Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

.𓄼 🐰 O14 : ¿Intercambio?


Cuando los ojos del conejito volvieron a abrirse ya era de noche, contrario a la tenue luz del mediodía, esta vez cuando sus ojos se abrieron captaron solamente una intensa oscuridad, tuvo que parpadear varias veces para acostumbrar sus ojos a ella. Jimin podía sentir la tierra en sus pies, al igual que el ardor de su mejilla y muñecas lastimadas y sangrantes.

El castañito se sintió incómodo por la ropa pegándose a su cuerpo sudado, al igual que su cabello pegado a su sudorosa frente. Jimin quiso gritar nuevamente, pero no tenía las fuerzas para hacerlo, por lo que simplemente se quedó allí con los pies llenos de barro y las muñecas atadas.

Las orejas del conejito temblaron al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, sus ojos intentaron acostumbrarse nuevamente a la luz de la lámpara de aceite mientras esta persona caminaba con apuro hacia su posición actual.

Jimin fijo su mirada en la figura apresurada de su padre, lo miraba con rabia, el hombre levantó la mano y le asestó otra cachetada haciendo que la cara de Jimin girara hacia el lugar contrario, el conejito rompió a llorar enseguida a causa del intenso dolor.

- ¡Despreciable! Encontramos en el bosque cercano a esa inmunda casa donde vives el cadáver de mi adorado hijo, Jimin. -El hombre pantera lo miró con profunda rabia, Jimin estaba enterado de lo del cadáver, pero no pensó que su padre lo descubriría tan pronto, Jungkook había enterrado el cuerpo de su medio hermano en el bosque cercano a la casa y después de eso se le había olvidado por completo.

El hombre se enojó más al ver que su hijo no decía ni una palabra.

- ¡Habla, conejo repugnante! -Las palabras de su padre hicieron que fuertes sollozos brotaran de los labios rojos del conejito, Jimin se mantuvo callado, pero no resistió el expulsar sus sentimientos por medio del llanto.

- L-lo siento... -susurró el castaño con voz rota y un poco ronca, su garganta picaba por la falta de agua, pero no prestó atención a esto. Repitió la misma disculpa una y otra vez, tal como lo hacía de niño cuando era reprendido.

Justo cuando el hombre alcanzó su punto de enojo máximo y se encontraba a punto de darle una tercera cachetada a su hijo, una persona irrumpió en el lugar con la respiración entrecortada y ojos llenos de emoción.

Esta persona era una mujer híbrida de jirafa que vestía ropas bonitas y delicadas, parecía tener unos veinte años y era de apariencia delicada y cuerpo estilizado, bastante guapa. Jimin fijo su mirada en la mujer, la mujer hizo lo mismo y lo miró con asco antes de mirar a su progenitor con emoción y alegría.

- Señor, el tigre ha llegado a la casa, pide ver al conejo. -Los ojos de Jimin brillaron como galaxias, ¡Jungkook había venido a salvarlo! Una pequeña sonrisa afloró en los labios del chico castaño, la misma molestó mucho a su progenitor, contuvo su enojo y lo miró con asco antes de salir de la horrenda habitación junto a la mujer.

- Jungkook... -murmuró el conejito con voz baja, su respiración era irregular y su rostro dolía mucho, era insoportable sentir sus mejillas hinchadas y punzantes, sus labios ardían a causa de las mordidas que él mismo causó. Quería irse a casa junto a su tigre y darse un baño, que Jimin acaricie sus orejas y le diga que todo va a estar bien, que dejara de doler.

Jimin casi cae dormido nuevamente a causa del cansancio mental que tenía, pero antes de poder hacerlo la puerta del lugar se abrió, el conejito se sorprendió al ver que era la mujer anterior, lo miraba con desagrado pero como si no tuviera otra opción que estar allí, se acercó al castañito y desató con facilidad las cuerdas.

El conejo tembló de miedo al verla acercarse a él y tocarle, pero tenía más miedo de que al decir algo ella le dijera a su padre y este le golpeara nuevamente y de peor forma.

Luego de desatar las cuerdas, la mujer dejo caer el cuerpo del castaño al suelo, sus ropas se mancharon con barro al igual que sus manos pero Jimin no tenía fuerzas para levantarse. La mujer lo miró con impaciencia.

- Levántate, rápido. -La mujer era de cabello negro y ojos verdes como esmeraldas, muy guapa, pero su actitud era arrogante y despreciable. La pelinegra tomó fuerte por los hombros al conejo, Jimin emitió un gemidito débil pero hizo un intento y se levantó del suelo intentando no tropezar.

- Me lastimas... -murmuró con un débil suspiro, la mujer lo fulminó con la mirada y le soltó.

- Muévete entonces. -dijo con voz firme y llena de desprecio, la mujer miró como el chico se tambaleaba pero lograba caminar junto a ella hacia la salida del lugar, al llegar a ella ambos salieron y lo primero que vio el conejito fue la luz de varias lámparas de aceite colgadas en lugares diversos por toda la propiedad.

Jimin notó a simple vista el aumento de los palacios, probablemente se debía al aumento del tamaño del harén de su progenitor, varios sirvientes pasaban, miraban al castañito con sorpresa o desagrado y seguían su camino.

En todo el camino hasta el palacio principal, no se encontraron ni con una sola mujer del harén, ni con ninguno de sus hermanos. El conejito mantuvo su mirada baja pero podía observar de reojo todo su entorno mientras seguía a la mujer hacia el palacio donde vivía su padre con la esposa principal, se sorprendió internamente, ya que no pensó que lo llevarían allí pero no dijo ni una palabra mientras ingresaba junto a la pelinegra al lugar.

Recorrieron el palacio, ocasionalmente se encontraban con algún sirviente pero estos parecían estar agitados y solo hicieron una ligera reverencia hacia la mujer antes de continuar con sus labores. Poco tiempo después llegaron a una habitación bastante alejada, se veía bien cuidada pero se notaba no la habían usado en mucho tiempo, solo poseía una cama.

- Quítate esa ropa sucia, date un baño y utiliza esa ropa de allí. -La mujer apuntó con su dedo hacia la túnica sobre la cama de la habitación, la misma se veía suave y era simple.

- E-Está bien... -El castaño asintió mientras soportaba el dolor en su rostro aun hinchado, la mujer hizo una mueca al ver su rostro.

- Llamaré a alguien para que vea tu mejilla. -dijo eso antes de apurarlo con la mirada e irse del cuarto cerrando la puerta en silencio. Jimin suspiró y se sentó en la cama un rato mientras detallaba la habitación.

Además de la cama donde se encontraba sentado, Jimin pudo notar un pequeño armario en una esquina de la habitación y una mesita de noche llena de polvo bastante cerca de la cama, la misma solo era colchón, sin mantas.

El conejito castaño tembló al sentir el viento frío proveniente de la única ventana en la habitación, la cual se hallaba cerrada firmemente desde afuera, frunció el ceño, pero no intentó abrirlo, solo se levantó y caminó hacia la otra puerta en la habitación, la misma era vieja y podía verse un poco de moho en la parte inferior.

Jimin abrió la puerta y se sorprendió al ver que era un baño, el mismo solo poseía una tina de madera lo suficientemente grande para una persona, además de un gran bote de madera lleno de agua, la misma parecía haber sido colocada hace poco. Jimin se quitó la ropa con rapidez y dejo la misma en el suelo antes de meterse a la ducha y bañarse brevemente mientras pensaba con emoción que pronto podría ver a su tigre.

El conejito lavó su cabello con el agua y notó como algunos hematomas morados hacían lucir muy feo su cuerpo, los mismos se encontraban en su pecho y su espalda baja, no le habían golpeado esa zona estando despierto por lo que debe haber sido cuando lo transportaban hasta acá.

Ignoró estos golpes a pesar de que dolían ligeramente y salió de la tina al pasar unos cinco minutos, no pudo ver ninguna toalla cerca, por lo que simplemente caminó hacia la habitación y tomó la ropa sobre la cama dejada por la mujer.

La túnica era color blanco pero sobre la misma se encontraba alguna clase de tela de tul color rose gold, era bastante linda y se veía costosa.

El conejito solo la miró ligeramente antes de tomarla y colocársela, quería terminar rápidamente con esto, reunirse con Kook e irse a casa. Una duda carcomía la mente del conejito, pero temía planteársela a su padre, ¿por qué hacía todo esto? Si quisiera castigarlo en definitiva no le hubiera sacado de ese lugar tan rápido.

Después de un rato de pensar, Jimin llegó a la conclusión que su padre tenía un plan, pero no sabía cuál. El castaño suspiró con tristeza al pensar en el hombre, era su padre, aunque nunca había actuado como uno, y aun con todo eso, seguía teniendo la leve esperanza de que este le prestara atención y le diera cariño.

Una simple fantasía llena de esperanza.

Con un suspiro triste, Jimin admiró la sensación de la ropa sobre su cuerpo y se sentó en la cama mientras pasaba la mano por su rostro hinchado, ya no dolía tanto, pero estaba seguro de que el golpe se veía bastante feo.

Jimin pronto escuchó la puerta abriéndose, por la misma ingresaron la mujer junto a un hombre de mediana edad con algunas canas en el cabello, parecía ser un híbrido de oso pardo.

El hombre poseía una aterradora cicatriz a través de su ojo izquierdo, pero esto no parecía obstaculizar su visión, el hombre le dio un asentimiento a Minnie a forma de saludo, el castañito hizo lo mismo mientras ambos se acercaban a él.

- Déjeme ver la herida, pequeño maestro. -El conejito se extrañó por el llamado pero no dijo nada y se limitó a mirar a la mujer con sospecha mientras el doctor curaba con rapidez su mejilla hinchada, solo le aplicó un poco de pomada fría al golpe antes de colocar un poco de un líquido verde que olía extraño, después de esto hizo una reverencia pronunciada y se retiró de la habitación.

En el lugar quedaron la mujer y el castañito, la mujer acomodó su cabello antes de mirar al conejo con disgusto.

- Quédate aquí y espera mis órdenes, al menos eso puedes hacer, ¿no? -La mujer no esperó a que el chico hablara antes de irse de la habitación con pasos rápidos, Jimin sintió su corazón marchitarse, pensó que podría ver a su tigre, pero parece haberse equivocado.

Las horas pasaban y Jimin se encontraba cada vez más ansioso, esto parecía un arresto domiciliario, no le gustaba para nada esta sensación impotente de estar encerrado y no poder encontrarse con Jungkook.

El conejito daba vueltas ansiosamente alrededor de toda la habitación, poco a poco el clima se hacía más frío y era bastante incómodo usar esta ropa delgada en esta helada noche. Los ojos de Jimin se iluminaron al escuchar ruidos fuera de la habitación, una sonrisa afloró en sus labios, pero pronto sufrió una terrible decepción al ver que el que abría la puerta era uno de sus hermanos carnívoros.

El hombre pantera de unos veinte años miraba al conejo con ojos llenos de rabia y deseos de venganza, en su cuello había una herida aun sangrante, al igual que en parte de su pecho, su ceño se hallaba fruncido a causa del dolor y el olor medicinal era bastante evidente en su cuerpo.

Jimin escuchó las alarmas sonar en su cabeza al ver esa viciosa mirada y quiso retroceder, el híbrido pantera no le dio tiempo de hacerlo y avanzó rápidamente hasta quedar frente al pequeño cuerpo del conejito, las orejas de Jimin temblaron ante el inminente peligro y el castaño quiso huir, pero su hermano fue más rápido y le tomó del cuello.

El cuerpo del castañito fue levantado hasta que sus pies no lograron tocar el suelo, Minnie miró a su hermano con miedo y perplejidad, su corazón latía con fuerza y sus piernas pateaban en un intento desesperado de apartar al hombre pero el cuerpo del híbrido de pantera no retrocedió ni un milímetro.

El aire se escapaba de los pulmones del conejito, sus manos intentaron apartar las manos fuertes del hombre pero este no cedía, Jimin intentó gritar pero cuando la pantera vio su intención apretó su agarre, la cara del conejito se puso roja por la falta de oxígeno y su vista se ponía borrosa.

Justo cuando el conejito pensó que iba a morir ahogado a manos de uno de sus tantos medios hermanos, Jimin pudo ver como una fuerte mano atravesaba repentinamente el cuerpo del híbrido de pantera.

La mano era grande, dedos largos y las uñas en garras capaces de atravesar el fornido cuerpo de la pantera, las venas de la muñeca se hallaban palpitando a causa de la fuerza empleada.

El cuerpo de Jimin cayó al suelo con un ruido sordo, el conejito aspiró una bocanada de aire mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, el conejito tosió fuertemente mientras el color volvía a su rostro y su mano viajaba hacia la marca en su cuello.

Jimin intentó ver hacia la persona que le había salvado, pero su vista era nublada, tuvo que esperar unos segundos, al hacerlo sintió felicidad y sorpresa al ver a Jungkook allí parado, sosteniendo el corazón sangrante del híbrido de pantera.

Era Jungkook. Finalmente, había llegado a salvarlo.

Los ojos del rubio brillaban con agresividad, el hermoso tono bermellón fue reemplazado por un agudo tojo rojizo, sus colmillos podían verse ligeramente y las garras en sus manos habían crecido, su pecho ondulaba con rapidez a causa de su pesada respiración y su ropa se encontraba sucia a causa de la sangre.

Jimin sintió felicidad al verlo, había tenido tanto miedo, finalmente podría irse a casa.

- Jungkook... -dijo el castaño con un toque de felicidad en su voz, su colita tembló de emoción. La mirada del tigre se posó en el herbívoro frente a él, un instinto primitivo intentaba apoderarse de su corazón en estos momentos.

El conejito se quedó aturdido al sentir el repentino abrazo del tigre, los brazos del rubio apretaban al pequeño en su interior, su nariz aspiraba su sutil y rico aroma mientras la sangre en sus manos manchaba su ropa de rojo.

Su cabeza y corazón le decían: debes protegerlo. Mientras que su instinto animal solo le repetía una y otra vez, como un bucle: debes poseerlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro