.𓄼 🐰O22 : Tribu Tigre
Cinco meses habían pasado ya, la pareja disfrutaba en gran medida del embarazo, excepto claro cuando síntomas como las náuseas hacían su indeseada aparición, habían cesado en su mayoría, pero algunos días ciertas comidas le hacían mal al conejito y esto lo hacía sentir náuseas e irse en vómito.
Aun así estaban muy felices, Jungkook amaba cocinar cosas para su lindo conejito así que siempre que Jimin tenía algún antojo, él muy gustoso lo hacía para él.
Con estos cinco meses, la barriga del castaño había crecido lo suficiente como para que tuvieran que comprarle ropa un poco más holgada, además de un material más cómodo como algodón, para no irritar su piel ya muy sensible.
En el pueblo ya todos sabían del embarazo, la gran mayoría lo miraba con extrañeza, después de todo ¿Qué hombre podía salir embarazado? Pero, ellos no prestaban atención, solo ignoraban todas aquellas habladurías.
Jungkook últimamente estaba un poco preocupado, el dinero que le había dado a Jimin ya estaba agotándose, además de hacer algunos arreglos en el exterior de la casa, lo había hecho en el interior, ampliando la cocina y el baño, así como comprando cosas útiles como diferentes ollas, una mesa más grande y sillas de buena calidad, no solo eso, el tigre había contratado personas para construir una habitación extra para el bebé, aún no habían decorado, ya que no sabían el sexo por lo que solo era una habitación grande y vacía.
El conejito había seguido vendiendo verduras ocasionalmente, pero esto no era suficiente ingreso, además de que, con su embarazo, ya no podía subir la montaña y tomar frutas o verduras para la venta. El rubio había tomado esto a consideración y había despejado un poco los alrededores de la casa, hizo un huerto para su bebé, sin embargo las cosas tardarían en crecer y hasta entonces los ingresos eran nulos.
Jungkook había pensado en trabajar, pero al final el conejo se lo impidió, diciendo que se iba a sentir muy solo si se iba.
Justo cuando el tigre pensaba en que hacer respecto a esto, hubo una interrupción en su vida tranquila.
Un tigre de la tribu había ido en su busca finalmente.
Mientras Jimin dormía y Jungkook trabajaba en el huerto, el tigre decidió dar un paseo y pensar en su situación financiera, mientras vagaba por el bosque, se encontró a un gran tigre, se sorprendió, podía reconocer a ese joven tigre.
El rubio se quedó quieto y lo miró fijamente, en ese momento el tigre también lo miró y pareció emocionarse al verlo, frente al tigre había un bolso marrón gastado. Muy pronto ante Jungkook se apareció un joven adolescente de cabello negro, piel blanca y ojos bermellón, este joven tomó algo del bolso y su piel desnuda pronto fue cubierta con una túnica blanca, la misma le hacía lucir puro e inviolable, resaltaba su belleza inocente e infantil.
— ¡Primo Jungkook! —exclamó con emoción del chico, corrió hacia su primo y lo abrazó con fuerza, el rubio se quedó confundido del porqué un familiar suyo estaba en un lugar tan remoto, en estos momentos el clan debería estar en una lucha por el poder, él había sido herido justo por esa lucha, pensaba volver meses después, cuando todo se calmara, pero con Jimin se había olvidado de esto por completo.
— Xiumin... —Estaba un poco desconcertado, pero eso no evitaba que se emocionara, tiene una buena relación con este primo, por lo que verlo le hizo muy feliz, pronto sonrió y correspondió el abrazo.
Todos tenían conocimiento sobre la fuerza de la Tribu Tigre, sobre como los demás pueblos o tribus siempre querían aliarse con ellos o tener buenas relaciones gracias a los beneficios, el territorio de los tigres era muy extenso y no solo tenían recursos como madera, piedra o distintos animales para su consumo, sino que en sus cercanías poseían minas que extraían oro y plata, esto aumentaba sus riquezas.
Jimin no lo sabía, pero Jungkook, su tigre tonto, en realidad era hijo del jefe de la tribu, el único primogénito del líder y el heredero, básicamente el joven maestro.
A diferencia de la familia Park, que eran una sola rama, la familia Jeon poseía la rama principal y la secundaria, Jungkook era de la rama principal y el único heredero, mientras que la rama secundaria poseía dos hijos, pero que tenían nulas posibilidades de tener en sus manos el mandato de la tribu.
Su primo Xiumin también era de la rama principal, pero era hijo del hermano de su padre, ninguno estaba interesado en ocupar la posición de líder, tampoco es que tuvieran derecho, por lo que de su parte apoyaban siempre a Jungkook, a diferencia de la rama secundaria que codiciaba ese puesto.
La rama secundaria en realidad no era como tal parte de la familia Jeon, tampoco tenían el apellido, esta rama era simplemente los hijos bastardos de los líderes anteriores, los primeros, con cada generación se hacían más débiles y este año solo habían tenido dos hijos, uno de ellos una mujer tigre y el otro un hijo oso pardo, la mayoría de los miembros de la familia no eran tigres, por lo que no era raro que esto pasara.
— Primo, tienes que volver rápidamente a la tribu. —La voz del rubio era apresurada, miró a su primo con ruego en sus ojos. Jungkook se sintió confundido, la lucha por el puesto de líder no debe de ser tan dura, su padre seguía vivo y tenía a todos los ancianos del clan de su parte, no debe ser difícil encontrar al que lo hirió.
— Cálmate Xiumin, cuéntame que está sucediendo. —Jungkook le apretó los hombros con suavidad, le sonrió con calma, el pelinegro pareció calmar sus nervios.
El rubio suspiró, para que su tío enviara a su querido hijo a buscarlo, debe de estar sucediendo algo grave en el clan, tal vez ya no solo era la lucha por el puesto de líder, sino algo más difícil de solucionar.
— Vamos a mi casa. —sugirió el mayor, Xiumin asintió, tomó su bolso y siguió a su primo, en el camino no pudo evitar sorprenderse por los cambios de su primo.
Jungkook siempre fue alguien tranquilo y responsable, cumplía las órdenes de su padre y velaba por los intereses de la tribu, no solo su padre le tenía gran estima sino también los ancianos del clan, él no era así, él era más infantil y mimado por lo que siempre había admirado a su confiable primo mayor, todos en la tribu le tenían gran respeto, cuando desapareció todos en la tribu habían salido a buscarlo, sin obtener resultados, nadie sabía que se encontraba en un lugar tan lejano.
Encontrarlo también fue su suerte, había corrido por los alrededores de la tribu, preguntado en cada pueblo, cuando fue perseguido por la tribu de los lobos, corrió ya que no era rival para ellos y terminó en este remoto pueblo, cuando pensaba en simplemente volver, se topó de casualidad a su primo.
Había pasado poco más de un año y Jungkook se veía un poco cambiado, ahora parecía un poco más suave y tranquilo, daba una sensación hogareña y cálida, además podía ver que no le iba mal, las ropas que vestía no eran de mala calidad.
Ambos caminaron por un rato antes de encontrar la casa del rubio, Xiumin no pudo evitar sorprenderse.
Gracias a las reparaciones y arreglos de Jungkook, la casa anteriormente de estado medio, ahora se veía bastante elegante y bonita, paredes pintadas e incluso techo nuevo, alrededor de la casa había un huerto de tamaño medio y en el patio trasero podía verse un pequeño lugar donde había algunos pollos y unos pocos patos pequeños.
El pelinegro miró sorprendido a su familiar, no esperaba que su primo estuviera viviendo tan bien.
Xiumin estaba a punto de expresarle al rubio lo bonita que era su casa cuando se sorprendió al ver a un hombre parado en el huerto, viendo a todos lados, parecía un poco ansioso, vestía una hermosa túnica color azul cielo que lo hacía ver delicado y puro, colita esponjosa así como sus largas orejas lo identificaban como un conejo.
Jungkook se sintió angustiado al ver como Jimin lo buscaba descalzo, cuando iba a correr hacia él, el castaño lo vio primero y corrió, lo abrazó con fuerza, podía escuchar su corazón latir con miedo.
— Me asusté, desperté y no te vi en ningún lugar. —Cuando abrió los ojos y no vio a su tigre no estuvo tan alarmado, pero al explorar el huerto y ver que la tarea de Jungkook parecía haber sido interrumpida, no pudo evitar pensar lo peor y se sintió muy asustado y angustiado.
Jungkook correspondió el abrazo con una sonrisa, su cola atigrada se movió de lado a lado.
El pelinegro se sorprendió al ver esta escena, pero más se sorprendió al ver la prominente barriga del conejo frente a él, pensó que era sobrepeso, pero descarto esto al ver su delgado rostro y brazos, era muy poco probable que eso fuera grasa.
— Estoy bien, solo vi a un familiar y lo traje aquí. —El rubio apuntó hacia su primo, que se encontraba detrás de él, aturdido—. Él es Jeon Xiumin, mi primo menor. —Xiumin lo miró, era su único primo, pero no dijo nada, salió de su desconcierto y le dio una radiante sonrisa al conejo castaño frente a él.
— Un gusto. —Jimin se sorprendió, pero pronto se sintió feliz por su amante, hace tiempo que no veía a su familia, tal vez los extrañaba mucho. El castaño realizó una breve reverencia.
— Soy Park Jimin, un gusto conocerte, Xiumin. —El azabache le sonrió, era bastante educado, miró a su primo, no sabía cómo habían acabado juntos esos dos, con la personalidad de su primo, pensó que nunca conseguiría pareja.
Jungkook supo sus pensamientos de un vistazo, alzó una ceja.
Los tres ingresaron a la casa, el conejito planeaba hacer té, pero Jungkook le dijo a Jimin que debería limpiar sus pies sucios antes de atender a Xiumin, el pelinegro sabía que su primo no quería que su amante lo atendiera y puso los ojos en blanco, al final, los dos tigres se sentaron en el comedor mientras el conejito se limpiaba los pies.
— Y bien, ¿por qué viniste a buscarme? Sé que no viniste solo para ver como me iba. —Xiumin no se fue por las ramas, recordó rápidamente la razón de su viaje hasta su primo, Jungkook se sintió un poco preocupado al ver su mirada angustiada y llena de impotencia por la situación.
— Primo, tienes que ir a la tribu tigre, te necesitamos. —Su voz era rápida, estaba ansioso. El rubio frunció el ceño con preocupación.
— ¿Qué pasó? —preguntó.
— ¡Hay un traidor! —Su voz era fuerte y parecía firme, estaba convencido de sus palabras.
Jungkook supo entonces, que sus días de paz tendrían que pausarse por un tiempo indefinido.
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