Capítulo #1
https://youtu.be/Gs069dndIYk
Y ahí estaba yo dándole play al la primera canción en mi lista de reproducción, mientras movía la cabeza al ritmo del inicio de esta, dejé caer el celular sobre la cama, tome la escoba que estaba apoyada contra la pared y poco a poco las demás partes de mí cuerpo empezaron a acoplarse al movimiento.
El mango de la escoba era sostenido por mi mano izquierda y mi brazo extendido, lo acerque hacia mí fingiendo que este era el pedestal que sostenía un micrófono, di una vuelta a su alrededor aún sosteniéndolo, comencé a cantar a todo pulmón y a bailar una coreografía completamente improvisada al ritmo de la música mientras recorría toda la habitación imaginando que estaba en el escenario de un concierto o en alguna de esas típicas escenas de baile "espontaneo" en las películas y series.
- Ba de ya, say do you remember
Ba de ya, dancing in September
Ba de ya...
Dejé caer la escoba al piso, levanté mis brazos los cuales comenzaron a moverse uno seguido del otro como si fueran unas olas en el mar, mi cadera se movía de un lado al otro y mis pies se desplazaban por el piso, me acerque a mi escritorio sobre el cual había un cepillo de cabello haciendo que este hiciera la función de mi micrófono, arquee mi espalda un poco hacia atrás sosteniendo el cepillo con mi mano derecha mientras dejaba que mi cabello suelto se sacudiera de lado a lado por el movimiento de mi cabeza.
A pesar de la notable desafinación de mí voz seguía cantando, de igual forma el volumen de la canción no dejaba que se escuchara por lo que no me importaba en lo absoluto, además no había nadie más que mi hermano menor en casa, mi madre había ido por unas cosas al supermercado, mi padre estaba en su trabajo y no me preocupaba lo que los vecinos opinaran sobre mi voz o mis gustos musicales.
Y bueno... ¿Qué esperaban? ¿Una chica deprimida quejándose de lo mal que la trata la vida a pesar de que obviamente tiene más suerte que muchas personas en el planeta? Pues no se equivocan del todo, pero este es uno de esos momentos en los que te sientes afortunado de estar vivo y de tener lo que tienes, esos momentos en los que le agradeces a la vida por dejar que tus oídos escuchen tan maravillosa joya musical.
Tomé unos lentes de sol que habían sobre la mesita de noche al lado de mi cama y me los puse, porque usar lentes de sol en lugares cerrados y en pleno inicio de invierno mientras limpias tu cuarto siempre fue una opción. Veía mi reflejo en el espejo mientras hacia "pasos de baile" que me resultaban sumamente graciosos, ¿ acaso hay algo mejor que esto?
...
- ¿A mi? - cuestioné un poco sorprendida.
- Pues hasta donde yo sé la persona que está hablando conmigo al otro lado de la línea se llama Andrea- dijo de manera sarcástica.
- No lo sé, hay muchas Andreas.
- ¿Enserió? No me digas que no quieres ir.
- No, claro que no... es solo que se me hace raro que me hayan invitado a su cumpleaños.
- ¿Por qué?
- Es que, solo se me hace raro que luego casi ya no hablar con él haya decidido invitarme. ¿Estas segura de que no fuiste tu la que le dijo que me invitara?
- No, obvio que no. ¿Enserio crees que haría eso?
- Los siento, ya sabes lo paranoica que puedo volverme en segundos y lo insegura que me hace sentir mi cerebro a veces -añadí.
Se escucho como ella rio por lo bajo y luego habló...
- Al menos promete que esta vez intentarás preguntar antes de decir que no te dieron permiso- dio un pequeño suspiro - ¿Ok?
- Te lo prometo - respondí.
- Bien.
Hubo un pequeño silencio que duro un par de segundos hasta que la voz de mi madre se escuchó pronunciando mi nombre desde la otra habitación.
- Tengo que irme, te habló luego.
- Esta bien, te quiero ... adiós.
-Adiós...- colgué la llamada, deje el teléfono sobre la cama y salí rumbo a donde mi madre se encontraba.
- ¿Me llamabas? - cuestioné mientras me adentraba a la habitación.
- Sí. ¿Podrías ayudar a ordenar esto mientras hago el almuerzo?
- Claro.
- Solo fijate en dejar todo en la caja correcta por favor - Asentí con un movimiento de mi cabeza y ella salió del cuatro sin decir nada más. Me agaché para sentarme y seguir con lo que ella había empezado.
Al parecer había sacado algunas cosas que ya no necesitábamos dejando solo lo que se quedaría.
Una vez que terminé empecé a meter las cajas en un pequeño armario en el que las guardábamos, vi uno de los álbumes de fotografías, el cual reconocí de inmediato, en una repisa alta que estaba en el interior de este. Logré tomarlo, lo abrí y la primera foto que pude observar era mía hace quince años, era muy pequeña y mis mejillas regordetas hacían que me viera tan tierna, apenas tenía ocho meses o eso deduje por la fecha que se encontraba anotada bajo la foto. Pasé un par de páginas más y vi a la Andrea de dos años en su fiesta de cumpleaños posar con un vestido amarillo y rojo con temática de Winnie Poo, unas cuántas páginas después una fotografía de cuando dibujaba en las hojas de cualquier cuaderno que encontrará, en otra la que mi mamá tomó antes de mi primer día de escuela, en otra yo sentada mientras cargaba a mi hermanito unos meses después de que naciera, otra en dónde sostenía mi "sobresaliente" boleta de calificaciones, otra en dónde tenía en manos mi medalla por ganar un concurso de dibujo y así sucesivamente demasiadas fotografías mías que mostraban momentos en mí vida, que mostraban las cosas que disfrutaba.
En esas páginas estaba la evidencia de los intentos que hice con tal de conseguir ganar el primer lugar en todo lo que hacía, pero también las pruebas de las cosas que soñaba y jamás pude hacer, las cosas que deje de hacer o las que empecé a hacer.
Tal como el ejemplo de mí pasión por el arte, que se esfumó durante un tiempo hasta que volvió a despertar una vez que me sentí sola sin nadie con quien hablar. Desde niña amaba dibujar y pintar, fue entonces cuando le dije a mi madre " cuándo crezca quiero ser artista" y ¿Qué respondió? Pues un "mejor no te gustaría algo diferente, algo más interesante". O cuando decía que me encantaba ver el baile y la gimnasia, pero mis padres nunca tuvieron tiempo para llevarme a una clase.
O cuándo a los nueve me enamoré del patinaje y tres años después me dieron mis primeros patines con los que aprendí sola a mantener el equilibrio y a moverme con ellos, luego con un par de videos de YouTube aprendí varios trucos, pero hasta allí.
Aunque habían cosas que no estaban registradas en ese grueso álbum por ejemplo mi amor por leer desde que tengo memoria empecé con los libros de cuentos como muchos, pasé a terminar de leer los libros del colegio antes de que viéramos todo en clase, continué con alguna que otra novela literaria prestada, luego encontré las plataformas digitales, hasta que por fin ahorre para empezar a comprar mi primera y propia saga de libros.
Tenía y tengo un amor inmenso a los comics y a todas las historias de superhéroes desde que tengo memoria aunque casi no lo expresaba por miedo a ser criticada o más criticada de lo que ya era, pero cuando me di cuenta ya no me importaba lo que dijeran y estaba hablándole a todo mundo sobre porque deberían de empezar a adentrarse en el mundo de la ciencia ficción y fantasía.
De pronto empecé a escribir las historias que creaba en mi cabeza porque sentía que me ayudaría a distraerme y a expresarme, no eran las mejores, pero un día paso de ser algo que se me ocurrió hacer a un pasatiempo que esperaba mejoraría con e tiempo.
La música siempre me había llamado la atención, aunque nunca había tocado un instrumento más que la flauta, cuando cumplí catorce mi interés por la música cambio bastante y empecé a fijarme más en la producción y realización de esta y al cabo de un año tuve mi primera guitarra, la cual aún trato de terminar de aprender a tocar.
Y todo eso fue lo que me hizo darme cuenta de que realmente me estaba escondiendo por temor a ser juzgada otra vez, por temor a que los demás volvieran a reprimir mis sueños, mientras había cuarentena conocí a una nueva persona que por fin tendría el valor de salir a la luz para no dejarse opacar otra vez, que importaba si a los demás no les gustaba, que importaba si un chico no se fijaba en ella jamás, que importaba si las populares dejaban de ser sus amigas, que importaba si no tenía la vida de una adolescente de película.
Ya me habían hecho llorar demasiado ya los había dejado reírse un buen rato, pero no pensaba vengarme, porque simplemente no valía la pena.
Un día avisaron de parte del colegio que regresaríamos a las aulas luego de casi dos años, yo no quería, estaba bien así, pero lo tendría que enfrentar tarde o temprano y aunque, sí, quería ver a mis amigos o al menos a los que me quedaron, aunque ya no fuera la misma de antes, aún así había algo en el fondo que sabía que no estaba lista del todo, pero como dije antes el mundo no iba a esperar a que lo estuviera y me iba a llevar con él quisiera o no.
...
- Pasame ese plato que deje en la mesa - indicó mi madre.
- Me invitaron a un cumpleaños - dije mientras le entregaba el plato.
- ¿De quién?
- ¿Te acuerdas de Marco?
- Sí - respondió.
- Bueno pues de él, Nicole me aviso en la mañana.
- ¿Y cuándo es?
- El sábado a las dos o algo así escuché.
- ¿Sabés que el sábado ya tenemos un compromiso con tus tíos verdad?- preguntó volteando a verme.
- Sí - admití.
- Igual agradecele a Nicole por decirte.
- Ok.
- Ve y dile a tu hermanito que ayude a poner la mesa por favor.
Salí de la cocina hacia la habitación de mi hermano quien se encontraba realizando sus tareas.
- Damián, mamá dice que le ayudes a poner la mesa - dije asomándome por la puerta.
- Bien, ya voy - respondió para luego cerrar sus libros.
Me dirigía mi cuarto y una vez estando ahí tomé el celular y le escribía a Nicole para avisarle que no podría ir.
Hola, no podré ir, lo siento,
no tengo quien me lleve y
se me olvidaba que tenía
un compromiso familiar,
enserio lo siento.
Hola, no te preocupes será la próxima.
Gracias, te habló luego iré a almorzar.
Ok yo igual, adiós.
-¡Andrea! ¡Ven por favor! - exclamó mi madre.
- ¡Voy!
Antes de bloquear el celular vi una notificación de mi correo electrónico "Información de Admisiones Estudiantiles (Próximo Año) " di un suspiro, pero antes de que abriera el correo mi madre volvió a llamarme por lo que deje el celular sobre la cama y salí hacia la cocina.
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