Pov Alec

Y aquí estoy...

En el nuevo instituto.

Han pasado seis años desde qué estaba en mi antiguo instituto, no tenía amigos... Bueno sí tuve uno... hace seis años tuve un amigo qué quería y mucho...

Y él...

Él me dejó...

Me dijo que iría a mi cumpleaños número ocho pero sólo me envió un regalo. Nunca más lo volví a ver, ni supe de él. Han pasado seis años, yo era muy niño así que no recuerdo muy bien cómo era... Bueno en realidad no lo recuerdo un absoluto, sé que tenía unos ojos muy bonitos, lo sé porque los ojos de Magnus era lo primero en lo que pensaba cuando me despertaba y lo último cuando me iba a dormir... pero lastimosamente ya no lo recuerdo, el tiempo borrado a aquellos hermosos ojos de mi memoria... y lo lamento mucho.

Mis padres dicen que estoy fuera del camino, no sé qué significa pero esa fue la excusa que ellos emplearon para sacarme de mi instituto y trasladarme a otro.

A veces pienso que sólo me están arruinando la vida y no es que mis padres sean malas personas... Simplemente no entienden lo que es perder a una persona que quieres tanto.

Yo quería mucho a Magnus y él me dijo... y no pude volver a confiar en nadie más nunca.

A veces pienso que se fue porque yo era muy molesto y sé que lo era, a mis siete años era un chico extrovertido, demasiado energético y quizás un tanto molesto, quizás se cansó de mí, es lo más probable y desde ese momento me volví un chico más introvertido.

Mi mejor amigo y es mi hermano adoptivo, Jace, hace tres años mamá y papá lo recogieron, yo lo quiero mucho; mi mejor amiga es mi hermana Isabelle.

Sí, soy un perdedor cuyos únicos amigos son sus hermanos, pero los amo, siempre están para mí cuando los necesito, las amo.

Cómo sea, odio ser el chico nuevo, es un asco.

Además mis padres dijeron que tenía que conseguir amigos verdaderos amigos que no fueran mis hermanos, por la cual estoy un nuevo instituto sin ellos. Los extraño y voy a estar solo.

Soy un perdedor...

Aparte mis padres querían qué cambiara completamente, lo haría...

¿Por qué no hacerlo?

Podría cambiar mi nombre.

Bueno no es como si fuera registrarme con otro nombre, pero toda la vida me han conocido como Alec, quizás sí lo cambiara...

-Señor Lightwood –llamó una voz molesta interrumpiendo mis pensamientos. Alcé mi mirada y allí estaba ella, mi maestra de historia me estaba fulminando con la mirada –señor Lightwood, entiendo que usted sea nuevo en el instituto, pero voy a dejar las cosas claras, no por ser nuevo se exime de prestar atención a clases, así que por favor –señaló el tablero.

Yo me cogí en mi lugar mientras me sonrojaba hasta las orejas y asentí con fervor escuchando las risas de mis compañeros a mí alrededor. La mujer me dio una última mirada resentida antes de girarse nuevamente para seguir dando su clase.

Definitivamente ésta va a ser una mañana muy larga para mí.

Pov Magnus

-Yo a ese bomboncito me lo como enterito –dijo Camille a mi lado.

Yo simplemente me límite a rodar los ojos, agradezco que sólo sea una aventura, porque como novia sería un asco.

- ¡Camille! –Regañó Catarina, mi mejor amiga –compórtate, es un niño.

-Está bien ¿de qué hablan? –Interrumpí.

-No de qué –Camille negó con fervor –de quién.

- ¡Es un niño Camille!

-No importa, es delicioso.

- ¡Yo quiero saber! –Insistí.

Tessa apuntó con su mandíbula a un chico que estaba comiendo sólo en la cafetería... y me sorprendí al verlo... algo en él me pareció extrañamente familiar. Lo había visto antes... ¿Pero dónde?

-Magnus cierra la boca qué se te va a escurrir la baba.

Yo fulminé con la mirada a Tessa.

-Lo he visto...

- ¿Lo conoces? –Preguntó sorprendida pero yo no le conteste, pues ya me estaba poniendo un pie.

Ragnor por primera vez habló y cuando lo hizo, no dejó de ser tan desagradable cómo yo lo conocía.

- ¡Siéntate idiota! –Regañó –no vayas a asustar el nuevo.

Pero yo no presté atención, caminé rápidamente hacia el chico y me senté a su lado.

-Hola bonito –saludé.

El chico me miró sorprendido y dejó caer su tenedor estruendosamente en la bandeja haciéndome sonreír complacido.

- ¿Te gusta lo que ves?

-No –el chico negó –bueno sí... bueno... lo que quiero decir es... he... ¿Te visto antes?

Yo me sorprendí... así que él también parecía conocerme.

-No lo sé –dije sinceramente –en realidad me acerqué a ti por eso.

El chico sonrió abiertamente.

-Me llamo Al... Gideon –dijo sonriendo de lado.

Yo lo pensé un segundo.

No conocía ningún Gideon.

Es decir...

No...

Pero sus ojos... esos hermosos y puros ojos zafiros...

Ese cabello azabache...

Se parecía a...

No, imposible, mi Alexander tenía una seguridad increíble, era extrovertido y energético.

Gideon era tímido y parecía un tanto reservado.

Yo mordí mi labio y suspiré pesadamente.

No, no lo conocía.

-Yo soy Magnus.

- ¿Magnus? –Preguntó sorprendido, yo asentí.

-Sí ¿por qué?

-Es que tuve un amigo en el pasado que se llamaba así... ¿no eres...?

-No, no te conozco –sonreí abiertamente –eres un muy bonito, estoy seguro que no olvidaría tu nombre.

Miré como el tierno rostro del chico se ponía rojito y por primera vez tuve que coincidir con Camille, Gideon era simplemente adorable.

-Bueno... –suspiré mirándolo encantada–. ¿Quieres comer con mis amigos?

Gideon asintió con fervor.

- ¡Por supuesto que sí! Es decir –aclaró su garganta –sería genial, soy nuevo y no tengo amigos... bueno... –y su rostro se puso nuevamente rojo –soy un perdedor.

Yo sonreí enternecido.

-No, no lo eres –aseguré –nunca hablaría con un perdedor, ahora pues.

Le tendí la mano y él la tomó gustosamente antes de congelarse.

¿Pero qué demonios...?

Pov Alec

¿Pero qué demonios...?

Ésta sensación cálida ya lo había sentido antes... pero...

¿Cuándo?

¿Dónde?

Y lo más importante.

¿Con quién?

Mi mano encajaba perfectamente con la suya... y lo sentí congelarse al igual que yo, lo miré fijamente a los ojos mientras respiraba pesadamente.

- ¿Estás seguro que no te he visto antes?

-Ya te dije lo recordaría...

Yo tragué grueso y asentí mientras lo seguía a su vez sin quitarme la sensación de que lo había visto antes.

Estaba seguro que yo conocía a este chico...

Sólo que no podía recordar cuando lo había hecho.