Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap.17

Estamos sentados en la cama de Koen, sus padres llegan mañana por la mañana porque tenían un congreso o algo así, lo importante es que tenemos tiempo de sobra para leer las cartas, hablar, especular y pasarlo bien, ya que esta noche me quedo aquí, mi madre ya me ha dicho por mensaje que si me puedo quedar y, después de haber estado algo triste estas dos horas, por fin puedo respirar tranquila y sonreír.

-¿En serio te ha dicho eso?- me pregunta Koen. Está tumbado de lado, comiendo palomitas y mirándome.

Tenemos música de fondo, específicamente Party BB de Tiago PZK. Es la primera vez que escucho a este artista y no está nada mal, aunque tampoco es mi estilo.

Le he contado todo lo que ha pasado en el cementerio, hasta que le vi llorar y le he dicho todo lo que he sentido. Confío tanto en Koen que podría dar la vida por él y solo le conozco desde hace una semana y días.

-Sí, pero no pasa nada- miró hacia abajo y estrujo mis dedos. Estoy sentada.

-Venga- se sacude las manos en su camiseta y se pone de pie de un salto. Me mira fijamente y me tiende una mano- joder y ahora sale una triste espera.

Me gusta esta canción, no sé cómo se llama, pero hace que algo dentro mio se mueva rápidamente.

Ay, mi corazón

Siempre que peleamos, te vas

Esta vez no pienso ir detrás

Bebé, ya me cansé, ya no me quedan más lágrimas

Sí, ya no te voy a pensar y no te voy a llorar.

Puto Jack Kaiser.

Ya no serás el maldito príncipe de mi mente.

Jodete.

Mucha diferencia entre lo que dices y haces

Me cansé de pedirle por ti a estrellas fugaces

Vete, que esta vez tú y yo no vamo' a hacer las paces

Me adelanto antes de que me atrase

Dijo que nos veríamos todos los días y ahora me pide que lo olvide, espero que se quede tranquilo, porque es lo que haré, aunque tarde cincuenta años. Olvidaré todo. Tu nombre. Tu voz. Tus tatuajes. Te odio. Adiós.

Esa es mi chica.

-¿Cómo se llama la canción?- le pregunto a mi mejor amigo.

-Mi corazón, del mismo cantante de antes- está buscando algo en su teléfono, lo mira muy concentrado. Cuando decido mirar a la ventana, sonríe y pone una canción, del mismo artista, sí, será su cantante favorito- dale, levántate y mueve el culo, vamos, ¡a bailar!

Se pone a mover todo el cuerpo, si estuviera en una discoteca sería un baile de seducción, pero estamos en su cuarto y solo estoy yo. Me levanto y me acerco a él sin saber qué hacer. Tengo que admitirlo, no sé bailar ningún tipo de música, solo sé moverme de forma divertida para el resto y vergonzosa para mí. Encima esta canción es de reggaeton.

-Venga, da igual que no sepas bailar- dice como si me hubiera leído la mente- solo estoy yo- me agarra de las manos y me da una vuelta, sacándome una gran carcajada- ahí está mi loca favorita- venga.

Nos pasamos bailando al menos una hora y creo que no me he reído tanto en mi vida. Koen se ponía hacer poses ridículas y yo le animaba como si estuviéramos borrachos y en una fiesta clandestina. Cuando él no bailaba, yo lo hacía y según él, bailo como una señora de los ochenta, no me enfadó porque es verdad. Nuestras respiraciones están agitadas de tantos saltos y vueltas y los dos nos lanzamos a su gran cama y esta rebota por el peso repentino.

-Gracias, Koen- giro la cabeza y tengo una sonrisa en los labios, él se ríe.

-Para eso están los amigos, Courtney.

Nos incorporamos y él baja el volumen de la música, casi que es imperceptible para mí al menos.

-¿Estás nervioso?- Le pregunto de pronto, mirando al techo, pero sintiendo su mirada en mi perfil.

-¿Por las cartas?- dice y hace lo mismo que yo: mirar al techo- creo que es algo que deberíamos haber hecho hace mucho y también creo que solo el hecho de que nuestras abuelas nos hayan escrito una carta nos ha unido, así que, sí, estoy un poco nervioso, pero a la vez no porque gracias a esta maldita carta te tengo a ti.

-Nos conocimos porque te chocaste conmigo y después casi mato a un idiota- le recuerdo.

-Sí, pero si no tuviéramos las cartas supongo que no habríamos quedado más veces- dice- y gracias a ella he descubierto lo que es la verdadera amistad.

-Qué loca es la vida, ¿no?- le digo medio riendo- que dos personas que ya no están aquí puedan seguir haciendo cosas buenas.

-Sí- me mira y veo algo en sus ojos. Algo va a hacer- pero más loca estás tú por juntarte con otro esquizofrénico.

Coge una almohada y me la tira a la cara.

Se va a cagar.

La guerra ha comenzado y ambos nos lanzamos cualquier almohada o cosa blanda que veamos. Nos estamos divirtiendo tanto que los segundos, minutos y horas pasan y casi ya es hora de cenar. No sé él, pero yo quiero que se rinda ya para poder asaltar su cocina. Porque él es quien se va a rendir o perder, yo no, soy demasiado competitiva.

-Vale, vale, vale, ya paro- le brilla la frente y yo estoy en modo ataque con otra almohada. Tengo una sonrisa victoriosa en los labios- tú... tú...

-¿Yo qué, Koen?- digo ensanchando la sonrisa.

-Has ganado.

-¡Vamos!- grito- te dije que yo siempre gano en este tipo de juegos.

Pone cara agria.

-Vamos, eres una cría de cinco años- me dice y cuando ve que le voy a responder me para- no, vamos a comer algo porque sino me empezaré a morder el brazo o el móvil.

Tiene razón, necesitamos comer. Son casi las once de la noche y ya no me acuerdo desde cuando estoy aquí, pero llevo mucho tiempo.

Cómo estamos solos en casa, me preparo unas mini tortitas y un smoothie de fresas y plátano, dejando la cocina hecha un cristo y teniendo que limpiar después. Koen se hace algo más sano, unas costillas con salsa que tenía de las sobras de esa misma tarde y unas patatas fritas, además de hornear una pizza sólo para él.

-En vez de estómago tienes un agujero negro- le digo riendo mientras bebo mi smoothie y vemos como se hace la pizza.

-Tengo hambre, las peleas de críos hacen ese efecto en mí- dice mirándome como si fuera una ignorante.

-¿Abrimos ya las cartas?- le pregunto tan repentinamente que ni yo me creo la velocidad de mis palabras.

-¿Ahora?- dice con cara de fastidio- si ni siquiera se ha hecho la pizza- le miro con cara de cachorro y se que no sé va a poder resistir, niega con la cabeza- odio eso- me señala- esa cara es un jodido chantaje emocional- intensifico la mirada- venga va, ves a por ellas.

Doy un pequeño saltito y grito de forma divertida.

-Como te caigas por las escaleras el que se va a reír seré yo- me dice sentado en el suelo frente al horno y yo le saco el dedo.

Una vez abajo, nos sentamos en el sofá y enfrente nuestro tenemos una mini mesa donde reposan dos platos gigantes con la cena de Koen, mi vaso con el smoothie y un bowl con mis tortitas, las cuales llevan sirope de plátano y chocolate.

-Vas a morir con tantos azúcares- dice con la boca manchada de la salsa barbacoa de las costillas.

-Lo que estás comiendo tú tiene más calorías que lo mío, así que cállate.

-Vale, Cici.

-Juro que no me acostumbraré a ese apodo.

-¿Por? Es original, como yo.

-¿Desde cuándo eres tan creído?-le pregunto riendo.

-Cuando me conoces soy tímido, pero después...- se señala de arriba abajo y yo lo sigo con la mirada- conoces a esta bestia.

-Bestia...- repito riendo.

-Bueno, ¿las abrimos?- me pregunta limpiándose por fin la boca y me sorprende ver que ya no hay rastro del gran trozo de costillas, solo quedan las patatas y la pizza.

Si fuera yo, ya habría vomitado las costillas para poder comer el resto.

-¿Puedo ir primero?- me pregunta, algo incómodo, como si se pensase que me fuera a molestar ir después de él.

-Claro- le digo- toma.

Él observa la carta, como si fuera algo venido de otro planeta. No pone nada en el sobre, lo cual es extraño, ya que al menos podría haber puesto su nombre o tu abuela, algo así.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro