Capítulo 10 🚗
—Deja de jugar con eso —pido, pero suena a suplica. Ríe y deja un beso en mis labios al pitarnos los autos de atrás. Parpadeo, concentrándome en la carretera. Connor sigue riendo—. Tengo mucha hambre —confieso para ya dejar ese viejo tema hasta ahí.
—Yo también —reconoce.
—Sé que no estás de acuerdo, pero tenemos que hacerlo, Connor —declaro. Suspira.
—Mientras no sea a un niño —dice. Río bajo.
—¿Qué tanto tiempo crees que te tome seducir a una mujer con la excusa de que te acaban de asaltar? —pregunto y lo miro. No deja de parpadear en mi dirección. Río más.
—¿Me estás proponiendo hacer de gigoló? —replica.
—No vas a tener relaciones con ninguna, Connor, solo deberás seducirla así, con esa sonrisa tuya y esa forma de mirar a uno que, pues, haces... —Me callo al ver cómo su mirada cambia a una burlesca. Bufo.
—¿Te gusta mi sonrisa, colibrí? —pregunta.
—Ya quisieras —miento.
La verdad es que sí, Connor. Me encanta tu sonrisa pretenciosa, más si va dirigida a mí. Pero creo que estoy enamorada de esa sonrisita tuya al besarme. La forma en la que, mientras me besas, no dejas de sonreír, como si, besarme te alegrara el alma...
Joder, me encanta.
—Lo estás pensando, claro que te gusta —me acusa, clavando su dedo en mi costado, pero me quejo porque justo ha tocado la cicatriz que me hicieron las hermanas sangre—. ¿Qué pasa? —pregunta. Niego con la cabeza.
—No es nada —aseguro, restándole importancia—. Entonces, ¿vas a apoyarme para conseguir comida? —pregunto, cambiando de tema.
—No tienes que mentirme, colibrí. Y, ¿qué tengo que hacer? —pregunta, cediendo. Sonrío.
—Es más fácil robar estaciones de servicio. Normalmente no sirven las cámaras de seguridad y es más fácil seducir a los dependientes —explico, pero no lo miro.
—Más fácil de seducir, ¿eh? —réplica. Rio bajo.
—Pero serás tú el encargado de seducir, tranquilo —le restó importancia. Bufa.
—No seduciré a otro hombre —advierte. Río con verdaderas ganas.
—En las estaciones de la ciudad, no suelen colocar hombres. Piénsalo, usan a chicas lindas que hagan que los chicos compren más cervezas y cigarros solo por hablar un rato más con ella —explico.
—Sabes demasiado para tener apenas veinte años —declara. Sonrío.
—Tres años robando —simplifico, pero lo digo en un susurro porque no es algo de lo que deba enorgullecerme.
—Aprendiste, eso es lo importante —zanja. Evito decir algo y busco una estación de servicio. Encuentro una no muy lejos, por lo que estacionó el auto lejos de la tienda por si las cámaras sí funcionan.
Connor ajusta la gorra que consiguió y me mira. Parpadeo.
—¿Cómo me veo? —pregunta. Bufo, desviando la mirada.
—Vamos, Connor, vas a entretenerla mientras guardo algunos embutidos y panes en el saco, no a pedirle matrimonio, así que ya deja eso —ordeno, sintiendo molestia de pronto.
—Celosa —declara y baja del auto antes de que pueda refutar algo. Bufo, viéndolo caminar hasta que entra en la tienda. Cuento hasta cien para entrar también.
Cuando lo hago, lo encuentro apoyado en la caja, cubriendo perfectamente su rostro de la cámara de seguridad que está en una esquina de la tienda.
Sé que no funciona porque desde aquí veo que está desconectada, pero paso de la risita tonta de la chica para comenzar a caminar por los pasillos.
Veo bien a los lados antes de dejar caer dos de cada cosa que voy agarrando para una devolverla a su sitio y la otra introducirla por dentro de mi saco, ajustando la en la pretina del pantalón que me facilitaron al salir de prisión.
Cuando ya estoy lista, aprovecho la risa estúpida de la chica, doblada por la mitad y sujetando su estómago ante cualquier cosa que haya dicho Connor, pero antes de salir, Connor mira en mi dirección y me guiña un ojo.
Me guiñó un ojo.
Me acaba de guiñar un ojo y eso, solo eso, ha hecho que todo se revuelva en mi interior.
Estúpido Connor.
Salgo sin ver a los lados o detenerme en algún momento porque es muy temprano y la estación tiene dos trabajadores, pero están entretenidos hablando, por lo que puedo seguir de largo al auto y subir.
Quisiera esperar a Connor para comer algo, pero no sé cuánto le tomé dejar de coquetearle a esa chica y yo tengo mucha hambre, así que tiro toda la comida en el asiento de copiloto y cojo un paquete de pan, abriéndolo con las manos.
Cierro los ojos un momento al darle el primer bocado, disfrutando del sabor de por fin probar comida después de tantas horas, pero una voz ronca hace que deje de degustar mi alimento.
—Hora de irnos, putita —zanja.
Abro los ojos de golpe y veo lo primero que tengo frente a mí. Justo en la puerta del copiloto hay un hombre apuntándome con un arma por dentro del auto, veo hacia la otra puerta del mismo lado y está otro hombre. Me giro asustada sobre mi puesto solo para comprobar que hay más hombres rodeando el auto.
El que tengo justo al lado vuelve a hablar mientras abre la puerta.
—Quieta. No intentes ninguna tontería —advierte, manteniendo su arma sujeta a su cuerpo. Paso saliva y veo a la tienda, pero no veo a Connor.
Respondo al tirón en mi brazo y salgo del auto despacio, intentando dar tiempo para que Connor salga y, no lo sé, haga lo que hizo en la mañana y aparezca, salvándome el pellejo, pero eso no sucede.
Me guían al auto negro que nos espera, así, con más personas viendo la situación y sin meterse.
Una vez entro, cierro los ojos, sabiendo que no saldré viva de esta.
Pero sucede, no dejo de ver hacia atrás y justo cuando el auto enciende, Connor sale y lo primero que hace es ver al auto donde la puerta de piloto está abierta. Sigo el movimiento de su cabeza al girarla de golpe a nuestra dirección.
No sé cómo lo hago, pero salto por encima del hombre que tengo a mi lado, hago bajar la ventana y asomo medio cuerpo, gritando a todo pulmón:
—¡Connor, aquí!
Después de eso, todo se vuelve negro en mi visión al recibir un fuerte golpe en la cabeza que me deja inconsciente, siendo el rostro preocupado de Connor y la forma en la que comienza a correr al auto, lo último que alcanzó a ver.
Sin embargo, la certeza de que va a rescatarme me hace desmayarme confiada.
No moriré.
No hoy.
¿Soy la única a la que, un guiño le hace contener la respiración? Jajajajaj.
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