Ꮺ ! Especial.
.ೃ 💐 conejo en celo .𓄼
Desde hace algunos días Doyoung se sentía raro, aunque decir eso era en realidad poco para la sensación.
Su cuerpo estaba incómodo por todas partes, muy sensible, además de una constante sensación de calor.
Así que sí, raro era poco.
Había intentado comentarle a Jaehyun sobre sus síntomas y él pensó que estaba enfermo por lo que lo hizo descansar más y no forzarse a hacer nada arduo, Doyoung lo agradeció, pero al ver que su incomodidad no bajaba fingió estar bien para no preocupar a su tigre.
Día a día el sentimiento de incomodidad aumentaba al punto que durante la tarde era insoportable, aunque en la noche era un poco mejor, seguía sintiendo cierta sensibilidad y calor.
Esa madrugada Doyoung abrió los ojos con el sentimiento extraño en su punto más alto, sus labios dejaron escapar un leve gemido incómodo, sudor en su frente, podía sentir su túnica pegarse a su cuerpo caliente.
Sus ojos oscuros estaban brumosos por el sueño, sus manos temblorosas viajaron a sostener su estómago en el que sentía como si hubiera un horno, sus piernas temblaban y su respiración era un desastre.
Sentía dolor.
Emitió un pequeño sollozo involuntario, haciendo que Jaehyun prontamente abriera los ojos, sus ojos ámbar un poco aturdidos pero intranquilos, se sentó en la cama y miró a su conejito con suma preocupación.
— ¿Qué sucede, bebé? —preguntó, su voz ronca por su reciente despertar, sus ojos se fijaron en cada detalle del pelinegro, sus mejillas rojizas, sus ojos llorosos, sus orejas grises y su colita temblando.
— Mgh. —Doyoung abrió la boca para hablar, pero no pudo, de sus labios solo brotó un quejido, le dolía mucho el vientre, pero lentamente y casi de manera imperceptible, el dolor se transformaba en otra cosa.
Jaehyun gruñó inquieto.
— Amor... —murmuró el castaño, su mano se posó en la frente del pelinegro, su ceño se frunció al notar la temperatura anormalmente caliente de su amado.
— Me siento caliente. —dijo Doyoung con dificultad, su respiración acelerada.
Sus bonitos ojos estaban confusos al igual que su mente; antes de que el castaño pudiera interrogar más a su pareja para poder ayudarlo, se sorprendió ante la repentina acción del conejito de mover sus manos para intentar quitar su ropa.
— ¿Qué haces? —preguntó el tigre un poco confuso, Doyoung sólo le respondió con una mueca atontada y un profundo beso en los labios.
Jaehyun estaba muy desorientado, pero nunca se iba a negar a un beso de su lindo conejito, por lo que sus labios pronto siguieron el beso de manera experta, sus lenguas enredándose desordenadamente.
Luego de pocos segundos, el pelinegro se apartó del beso, su respiración era un desastre, sus manos luchaban por quitarle la ropa al tigre, sollozó al no poder lograrlo, el castaño emitió una risita y se quitó la túnica fácilmente.
— Jae... me siento muy caliente, incómodo. —murmuró Doyoung con un puchero haciendo derretir el corazón del tigre.
De repente a Jaehyun se le encendió una bombilla.
Tal vez, y solo tal vez, su pequeño conejito estaba en celo.
No pudo evitar que una sonrisa pícara se posara en sus labios, sus manos desataron las cintas de la túnica de su bebé y pronto esa hermosa piel blanca estaba a su codiciosa vista.
— Mi conejito bonito. —susurró en la oreja del pelinegro, haciéndolo estremecer, Jaehyun emitió una risita leve y sus manos se posaron en la espalda baja del menor.
Sus dedos trazaron círculos en la blanda piel del conejito mientras dejaba leves besos en su cuello, su otra mano tomando uno de los muslos pálidos de su bebé haciéndolo acostar en la cama con un movimiento suave.
Doyoung tenía los ojos desenfocados, su piel estaba ligeramente roja y sus labios entreabiertos dejaban escapar suaves suspiros ansiosos.
Jaehyun amaba su encantadora apariencia necesitada.
El castaño besó los labios de su chico mientras la mano que estaba en su espalda baja se deslizaba hacia sus nalgas llenas, las amasó haciendo soltar al pelinegro un jadeo, un puchero en sus labios.
— No juegues. —murmuró con cierto tono frágil, sus orejas temblando al igual que su esponjosa cola, Jaehyun sonrió y besó su mejilla antes de que sus dedos llegaran a la entrada del conejito.
Sus dedos jugaron rodeando el agujerito apretado, Doyoung soltó un suspiro levemente aliviado ante la esperanza de que sus deseos sean satisfechos, pero gruñó cuando el tigre retiró su mano para en cambio abrir sus piernas, sus manos grandes apretando sus muslos blancos.
— Abre bien las piernas. —susurró el castaño en la oreja del pelinegro, Doyoung gruñó y obedientemente abrió sus piernas, Jaehyun se colocó entre ellas mientras retiraba por completo sus ropas, dejando ver sus músculos bien proporcionados y su piel color miel junto a su miembro semierecto.
Doyoung quedó embobado por un segundo, lamió sus labios y posó sus manos en los hombros del tigre.
— Jae, por favor, me siento muy caliente. —dijo con voz quebradiza, parecía estar llegando a su límite.
El tigre hizo caso omiso a sus suplicas y salpicó suaves besos a lo largo de todo su cuello mientras acariciaba sus muslos y luego su vientre, sus dedos llegaron a esos pezones rosados que estaban endurecidos, el tigre emitió un leve gruñido y sus dedos jugaron con los pequeños botones sacando gemidos de los labios del conejito.
Mientras una de sus manos jugueteaba con el pezón izquierdo, la mano derecha se deslizaba por su espalda hasta que sus dedos rodearon nuevamente su entrada, Doyoung se retorció ansioso y gimió de placer cuando un dedo se deslizó fácilmente al interior.
— Mgh. —jadeó el pelinegro.
— Mi lindo niño está tan ansioso y necesitado, tan bonito. —susurró en su oído, su dedo embistió en el interior de Doyoung, pronto un segundo dedo estaba dentro, simulaba embestidas y haciendo movimientos de tijeras.
El cuerpo de Doyoung se estremecía, cada terminación nerviosa de su cuerpo punzaba, su mente estaba confusa y su interior se sentía tan vacío. A los pocos minutos el conejito tenía tres dedos estirando su interior, mientras tanto Jaehyun besaba su cuello y dejaba marcas en su piel.
Doyoung se arqueó ligeramente, sus labios haciendo un puchero, sus ojos dejando colgar lágrimas mientras su cuerpo estaba rojizo por el deseo.
— Jae, por favor... —rogó casi sollozando de necesidad, los tres dedos del tigre lo estiraban, pero necesitaba más, mucho más que unos simples dedos.
— Calma, cariño. —murmuró el castaño en la oreja temblorosa de su conejito, Jaehyun dio un último beso a su mejilla antes de alinear su miembro con la entrada estirada de su bebé, bombeó dos veces su pene antes de introducirlo muy lentamente en el cálido y húmedo interior del pelinegro.
— Agh. —El menor emitió un jadeo, mordió su labio inferior y su cuerpo tembló levemente, el castaño repartió besos y mordidas por su cuello.
Una de las manos del tigre se aferraba a la cintura del menor, mientras la otra jugueteaba con sus orejas y cola, estimulando el cuerpo sensible del conejo por su celo.
— Voy a moverme, Doie. —dijo el castaño con suavidad, esperó a que Doyoung asintiera antes de comenzar a embestir en su interior, pronto aumentó el ritmo haciéndolo más rápido, sacando dulces gemidos y jadeos de la boquita del conejito.
Jaehyun gruñó, su cola atigrado moviéndose de lado a lado con alegría por el intenso placer, sus manos se aferraron a las nalgas llenas de su conejito, sus uñas raspando un poco, pero solo le daba más placer a Doyoung.
Las embestidas se hicieron más rápidas, el castaño tomó las dos piernas de Doyoung y las colocó en su hombro izquierdo y empujó más profundo en su interior, el conejito sollozó de placer mientras gemía.
— Mmm, Jae. —gimió el pelinegro, sus manos aferrándose a las sábanas de la cama, una capa de sudor cubriendo su cuerpo blando.
— Tu agujero es tan codicioso, bebé, aferrándose a mi pene de esa manera tan ansiosa. —dijo el tigre con una risita, Doyoung se sonrojó más, si es que eso era posible.
Una de las fuertes manos de Jaehyun mantuvo las piernas de su amor sobre su hombro mientras su otra mano recorría su vientre hasta su pecho y sus lindos pezones erectos con los que jugueteó hasta que el par de botones estuvieron con un leve y tentador tono rojizo.
— Voy a... —Doyoung murmuró con un tono quebradizo lleno de placer, antes de poder terminar sus palabras, se arqueó y se corrió con un pequeño grito agudo, su agujero apretó el miembro de Jaehyun hasta que el tigre emitió un gruñido gutural y se corrió con fuerza en el interior del pelinegro.
El conejo gimió al sentir el espeso semen caliente llenar su interior, la respiración de ambos era un desastre y ambos cuerpos se encontraban llenos de sudor.
El castaño abrió la boca para hablar, pero antes de poder decir algo, jadeó al sentir los leves movimientos de cadera de su amado conejito.
Las orejas largas grises y su esponjosa colita temblaban, lágrimas lamentables corriendo por sus mejillas rojizas, su pecho subía y bajaba por cada agitada respiración.
— Más... más. —lloriqueó el pelinegro , el tigre se lamió los labios.
Su conejito era codicioso.
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