Capítulo 52 🚗
Narra K.
Megan parece tener un rastreador para saber siempre dónde encontrarnos e interrumpirnos, pero, aunque nunca me molestó, esta vez sí lo ha hecho.
Y no solo porque llegó, abriendo la puerta de par en par y haciendo que no solo ella nos viera, sino también Mikhail y la mujer esa. Oleg actuó rápido y me cubrió con el sacó que se había quitado, pero ya nos habían visto.
Sé que a Oleg tampoco le gustó porque gruñó como animal y, de paso, les dedicó una mirada de muerte a todos, sin embargo, no dijo nada. Solo me pidió vestirme nuevamente y salir a todos los demás. Cuando volví a salir del vestidor, estaba intentando abrir una zanja en el suelo, caminando de lado a lado.
Se detuvo y suspiró cuando pedí disculpas por lo de Megan.
Es como si tuviera un radar, dijo.
Y yo lo apoyé, riendo.
Ahora, siendo casi las ocho de la noche, Megan me ha secuestrado. Y lo digo en serio, desde que le conté que iría a cenar con Oleg, empezó a decir que no fuese.
Me dio tantos, pero tantos motivos absurdos para que no fuese a cenar, que hasta debieron fundírsele varias neuronas por inventarlos, créanme.
Sin embargo, a lo último soltó lo que me hizo creerle, la única cosa que sí le creí, así que hablé con Oleg y le prometí ser suya todo el día de mañana. Aceptó a regañadientes, pero lo hizo.
Así que, ahora se suponía que saldríamos a tomar porque, resulta, que la muy descarada no me había contado que ya se tiró a Mikhail. Y según palabras suyas, hoy repitieron, pero el muy hijo de su madre, después de que está con ella, la deja como trapo viejo, así que, digamos que quería desquitarse, pero su plan de desquitarse no debía ser dejarme a mí sola y ella perderse.
Definitivamente no debía ser así.
—Colibrí. —Me sobresalto, dando un brinco en mi puesto y busco a Connor con la mirada. Mi corazón va a mil por hora porque los hombres de Oleg deben estar por ahí—. Colibrí —insiste y ahora sí lo enfoco.
—¿Qué crees que haces aquí? —cuestiono en un susurro cuando se acerca más a mí.
—Ven conmigo —pide, pero yo niego con la cabeza.
—No estoy sola, Connor —explico. Sonríe, acariciando mi rostro. Parpadeo, ¿acaso no me escucha?
—Megan está encargándose de ellos, pero solo tenemos unos minutos. Por favor, ven conmigo —súplica. Cojo aire, sabiendo que pueda que me arrepienta de esto, pero tomo su mano y él comienza a guiarnos—. Qué bueno que no uses tacones —dice cuando comenzamos a trotar al salir del antro e introducirnos por un callejón oscuro. Río.
—No sé usarlos, que es otra cosa —confieso sin aliento al llegar a un auto. Connor deja un beso en mis labios que me hace parpadear a lo loco y luego abre la puerta, invitándome a entrar.
Lo hago porque no sé ni cómo reaccionar a lo que ha hecho. Rodea rápidamente el auto y sube en el puesto del conductor.
—¿A dónde vamos? —pregunto cuando arranca, dejando atrás el callejón—. ¿Y Mariah? ¿Qué pasará con Megan? —sigo preguntando a medida que las preguntas van llegando a mi mente y los nervios me embargan.
—Vamos a un hotel —responde y yo alzo mucho las cejas. Connor ríe con ganas—. Mariah sigue en Malibú. Está embarazada, colibrí —me cuenta y eso, eso logra que un jadeo de dolor brote de mi interior y mis ojos se llenen de lágrimas—. Hey, no, colibrí, no llores. No es lo que crees, no es mío. Seguimos sin intimar, lo juro —promete, deteniendo el auto y tomando mi rostro. Me trago mis lágrimas para mirarlo confundida.
—¿Qué? —musito.
—Es una larga historia, pero fue un plan que pensamos cuando volvimos a Malibú después de verte aquí. Ninguno quería seguir casado, así que nos pusimos metas. Y las cumplimos —explica, pero sigo sin entender algo de lo que dice. Sin embargo, no pregunto más nada porque vuelve a su puesto y retoma el camino que ya tenía—. Y Megan está bien, me escribirá un mensaje a lo que llegue a tu casa —asegura.
Asiento lentamente y me concentro en ver la ciudad por la ventana porque no quiero pensar en lo que quiere hacer al llegar al hotel. No quiero pensar en que, realmente lo hizo, ¿no?
Sí cumplió...
—¿Vas a divorciarte? —pregunto de pronto, haciendo que me vea. Sonríe.
—Obviamente. Le dejé claro a mi suegro que no seguiría con Mariah después de su traición, así que, ya es cuestión de agilizar el divorcio y pagar lo suficiente para que salga rápido. Vamos a lograrlo, colibrí. Es más, ya lo logramos —promete, tomando mi mano y dejándola sobre su pierna para volver a conducir.
Veo de nuevo a la ventana, pero sonrío de oreja a oreja.
Llegamos al hotel, ya mi cuerpo se estremece de solo esperarlo a que abra mi puerta porque me ordenó esperar que lo hiciera. Tampoco pretendía abrirla yo porque estoy lo suficientemente nerviosa como para pensar más allá que uno y uno son once y no dos.
Abre la puerta y me ofrece su mano, la tomo y salgo. Caminamos así hasta el interior, pero yo me voy estremeciendo en todo momento porque sé el alcance de Oleg, sé que puede saber esto mucho más pronto que lo que nos tome a Connor y a mí, llegar al elevador.
Connor no pide ninguna habitación, por lo que supongo que ya tenía una reservada. Cuando la puerta del elevador se cierra, enseguida tira de mi cuerpo para pegarme a él y buscar mis labios, pero desvío el rostro justo a tiempo para que deje el beso en mi mejilla. Gruñe y sale, tomando mi mano para guiarnos a la habitación.
Me detengo antes de entrar.
—¿Qué sucede? —pregunta, viéndome confundido. Paso saliva, viendo a los lados.
—Nunca he entrado a un hotel antes, Connor —explico. Su ceño se relaja y una sonrisa aparece—. Tampoco quiero entrar y que creas que te dejaré hacerme el amor —aclaro. Ahora sí, el ceño fruncido regresa.
—¿Por qué?
—Porque el que tú ya no estés con Mariah y vayas a divorciarte de ella, no quiere decir que yo no tenga algo con Oleg y que deba faltarle el respeto. Así como no quise faltarle el respeto a Mariah al estar contigo, te pido que entiendas que no puedo faltarle el respeto a Oleg —digo firme.
Veo su pecho subir y bajar al tomar aire.
—Si entras, prometo respetarte, colibrí. Deseo hacerte el amor, claro que sí, pero entiendo lo que dices. También, si prefieres que te lleve a tu casa para que duermas con él, puedo hacerlo —asegura, pero no suena contento con lo que dice.
—Sigo enamorada de ti, Connor. Mírame, estoy perdidamente enamorada de ti. Tan perdida y loca que he dejado a los hombres que custodiaban mi seguridad para venir contigo a un hotel. Estoy tan enamorada de ti que quiero entrar a esa habitación. Quiero que la primera vez que yo duerma en un hotel, sea contigo, Connor, porque, pues, solo contigo quiero todo —confieso, temblando suavemente.
Connor sale de nuevo de la habitación y toma mi cintura, pegando sus labios a mi frente.
—Pasa la noche conmigo, colibrí. Vuelve a dormir entre mis brazos esta noche, hazme recordar lo que es tener a la mujer que amo, durmiendo a mi lado —suplica, alejando un poco su rostro para verme a los ojos.
Ay, Dios, amo a colibrí y su respeto para con los demás.
Pd: ¿Qué creen que haga Oleg?
Otro Pd: Megan es la que lo pasa mal, muy mal, por esta acción de ellos...
Triple Pd: Dejaré de subir caps hasta que no avancen más los votos, porque definitivamente no pienso subir ese final con menos de mil, lo siento. Estoy haciendo promoción duramente, pero ahora Facebook me restringió los comentarios. Aquí hay casi 100 personas leyendo el libro, ustedes pueden lograrlo si votan y dejan de ser fantasmas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro