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Capítulo 12

Entre más actividades, el día deportivo llegó a su fin, premiando a los ganadores de cada competencia. Al final Jeongin ganó en todas en las que participó, recibiendo medallas y un trofeo para su curso. Chan, Changbin y Félix también ganaron medallas en las actividades que participaron.

—Jeongin, eres todo un pro —expresó Changbin con asombro—. Ganaste en todas, yo apenas pude conseguir el segundo lugar en resistencia.

—Gracias —dijo Jeongin con una corta sonrisa.

—¿Vamos a celebrar? —sugirió Félix con entusiasmo—. Todavía es temprano, podríamos ir a comer algo.

—Sí, vamos —contestó Changbin de inmediato.

Estaba tan flechado que sentía jamás le negaría algo a Félix.

—Jeongin, ¿también quieres ir?

—Uhm, no sé...

Félix golpeó levemente el brazo de Jeongin, ambos solo se miraban, como si se comunicaran por la mente.

—Sí, sí, sí voy...

—Perfecto —expresó Félix sin dejar de sonreír—. Y tú, Chan, ¿vienes?

Chan también estaba ajeno a la conversación, les seguía los pasos, más su mente se encontraba en otro espacio.

—Chan —llamó Changbin, agitando levemente su brazo.

—¿Ah? ¿Qué sucede?

—Félix pregunta que si quieres ir a comer algo para celebrar.

—¿Vienes a celebrar con nosotros? —le preguntó Félix.

—Yo no.

—¿No?

—Él quiso decir que sí quiere, solo que está algo ido —respondió Changbin, riendo nerviosamente y recibiendo una fulminante mirada de parte de Chan.

—Yo no he di...

Changbin le tapó la boca y lo alejó un poco del otro par, aún manteniendo su nerviosa sonrisa.

—Vamos, Chan, acompáñanos —pidió Changbin en un murmullo cuando ya estaban lejos de los otros dos—. Quiero acercarme a Félix. 

—Pero tú eres el que quiere estar cerca de Félix, anda tú, no me necesitas...

—Por favor, Chan, también irá Jeongin.

—¿Y a mí qué?

—Es para que le hagas compañía y así yo puedo hablar con Félix.

—Changbin...

—Por favor, Chan, prometo pasarte las tareas de química, historia y de las que quieras —decía Changbin en un intento para convencerlo, pero parecía que no lo conseguía—. También dejaré que tomes cualquiera de las photocards de mi colección.

Eso pareció llamar la atención de Chan.

—¿Cualquiera? —preguntó con una ceja elevada.

—Sí, cualquiera que quieras.

—Okey —dijo, regresando con el otro par—. Iré con ustedes.

—Genial —expresó Félix.

Chan observó con una sonrisa traviesa a Changbin, mientras que Changbin empezaba a sentirse mal por perder una de sus preciadas photocards, pero que todo fuera por Félix. 

Entonces los cuatro salieron del colegio y caminaron unas cuantas cuadras hasta llegar a una pizzería, entraron y se acomodaron. Félix se sentó con Changbin e hizo que al final Jeongin tuviera que sentarse a lado de Chan. 

—¿Ordenamos una familiar o prefieren una rebanada? —preguntó Félix, revisando la variedad de las pizzas en los carteles debajo del cristal de la mesa.

—Uhm...

—A mí me gusta la pizza de salsa de barbecue —soltó Chan sin mucho interés de continuar en la plática.

Así que salsa barbecue...

—Okey, a Jeongin le gusta la de carne molida, a mí la de papas fritas. ¿A ti cuál te gusta, Bin?

—A mí me gustas tú —musitó Changbin, sin embargo, no fue del todo escuchado.

—¿Eh? ¿Qué dijiste?

—Oh... Bueno, yo dije... dije que a mí me gusta la común... Sí, la común, eso fue lo que dije...

—Ah, ya veo... Entonces pidamos la mixta.

—Está bien —dijo Jeongin.

—Okey, voy a pedirla, ¿me acompañas, Bin?

—Sí, claro. Voy a donde tú quieras...

Entonces el par se distanció, dejando a Jeongin y a Chan otra vez en un momento incómodo.

Jeongin giró su cabeza hacia las personas en el restaurante, queriendo evitar observar a Chan. Ese era su momento para intentar aproximarse a él, pero los nervios eran mayores.

—Eh, pues... —susurró Chan, llamando la atención de Jeongin, quien sintió su corazón alterarse—. Felicidades por tus victorias...

¿Es en serio, Chan?

—Gracias, igualmente para ti —dijo esta vez Jeongin, pero sin mirarlo directamente—. Lo hiciste genial en el ajedrez.

—Uhm, gracias, gracias... —expresó, rascándose detrás de su oreja.

Silencio de nuevo hasta que regresó el otro par y los salvó de ese sofocante ambiente. Empezaron a platicar en lo que esperaban al llamado de su orden, eran más Félix y Changbin, mientras que el otro par estaban de espectadores.

Varios minutos después los llamaron y fueron por sus cajas de pizza, sí, pidieron algunas más. Se dedicaron a comer y conversar un poco, comentando sobre el día deportivo, también sobre algunas materias y demás cosas, pasando un ameno momento.

—¿Por qué no vamos a verla? —sugirió Félix cuando sacaron como tema de conversación aquella película que estaba por estrenarse—.

—Sí, sí, podríamos ir el próximo sábado, ¿te parece? —dijo esta vez Changbin.

—Sí, me parece bien —respondió con una sonrisa—. ¿Quieren ir con nosotros? —preguntó al par frente a él, causando que la sonrisa en el rostro de Changbin flaqueara un poco, pues pensó que solo irían los dos, que quizás sería una cita, pero qué triste que no haya sido así.

Chan observó a su amigo con seriedad, sin saber qué contestar, mientras que Changbin le pedía disimuladamente con su mirada que aceptara ir con ellos.

—Chan acepta si vamos los cuatro, ¿verdad, Chan?

Alguien en esa mesa quería asesinar a su mejor amigo.

—Jeongin no tiene práctica ese día, así que, sí puede ir con nosotros —agregó Félix, como si estuviera dando más motivos para que Chan no se negara. 

Jeongin se mantuvo en silencio, pues sabía lo que tramaba su amigo y estaba sintiendo pena, ya que se encontraban presionando a Chan para que los acompañaran, cuando quizás él no quería.

—Sí, también quiero ver esa película —masculló, mirando asesinamente a su mejor amigo.

—¡Excelente! Entonces tenemos un plan para el sábado —expresó Félix con su brillante sonrisa, tomando otro trozo de pizza y dándole una mordida. 

Posteriormente, siguieron comiendo las pizzas hasta acabarlas y luego marcharse del restaurante para regresar a sus casas, estaban cansados por ese ajetreado día. Pero algo era claro, si no fuera por Félix y su espontánea personalidad el ambiente no hubiese sido agradable para cierto par. 

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