Capítulo 2
Pudo mostrarse fuerte durante su confesión, pero Jeongin al llegar a su casa ya no pudo resistirlo y lloró. Estaba enamorado de Chan, aunque para algunos fuera algo absurdo porque jamás habían hablado, pero a él le gustaba mucho y le dolía.
Su corazón le dolía.
Realmente fue un iluso que creyó que podía ser la excepción y que Chan lo aceptaría, más en el fondo sabía que él jamás sería el uno de un millón.
Ahora solamente deseaba que Chan lo olvidara, así él podría continuar yendo al colegio sin vergüenza por topárselo y verlo.
Caminaba por los pasillos de su bloque, entró a su salón, todavía manteniendo una expresión de cansancio.
—Hola, Innie —saludó su mejor amigo, Lee Félix, cuando lo vio entrar al salón—. ¿Cómo te fue ayer con Chan? —preguntó su amigo en un murmuro, con sus ojos brillantes de emoción por saber cómo le había ido.
Jeongin se sentó en su banca, a lado de Félix y soltó un profundo respiro.
—Me rechazó...
La sonrisa que se mantenía en la cara de Félix fue desapareciendo lentamente.
—Igual era obvio que me rechazaría, ha rechazado todas las confesiones que le hicieron, la mía no sería la excepción. Yo no soy tan bonito.
—Innie, no digas eso, tú eres realmente hermoso. Chan es un idiota por haberte rechazado.
—Da igual, ahora sólo espero que no se acuerde de mí, porque sentiría mucha vergüenza cuando lo vea.
—Si llegara a olvidarse de ti en serio sería un idiota, ¿quién olvidaría a tan magnífico rostro como el que tienes tú?
—Lix, basta —murmuró un poco apenado.
Félix se acercó para abrazarlo y llenar sus mejillas de besos, mientras Jeongin intentaba escapar porque el contacto físico no era de sus cosas favoritas.
Logró separarse cuando el timbre sonó, dando anuncio de que las clases empezaban. Ambos se acomodaron en sus lugares cuando escucharon los tacones de su maestra aproximarse.
Y así iniciaban las clases de ese día.
Jeongin esperaba no encontrárselo, pero tenía presente que en cualquier momento lo vería, pues estaban en la misma escuela y aunque fuera realmente grande, habría algún instante en el que toparían.
Y así fue cuando caminaba por el pasillo de su colegio en dirección a su casillero, en el momento en que llegó y se encontró a Chan parado guardando algunos de sus cuadernos.
Incluso había olvidado que sus casilleros estaban cerca.
Intentó ignorarlo, rápidamente guardó y sacó lo que necesitaría, luego de cerrar el casillero con seguro empezó a caminar hacia la salida.
—Hola.
Jeongin escuchó a su costado, reconociendo de inmediato la voz. Se giró lentamente y se encontró con Chan parado con su mochila colgando en uno de sus hombros. Tan maravilloso como siempre.
—Hola —respondió en voz baja.
—Se te cayó esto —dijo, extendiéndole un bolígrafo, cuya extensión tenía stickers de Hello Kitty.
Y Jeongin sintió sus mejillas rojas de la pena.
—Ah... Gracias —tomó el bolígrafo, tocando fugazmente la piel de Chan y causándole un cosquilleo en su vientre—. Uhm... me tengo que ir, adiós.
Y otra vez Jeongin salió corriendo sin mirar atrás.
Los capítulos serán cortos por ahora, conforme vaya avanzando la historia los iré haciendo más extensos. Por cierto, hablando con mucha sinceridad, le tengo poca fe a esta historia, siento que la terminaré eliminando, pero bueno, hay que ver qué sucede al final.
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