Capítulo 22
Algo que sin duda aman la mayoría de los estudiantes es perder clases. Sobre todo, si eso incluía irse a un viaje escolar.
Y ese día era el más esperado, puesto que se irían de viaje hasta el fin de semana. Todos estaban emocionados, hace un par de meses habían anunciado que toda la institución se iría a un pequeño campamento, estaban organizando todo y para ello pidieron tanto una paga como un permiso de parte de los padres para que los estudiantes puedan asistir.
Jeongin y Félix se encontraban en su salón de clases, hablando de las golosinas que trajeron para comer durante el campamento y de lo mucho que se divertirían cuando estuvieran allá.
—Bien, chicos, ya llegaron nuestros autobuses, no se alboroten... —anunció la tutora del curso, sin embargo, los estudiantes ya estaban asomados en las ventanas.
—¡Silencio! —pidió el presidente del curso, era un chico alto y con voz grave—. La profesora está hablando, muestren respeto —después de decir eso, todos los que se habían acercado a las ventanas regresaron a sus asientos.
—Gracias, Choi —dijo la tutora cuando el salón se había calmado—. Okey, me comunicaron que se están subiendo por orden de año y de curso, en estos momentos los de primero ya se encuentran dentro de sus buses y están por salir, dentro de unos minutos bajaremos nosotros y nos ubicaremos, hasta entonces no se separen de su compañero de viaje, ¿entendido?
Todos respondieron un "sí" hacia la profesora, luego cada estudiante volvió a lo suyo, esperando con ansías que sea su turno para bajar.
—Jeongin, ven un momento —pidió la maestra ya sentada en su escritorio.
Jeongin se puso de pie y se acercó hacia el frente.
—¿Sí?
—¿Quién es tu compañero? —preguntó en voz baja, por lo que Jeongin comprendió que no quería que los demás escucharan.
—Félix —musitó.
—Okey, la directora quiere hablar contigo en su oficina, como no pueden separarse debido a que ya están anotados juntos, que Félix te acompañe hasta afuera de la oficina, ¿okey?
—Sí, está bien.
Jeongin hizo caso a lo pedido por la profesora. Salió en silencio junto a Félix, ya en el camino le fue explicando.
—¿Tienes miedo?
—Un poco —contestó Jeongin—. ¿Y si hice algo malo?
—¿Lo hiciste?
—No que yo recuerde.
Honestamente, Jeongin no recordaba haber cometido algún error para que fuera llamado a dirección, siempre ha sido una persona muy prudente y con autocontrol, no se metía en líos como para que quieran reprenderlo.
A menos de que la directora se haya enterado de que él sabía acerca de Hyunjin y quería amenazarlo.
—Entonces no hiciste nada malo, no te preocupes —le dijo Félix, rodeándolo el hombro para abrazarlo y darle apoyo, Jeongin lo agradeció internamente.
—Bueno...
Ojalá Jeongin pudiera relajarse, realmente quería eso, pero su cabeza lo estaba traicionando.
—Bien, yo te espero aquí sentado —dijo cuando ya había llegado a la sala de espera, la que se encontraba afuera oficina de la directora—, ¡ánimo!
Jeongin apenas sonrió como respuesta, posteriormente se acercó hacia la secretaria para hacerle saber el motivo de su presencia, la mujer le dijo que la directora ya lo esperaba, por lo que, Jeongin se aproximó para tocar la puerta y después de escuchar una "adelante", se adentró a la oficina.
En el interior se encontraba la directora, Hwang Seungeon, una mujer adulta de cabellera negra, su semblante se veía serio e imponente, lo cual causaba que Jeongin sintiera algo de miedo.
—¿Yang Jeongin?
—Sí —respondió asintiendo, se acercó lentamente, no quería hacer un mal movimiento.
—Bien, no tenemos mucho tiempo, así que será rápida. Pedí tu presencia para hacerte saber que...
—No diré nada, lo prometo, me mantendré callado —dijo de inmediato, causando que la mujer frunciera su ceño.
—¿Por qué te mantendrías callado?
—Porque yo sé que su hijo es Hyunjin y que estudia aquí... —contestó, pero le confundió ver la expresión de desconcierto de la directora—. ¿Usted no me citó aquí porque se había enterado que yo sabía sobre eso...?
La directora negó con su cabeza.
—No sabía que Hyunjin te tuviera confianza para confesarte eso. Él mismo me pidió que no lo mostraré como mi hijo porque no quería que nadie lo supiera.
Jeongin omitiría el hecho de que en realidad él escuchó a escondidas, era mejor que la directora no lo supiera o en verdad podría estar en problemas.
—Bueno, pero no es sobre eso de lo que quería hablar contigo —continuó, cambiando el tema, eso de alguna forma tranquilizó a Jeongin—. Sé que están por irse de viaje escolar, pero en los próximos días no tendré tiempo, por ello te cité para hacerte saber sobre el concurso de matemáticas que se dará dentro de poco.
—¿Concurso de matemáticas? ¿Ese en el que asisten varias instituciones educativas?
—Sí, ese mismo. Me comunicaron que te uniste al club de matemáticas hace unos meses, y he estado revisando tus calificaciones, eres el mejor de segundo año, incluso igualando al mejor promedio de tercero.
Ese era Changbin, siempre conseguía ser el primer lugar de su clase y de todo tercero, por algo era el presidente estudiantil.
Jeongin estaba sorprendido, ¿de verdad igualaba a Changbin? O, mejor dicho, ¿en serio estaba al nivel de los de tercero?
—Lastimosamente, Seo Changbin tiene muchas responsabilidades como presidente estudiantil, además de otras actividades extracurriculares y por eso no forma parte del club de matemáticas. Dado que tú sí estás, quiero que lideres al equipo que participará en ese concurso.
Jeongin abrió sus ojos. ¿Ella quería qué?
Dios, cada día más Jeongin se metía en presiones que no quería.
—Eh, pues...
—Si ganamos el primer lugar, será un gran reconocimiento que podría ayudarlos al ingresar a la universidad.
Universidad...
A Jeongin le brillaron los ojos.
Aún no tenía sobre qué estudiaría, pero sí estaba seguro de que quería ir a una buena universidad. Y si ganar un concurso le daba más posibilidades de ingresar a su universidad soñada entonces...
—Delo por hecho —dijo con firmeza—. Ganaremos el primer lugar, tanto en el concurso de matemática como en el campeonato final de natación.
La directora sonrió con orgullo.
Luego de intercambiar unas palabras más, Jeongin salió de la oficina, encontrando a Félix con el ceño fruncido, estaba muy concentrado jugando al Free Fire.
—¿Ya acabaste? —preguntó sin quitar la mirada de su celular, no hacía falta verlo para saber que Jeongin estaba ahí—. Dame unos segundos, solo falta matar a uno.
Jeongin se sentó a su lado, pero no por mucho, pues Félix ya había acabado.
—Listo, vámonos.
Ambos se pusieron de pie y caminaron hacia el salón, durante el trayecto Jeongin le fue contando sobre lo que habló con la directora. Cuando llegaron, notaron que el salón estaba vacío.
—No puede ser... —dijo Félix con preocupación—. ¡Se fueron sin nosotros! Jeongin, ¿qué haremos? Yo quería ir al viaje, y pagué para ir, no es justo.
—Tranquilo, todavía hay autobuses —habló Jeongin, mirando por la ventana—. Además, la directora me dio este permiso de ausencia, así que no creo que nos regañen.
—Ay, menos mal. Entonces apurémonos o nos dejaran botados de nuevo.
Jeongin asintió, por lo que, ambos bajaron hasta donde los pocos buses, solo dos, se encontraban estacionados. Había un maestro encargado de que todo se realizara en orden, posiblemente era de tercer año, así que no lo conocían.
—Disculpe, profesor —dijo Jeongin, captando la atención del adulto.
—¿Sí?
—Lo que sucede es que nuestro curso ya se fue en su autobús y nosotros nos quedamos porque estábamos en la dirección.
—¿Son los alumnos de segundo que estaban con la directora?
—Sí, somos nosotros, ella me dio esto —dijo, entregándole el papel firmado por la directora Hwang.
—Okey, veamos que podemos hacer...
El profesor empezó a revisar la tableta en su mano, tecleó un poco, causando que Jeongin y Félix se impacientaran porque ya se estaba tardando algo y temían no poder viajar.
—Este bus es de tercero E y su hora de salida es dentro de 1 minuto, así que no pueden ir en él, el bus que queda es el de tercero F y por lo visto todavía hay asientos disponibles —explicó, llenando de alivio a los jóvenes—. Pueden ir en ese bus, saldrá en unos 10 minutos, pero tendrán que quedarse en su campamento.
—¿Cómo es eso? —preguntó Félix. Tenía una idea de a qué se refería, pero necesitaba que se lo confirmara.
En ese momento el bus que tenían al frente arranca, marcándose por completo de la escuela y dejando sólo uno.
—Tendrán que pasar todo el viaje junto a tercero F —habló el profesor cuando ya no había rastro del bus que arrancó—. Los tutores son los responsables de traer y llevar a todos los estudiantes que viajan en el bus que le dejaron a cargo, por ende, tienen que quedarse junto a los de tercero F hasta el final del viaje. Sin embargo, si quieren regresar con su curso tendrán que encontrar a su tutora para que ella se haga cargo de comunicar el cambio, aunque eso será muy ajetreado.
—Oh, entiendo —musitó Félix, intentando ocultar la felicidad que le causaba pasar todo el viaje con Changbin.
Ni de broma buscaría a la tutora.
—Okey, entonces suban o de verdad se quedarán atrás.
Ambos jóvenes asintieron y se acercaron al último autobús que quedaba en el colegio.
Por lo visto, la tutora de ese curso ya lo sabía, probablemente eso era lo que él profesor estaba tecleando, porque solo les pidió que se sentaran.
Casi siempre, los asientos de atrás siempre eran los más solicitados, pero en esa ocasión estaban desocupados. Quizás se debía a que los ubicaban en el orden que elegía la tutora y no en el que ellos querían, o quién sabe.
—¿Félix? —dijo Changbin cuando notó a su crush dentro de su bus.
—Oh, Changbin.
—¿Qué haces aquí? ¿No debían haberse ido hace rato?
—Es una larga historia.
—Por favor, tomen asiento, estamos por salir —anunció la tutora desde la puerta.
—Luego te cuento —dijo Félix, yendo a sentarse un poco más atrás.
Detrás de él iba Jeongin, quien solo miró fugazmente a Chan. Al parecer tenía algo de sueño, porque sus ojos querían cerrarse.
Changbin frotaba su muslo con su mano, algo impaciente, pensando en qué podría meterse en problemas si hacía lo que pensaba, pero... Era el presidente estudiantil, tenía muchos privilegios, no pasaría nada, ¿no?
Confía en que no.
Se levantó de su asiento y se acercó al de los jóvenes de segundo, le susurró a Jeongin, quien dudaba en aceptar, pero terminó cediendo.
Al final intercambiaron asientos. Changbin se quedó junto a Félix, ambos empezaron a conversar, o más bien era Félix hablando como loro y Changbin escuchándolo anonadado.
Por otro lado, Jeongin se sentó junto a Chan, algo nervioso por estar tan cerca de él. En ese instante, el carro arrancó, y unos segundos después sintió un peso sobre su hombro.
—Quiero dormir un poco, no hagas ruido —murmuró Chan después de posar su cabeza en el hombro de Jeongin, al parecer no se percató de que no era Changbin el que estaba a su lado, sino Jeongin.
A Jeongin casi se le corta la respiración, tener así de cerca a Chan era demasiado para su corazón, sobre todo, porque podía olfatear más de cerca su colonia masculina y sentir el roce del cabello negro de Chan.
Dios, sería un viaje muy largo.
¿Todavía les está gustando la historia?
A veces me pongo algo insegura al respecto.🥺
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