-¡No, pero claro que no, ni muerto!-.

Un joven castaño de apariencia delicada corría con todas sus fuerzas gritando a todo pulmón por un amplio jardín lleno de rosas, claveles y jazmines y tras de el un rubio insistente atrás de ellos tambien iba un pequeño gato.
Mascota de Tsuna.

-¡TSUNAAAAAAAAA!-.

Ahora fue turno de gritar por parte del perseguidor.

-¡Pierdete Giotto no pienso asistir!¡No puedes obligarme!-.

El castaño diviso un frondoso árbol a un par de metros.
Escalaría para escapar de la peste de su hermano mayor. No iba a rendirse definitivamente tenia que escapar.

Para su suerte el gato hizo tropezar a Giotto, haciéndole caer en la suave tierra cubierta por el verde y fresco pasto.

Dándose un fuerte impulso para alcanzar una rama donde pudo apoyarse  y trepar con velocidad por el tronco hasta llegar bastante elevado del suelo para ver a su hermano lloriquear.

-¡Mi Nariz...oh dios nool Alaude ya no me amaraaaaa Tsunaaaa!-.

El rubio sostenía su cara , acariciando su respingada nariz, todo su rostro estaba bastante sucio , además de su camisa de satin blanca y su pantalón café claro estaban manchados.

Tsunayoshi en cambio observaba a su hermano omega mayor.
Concordaba con Xanxus, a veces las ganas de golpear a Giotto eran poderosas.

Y lo peor es que lo hacia querer bajar abrazarlo, pero definitivamente se lo merecía por perseguirlo por casi toda la Mansión.

1. No asistiría a la dichosa Velada de su querido hermano.

2. Tenia la dignidad suficiente para no ponerse lo que su hermano habia elegido para usar.

3. Probablemente Reborn no lo dejaría disfrutar de nada aun si asistiera a la fiesta.

Y es que su adorado primo solía molestarlo con todo, el no tenia la culpa de ser "Dame Tsuna" eso había sido en la primaria y secundaria, ya no era ese pequeño cachorro omega miedoso.

Ahora ya podia defenderse perfectamente bien.

Ademas no dudaba que también era la sutil manera de su hermano a quererle emparejar.

No necesitaba a un tonto alfa.

-¡Tsunaaaa no seas crueeeeeel!-

Los chillidos de su hermano le daban dolor de cabeza, pero se sentía culpable, además las feromonas de Giotto empezaban a Llamarlo por ayuda.

Parecía un cachorro herido.
A refunfuños el mal gano, y tuvo que bajarse del árbol.

-Gio-.

Gruño, mientras se acercaba para ver como estaba, tampoco quería ver a G estresado ante el posible drama de diva loca que su tierno hermano era capaz de montar por su supuesta belleza divina arruinada.

Y en esos momentos también intentaría golpearlo.
Pero como siempre se suponia debia comportarse.

-T...Tsuna...por favor...porfiiiis-.

Su hermano puso aquella carita a la que no se podía negar, con esos ojos azules que te hacían rendirte.
El castaño hizo una mueca y finalmente accedio.

-Solo por unas horas ...-

Giotto asintió emocionado.

-...Y con lo que yo quería usar...-

Entonces fue que paso la reaccion que esperaba.

-Oh, pero claro que no, querido Atún, no no no no no y no...-

El rubio definitivamente estaba por armar un drama.

-Giotto Vongola tomalo o dejalo....-

El omega mayor le vio feo y el menor bailo las cejas divertido.
Ambos hermanos eran de temer.

De algún modo u otro los dos siempre salían ganando.

Uno con encantos e inteligencia.

El otro con Astucia y un poco de fuerza.

Dos omegas muy hermosos y bastante peligrosos bien protegidos.

El gato que había estado por ahí fue a acurrucarse entre el rubio y el castaño.

A diez minutos de llegar iban los hermanos Hibari, una piña exotica y un malvavisco loco.