Hoy era el día. Finalmente conocería a I.N.

—¿Estás ansioso? —le preguntó Changbin, quien caminaba a su lado, acompañándolo hasta la puerta que lo llevaba a la terraza.

—Sí, mucho, pero estoy más nervioso —contestó Chan—. ¿Cómo crees que sea?

—No lo sé, pero hoy finalmente lo sabrás. Suerte —dijo cuando ya había llegado.

Chan simplemente asintió, abriendo la puerta y empezando a subir las escaleras. Su corazón no dejaba de palpitar a gran velocidad.

Cada paso parecía resonar en su cabeza. Había esperado tanto tiempo para este momento, para finalmente ponerle rostro a esa persona que le había estado enviando esas notas tan detalladas, tan personales. ¿Cómo sería? ¿Sería alguien a quien ya conocía? ¿Alguien que siempre había estado cerca, pero que nunca había notado?

¿Acaso sería...?

Cuando terminó de subir, vio que una persona se encontraba parada de espaldas, pero por su físico supo de inmediato que se trataba de una chica. Una chica de estatura mediana y de cabello castaño.

A Chan le pareció extraño.

—¿Hola? —dijo, con la intención de captar la atención de la chica.

La muchacha se dio vuelta, lentamente, hasta dejarse ver por completo. Entonces Chan la observó bien, de alguna forma se le hacía familiar, intentaba recordar de dónde.

Realmente era malo para recordar rostros y nombres.

—Hola, Chan —habló la chica con una sonrisa—. No me recuerdas, ¿verdad?

—Oh... me pareces familiar, pero no, no te recuerdo.

—Soy Bae Sumin, me confesé hace poco. De hecho, creo que fui la última en hacerlo.

Chan intentó hacer memoria, entonces lo recordó, fue la chica que lo abrazó sin su consentimiento. También recordó que no le gustó para nada, aún podía sentir la incomodidad del momento.

—Oh, sí, ya recordé... —dijo, rascándose la parte de atrás de su oreja—. ¿Qué haces aquí? Estoy esperando a alguien, ¿sabes?

—Lo sé —respondió Sumin con total confianza—. Sé que esperas a I.N, ¿no es así?

—¿Cómo sabes?

—Porque yo soy I.N —contestó sin quitar esa sonrisa de su cara—. Mucho gusto, Chan, yo soy la persona que te ha escrito todas esas notas y preparados esos almuerzos.

Chan frunció su ceño, no podía terminar de creerlo. ¿Era posible que todo este tiempo hubiera sido ella? Sus sentimientos eran una mezcla de sorpresa, decepción y confusión. Las notas siempre habían sido tan cuidadosas, tan consideradas. Algo en la personalidad que había mostrado en esas palabras no encajaba con la imagen que tenía frente a él.

Además, se desilusionó al ver que era una chica y no un chico.

—¿Hablas en serio? —preguntó, aun procesando la situación.

—Sí, yo te cité en mi última nota, ¿recuerdas?

—Sí, lo recuerdo, es solo que... —Chan titubeó, buscando las palabras correctas para expresar lo que sentía sin sonar hiriente—, esperaba que fuera otra persona.

Sumin pareció captar su tono y su sonrisa titubeó un poco antes de retomar su confianza.

—¿Estás decepcionado? —preguntó Sumin con preocupación—. Yo temía que pasara esto, por eso no quería mostrarte quién era.

—No, no, para nada —se apresuró en decir, aunque en el fondo sí se sentía algo decepcionado—. Es solo que me siento algo... estupefacto, y eso.

—Está bien —respondió ella, aunque la tensión en el ambiente era palpable.

—¿Te gustaría ir a caminar por el jardín o quizás a la cafetería? —preguntó, sin saber realmente qué decir o hacer a continuación.

Chan no sabía qué seguiría después de conocer a I.N, no se le ocurrió nada más.

—Sí, me encantaría —respondió Sumin con una sonrisa.

Sumin no dejaba de sonreír, su sonrisa no era fea, pero para Chan... para Chan solo era una sonrisa más del montón. No la encontré para nada atrayente. No como la de...

Basta, se dijo a sí mismo. Últimamente Jeongin no dejaba de aparecerse por su cabeza.

Ambos salieron de la terraza y caminaron por el jardín, hablando un poco sobre ellos. O más bien era Sumin hablando sin parar, como un loro, mientras que Chan estaba distraído en su mente, pensando en muchísimas cosas, prestándole cero atención a lo que decía la chica a su lado.

Muchos estudiantes los vieron pasar y comenzaron a murmurar entre ellos, corriéndose un nuevo rumor.

Jeongin y Félix se encontraban en el jardín, como de costumbre, siempre solían comer ahí, entonces ambos jóvenes vieron pasar a la pareja. Los dos quedaron confundidos al ver a Chan caminar junto a Sumin, quien se suponía que había sido rechazada hace un tiempo por Chan.

Era inesperado.

Jeongin hizo contacto visual con Chan, era la primera vez que se veían desde ese día en el que se besaron, Chan no sabía cómo sentirse al respecto. En cambio, en ese momento, Jeongin sintió su pecho ser destrozado, aún le dolía todo lo que tenía que ver con Chan. Apartó la mirada, enfocándose en su mejor amigo y evitando ver a Chan en compañía de alguien más.

—Iré al salón, te veo ahí —le dijo a Félix antes de levantarse y marcharse del jardín.

Por otro lado, Félix se sentía demasiado confundido, ¿qué carajo estaba pasando?

Se puso de pie y fue directamente en busca de Changbin, lo buscó en su salón, sabía perfectamente que, si no estaba en la cafetería, Changbin estaría en el salón. Su novio solía quedarse ahí para leer.

Cuando llegó, se acercó de inmediato, no dejó que hablara, fue directo al grano.

—¿Por qué Chan está paseando con Sumin?

Changbin lo observó con su ceño fruncido. ¿Félix había dicho qué?

—¿A qué te refieres? ¿Por qué Chan estaría con Sumin? Se supone que él iba a ver a...

—¿A quién? —cuestionó Félix.

—A I.N —respondió, sabiendo que ya no tenía sentido seguirle ocultándole eso a Félix.

—¿Qué...?

—Chan recibía almuerzos y notas de un tal I.N, y en la última nota le dijo para que se vieran cara a cara. Chan lo fue a ver. Si está con Sumin, eso significa que ella es I.N.

Félix no podía sentirse más indignado al respecto.

Entonces recordó la nota que Jeongin perdió la semana pasada, Sumin la había encontrado y se aprovechó para hacerse pasar por él.

Qué víbora.

Pero eso no se iba a quedar así, no iba a permitir que esa descarada se aprovechara de todo el esfuerzo que había invertido Jeongin en conquistar a Chan, no dejaría que usurpara la identidad de I.N.