Otra tarde más en el descanso que les proporcionaba el colegio. Félix y Jeongin se encontraban en el patio de comida almorzando lo que Jeongin había preparado ese día.

—Oye, Innie —llamó Félix.

—¿Mmm?

—Alguien no deja de observarte.

Jeongin frunció su entrecejo al no comprender.

—¿De qué hablas?

—De Chan —señaló disimuladamente hacia la mesa de atrás, en donde se situaba Chan en compañía de su amigo—. No ha dejado de mirarte desde hace un buen rato.

Jeongin guio su cabeza con disimulo, notando que Chan lo estaba observando, de inmediato desvió su mirada.

—Al parecer los almuerzos están funcionando. Chan ya cayó por ti.

No obstante, el ceño fruncido de Jeongin se mantenía en su cara.

—Pero... ¿Cómo va a caer por mí si él no sabe que soy yo quien deja los almuerzos?

—Ah...

Félix abrió su boca al caer en ese detalle.

—Es cierto... Pero entonces, ¿por qué te miraría? —se preguntó a sí mismo.

—No lo sé, Lix.

Jeongin soltó un bufido mientras reposaba sus mejillas en sus manos. Volvió a mirar la mesa de Chan, pero esta vez notó algo más.

—También hay alguien que no deja de mirarte.

—¿Eh? ¿Quién?

—Changbin —respondió—. El amigo de Chan no ha dejado de mirarte como un bobo desde hace un buen rato.

—¿En serio? —preguntó Félix con sus ojos repentinamente brillosos.

—Sí, míralo tú mismo.

Félix lo hizo, miró sin un ápice de disimulo a la mesa de atrás. Cruzando tan sólo unos segundos con la mirada de Changbin, pues él rápidamente la apartó.

—Creo que le gustas, hace varios días también noté que andaba muy cerca de nosotros y no paraba de observarte.

—Mmm —soltó Félix, pensativo—. Qué bueno es saberlo.

Jeongin asintió, pero luego frunció su ceño al ver esa expresión de Félix, aquella que decía que algo tramaba.

—Hay que descubrir por qué Chan te estaba mirando. Déjamelo a mí.

—¿Qué estás tramando, Félix? —cuestionó Jeongin—. ¿No te meterás en problemas o sí?

—No te preocupes, Innie. Tú tranquilo, que yo me hago cargo.

Jeongin ya no dijo más, pero no iba a mentir que tenía un tantito de miedo de lo que sea que estuviera tramando Félix.

—Deberías dejar de mirarlo tanto, te pueden denunciar por acosador.

—Es que no puedo evitarlo, mis ojos me guían automáticamente hacia él.

Chan negó con su cabeza.

—Por cierto, ¿cómo así estás aquí? —preguntó Changbin—. Siempre te pierdes en la terraza hasta que se acabe el descanso, es raro verte por aquí.

Chan carraspeó, mientras cruzaba sus brazos.

—Sólo quise hacer un cambio y venir un rato a hacerte compañía, pero si ya no quieres me vuelvo a quedar en la terraza.

—No es eso, Chan. Sólo se me hacía un poco extraño verte aquí, pero está bien, me agrada tenerte por acá.

—Okey.

—¿Y ya sabes quién podría ser tu admirador secreto? —preguntó Changbin, cambiando el tema.

Chan soltó un sonoro respiro, deshaciéndose su cruce de brazos para dejarlos sobre la mesa.

—No tengo idea —respondió—. He estado pensando y pensando y no encuentro nada.

—Podría ser Jeongin...

—¿Jeongin? —soltó confundido—. ¿Quién es Jeongin?

Changbin abrió sus ojos de la sorpresa, negando lentamente con su cabeza.

—¿En serio no sabes?

—Si lo supiera no te estaría preguntando, ¿no lo crees?

—Bueno, Jeongin es el último chico que se te confesó.

Último chico...

Chan lo recordó y de inmediato llevó su mirada hacia la mesa de al frente. Observando a ese chico con apariencia de un tierno zorro.

—Jeongin, el chico de cabello castaño, ¿o ya te olvidaste de él?

—Sabes bien que no presto atención a las personas que se me confiesan y por eso no suelo recordarlas.

—Típico de ti —soltó Changbin, recibiendo una mirada seria de Chan—. En fin, yo pienso que podría ser él, según lo que oí por ahí, él siempre prepara sus almuerzos. Yo sé que no es el único que lo hace, pero creo que puede ser él porque se te confesó días atrás y repentinamente empiezas a recibir notas anónimas con almuerzos, eso parece demasiada coincidencia, yo pienso que es él.

Chan se mantuvo en silencio, simplemente pensando. El punto de Changbin tenía mucha coherencia, todo parecía coincidir, Jeongin era el más sospechoso para ser I.N.

Sin embargo, otro pensamiento surgió en la cabeza de Chan.

—Pero... ¿Él no te...?

—Me tengo que ir, nos vemos luego, Chan —dijo Changbin, interrumpiendo la pregunta de Chan y colocándose de pie, posteriormente yéndose del sitio. 

Chan soltó un bufido, reposó su espalda en la silla y volvió a fijar su mirada en la mesa de al frente, notando que Jeongin se encontraba solo. Sin darse cuenta se quedó mucho tiempo observándolo, incluso no se percató cuando Jeongin lo miró también. 

«¿Él no te gusta?». Es lo que quería preguntarle a Changbin antes de que éste se marchara del patio de comida, pero no alcanzó a hacerlo.

Chan se sentía algo confundido con todo lo que estaba sucediendo. Al principio fue extraño recibir cartas de confesión, pero luego de mucho tiempo se volvió algo muy común en su vida, así como un costumbre o rutina. 

Sin embargo, era la primera vez que recibía almuerzos con notas anónimas, cuyas palabras empezaron a adentrarse a su indiferente corazón. Además, no entendía por qué de repente comenzó a sentir su pecho apretarse al imaginar a Changbin y Jeongin juntos, tampoco entendía por qué su amigo sugirió que Jeongin era I.N y que hoy actuara como si no sintiera nada por él cuando hace días atrás se mostraba muy enamorado. 

Qué confuso era todo. 

No obstante, lo único de lo que Chan no estaba confundido era que quería conocer a la persona detrás de aquellas notas y almuerzos, porque no iba a mentir que la comida estaba deliciosa y que por primera vez tenía interés por un admirador suyo. 

Me he quedado sin capítulos escritos, me tardaré un tantito en actualizar en lo que escribo otros cuantos caps y me pongo a planificar bien la historia, a ver si tiene futuro o no.