo cuidado apretó más el cuerpo de Eiji con sus brazos. —. Sé que no harías nada irracional, Eiji. Lo que ocurrió fue en defensa propia, no necesito ver los videos o la declaración policial para verificarlo.
—A-Ash...
—Eres mi fuerte y dulce omega — acarició sus mejillas contra la propia. —. Gracias a ti, también me has inspirado a ser el mejor... a ser mejor hermano, hijo y alfa... por eso hallé el valor de aceptar plenamente a los Lobo y a hablarle a Griffin... — besó su frente. —. Gracias Eiji, por no desistir.
—Ash... — con el corazón ligero, el omega derramó unas cuantas gotas cristalinas. —. Ash...
No hubo palabras que los guiarán a continuación. Se dejaron llevar por la dulzura del momento; conectaron nuevamente sus labios y olvidaron el mundo completo al descender sus párpados en deleite.
Ash lo besaba deliberadamente, haciendo que su lengua explorara lentamente e intoxicante dentro de la cavidad de Eiji. Esos sentimientos entre ambos no debían de ocultarse más y no se quería reprimir. Permitió que sus manos fueran sus ojos mientras palpaba los antebrazos del omega y sus pómulos, encantado cuando sus músculos se tensaban y relajaban por su toque.
El rubio inhaló, sintiendo una oleada cálida cubriéndolo internamente.
—Parte tus labios otra vez... — entre una voz rasposa y bajo pudo decirle.
Eiji asintió con sus sentidos dormidos del placer. —A-Ah...
Sus labios se precipitaron de manera hambrienta y desesperada. Las manos de Eiji se sostenían en los hombros del alfa pero llegó un punto que la necesidad de tenerlo más cerca fue en aumento, así que lo rodeó del cuello con sus brazos entre besos e inclinó el rostro de Ash para besarlo más profundamente.
Los sonidos mojados de sus labios agitados por varios minutos hizo que la pareja se sonrojara hasta el cuello.
Ash notó que el cuerpo de Eiji sutilmente temblaba y supo que debían parar. Todavía estaba lastimado. Por lo que se separó de él y se vieron con amor. Una pequeña burbuja de felicidad explotó en sus interiores, olvidándose del caos de ese día.
El alfa sintió como Eiji acurrucaba su rostro en su pecho, encogió sus hombros e intentó colocarse en posición fetal aún estando en brazos con Ash.
Entre voz tiritante, el chico pudo pronunciar de manera afable:
—Te amo. — musitó como si le estuviera contando un secreto.
Ash sintió su corazón revolotear y contornó el rostro con una de sus manos y lo condujo nuevamente a sus labios. Esta ocasión fue menos intenso y hambriento, al ser llevado como una lenta tortura por el eco en cada pequeño beso.
—Yo también te amo, Eiji.
*
Al día siguiente, a las diez de la mañana, la madre y hermana de Eiji llegaron desde Japón. Ash y él fueron los únicos que estaban en el aeropuerto para recibirlas.
Se suponía que iba ser un momento de alegría después de no verlas por más de un año hasta que ellas vislumbraron el estado deplorable y magullado del omega. Aún con el maquillaje de Yut Lung, era notorio lo que le pasó.
—¿Hermano... quién?
Las dos mujeres pensaron de inmediato en Mizuno.
—No importa — confesó de golpe en japonés. —. Estamos fuera de peligro ahora...
Sin embargo, ellas, abrumadas por la situación, rodearon abruptamente a Eiji en sus brazos y comenzaron a llorar. Ash, al verlas desde la lejanía, ablandó su corazón.
—¡Eiji! ¡Eiji! — la señora Okumura gimoteó. —. Mi hijo... lo lamento...
—Hermano... te extrañé... perdón... perdón... — Junko ocultó su rostro en el pecho.
Paulatinamente, Eiji no pudo aguantar las mil emociones que experimentaba por dentro. Entonces, las abrazó de regreso y acurrucó su cabeza en la coronilla de su familia.
—Les juro que todo mejorará... no las volveré a dejar solas otra vez...
Por otro lado, Ash fue ignorado por un largo rato mientras ellos seguían disculpándose mutuamente, llorando y abrazando aún si las personas los observaban. No se resintió en absoluto, es más mantuvo su sonrisa afectuosa en todo momento. Era lo que ellos necesitaban por ahora, sentirse cerca y empezar a sanar las heridas del pasado. Después podrían presentarse apropiadamente.
N/A: supuestamente este sería el último capítulo pero todavía me faltaba algunas escenas que escribir y desentonaban mucho con el ritmo y el ambiente de este, además que saldría muy largo. Por eso, para no agobiarlos de drama, decidí partirlo en dos, el siguiente definitivamente será el último y, tal vez, será cortito. El epilogo que ya lo estoy escribiendo ♥.
Por fin Eiji pudo deshacerse de Mizuno, estoy segura que nadie se imaginó que sería de esa manera (aguas mansas líbrame Señor) ¿Qué fue lo que discutieron con los padres de Mizuno a puerta cerrada? Lo averiguaremos en el siguiente ♥ aunque lamento que el momento entre los amigos y Eiji en el hospital fue cortado de manera abrupta, no dio tiempo de digerir la confesión. Sin embargo, por la situación que Eiji se metió era de resolverlo de manera urgente. También veremos más de la familia de Eiji interactuando con Ash, me quedé con la espinita con esa última parte del capítulo.
Ash pudo estar con Griffin con la ayuda de Eiji ♥ estos dos me dan mucho confort ♥
Muchas gracias a todos por apoyar esta historia ♥ lo aprecio mucho ♥♥♥♥ nos vemos hasta la próxima.
PD: mañana es 12 de agosto, así que feliz cumpleaños, Ash ♥♥♥
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