Parte única
~ Pov - JungKook ~
Mi visión estaba un poco borrosa mientras que seguía bailando.
La cabeza la tenía sólo un poquito confusa por el alcohol.
Mis piernas se sentían como si fuesen de goma, era cómo si yo no estuviera en completo control de mí mismo.
— ¿Bebemos algo más? —mi mejor amigo Jimin me gritó sobre la música.
Sacudí la cabeza con lentitud...
— No puedo beber más, me pondré enfermo. —respondí en completa negación.
— Sólo has tomado cuatro cócteles. — bromeó, riéndose histéricamente de mí.
El siempre ha pensado que yo soy un poco patético, porque no aguantó el alcohol.
— Puedes tomar uno más. Yo iré a la barra contigo. —le grité como respuesta.
Tomándolo de la mano para no separarnos en el abarrotado club. Mis otros dos amigos no querían beber, así que los dejamos bailando.
Jimin me condujo a la barra, por lo que quedé tras él mientras esperaba que el barman lo notara.
Después de alrededor de cinco minutos aún no le habían servido. El se volteó a mí con una sonrisa de disculpa.
— Necesito ir al baño desesperadamente, ¿puedes tomar mi lugar? —pregunto. — El chico nisiquiera ha mirado hacia este lugar aún. —insistió Jimin con un horrible puchero en los labios.
A la vez que señalaba al barman, quién estaba sirviendo en el otro extremo de la barra con su espalda hacía nosotros.
El lugar estaba atestado y aún así, él se veía confiado, debería haber estado un poco estresado.
— Sí, yo me encargó. —acepté, moviéndome rápidamente a su espacio.
Me incliné sobre la barra un poco, para poder ver si el barman venía hacia este lado de la barra.
Observé su espalda; usaba unos jeans muy ceñidos y una camiseta negra con el logo del club en la espalda.
No lucía torneado, al contrario su cuerpo era pequeño, pero gracias al estilo de su pantalón podía ver claramente su trasero, se veía apetecible.
Estaba felizmente mirando su trasero cuando él se dio la vuelta, por lo que accidentalmente miré fijamente su entrepierna.
Me ruboricé y rápidamente aparté mi mirada, agradecido de que él no lo hubiese notado.
De pronto él estaba caminando hacia mí; horrorizado, velozmente dirigí mi mirada hacía su rostro.
Era tan atractivo que mi boca se hizo agua...
Su cabello verde estaba desordenado y acomodado hacia un lado, su boca se movió para mostrar una sonrisa insolente mientras caminaba recto y se detenía frente a mí.
No era alto, se veía incluso más pequeño que Jimin... Sentí que mi aliento se detenía en mi garganta en cuanto le miré fijamente a los ojos.
No podía definir el color exacto, primero porque el club estaba oscuro, y segundo porque no parece interesado en abrir sus ojos por completo, pero eran definitivamente café.
Me estaba mirando tan intensamente que se aceleró mi pulso...
— Hola, ¿quieres una bebida o estás contento mirando el escenario? —preguntó con una sonrisa de autosuficiencia.
Diablos, ¡tiene una voz muy sexy! Me reí.
— Bueno, el escenario es bastante bueno en este club. —respondí asintiendo a mis propias palabras, y levantando una ceja tratando de lucir sexy.
No tenía idea de por qué estaba coqueteando con él...
Si trabajaba aquí eso significaba que tenía más de veintiuno, y él probablemente asumía que yo también, sin considerar que había usado una identificación falsificada para entrar al club.
— Si, mi vista es bastante buena también. —agregó, observándome lentamente.
Yo hice un gesto también y me incliné hacia atrás para que él pudiera ver la parte baja de mi ropa.
Mi pantalón era engomado, así que de tan al cuerpo que era, no dejaba nada a la imaginación.
No era el tipo de pantalón que usaba siempre, en absoluto, pero pensé que podía probar algo nuevo esta noche.
— Oye, ¿podemos tener algún tipo de servicio por aquí? Hemos esperado durante diez minutos. —gritó un tipo bastante robusto agitando su mano enojado.
El barman me miró disculpándose...
— Estaré de vuelta en un minuto. —aseguró, y se alejó para servir al tipo de las quejas.
No pude contenerme de ojear su trasero nuevamente, ciertamente era una vista placentera, ¡yo no exageraba!
Después de atender a Sr. Enojado y unos cuantos más, se volvió hacía mí.
— Entonces, ¿decidiste lo que querías? —preguntó pasando una mano por su desarreglado cabello.
— Hmm, si. Un ron con coca cola. —pedí, tratando de pensar qué le gustaría a Jimin.
Sirvió la bebida y la puso en el mostrador en frente de mí, sonriendo y alejándose para servir a otras personas.
Lo miré confundido. ¿Cuánto costaba la bebida? Se alejó antes de que le pagara.
— Oye no me cobraste. —le dije a su espalda.
— Va por mi cuenta. —respondió sin mirarme.
Me tragué las ganas de decirle; "no, por favor cobrame, la plata es de Jimin".
Alrededor mío la gente seguía gritando sus pedidos mientras él luchaba por mantener el ritmo.
El tipo al lado mío golpeó con su mano el mostrador y gruñó frustrado.
— En serio, ¿cuánto maldito tiempo se tarda en tener una bebida en este lugar. —gritó airado.
¡Oh! Va a ocurrir un motín pronto. ¿Por qué no hay nadie más para ayudarlo a atender el lugar?
— ¿Por qué estás solo? —grité, agitando la mano para atraer la atención del barman.
— Estamos cortos esta noche, así que estoy solo hasta que Jin vuelva de su descanso. —levanto su hombro quitándole importancia y continuó sirviendo.
Bueno eso no es justo... La gente está siendo tan ruda con él mientas les sirve y nisiquiera es su culpa.
Giré y me subí sobre la barra, meciendo mis piernas hacía el otro lado y cayendo.
— Oye, ¿qué diablos estás haciendo? Vuélvete al otro lado, no se permiten clientes aquí. —me ordenó frunciendo el ceño enojado hacia mí.
Agité mi mano descartándolo y me volví al tipo más cercano que gritaba insultos.
— ¿Qué puedo servirte guapo? —pregunté sonriendo dulcemente.
— Cuatro botellas de budweisser y cuatro cortos de vodka. — Contestó inclinándose y sonriendo ahora.
— Claro enseguida. —le di una sonrisa coqueta antes de volverme hacía el barman, quién me miraba fijamente con una expresión consternada. — ¿Y cuánto cuesta ese pedido? —pregunté al peli-verde.
Mientras tomaba cuatro botellas de cerveza de la heladera detrás mío.
— Ee... tenemos un especial para las budweisser con un corto por la próxima hora. Son cuatro mil won cada una, entonces dieciséis mil won en total. Más gente va a ordenar eso. —dijo declarando los hechos aún observándome conmocionado.
Asentí y tomé cuatro vasos de corto de un lado mientras buscaba dónde estaba el vodka. Él indicó hacia la muralla en dónde estaban colgadas las botellas de licor.
— Gracias. —dije tomando rápidamente la bebida.
— Gracias por esto. Soy Suga por cierto. —dijo él, caminando hacia el siguiente cliente.
Terminé de servirle al tipo y tomé su dinero. Aunque no tenía idea de cómo funcionaba la caja registradora.
Estaba parado ahí mirándola confundido; era una de esas electrónicas con pantalla táctil. No tenía idea de qué se suponía que hiciera para abrirla.
Moviéndome en tensión, involuntariamente levanté una mano, pensando que apretar algunos botones al azar era lo que debía hacer.
Justo cuando estaba a punto de comenzar a presionar una larga secuencia de botones, esperando que algo sucediera, dos brazos se cerraron alrededor mío desde atrás y me hicieron saltar.
Suga tomó el control de mi mano, guiándola hacia la pantalla.
— Toca aquí. —ordenó, golpeando con mi mano la parte superior derecha de la pantalla.
Un menú apareció con pequeños recuadros con los nombres de las bebidas.
Sentí un sonrojo subir por mi rostro, por lo cerca que esta él...
Su cuerpo apretado contra mi espalda me hizo pensar una curiosa pregunta, ¿será que ve bien detrás mío?
— Sólo presiona la bebida que serviste. Fueron cuatro Happy hours. —él continuó golpeando mi mano en el ícono "oferta especial" hasta completar cuatro veces. — Entonces dale clic a total. Luego efectivo. —expresó moviendo mi mano hacia los lugares correctos.
Luego la caja del efectivo se abrió hacia mí rápidamente. Su otra mano fue a mi cintura, retirándome hacia su cuerpo para que la caja no me diera en el estómago.
— Querrás tener cuidado, una cosita linda como tú podría salir herida por la gran caja malvada. —dijo con un dejé de burla por mi estúpida expresión de sorpresa.
Entonces se había ido, dejándome ahí con ganas de replicarle que la única "cosita linda" aquí, era él.
Después de recomponerme le serví a otras personas, cuando de pronto vi a Jimin mirando alredor para encontrarme.
— ¡Jimin! —grité.. El no respondió y siguió mirando con preocupación. — ¡Jimin! —tomé un cubo de hielo y lo lancé hacia él.
Su cabeza se alzó con sorpresa mientras le daba en el hombro...
El suspiro y miró hacia mí confundido, antes de sacudir la cabeza y caminar hacia mí tratando de comprender la situación.
— ¿Qué diablos haces? —preguntó riéndose. A lo qué yo le di un pequeño guiño.
— Nuevo empleo. ¿Logro convencer como barman? —pregunté, guiñándole nuevamente.
Se rió más fuerte.
— Enserio.. ¿Qué estás haciendo tras la barra? —fui a servirle al chico que estaba al lado de él para poder hablarle.
— Suga estaba sólo, la gente se estaba molestando y pensé en ayudarlo. —levanté un hombro despreocupado.
— ¿Y quién es Suga? —preguntó levantándome una de sus cejas.
Indiqué sobre mi hombro hacia su espalda. Jimin lo observó.
— ¡Oh, lindo trasero! —lo admiró riendo tontamente.
— Lo voy a ayudar hasta que el otro chico regrese de su descanso, entonces voy y te busco. —dije sobre mi hombro.
A lo que el me miró con desaprobación, me aproxime a besarle la frente para luego alejarme y servir a alguien más.
— Claro, diviértete. —replicó, haciendo un guiño cómplice.
Media hora después...
Realmente me estaba divirtiendo mucho; las chicas y chicos estaban coqueteando conmigo como locos.
Me negué a servir a personas a menos que estuvieran cantando y bailando, por lo cuál la gente estaba divirtiéndose mucho mientras esperaba ser servida, lo que hizo a Suga reír.
Me habían dicho que guardara la propina y tenía alrededor de 40 mil won metidos en una jarra bajo la barra.
Aunque no podía quedármelos, pues correspondían a Suga.
No tuve mucha oportunidad de hablar porque estaba muy ocupado, pero lo rocé al pasar junto a él algunas veces, enviándole sonrisas coquetas.
Sin embargo trataba de no hacerlo; él era demasiado viejo para mí y probablemente pensaba que tenía 21 en vez de 17.
Y por si se lo preguntan. Sí, se que probablemente no debería estar anhelándolo como lo hago.
Después de una media hora más, el trabajo comenzó a decaer porque se había acabado la happy hour.
Suga se acercó y se detuvo a mi lado.
— Gracias por esto, realmente aprecio tu ayuda. —dijo él, pasándome un vaso que contenía un cóctel blanco y cremoso.
— ¿Qué es esto? —fruncí el entrecejo. No parecía muy apetitoso, el sonrió irónico.
— Se llama; "Orgasmo Gritado". Y pensé darte uno como agradecimiento. —declaró haciendo un gesto hacia mí.
Me ruboricé como nunca...
— No se llama así. —balbuceé.
— Así se llama. ¿Nunca has tenido uno? —preguntó, levantando sus cejas inocentemente.
Aún cuando su irónica sonrisa claramente mostraba que no era para nada inocente acerca de esto.
Ok, bueno supongo que puedo coquetear con él, eso no hace daño en todo caso.
— ¿Uno gritado? —pregunté achicando los ojos, cómo si estuviera pensando. — No lo he hecho, ni creo que lo haya probado, sería el primero. —declaré con una media sonrisa.
Como si acabar de declarar mi pobre vida sexual fuera algo de que presumir.
— En ése caso, me siento honrado de ser el primero en darte uno. —él dio un golpecito sobre mi nariz mientras caminaba a servir a alguien más.
Tomé un gran sorbo de la bebida y casi me atraganté; era asquerosa y tenía tanto alcohol que quemó mi garganta.
— ¿No te gustó? —preguntó pareciendo herido.
— Lo siento. Supongo que tuve mucha confianza en tú habilidad. —repliqué devolviéndoselo, aun haciendo gestos mientras me limpiaba la boca con la palma de mi mano.
Él rió y golpeó el fondo del vaso inclinándose sobre la barra mirándome.
Una canción bastante movida de electrónica, comenzó a sonar y yo grité excitado.
— ¡Me encanta esta canción! —Exclame sin vergüenza, bailando y cantando junto con la música aunque está no tuviera letra.
Él sólo me miró con una sonrisa divertida en su rostro.
— Waaa, cantas fatal. —se rió.
Rodé los ojos y agarré su mano tirándolo hacia mí.
— Baila conmigo como una retribución. Viendo que el orgasmo que me diste fue una decepción. —lo desafié.
Él rió y puso las manos en mis caderas, acercándome más a él mientras comenzamos a bailar.
— Así como eres de pésimo cantando. Yo lo soy bailando.
Puse una mano sobre su torso mientras bailábamos muy cerca uno del otro, haciendo vibrar y arder con necesidad todo mi cuerpo.
¡Demonios, él es tan ardiente!
Mi respiración salía en rápidos alientos. Quería desesperadamente que me besara, aunque yo era claramente muy joven para él.
— Salgo dentro de una hora, después de que el otro barman llegué. —me informó. — ¿Qué te parece si te invito a un trago o algo de comida como verdadero agradecimiento? —sugirió, corriendo un mechón de cabello de mi cara con sus dedos.
No quería beber nada más, pero estaba bastante hambriento y podría tomar algo de pizza u otra cosa justo ahora.
— Estoy bastante hambriento. —admití mordiendo mi labio inferior y pensando.
Realmente no debería ir. Nisiquiera conozco a este chico, no debo siquiera pensar en salir con él.
Deberíamos quedar sólo como conocidos de una noche...
— Genial, arreglemos tu problema al finalizar mi turno. —él sonrió deslumbrante, sus ojos brillaban.
Justo entonces un chico vistiendo la camiseta negra igual a la de Suga, levantó un lado de la barra y caminó dentro mirándome consternado.
— ¿Qué demonios estás haciendo dejando a un cliente entrar aquí? —preguntó sacudiendo su cabeza en negación, pero con una sonrisa autosuficiente a Suga.
Él obviamente pensó que estábamos en algo más allá de una charla.
Ya quisiera yo...
— No exageres Jin. Sólo estaba ayudándome mientras se aglomeraban los clientes por la happy hour. —explicó Suga sin muchas vueltas, pero sus ojos nunca se alejaron de los míos.
— Mmm. Si tú lo dices. —dejo salir el recién llegado mientras susurraba algo en el oido de Suga.
— Entonces, ¿puedes darme tu número para poder llamarte cuando terminé? —preguntó Suga mirándome esperanzado, mientras sacaba su móvil sosteniéndolo hacia mí. Asentí y marqué mi número emocionado. — Estaré una hora más aquí. —me recordó, guiándome hacia la abertura en la barra.
Justo cuando estaba por salir tomó mi mano, deteniéndome.
— Espera, olvidé darte algo. —dio un paso hacia delante con una sonrisa asomándose por los costados de su boca.
Lo miré con curiosidad. ¿Qué olvido...?
Inclinó mi cabeza rápidamente y me dio un beso ligero, sólo duró unos segundos. Sus suaves labios parecían encajar perfectamente con los míos.
Estaba ciertamente muy sorprendido para besarlo de vuelta. Cuando se alejó me sonreía con superioridad, estaba claro que me veía sorprendido.
Todo mi cuerpo pedía más... Quería agarrarlo, romperle la ropa y tomarlo en medio de la barra.
— Eee... Si...bueno... Yo...mmm... Si. —tartamudeé, sintiendo cómo me subían los colores a la cara de nuevo.
Él golpeó suavemente mi nariz, otra vez.
— Honestamente eres muy lindo. —se rió y volvió a la barra. Cerrándola tras él y alejándose sin una última mirada hacia mí.
Feliz me abrí camino hacia mis amigos que aún seguían bailando.
Divisé la espalda de Jimin, se estaba besando con algún tipo para pasar el rato.
Rodé mis ojos restando importancia, y me encaminé hacia mis otros amigos; HoSeok y TaeHyung.
— ¿Dónde estabas realmente? Jimin dijo que estabas ayudando tras la barra, pero no tiene sentido. —soltó HoSeok.
Lucía confuso, era como si pensara que quizás Jimin estaba borracho de más o algo así.
— Si lo estaba. Estaban cortos de personal. —confirmé asintiendo. — Y ahora tengo planes con un extremadamente apuesto barman en una hora. —añadí subiendo mis cejas con una leve sonrisa.
HoSeok y TaeHyung rieron ante mis palabras.
— Eres un atrevido. —me provocó HoSeok jugando.
— Lo sé. —respondí bromeando.
Aunque no era cierto, ambos lo sabíamos. Sólo había salido con dos chicos antes y ambos habían sido novios fijos.
Bueno en un tiempo fueron relaciones fijas y serias, porque luego no resultó.
Rompí con mi ex novio L.Joe después de seis meses, al comienzo del verano.
Y desde entonces no volví a tener una cita, no porque no pudiera superarlo ni nada parecido. Sólo no estaba interesado en nadie hasta el momento.
Mientras bailábamos, les contaba cada detalle sobre Suga, el beso, el coqueteo y los pequeños roses.
Después de un rato mi teléfono sonó en mi bolsillo. Contesté nervioso, sabiendo que debía de ser él, porque era un número desconocido.
— Hey.. Ya terminé. ¿Aún quieres salir a comer algo? —preguntó.
— Sí, claro. Tengo más apetito que hace una hora. —asentí, tragando mi excitación nervioso.
— Perfecto. Nos encontramos en la entrada entonces. —informó.
— Me parece bien. —me volví hacia mis amigos.
HoSeok estaba prácticamente brincando de alegría. Probablemente estaba pensando en todos los chismes de los que se enteraría al día siguiente.
— Bueno chicos, si salgo asesinado, díganle a mis padres que los amó. Y como último consejo de amigo. Tú Jimin, presta más atención a Hobie. Y tú HoSeok, se más directo con éste idiota. Por otro lado, tú TaeHyung, acepta de una buena vez que te gusta NamJoon. — "bromeé".
Jimin me abrazó y depósito un casto beso en mis labios...
— Me tenía que sacar las ganas por cualquier cosa. —dijo Jimin con simpleza.
— Asegúrate de hacerle saber que nosotros sabemos que estás con él, así no intentará nada. Dile que sabemos que él es la última persona con quién estuviste y se lo diremos a los policías si te asesina. Prométeme que se lo dirás. —habló esta vez TaeHyung mirándome serio.
¡Oh! Quizás esta no era una idea tan brillante después de todo.
— Jimin no hagas cosas raras después de lo que te acabó de decir, apuesto a que no te gustaría que HoSeok me besé. Y tú Tae no digas esas cosas que me asustas. —chillé en desacuerdo.
Tal vez debería llamarlo y decirle que cambié de idea o algo por el estilo.
— Sólo vete. Dijiste que era ardiente. —me ordenó HoSeok, dándome un suave empujón en dirección a la puerta.
Quizás los tres me quieran golpear por lo que les acabó de decir, pero... ¡Vamos! Si no se los decía seguirían haciéndose los tontos.
— Llama o escríbeme un mensaje cuando llegues a casa para saber que llegaste bien. —me pidió Jimin.
— ¡Y dile a él lo que te dije! —me ordenó esta vez Tae, sonando un poco como mamá pero en una versión ebria.
— Lo haré, y ustedes mantenganse a salvo también.
Les lancé a todos besos al aire mientras caminaba hacia la salida.
Al estar casi allí noté que él estaba de pie esperando. Apoyado contra el muro casualmente; se veía tan apuesto que hizo que mi corazón se acelerará.
Bueno, siendo sincero. Lo que sé me aceleró fue otra cosa.
— Oye, ¿tienes una chaqueta? —preguntó indicando hacia la recepción.
Negué con la cabeza como respuesta.
— Vinimos en un taxi hasta aquí. Así que ni siquiera pensé en una chaqueta más temprano. —quizás debí haberlo hecho.
Era casi media noche ahora, y había mucho viento afuera.
— Ten, puedes usar mi abrigo. —me ofreció, poniendo un suéter con gorro en mis manos.
— Pero entonces tú tendrás frío. Además, ¿me entrará? —protesté, sacudiendo la cabeza con una sonrisa y devolviéndoselo a él.
Lo sacó de mis manos y giró sus ojos quitándole importancia. De pronto lo empujó sobre mi cabeza.
Olía sorprendente, justo como él. Sonreí y metí mis brazos por las mangas. Él se rió.
— Es un poco grande, nunca usó las prendas de arriba en mi talla. — Anunció restandole importancia.
Yo me acomode bien el suéter y él indicó hacia la puerta señalando que nos fuéramos.
Tomé su mano, deteniéndolo.
— Espera, mis amigos me hicieron prometerles que te diría algo. —balbuceé levemente avergonzado.
Me miró con curiosidad, esperando a que hablará.
— Ellos saben que estoy contigo, y qué si me asesinas le dirán a la policía que fuiste el último en verme con vida. —solté apurado, sonrojándome por lo estúpido que sonaba.
¡Mataré a ese alien del demonio!
Maldición TaeHyung, acabo de quedar como un idiota.
Suga explotó en risas y me empujó hacia la puerta nuevamente.
— Haré mi mayor esfuerzo para no matarte entonces. No me gustaría tener problemas con la policía. —replicó con una mueca de horror fingido.
Sonreí tontamente, mordiendo el interior de mi mejilla.
Me condujo hasta un Jeep negro; no tenía idea sobre autos así es que no sabía de qué tipo era.
Apretó sus llaves, abriendo el auto. Tan pronto como el mecanismo de la puerta sonó, la abrió para mí.
Miré y me reí de forma inconsciente... Había basura por todos lados, todo el piso y por todos los asientos. Periódicos, envolturas de dulces, latas de soda vacías tiradas alrededor sin cuidado.
Una vez dentro del auto, ambos nos acomodamos y el arrancó el motor.
— Bien, Jeon JungKook. —concluyó Suga dejándome sin palabras. — ¿Que posición adoptas en la cama?
Preguntó el peli-verde descolocandome por completo.
— Perdón... No recuerdo haberte dicho mi nombre. —le dije completamente sorprendido, y aunque no lo quiera aceptar algo asustado.
— Pero lo sé. Jeon JungKook, 17 años, ambos padres, sin hermanos, terminaste con tú pareja hace aproximadamente cinco semanas. —concluyó despreocupado.
Mientras que yo entraba en un pánico interno.
— Mierda... —susurre. — ¿Como sabes todo éso? —me atreví a preguntar.
Y lo vi formar una sonrisa.
— Naturalmente quieres saber todo sobre la persona que te gusta. —admitió haciéndo que se me acelerará el pulso. — Aunque admito que sólo te iba a observar de lejos, pero tú comenzaste a coquetearme y bueno. No soy de piedra sabes.
Concluyó sonriente, y yo podía morir en ese momento.
¿Enamorado de mi? Pero... Es la primera vez que lo veo, ¿o no?
— ¿Te conozco? —pregunté con un tono de voz patético.
— No. Pero salias con mi primo JiHoon. —me recordó a mi primer novio. — Yo solo te observaba de lejos. — Confesó sin despegar la vista del camino.
— Ooooh. Ese chico si qué era adorable. —exclame, tratando de no sentirme tan incómodo.
— Lo sé. —dijo estacionando su auto. — No respondíste a mi pregunta JungKook.
Me reclamó mordiendo su labio inferior.
— ¿Cuál fue? —pregunté, aproximando mi rostro hacia él.
¡Es tan lindo!
— ¿Que posición adoptas en la cama? —soltó coqueto mientras acariciaba mi pierna.
Y a mi cabeza vinieron fragmentos de Suga gimiendo debajo mío.
¡Cielos!
— Voy arriba. —dije con seguridad, uniendo nuestros labios en un beso más profundo.
¡A la mierda el jodido razonamiento!
— Primero vamos a entrar a mi departamento. —concluyó soltando mis labios. — Por cierto, soy Min YoonGi, tengo 23 años. —me informó bajando de su auto, yo imite su acto.
Una vez ambos fuera del auto, caminé a su lado a pasos firmes.
— Es realmente un placer YoonGi. —susurre en su oído.
Mientras lo abrazaba por la espalda haciéndolo temblar con mi acción, parece que realmente le gusto... Y mucho.
— Te iba a esperar tres meses más, hasta que cumplas los dieciocho. —informó. — Pero muero de ganas, desearte casi dos años fue duro... Cada día te volvias incluso más y más guapo, éso me mataba. —confesó, abriendo la puerta del departamento.
Yo todavía no soltaba mi agarré de su pequeña y perfecta cintura, ya que me sentía muy cómodo teniéndolo en mis brazos.
— No tengo quejas al respecto. —le dije girando su cuerpo, para quitarle la remera y unir una vez más nuestros labios.
El empujó con su pie la puerta para cerrarla, y luego volvió nuestro beso más suave.
Juró que mi cuerpo podía sentir todos los sentimientos de Suga mediante ese beso. O al menos así lo sentí.
— Yo si tengo quejas. —exclamó mordiendo levemente mi labio inferior.
— ¿En que puedo ayudarle? —pregunté sonriente.
— No beses a tu amigo. Y tampoco dejes que el te besé a ti. —casi ordenó. — Sólo piensa en que aquí estoy yo, para que hagas con mis labios lo que te venga en gana. —concluyó.
Y sin esperar respuesta de mi parte volvió a unir nuestros labiales, pero esta vez el beso estaba dominado por la pasión.
Si realmente le gusto a este peli-verde tanto como aparenta, se va a tener que aguantar.
Porqué con ese blanquecino torso, su lindo trasero y ese hermoso rostro.
¡No lo suelto más!
~ Fin ~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro