.𓄼 🐰O19 : Tal Vez Un Poco
Últimamente, los síntomas de Jimin eran cada vez más evidentes, sus náuseas y mareos habían desaparecido para dejar atrás extraños antojos y drásticos cambios de humor, además de otros extraños síntomas que al preguntarle al doctor, determinaron que eran comunes en un híbrido de conejo en estado de embarazo.
Uno de estos síntomas era el comportamiento agresivo del conejito, su antes amable y tranquila actitud fue reemplazada de la noche a la mañana por una de enojo y gruñidos. Algunas veces que el rubio intentaba acercarse a él, le gruñía con molestia y lo alejaba, le fruncía el ceño o directamente no dejaba que se acercara.
Otra cosa era su poca disposición a mantener algún contacto íntimo, no quería que lo tocaran en el abdomen o pecho, incluso si Jungkook alegaba que era solo para sentir a su hijo, Jimin se negaba rotundamente, tampoco permitía que el doctor le tocara por lo que el hombre solo podía sentir el estado del feto por medio del signo vital de la madre, ósea del conejo.
Jungkook estaba algo confundido por estos síntomas que lo tenían un poco deprimido, una cosa era no mantener relaciones sexuales, y otra era no poder ni siquiera poder tocar a su bebé porque sino se sentía incómodo o se mantenía enojado todo el día.
El doctor le dijo que era normal, también le advirtió que el apetito del conejito aumentaría y que días previos a dar a luz él querría hacer un nido donde poder dar a luz cómodamente, le sugirió que consiguiera algunas cosas para este nido y que cumpliera todas las peticiones del conejito, ya que este estado era muy delicado para un animal tan frágil como lo eran los conejos, más siendo un híbrido.
El tigre estaba dispuesto a cumplir las exigencias de su bebé, aunque seguía sintiéndose un poco agraviado cada vez que el conejito rechazaba su contacto. Las únicas veces que le permitía tocarlo era en la noche al dormir, que Jimin tomaba la iniciativa de abrazarlo.
Estas noches eran las únicas veces donde el conejito se pegaba a él y podía sentir su cálido cuerpo contra el suyo, algunas veces incluso colocaba sus manos sobre su vientre, ahora un poco más hinchado y le hablaba bajito al ser creciendo en su pancita. Jungkook suspiró al pensar en ello, terminó de preparar la comida y le llevó hasta la mesa, allí se encontraba el castaño con una sonrisa en el rostro, la mano en el vientre y hablándole al bebé.
Sonrió inconscientemente, su cola atigrada se movió lado a lado con calma, se sentía cálido en su interior.
— Amor, ya el almuerzo está listo, si comes puede que te dé los pastelitos de avena que tanto te gustan. —El rubio le dio una sonrisa suave, Jimin se emocionó ante lo último dicho.
— ¿En serio? —Jungkook asintió.
— En serio. —El castaño se alegró mucho, adoraba esos pastelitos, pero el doctor al igual que su Jimin no le permitían comer mucho a causa de los posibles riesgos en el embarazo, así que le emocionaba poder comerlos después de unos días sin poder hacerlo. Su colita se movió con emoción al igual que sus orejas que se quedaron erguidas, el rubio sintió sus manos picar, quería acariciar las orejas de su pequeño conejito—. ¿Puedo acariciarla? —Su voz era dudosa.
— ¿Eh? —Jimin no pareció saber a lo que se refería hasta que notó su intensa mirada sobre sus orejas, se sintió un poco tímido, sus mejillas se sonrojaron, asintió lentamente.
Jungkook posó sus manos sobre las orejas suaves de su pequeña luz, sus dedos acariciaron con suavidad la extensión alargada, el pelaje del conejito era tan suave como la última vez que lo acarició, no pudo evitar acariciar de arriba hacia abajo varias veces, eso hizo que las mejillas de Jimin ardieran y su colita temblara, se sentía un poco raro.
— Mmm. —Un tierno ronroneo brotó de los labios del conejito, jugaba con sus deditos mientras evitaba la mirada juguetona del tigre rubio, Kook siguió acariciando por un rato hasta que pensó que era mejor que dejara comer a su pequeña luz.
— Deberías comer. —instó con voz suave y cariñosa, Jimin hizo un puchero que le pareció muy tierno al rubio, infló sus cachetitos con de enojo y decepción, sus ojitos miraron a Jungkook con algo de ruego.
— Quiero más caricias. —Jimin miró a su pareja con ruego, Kook casi se deja vencer, pero la salud de sus dos bebés era mucho más importante, negó con algo de pesar.
— Debes comer. —insistió.
Jimin asintió y comenzó a comer, pero lucía algo decepcionado, Jungkook emitió una risa baja.
— ¿Te gusta que te acaricie? —Él también se sentó y comenzó a comer su almuerzo que ya se encontraba un poco tibio, sabía mejor que la vez anterior, al menos, las recetas habían servido de algo, por mínimo que fuera. El castañito dudó ante la pregunta, al cabo de un rato asintió con sus mejillas rojas y la mirada desviada hacia la comida.
— Tal vez... —murmuró.
— ¿Cómo? ¿Qué dijiste? —cuestionó nuevamente, había escuchado, pero quería escucharlo en voz alta. El conejito se sonrojó aún más, el rubio pudo ver incluso sus orejitas agitarse al igual que su esponjosa colita.
— ¡Tal vez un poco! —gritó un poco cohibido, pronto se sumergió en la comida e ignoró la reacción de su tigre. Jungkook emitió una risita y también siguió comiendo, su bebé era tan lindo, ¿cómo podía ser tan precioso?
Ambos almorzaron en un cómodo, pero algo tímido silencio.
🐇
Jungkook miró un momento a su pequeño bebé somnoliento y con una sonrisa se acostó a su lado, ató su largo cabello largo en un moño flojo con una pequeña tira de tela gris y se sintió un poco más fresco, las noches en ese lugar eran un poco frías, pero gracias a su castañito ahora eran más cálidas por lo que se sentía mejor tener el cabello atado y sentir el aire dar contra su cuello descubierto.
Jimin ya estaba medio dormido, pero sintió a su amado subir a la cama y recostarse a su lado, emitió un gimoteo y se movió al lado del rubio, Jungkook sonrió un poco al ver la iniciativa de su conejito.
— Tan lindo... —susurró bajito para no despertar a Jimin, su mano viajó hacia la cabeza del castaño, acarició su ahora corto cabello y sus largas orejas temblorosas a causa de las caricias y el leve frío que había en el ambiente. El castaño murmuró algo entre sueños que el tigre no logró entender, pero no evitó que colocará una sonrisa.
Jungkook se deleitó acariciando a su bebé por un rato, miró hacia su vientre y no pudo evitar acariciar el mismo con suavidad y cariño, una gran sonrisa en su rostro mientras sus ojos brillaron a causa de la emoción y gran felicidad que sentía, se sentía dichoso de formar una familia con su amor.
Un suspiró brotó de sus labios al ver la serena expresión de su bebé al dormir, sus pestañas rizadas hacían una pequeña sombra sobre sus ojos cerrados mientras su boca emitía pequeños ruidos cada tanto, su posición era estar completamente pegado al cuerpo del rubio mientras sus orejas caían sobre la cama. Jungkook dejó un tierno beso en su mejilla y acarició su carita durmiente.
— Te amo. —murmuró en su oído, pensó que su lucero no iba a despertar, pero si lo hizo, sus ojos marrones se abrieron un poco desorientados, pero con ese hermoso y característico brillo que siempre los acompañaba.
Jungkook besó sus ojitos brillantes sin poder impedirlo.
Jimin se sintió cálido contra el cuerpo de su pareja, se pegó más a su pecho y emitió un gemido gustoso.
— También te amo. —susurró en voz baja, aun así el rubio pudo escuchar aquellas palabras que siempre amaba escuchar de la boca de su bebé.
Ambos se abrazaron y durmieron juntos, como siempre lo hacían, y como lo harían por siempre.
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