Capítulo 24
Jeongin terminó de acomodar la botella de agua en su pequeña mochila. Como tenía el día libre, pensó en ir a caminar un rato por el bosque y trepar la pequeña montaña. El lugar era enorme, así que pasaría todo el día hasta que pueda explorar lo que pudiera.
Iba caminando, notando como algunos había decidido hacer un picnic, mientras que otros conversaban o jugaban a algo en el césped. A lo lejos pudo observar a Hyunjin pintando debajo de un árbol, se lo veía bastante concentrado.
Mientras iba avanzando hacia la entrada al bosque notó a Chan sentado en una de las sillas de madera, las que ocupaban para la hora de comida. Chan se encontraba leyendo un libro, su semblante reflejaba completa tranquilidad, a Jeongin le encantaba verlo así, se le hacía magnífico.
Se aproximó hacia él con pasos lentos y un poco inseguros. Cuando llegó se preguntó si había sido una buena idea, que quizás era mejor darse la vuelta e irse, sin embargo, era tarde, dado que Chan quitó la mirada de su libro y le dirigió hacia Jeongin.
—Oh... hola —pronunció Jeongin con voz baja, pero suficiente para ser escuchada.
—Hola —respondió con simpleza—. ¿Necesitas algo?
—Ah, bueno, es que... —no podía evitarlo, cuando Chan lo miraba se ponía muy nervioso, todo su sistema parecía fallarle—. Sucede que yo iré a caminar un poco hacia... hacia el bosque y quizás escale una montaña o algo así, entonces yo quería... quería saber si te gustaría ir conmigo.
Ya estaba, lo había dicho. Esperaba no recibir una respuesta negativa.
Chan lo observó en silencio por unos cortos segundos sin emitir ninguna palabra, regresó su mirada al libro, fingiendo leer.
—¿Por qué yo?
—¿Eh? ¿A qué te refieres?
—¿Por qué me estás invitando a mí?
—Ah, eso, bueno, porque... —su mente quedó en blanco, se bloqueó por completo. Jeongin odiaba cuando le pasaba eso.
—Ve a pedírselo a Hwang, él estará encantado de acompañarte —dijo Chan con molestia en su voz, seguía mirando fijamente a su libro.
Jeongin no sabía qué decir, se sentía como un completo estúpido.
—Bueno, yo... —balbuceó, sintiendo ganas de llorar—. Mejor me voy.
Jeongin siguió su camino a pasos rápidos, quería alejarse lo más pronto posible de Chan. Se adentró al bosque, todavía con su mente convertida en su desastre. ¿Qué le pasaba a Chan? Es decir, Jeongin sabía que Chan no era alguien muy accesible al momento de socializar, pero anteriormente podían conversar sin problema alguno. En cambio, esta vez le habló como si estuviera molesto con él, ¿acaso Jeongin había hecho algo que lo hiciera enojar?
Siguió adentrándose al bosque sin darse cuenta hacia dónde iba, cuando su mente se despejó se detuvo, puesto que cayó en cuenta que había estaba caminando sin fijarse en el camino y ahora no sabía en qué parte del bosque estaba.
Jeongin se había perdido.
Chan seguía sin comprender por qué razón se sentía tan molesto, miró hacia donde la silueta de Jeongin se había ido. ¿Acaso debió aceptar? No estaba seguro, pero en ese momento decidió que era mejor continuar su lectura.
Un rato más tarde, cuando se cansó de leer, se puso de pie y regresó a la cabaña que compartía con Changbin. Al ingresar notó que su amigo ya se encontraba dentro, estaba acostado en su cama con el celular en la mano.
—¿Terminaste de leer? —le preguntó Changbin, sentándose en la cama.
—No, pero ya me falta poco.
—¿Te sientes bien? —cuestionó Changbin, notando el semblante desgastado de su amigo. Aunque desde hace unos días que lo notaba de esa forma, probablemente había algo que lo estaba estresando de más.
—Sí, solo me siento algo cansado, no es nada grave.
Changbin no dijo más, pero eso no lo convencía del todo.
—¿No ibas a estar con Félix? —habló Chan, intentando cambiar el tema, o solo quería indagar un poco sobre el amigo de Félix.
—Estuve con él hace un rato, pero dijo que regresaría a pasar un rato con Jeongin, así que...
Fue interrumpido por el sonido de su celular, el cual anunciaba una llamada entrante, él la atendió de inmediato al ver que se trataba de su chico favorito.
—Hola, Lix.
—Changbin... —susurró Félix desde el otro lado de línea. Ante ese tono de voz, Changbin se alarmó.
—¿Qué pasó?
—Jeongin no ha regresado.
—¿Cómo que Jeongin no ha regresado?
Ante la mención de ese nombre, Chan activó sus orejas con interés, mirando de inmediato a su mejor amigo. Se acercó para poder escuchar la conversación.
—No, se suponía que iría un rato a caminar en el bosque y no tardaría mucho, pero no ha regresado y tampoco le llegan los mensajes que le envío. Estoy preocupado, Bin, ya está oscureciendo y se pondrá peligroso, ¿y si le pasó algo? Dios quiera que no, o si no yo me moriría —habló muy rápido, pero fue fácil para Changbin comprenderlo.
—No, Lix, no pienses eso. Él está bien, verás que lo encontraremos —trató de tranquilizarlo—. ¿En dónde estás ahora?
—En la cabaña, no sé si decirle a la tutora, tengo miedo, pero creo que debería hacérselo saber.
—Voy para allá, ¿okey? Descuida, Jeongin estará bien.
—Okey.
Fue lo último que dijo Félix antes de colgar.
—¿Qué le ocurrió a Jeongin? —preguntó Chan con demasiado interés, no había podido escuchar nada de la conversación.
—Salió al bosque y no ha regresado, Félix está preocupado, iré a verlo y luego a comunicárselo a la tutora. Está anocheciendo y le podría pasar algo.
Changbin salió de la cabaña para encontrarse con Félix. Por otro lado, Chan también salió, pero él fue directo hacia el bosque, yendo en busca de Jeongin.
Mentiría si dijera que no se sentía culpable, porque muy dentro de él sentía una enorme culpabilidad por haber dejado que Jeongin se fuera solo, por no haber ido con él, porque si él habría aceptado ir con él, Jeongin estaría bien.
Se sentía tan mal por haberle hablado así de feo cuando Jeongin solo estaba siendo amable con él.
Corrió con fuerza, alumbrando el camino con la linterna de su celular, esperando encontrarlo sano y salvo.
Observó algo parecido a una sombra agacharse, quizá si estuviera pensando completamente racional no se acercaría, puesto que podría ser peligroso, pero en ese preciso momento estaba siendo todo menos racional, se estaba dejando llevar por sus emociones, por lo que, se acercó, esperando que se tratara de Jeongin.
Deseaba fuertemente que sí fuera Jeongin.
Alumbró con la linterna de su celular y fue entonces que sintió cómo el alivio llenaba su cuerpo.
—Te encontré... —susurró cuando visualizó a Jeongin agachado como si fuese una cachorrito asustadizo.
Al fin lo había encontrado.
A veces me dan ganas de darle un zape a Chan.
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