Capítulo 29
Las primeras horas de clases transcurrieron con normalidad, con la monotonía propia de las lecciones y el murmullo de los estudiantes distraídos que estaban ansiosos por salir al receso y así dejar de escuchar a sus profesores.
Jeongin, sin embargo, se encontraba algo distraído. No prestó mucha atención a lo que decían sus profesores, puesto que en su mente pasaba el tema de las notas que le dejaba a Chan, preguntándose si renunciar era la decisión correcta. Esos almuerzos y notas se habían convertido en una rutina, le gustaba mucho cocinar y escribirle a Chan. Le gustaba pensar que de alguna forma mantenía una conexión con él.
Pero no, ya había tomado una decisión y no se echaría para atrás.
Cuando sonó la campana, marcando el inicio del receso, Jeongin comenzó a alistarse para dejarle el último almuerzo a Chan. Colocó la bolsa de comida que había preparado con tanto cuidado sobre el pupitre, pero al buscar la nota que acompañaría el almuerzo, no la encontró por ningún lado.
—¿Qué sucede? —preguntó Félix, al notar la inquietud de su amigo mientras revisaba frenéticamente su mochila—. ¿Qué buscas?
—La nota.
—¿La de Chan? —indagó en un murmuro para evitar que otros compañeros, que aún estaban en el salón, lo escucharan—. ¿Se te habrá quedado en casa?
—No, estoy seguro de que la guardé en este cuaderno —respondió Jeongin, hojeando el cuaderno una y otra vez—, pero no la encuentro.
—¿Y si se te cayó? —sugirió Félix.
Jeongin detuvo sus movimientos y consideró la posibilidad, quizás sí se le pudo haber caído. Observó cómo sus últimos compañeros de salón salían, dejando únicamente a Félix y a él en la habitación.
—Es posible, quizás se me cayó y no me fijé... —murmuró Jeongin, sintiendo una punzada de molestia. Había dedicado tiempo y cuidado a esa nota, queriendo que fuera especial, pero ahora parecía que todo ese esfuerzo se había perdido.
—¿Qué harás ahora? ¿Escribirás otra?
Jeongin se quedó en silencio por un momento, sopesando la idea. Pero pronto negó con la cabeza.
—Creo que lo dejaré así, puse todo mi esfuerzo para escribir esa nota, no quiero escribir otra, de todos modos, ya no iba a hacerlo más.
—¿Estás seguro de eso? Chan podría preguntarse tu desaparición y...
—Ya no me interesa —interrumpió Jeongin—. Es mejor olvidarme de esto. Ven, vayamos a comer.
Félix miró a Jeongin sin comprenderlo de todo, sabía que no podía obligarlo para que cambiara de opinión, dado que eso era decisión de su amigo y él no podía contradecirlo.
Ambos agarraron las bolsas con la comida y avanzaron hacia el jardín para ir a almorzar, ahí se encontraron con Hyunjin, quien se les unió para comer todos juntos.
Chan daba pasos inseguros, su mente se encontraba atrapada en un remolino de pensamientos. Mientras subía las escaleras que lo llevaba a la terraza, su corazón latía con un ritmo desacompasado, preguntándose si esa vez I.N había asistido a clases y le había dejado alguna nota como de costumbre, ¿I.N no renunciaría sin despedirse? ¿O sí? Chan agitó su cabeza, negando completamente a creerlo.
Había un extraña, pero agradable conexión entre ambos, aunque jamás se hubieran vistos cara a cara. Las notas y los almuerzos se volvieron una forma en la que ambos se comunicaban entre sí. Chan se aferraba a esa sensación de compañía que le ofrecía a I.N en las terrazas, por eso confiaba plenamente en que I.N no desaparecería, así como así.
Al menos, se despediría, ¿no es así?
Aunque Chan deseaba que I.N jamás desapareciera, es que se había acostumbrado tanto a su notas que no estaba seguro de cómo sería su vida sin ellas.
Cuando alcanzó el último escalón, la brisa fresca lo recibió. Alzó la mirada y sonrió enormemente aliviado al notar que había una bolsa esperándolo, lo que confirmaba que I.N sí había ido a clases, que I.N no había desaparecido de su vida. Se sentía feliz.
Sin embargo, su alivio se transformó en una ligera incomodidad al acercarse. Tomó la bolsa entre sus manos y, casi de inmediato, frunció el ceño al notar que la funda era distinta a la que usualmente I.N usaba, no tenía los típicos estampados, era una funda muy simple. Ese pequeño detalle le resultó extraño, pero no quiso darle demasiada importancia. Se dijo que, tal vez, Jeongin había optado por usar un nuevo diseño, que eso era posible y que no había nada extraño en eso, que quizás era algo sin mayor relevancia.
Solo era una funda distinta, no pasaba nada.
Abrió la bolsa con cierta expectación, y el desconcierto volvió a hacerse presente cuando sacó los recipientes. Eran diferentes a los que I.N solía utilizar. Ya llevaba un buen tiempo recibiendo los almuerzos de I.N, y de alguna forma ya había memorizado cada pequeño detalle de los almuerzos, desde los colores hasta las texturas de los envases. Este cambio, por más trivial que pareciera, lo inquietaba. Apartó los recipientes y buscó la nota que, como siempre, esperaba encontrar. Su corazón dio un vuelco al descubrir que el papel también era diferente, el diseño no era el mismo de siempre, puesto que no tenía estampados de zorritos al final.
Y luego estaba la letra... la letra le parecía algo distinta a la que solía leer, había algo ligeramente distinto en ella, pero, aun así, leyó la nota.
El ceño de Chan seguía fruncido mientras leía con atención. La caligrafía y ortografía también le pareció raras, pero el mensaje lo extrañó mucho más, dado que la escritura de I.N siempre había sido meticulosa, como si cada letra estuviera cuidadosamente pensada antes de ser trazada. Esta, en cambio, parecía más... despreocupada.
Hola Chan
Estaba pensado en que ya es momento de mostratre quien soy a ti te gustaría?? Este lunes podemos vernos aquí en la terrasa a la hora del reseco Te estare esperando
Atentanmente, IN
Corto, directo y con errores ortográficos, algo no muy típico de I.N, ya que él solía ser más detallista al momento de escribir y, por lo usual, siempre escribía alguna frase romántica o alguna frase de sus canciones favoritas, pero en esta nota no había nada de eso.
Chan no sabía cómo sentirse exactamente.
Leyó nuevamente la nota, lo hizo varias veces hasta comprender cada palabra, las cuales continuaban resonando en su cabeza.
"Mostrarte quién soy".
¿De verdad conocería a I.N? ¿Finalmente podrá saber quién estaba detrás de esas notas que habían agitado a su corazón?
Se sentía emocionado, no lo iba a mentir. Aunque esa emoción se mezclaba con la confusión, puesto que, por una parte, había esperado este momento desde hacía mucho tiempo, sentía mucha curiosidad por conocer al misterioso I.N.
Sin embargo, había algo en su interior que lo hacía dudar, no entendía qué era con exactitud, pero ese día sintió muy diferente a I.N, como si no fuera él, como si fuera otra persona.
¿Acaso estaba delirando o algo parecido?
No, no lo creía así, porque no había forma de que se tratara de otra persona, solo estaba pensándolo demasiado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro