Si te gustó esta historia...
¡Hola!
¿Me extrañaron?
Hoy decidí pasar, además de a saludar, para comentarles que comencé una historia nueva que creo que amarán. Es una historia de romance juvenil con un toque de fantasía ambientado en un ambiente de secundaria.
Con drama, mucho drama.
Porque amo el drama.
Así que si quieren conocer a Leonel, el solitario que no cree en el amor, y ver como el mundo le da vuelta a verse frente a frente con la persona más ruidosa, extrovertida y opuesta a él que existe en toda su escuela; dense una vuelta por ¡Leonel está enamorado!
Por cierto, el título está en construcción, así que se aceptan ideas.
Aquí abajo les dejo la portada, sinopsis, y el comienzo de la obra.
No te acerques demasiado, Leonel está concentrado escribiendo.Lleva días así, inspirado en uno de sus proyectos. Pero este es distinto. Algo ha cambiado.Es ella, ahora ella está en su vida.
Es como si la inspiración se hubiera apoderado de él desde el momento en que cruzaron miradas.
Yo sé que él no quiere admitirlo pero, ¿puedes guardar un secreto?
Creo que Leonel está enamorado.
SU CEREBRO VA A EXPLOTAR
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ESCENA 1:
Les presento a Leonel,
para que cuando estén dentro de su cabeza
no se asusten.
-Mia
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𝙴𝚇𝚃. 𝙲𝙰𝙻𝙻𝙴𝙹Ó𝙽 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙳𝙾𝚂 𝙴𝙳𝙸𝙵𝙸𝙲𝙸𝙾𝚂 - 𝙽𝙾𝙲𝙷𝙴
𝚂𝚎 𝚟𝚎 𝚕𝚊 𝚜𝚒𝚕𝚞𝚎𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 (𝙶𝙾𝙽𝚉𝙰𝙻𝙾) 𝚐𝚘𝚕𝚙𝚎𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚛𝚎𝚙𝚎𝚝𝚒𝚍𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚍. 𝙻𝚊 𝚊𝚝𝚖ó𝚜𝚏𝚎𝚛𝚊 𝚎𝚜𝚝á 𝚌𝚊𝚛𝚐𝚊𝚍𝚊. 𝙷𝚊𝚢 𝚗𝚎𝚋𝚕𝚒𝚗𝚊 𝚊 𝚜𝚞 𝚊𝚕𝚛𝚎𝚍𝚎𝚍𝚘𝚛.
𝙴𝚗𝚏𝚘𝚚𝚞𝚎 𝚊 𝚜𝚞𝚜 𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜, 𝚎𝚜𝚝á𝚗 𝚎𝚗𝚜𝚊𝚗𝚐𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊𝚍𝚊𝚜. 𝙻𝚞𝚎𝚐𝚘 𝚕𝚊 𝚌á𝚖𝚊𝚛𝚊 𝚜𝚎 𝚎𝚗𝚏𝚘𝚌𝚊 𝚎𝚗 𝚜𝚞𝚜 𝚕𝚊𝚋𝚒𝚘𝚜, 𝚝𝚎𝚖𝚋𝚕𝚘𝚛𝚘𝚜𝚘𝚜.
𝙶𝙾𝙽𝚉𝙰𝙻𝙾
𝙶𝚎𝚗𝚒𝚊𝚕, 𝚕𝚘 𝚑𝚒𝚌𝚒𝚜𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚘. 𝙸𝚍𝚒𝚘𝚝𝚊.
𝙶𝚘𝚗𝚣𝚊𝚕𝚘 𝚛𝚎𝚜𝚙𝚒𝚛𝚊 𝚙𝚛𝚘𝚏𝚞𝚗𝚍𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚢 𝚐𝚘𝚕𝚙𝚎𝚊 𝚍𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚘 𝚕𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚍. 𝙳𝚎𝚓𝚊 𝚎𝚜𝚌𝚊𝚙𝚊𝚛 𝚞𝚗 𝚐𝚛𝚒𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚏𝚛𝚞𝚜𝚝𝚛𝚊𝚌𝚒ó𝚗. 𝙻𝚊 𝚌á𝚖𝚊𝚛𝚊 𝚜𝚎 𝚊𝚕𝚎𝚓𝚊 𝚢 𝚜𝚎 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎 𝚟𝚎𝚛 𝚞𝚗 𝚌𝚞𝚎𝚛𝚙𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎 𝚎𝚕 𝚊𝚜𝚏𝚊𝚕𝚝𝚘, 𝚓𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚊 𝙶𝚘𝚗𝚣𝚊𝚕𝚘.
La hoja de papel no tiene mucho más que eso escrito, apenas inteligible, gracias a lo arrugada que está. Es un buen comienzo, ¿o será parte del desenlace? Para Leonel ha dejado de tener importancia, ahora que descansa sobre los otros papeles con ideas fallidas en el cesto de basura. Él inhala profundo, casi al ritmo de los clics que producen sus dedos al jugar con su fidget cube, irregular, contraído.
Su mente está corriendo a mil kilómetros por hora, y es difícil para él lograr poner sus pensamientos en orden, pensar en una sola historia a la vez. Dentro de su cerebro es como un gran rompecabezas, unido con otros más. Va encontrando las piezas y las clasifica en montones de la mejor manera que puede, pero no siempre tiene éxito.
La luz del televisor no le molesta, pero el ruido sí, por eso trae puestos sus audífonos de cancelación de sonido. Escucha música lo-fi a través de ellos, está logrando calmarse, por suerte. Imprime otra página y comienza a rayarla con un bolígrafo rojo, corrigiendo por enésima vez algo que todavía no tiene ni pies ni cabeza. No logra concentrarse, porque es domingo y su cerebro va a explotar.
Lunes.
Palabra que significa que estará incómodo la mayor parte del día. Que estará rodeado de personas que, a pesar de haberlas visto desde pequeño, aún siente que no conoce. Que se verá obligado a hacer cosas que no quiere, como hablar en público con todos los ojos viendo hacia él. Daría lo que fuera por pasar al menos un día en clases sin tener que hablar con nadie, preocupado por sus propios asuntos.
Ahora que la graduación se está acercando, el síndrome de "amigos de por vida" está propagándose con más potencia. Es como si ninguna de las personas de su clase recordaran cuando, meses atrás, estaban dispersos en grupos, segregados. La euforia de por fin salir de la escuela les ha afectado como una droga, y ahora todos pretenden llevarse bien. ¿Por qué las personas serán tan extrañas?
Sí, definitivamente está pensando en eso porque el cubo suena cada vez más fuerte. Los clicks del interruptor que presiona, yendo de lado y lado, se escuchan frenéticos. Su respiración se tensa, su rostro está rojo. Cuando eso pasa, sus músculos se contraen y no puede mover los pies ni el cuello. Es como si quedara petrificado.
Es la ansiedad, su maldita enemiga. Y tiene que calmarse, tiene que dejar de pensar en ello. Tiene que hacerlo, sí, pero es más fácil decirlo que ponerlo en práctica.
No puede hacerlo solo.
Junto a mí está una de sus cobijas, la tomo y se la lanzo encima. Lo miro, sonriendo, y veo como comienza a recuperar el movimiento bajo la tela esponjosa. Deja el cubo en la mesa y se envuelve con ella, está respirando con más calma. Frota una de sus mejillas contra las fibras de lana y sonríe, dulce, disfrutando la sensación suave en su piel.
Yo me pongo de pie, arrastro una de las sillas y me siento junto a él. Siento de cerca que su respiración ha vuelto a la normalidad, la hoja que estaba corrigiendo ha quedado en el suelo pero no se muestra preocupado por ello. Ha sido un pequeño altercado, pero ya pasó, y todo está bien.
—¿Quieres jugar? —le pregunto, señalando el control que dejé tirado en la cama.
Él sonríe y niega con la cabeza, todavía necesita unos minutos para procesar su calma. La mala noticia es que si se queda mucho tiempo sin hacer nada, volverá a estresarse por las historias en su cabeza y por lo horrible que de seguro será mañana.
La buena es que lo conozco muy bien ya...
...capítulo completo en mi perfil de Wattpad
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¿Qué les gustó de esta que les gustaría ver reflejado en ella?
¡Espero que nos veamos muy pronto, besos!
-Bea
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