Capitulo 1
Era una noche oscura y fría de octubre, la luna llena brillaba intensamente en el cielo, iluminando el bosque que rodeaba el viejo edificio abandonado. Un grupo de amigos, compuesto por Jungkook, Jin, Namjoon y Hobi, había decidido organizar una fiesta de Halloween en ese lugar, atraídos por los rumores de que el viejo manicomio había estado habitado por almas en pena.
-Este es el lugar perfecto para divertirnos y asustarnos al mismo tiempo, -dijo Jungkook, emocionado mientras acomodaba las decoraciones espeluznantes que habían traído.
Jin, siempre el racional del grupo, se mostró escéptico.
-¿Estás seguro de que esto es seguro? No quiero celebrar Halloween con una crisis de pánico, -bromeó mientras colgaba algunas telarañas falsas.
-No seas gallina, Jin, -replicó Hobi con una risa nerviosa. -Solo será una noche de risas y sustos. ¡Piensa en las fotos que podremos tomar para Instagram!
Namjoon, el más serio del grupo, intentó mantener a todos enfocados.
-Deberíamos establecer algunas reglas. No nos separemos demasiado, y si algo parece raro, simplemente salimos de inmediato.
El grupo accedió, aunque la emoción del momento superaba cualquier preocupación. La decoración estaba completa: calaveras, espantos y luces de colores brillantes adornaban el lugar, mientras el viento ululaba a través de las ventanas rotas. Comenzaron a llegar los invitados, todos disfrazados y emocionados por la noche que les esperaba.
Sin embargo, a medida que pasaban las horas, un escalofrío comenzó a recorrer el ambiente. Hobi, en un intento de asustar a sus amigos, propuso contar historias de terror. La sala se oscureció y todos se sentaron en un círculo, iluminados solo por la luz tenue de las linternas.
-Dicen que este lugar está embrujado,- comenzó Jungkook, mirando a sus amigos con ojos grandes. -Los pacientes que murieron aquí nunca encontraron la paz. Algunas personas afirman haber visto sombras merodeando y escuchado susurros en la noche.
La atmósfera se tornó nerviosa, y un silencio tenso llenó el aire. Fue entonces cuando escucharon un crujido proveniente de la planta superior. Todos se miraron entre sí, el corazón latiendo con fuerza.
-Probablemente solo es el viento,- intentó tranquilizar Namjoon, pero su voz temblaba levemente. Decidieron que lo mejor sería investigar, aunque el miedo comenzaba a apoderarse de ellos.
Subieron las escaleras, que chirriaban con cada paso, y cuando llegaron al segundo piso, descubrieron que las sombras eran más intensas. La oscuridad casi parecía cobrar vida, y una extraña sensación de ser observados comenzó a llenar el ambiente.
-¿Alguien más siente eso?,-preguntó Jin, su voz quebrada por la incomodidad. Justo en ese momento, una puerta se cerró de golpe detrás de ellos, provocando un grito colectivo.
-¡Salgan de aquí!,-chilló Hobi, empujando a los demás hacia la seguridad de la escalera. Sin embargo, al girarse, se dieron cuenta de que algo había bloqueado la bajada. Una figura oscura, cubierta con una capa, les miraba desde el final del pasillo.
-¿Qué... qué es eso?,-murmuró Jungkook, paralizado por el miedo. La figura dio un paso hacia adelante, y todos notaron que sus ojos brillaban intensamente en la penumbra.
-Es Taehyung, -dijo Namjoon, reconocible a pesar de la mala iluminación, pero su tono era desconcertante. Taehyung había llegado al lugar como una especie de broma, posiblemente con su propio disfraz espeluznante, pero sus movimientos eran extrañamente lentos y fuera de lugar.
Las bromas típicas que todos se esperaban se transformaron en un aire de inquietud cuando Taehyung empezó a acercarse. Su risa se oía distante y casi inquietante.
-¿No están teniendo miedo? Es Halloween, se supone que deben asustarse, -decía entre risas. Pero su tono no parecía del todo amistoso.
-Taehyung, esto no es divertido, -gritó Jin, retrocediendo.
-No te preocupes, solo quería unirme a la diversión,- dijo Taehyung, pero su sonrisa era amplia y poco sincera. Los amigos se miraron, aún sin poder creer lo que estaban presenciando. Ellos comenzaron a alejarse lentamente, pero Taehyung hizo un movimiento rápido, bloqueando el camino de regreso.
-Ya sé, juguemos a un juego. Una búsqueda del tesoro... en este lugar encantado, -sugirió con una voz baja y melodiosa que les dio escalofríos.
-¡No vamos a jugar nada!-exclamó Hobi. -Solo necesitamos salir de aquí.
La atmósfera era opresiva, y el aire, pesado por el miedo, parecía vibrar con suspenso. De repente, luces comenzaron a parpadear y un eco de risas distantes resonó a su alrededor, como si el propio lugar estuviera vivo.
-¿Qué está pasando?,-preguntó Jungkook, intentando recordar quién había encendido las luces. En ese instante, las luces se apagaron completamente, sumiéndolos en la oscuridad total.
Un grito resonó cerca de ellos, pero el sonido se perdió en el aire helado. Cuando las luces volvieron a encenderse, Taehyung había desaparecido. Miraron a su alrededor, sintiéndose desorientados y abrumados.
-Debemos salir, ahora, -dijo Namjoon, conduciéndolos hacia la escalera, solo por descubrir que la puerta principal no estaba donde la habían dejado, como si el lugar estuviera cambiando a su antojo. El eco de las risas continuaba atronando en sus oídos.
Con el pánico a flor de piel, decidieron que su única opción era salir por una ventana, romper las cadenas del miedo que los mantenían atrapados en ese lugar. Cada uno de ellos, temblando por los sustos y la adrenalina, comenzó a buscar una manera de escapar.
Mientras se movían rápido, Jungkook notó un pequeño destello en una de las habitaciones al final del pasillo.
-¿Vieron eso?- preguntó, atónito. La luz parecía guiarlo, como si el lugar mismo lo invitara a acercarse.
-¡No, no vayamos ahí!,- gritó Hobi, pero era demasiado tarde; Jungkook se había adelantado. Justo cuando la puerta se cerró de golpe detrás de él, un susurro casi inaudible resonó, "Bienvenidos".
La fiesta de Halloween en el lugar abandonado se había transformado en un juego de supervivencia, y el grupo jamás imaginó que cada susurro, cada sombra y cada risa oculta podía revelar un secreto mucho más oscuro de lo que jamás habrían esperado.
Así, la noche comenzó a prolongarse, y el misterio de Taehyung continuó envolviéndolos en un aura de incertidumbre, donde lo sobrenatural y la realidad parecían cruzarse en cada rincón del manicomio. ¿Lograrían salir y descubrir la verdad antes de que fuera demasiado tarde?
El aire en el viejo manicomio se tornaba cada vez más pesado. La risa distante que había resonado momentos antes ahora parecía un eco lejano de una broma macabra. Jungkook estaba completamente atrapado en su curiosidad, atraído por el tenue destello. Sin darse cuenta de su imprudencia, empujó la puerta con fuerza, encontrándose en una habitación que parecía tener vida propia.
Las paredes estaban cubiertas de un moho que parecía moverse sutilmente a la luz parpadeante de una antigua lámpara. En el centro, había un espejo grande, ondeando entre el polvo y la oscuridad, cuyas superficies reflejaban no sólo la imagen de Jungkook, sino también sombras que parecían cobrar forma un instante antes de desvanecerse.
-Jungkook, ¡regresa!- gritó Hobi, su voz llena de preocupación mientras miraba por la abertura de la puerta. -¡No deberías estar allí!
Pero Jungkook estaba hipnotizado por lo que sus ojos eran capaces de captar. Con cada segundo que pasaba, sentía la llamada del espejo, como si algo dentro de él quisiera revelarle un secreto prohibido. Se acercó más, y justo cuando la luz volvió a estabilizarse, su imagen se distorsionó, convirtiéndose en una figura que parecía sonreír de manera burlesca desde el reflejo.
Un escalofrío recorrió la espalda de Jungkook.
-Es solo un reflejo, solo...- murmuró para sí mismo. Sin embargo, cuando miró detrás de él, notó que Hobi y los otros habían desaparecido.
-¡Hobi! ¡Jin! ¡Namjoon!- gritó, pero solo recibió un eco como respuesta. La risa lejana continuaba sonando, una melodía macabra que parecía burlarse de su miedo. En ese momento, Jungkook comprendió que no estaba solo. Algo más estaba allí con él, escondido en las sombras que danzaban a su alrededor.
Tratando de retroceder hacia la puerta, el espejo brilló con una luz intensa que atrapó su atención una vez más. El reflejo se tornó más claro, y vio la figura de Taehyung en el fondo, sonriendo como si supiera algo que Jungkook no.
-Ven aquí, Jungkook, -susurró Taehyung con una voz sedosa, que resonó en sus oídos. -No tengas miedo. Solo juega un poco...
Algo dentro de Jungkook lo hizo temblar.
-No estoy jugando, -respondió, intentando proyectar confianza. -¿Dónde están mis amigos?
-Tus amigos están ocupados, -rió Taehyung. -Están descubriendo lo que realmente hay detrás de este lugar. Y tú, mi querido Jungkook, tienes una tarea que cumplir. Ven, acércate.
Sin poder resistir la atracción de su voz, Jungkook sintió sus pies moverse hacia el espejo. El mundo a su alrededor se desvaneció gradualmente, y al mirar de nuevo vio una escena en el espejo: Hobi, Jin y Namjoon estaban atrapados en una habitación contigua, rodeados de silencio y oscuridad, sus rostros pálidos y llenos de ansiedad.
-¡No! ¡Déjalos en paz!,- gritó Jungkook, intentando romper el hechizo que lo ataba a la imagen. Pero el espejo continuó brillando, y antes de que pudiera pensar en un plan de escape, la luz se expandió, tragando todo a su alrededor.
Cuando la claridad regresó, Jungkook se encontró en una sala diferente, repleta de antiguos artilugios médicos descompuestos y un ambiente asfixiante. Los susurros eran más fuertes ahora, casi como si la habitación le hablara, invitándolo a convertirse en parte de lo que allí había ocurrido.
Mientras tanto, en la habitación donde se encontraban los demás, Hobi, Jin y Namjoon luchaban por hallarle sentido a la situación.
-¿Dónde está Jungkook?,- preguntó Jin, examinando la puerta por la que habían entrado. -No podemos quedarnos aquí, algo no está bien.
Namjoon, cuya mente analítica buscaba un patrón en el caos, frunció el ceño.
-Si Jungkook está allí, nos tenemos que dividir. Tal vez pueda escuchar nuestros gritos y encontrar el camino de regreso.
-No te atrevas a sugerir eso,-interrumpió Hobi, visiblemente asustado. -No podemos separarnos. Esto es un juego peligroso y no sabemos qué más hay en este lugar.
Pero el eco de las risas continuaba, cada vez más fuerte, como un recordatorio de que estaban siendo observados. La presión aumentaba, y con cada segundo que pasaba, el tiempo parecía escurirse entre sus dedos.
Mientras buscaban una solución, el ambiente comenzó a cambiar otra vez. Las luces titilaron, proyectando sombras que parecían moverse por voluntad propia. Un grito desgarrador resonó por el pasillo, escalofriando a los amigos.
-¡Jungkook!, -gritaron al unísono, sabiendo que la noche estaba lejos de haber terminado. El misterio del manicomio se había apoderado de ellos y estaban en el centro de un juego mucho más grande de lo que podían imaginar.
Poco a poco, comprendieron que el tiempo jugaba en su contra, y el reloj estaba marcando la cuenta regresiva. Para escapar, tendrían que desentrañar los secretos del lugar, enfrentarse a sus miedos y, tal vez, aceptar la oscura verdad oculta detrás de los muros que parecían cobrar vida.
Mientras el sonido del eco de las risas se desvanecía, iniciaron su búsqueda, sabiendo que cada decisión que tomaran podría ser la diferencia entre la vida y el olvido. La luna seguía brillando, pero estaban empezando a descubrir que las sombras eran más que un simple juego de Halloween.
La tensión en el frío aire del manicomio era palpable. Hobi, Jin y Namjoon se adentraron más profundamente en el lugar, el eco de sus pasos reverberando por los pasillos polvorientos. Las risas distantes continuaban zumbando en sus oídos, como un canto de sirena que prometía diversión pero que, en realidad, encerraba un oscuro peligro.
-¿Dónde puede estar Jungkook?,-murmuró Jin, inquieto. -No puedo dejar de pensar que está en problemas. Este lugar es... diferente.
-Eso es exactamente lo que Taehyung quiere que pensemos,-respondió Namjoon, su voz firme pero tensa. -Solo tenemos que mantener la calma y buscarlo. Cada rincón de este manicomio podría ser una pista, pero tenemos que estar unidos.
Mientras continuaban, las luces comenzaron a parpadear, creando sombras errantes que danzaban en las paredes. Hobi sintió un escalofrío recorrerle la espalda y no pudo evitar mirar por encima del hombro, como si la oscuridad misma pudiese acecharlos.
-No somos los únicos aquí,- dijo Hobi en un susurro. -Algo no está bien. Todo esto está demasiado... orquestado.
De repente, un sonido detrás de ellos atrajo su atención. Giraron al unísono y contemplaron cómo las sombras parecían tomar forma, convirtiéndose en figuras fugaces que desaparecían al acercarse. Hobi sintió un escalofrío intensificarse.
-Es como si estuvieran jugando con nosotros,- murmuró. -¿Qué más podría estar esperando...?
En ese instante, una risa resonó en el aire, llena de burla y malicia. Reconocieron inmediatamente la voz, era Taehyung. Desde la penumbra, se materializó, sus ojos brillando como faros en la oscuridad.
-¿Qué tal, amigos?,- preguntó, su voz suave y melodiosa pero cargada de una tensión inquietante. -¿Están disfrutando el juego? ¡Como me alegra ver que todos están reunidos!
-Esto no es un juego, Taehyung,- dijo Namjoon, tratando de mantener la calma, aunque su voz temblaba levemente. -Donde está Jungkook; tenemos que encontrarlo.
-Oh, pero ya lo tienen. Jungkook es parte de esta historia, al igual que ustedes,- replicó Taehyung, sus ojos brillando con un destello de diversión. -Esos que están atrapados en sus pensamientos, en los espejos de sus miedos. Todos aquí tienen algo que perder, algo que enfrentar. ¡Vaya! ¿No es emocionante?
-Esto no es divertido,- gritó Jin, furioso. -¿Qué has hecho con él?
-¡Nada, por ahora!- Taehyung sonrió, y el aire se volvió más denso. -Solo lo invito a jugar. Me dijo que le gusta un buen desafío, y estoy seguro de que ustedes también podrían disfrutarlo... si se atreven.
-¿Qué quieres decir con "jugar"?-preguntó Hobi, su voz entrecortada.
-Un juego de verdad. Un laberinto de mentes,-explicó Taehyung, paseando libremente por el pasillo mientras sus palabras flotaban en el aire. -Cada uno de ustedes tiene una parte de su ser que teme, que guarda celosamente. Y aquí, en este lugar, esas partes son libres. He liberado sus temores, ahora están vagando por el manicomio, como espectros ansiosos por jugar.
El horror creció en su interior a medida que comprendían la magnitud de la situación.
-¡Taehyung, no puedes hacer esto!,- exclamó Namjoon, sintiendo que el pánico comenzaba a apoderarse de él. -Tú no eres así. No puedes dejarlos sueltos; podemos hacer que se detenga.
-Es demasiado tarde para detenerlo,-Taehyung sonrió, pero su risa sonó cada vez más distante, como un eco que resonaba con desesperanza. -La verdadera cuestión es, ¿están dispuestos a enfrentar las sombras que han dejado atrás? ¿O solo se quedarán atrapados en el pasado, mientras lo inevitable se consume en el presente?
Mientras hablaba, figuras de sus propios miedos comenzaron a materializarse a su alrededor. En las esquinas del pasillo, sombras que evocaban recuerdos dolorosos, burbujeantes y vivos, listos para consumirlos.
Hobi vio una figura que recordaba al hermano de su mejor amigo, cuya muerte lo había atormentado durante años. Jin se sintió helado al ver a su antiguo maestro, cuya decepción ante su elección de carrera aún pesaba sobre su corazón. Namjoon, por su parte, enfrentó antiguas inseguridades reflejadas en espejos que distorsionaban su imagen, multiplicando sus dudas.
-No,- dijo Hobi, luchando contra el rechazo que le causaban esas visiones. -No dejaré que esto me atrape... no de nuevo.
-¿Crees que puedes escapar?,- preguntó Taehyung, su risa sonando por todas partes. -Cada uno de ustedes tiene que enfrentarlo, encerrarse en su propio laberinto, si realmente desean volver a estar juntos.
-¿Cómo se supone que enfrentemos lo que no queremos ver?,-respondió Jin, en un susurro cargado de pavor. -¿Por qué estás haciendo esto?
-Porque es Halloween,-dijo Taehyung con una sonrisa juguetona. -Y porque el miedo es un lugar fascinante para jugar. El único secreto es que no pueden dejar que la sombra los consuma.
Con esas palabras, las figuras comenzaron a acercarse, las sombras extendiendo garras que parecían ansiosas por atormentarlos. Hobi se dio cuenta de que cada uno de ellos necesitaba enfrentarse a sus propios miedos para encontrar el camino hacia la libertad.
-Nos obligas a hacer esto, ¿verdad?- dijo Hobi, reuniendo su valor mientras fijaba la vista en lo que más temía. -Si vamos a salir de aquí, tenemos que enfrentarlos juntos.
-Es cierto,-agregó Jin, con voz entrecortada. -No podemos permitir que el miedo se apodere de nosotros. Yo no tengo por qué llevar esta carga solo.
Namjoon asintió, finalmente encontrando su voz.
-No nos derrotarás, Taehyung. Puede que estés jugando, pero tenemos determinación y unidad de nuestro lado. Venceremos a nuestras sombras.
Mientras formulaban su plan, Taehyung se escabulló más allá de la realidad, observando cómo cada uno enfrentaba sus pesadillas. El juego se volvía cada vez más intenso.
Hobi cerró los ojos, recordando a su amigo perdido, y, a través de las lágrimas, se concentró en los buenos recuerdos que habían compartido. Visualizó a su amigo sonriendo, lleno de vida, y lentamente la tormenta de miedo se disolvió. La figura sombría comenzó a desvanecerse, dejando solo el eco de su risa.
-¡Lo hice!,- exclamó Hobi, su voz llena de asombro. Jin observó, inspirado, y comenzó a recordar la decepción de su maestro, pero en lugar de enfocarse en la decepción, pensó en todo lo que había aprendido y cómo eso lo había hecho crecer. Poco a poco, la figura empezó a desvanecerse, como un espejismo.
Namjoon, consciente de su propio laberinto de dudas, se centró en todo lo que había logrado a pesar de los momentos difíciles. Se recordó que su valía no estaba determinada por otros, y esas sombras perdieron fuerza ante su nueva resolución.
Mientras las sombras de sus miedos se desvanecían, un rayo de luz comenzó a brillar en el centro del pasillo. Pero Taehyung no estaba dispuesto a rendirse.
-¿Creen que esto se acabará tan fácil? ¡Aún queda mucho juego por delante!,- Su risa resonó mientras la oscuridad se arremolinaba, formando nuevos desafíos.
-¿Qué harás ahora, maestro de la muerte?,- gritó Namjoon, afrontando el nuevo peligro.
-Ahora...-dijo Taehyung, -deberán jugar a un nivel más alto. ¿Quién será el próximo en enfrentar sus más oscuros secretos? ¿Quién se atreverá a cruzar esta línea?
El grupo respiró hondo, comprendiendo que estaban más unidos que nunca y que tenían que enfrentar no solo sus miedos, sino también enfrentar la mente de Taehyung, que había sido traicionado, como un espectro que vivía entre su realidad y la locura. Su tono se volvió más serio.
-Nosotros nos enfrentaremos a lo que sea, pero no dejaré que te lleves a mis amigos.
Los cuatro amigos enfrentarían no solo los ecos de sus pasados, sino también a la mente que los utilizaba como piezas en su retorcido juego, y el manicomio revelaría más de lo que nadie había esperado.
Mientras las sombras de sus propios miedos se desvanecían, un aire de determinación colmó a Hobi, Jin y Namjoon. Tenían que enfrentar no solo sus propios temores, sino también el oscuro juego que Taehyung había ideado.
Con una risa siniestra, Taehyung tomó un paso hacia delante, acercándose a ellos, su figura envuelta en la penumbra.
-¿Así que han superado sus miedos temporales? ¡Impresionante! Pero ahora viene la verdadera diversión.
De repente, el ambiente cambió. Las paredes del manicomio comenzaron a temblar y a transformarse, como si el propio lugar tuviera vida. Las luces oscilaron, parpadeando en diferentes colores, proyectando sombras distorsionadas a su alrededor. En un instante, el pasillo se convirtió en una serie de puertas, cada una diferente e intrigante.
-Estas son puertas hacia sus pasados,- dijo Taehyung, gesticulando hacia las entradas. -A cada uno de ustedes les mostraré una parte de sus historias; una forma de recordarle lo que han olvidado. Después de todo, esos recuerdos son lo que los hace... ustedes.
-¿Por qué nos haces esto?,- preguntó Hobi, su voz llena de angustia. -Esto no es un juego, Taehyung, es cruel.
-¿Cruel? No, no, amigo,-respondió Taehyung, su tono burlesco aún presente. -Esto es liberador. Las verdades nunca eran tan agradables como los recuerdos. ¿Quién quiere ir primero? ¡Elige una puerta!
Las puertas se alineaban, cada una atrapando su atención. Era como si la luz en el lugar las atrajera, mientras un aire de curiosidad cubría sus corazones.
-¿Vamos a hacer esto como si de un juego se tratara?- Jin se mostró reacio. -Yo no estoy seguro de querer revivir nada de mi pasado.
-Lo sabemos,-dijo Namjoon, pensativo, -pero si esto puede llevarnos a Jungkook, no tenemos otra opción.- Dio un paso adelante, señalando la puerta más cercana, decorada con símbolos antiguos. -Voy a ir yo.
La puerta se abrió con un chirrido, revelando un escenario que parecía sacado de otro tiempo. Namjoon respiró hondo y atravesó la entrada. En un instante, la escena a su alrededor cambió, sumergiéndolo en su propia memoria.
La Visión de Namjoon
Namjoon se encontró en su antigua escuela, rodeado de compañeros de clase que reían y socializaban. Pero en el fondo, podía sentir una sombra de soledad. Se dio cuenta de que él estaba en una esquina, observando, lugar donde siempre se había sentido anclado, incapaz de conectarse con ellos.
-Esto es solo un recuerdo,- susurró para sí mismo, intentando desafiar la seducción de la desesperanza. Pero, a medida que interactuaba con sus viejos amigos en la escena, la nostalgia le hacía cada vez más difícil desprenderse.
-¿Por qué no hablas con ellos, Namjoon?,- le dijo una voz en su mente, similar a la de Taehyung. -Podrías ser parte de esto, ¿por qué no lo intentas?
La presión aumentó mientras sus compañeros se volvieron más borrosos. Él sabía que no podía quedarse aquí.
-No soy quien solía ser,-murmuró, tratando de romper el hechizo de la nostalgia que lo atrapaba. Con un grito interno, rompió la ilusión, sintiendo que el aire se encogía a su alrededor.
Justo cuando el mundo comenzó a desvanecerse, Namjoon sintió que había adquirido un nuevo propósito. Abrió nuevamente sus ojos y se encontró en el pasillo, todavía frente a la misma puerta con los demás mirándolo expectantes.
-¿Lo superaste?,- preguntó Hobi.
-Lo hice... pero no sin dificultad,- respondió Namjoon, agachando la cabeza. -Tratando de recordarlo todo. Debemos seguir adelante.
La Visión de Hobi
Decidido a enfrentar el próximo reto, Hobi se acercó a una puerta adornada con flores marchitas. Su corazón latía fuerte mientras abría la entrada, sumergiéndose en su recuerdo.
La sala estaba llena de ecos de risas, recordándole a su familia en su casa de la infancia. Podía ver a su madre sirviendo comida en la mesa mientras su padre contaba historias coloridas. Todo parecía perfecto hasta que se vio a sí mismo, niño, con lágrimas corriendo por su rostro en una esquina, sintiendo que nunca podría ser lo suficientemente bueno.
-¡Hobi!,- lo llamó su madre, pero la voz se desvanecía hacia el fondo. -¿Por qué estás así?
Hobi intentó acercarse a su antiguo yo, pero algo invisible lo mantuvo a distancia.
-Siempre tuve miedo de decepcionarte,- susurró su yo más joven.
-No, no tienes que sentir eso,-dijo Hobi, intentando acercarse, pero las paredes del recuerdo temblaron y la luz se desvaneció. Como un eco, se sintió atrapado, presionado por la culpa.
-¡La decepción no te define!,-gritó, con la esperanza de que sus palabras atravesaran la ilusión. Cuando lo hizo, el ambiente se quebró como un cristal, y volvió al pasillo, respirando con dificultad.
-La culpa no debe ser la carga que lleves,- murmuró, más para convencerse a sí mismo que a los demás.
La Visión de Jin
Con determinación, Jin se dirigió a una puerta que parecía estar hecha de barrotes. La abrió con un sonido desgarrador y se encontró en una sala de interrogatorios, donde fue confrontado por su antiguo maestro.
-¡Qué decepción!, ¡nunca serás suficiente!,- resonó la voz. La figura era imponente, con el rostro de su maestro proyectado sobre las sombras. A medida que se acercaba, las palabras retumbaban en su mente, intensificando su agobio.
-¡No soy ese estudiante temeroso!, -protestó Jin, tratando de reafirmar su valía. -He crecido, he aprendido, he evolucionado.
Y así lo gritó con todas sus fuerzas, dejando que cada palabra resonara en el aire. Las palabras del maestro comenzaron a desvanecerse, y con un último movimiento de firmeza, la habitación se desintegró, llevándose consigo las antiguas expectativas y críticas, convirtiéndose en un nuevo escenario.
-¡Hecho!,- exclamó Jin, cerrando los ojos. Cuando regresó al pasillo, se encontró aliviado, aunque aún un poco temeroso. -Es un proceso, y tengo que recordarlo.
Regreso a la Realidad
Los tres amigos miraron a Taehyung, que esperaba con una sonrisa burlona.
-¿Y bien? Parece que han tenido éxito... hasta ahora.
-¿Qué quieres de nosotros?,-gritó Hobi, frustrado. -¿Por qué seguir con este juego?
-Solo quiero que se enfrenten a lo que realmente son, -respondió Taehyung, acariciando su propia túnica. -Después de todo, la verdadera esencia de las personas brilla cuando son despojadas de todas sus máscaras.
Pero en el fondo, un aire de desconfianza se alzó entre ellos. Los ecos de sus visiones comenzaron a cerrarse, sus pensamientos se agolpaban en la mente como un torbellino.
-Esto no ha terminado,- dijo Namjoon, su voz grave mientras miraba a Taehyung. -¿Es esto realmente solo un juego para ti?
-Por supuesto,-Taehyung se encogió de hombros, dejando escapar una risa oscura que resonó por el manicomio. -Con el tiempo, cada vez habrá más jugadas, más desafíos. ¿Cuánto más perdidos deben estar antes de que realmente se sientan vivos?
Los amigos se miraron con preocupación. Era cierto que las visiones habían sacado a la luz partes ocultas de ellos mismos, pero habían sido desgarradoras. Ya no sentían la firmeza que una vez los unió, y la vulnerabilidad empezaba a tomar el control, alimentando un sentido de desesperanza.
-Esto es un laberinto de confusión,- musitó Hobi. -Estamos atrapados en miedos que no queríamos enfrentar.
-Quizás deberíamos abandonar. Ya no hay manera de avanzar,-sugirió Jin, sintiéndose sumido en la desesperación.
-No, no podemos rendirnos. ¡No ahora!,-afirmó Namjoon, tomando la delantera. -¿No ven? Este es el truco. Lo que Taehyung quiere es que nos sintamos perdidos. Pero si estamos juntos, seremos más fuertes.
-Él mismo vive atrapado en sus propios juegos,- añadió Hobi, volviéndose hacia Taehyung. -Para él, este es un refugio. -Pero nosotros no somos su juguete.
De repente, Taehyung se rió con desprecio.
-Qué conmovedor. Pero no lo entienden. Mientras sigan en este laberinto, no tendrán paz. Están en juego algo mucho más oscuro.
Las luces comenzaron a parpadear nuevamente, y Taehyung brilló con malevolencia. Se tragó el aire y, de repente, el manicomio vibró con un temblor ominoso.
-Atrápenlos!,- gritó.
Las sombras comenzaron a moverse otra vez, avanzando como un enjambre oscuro que rodeaba a los tres amigos mientras regresaban a su propia voluntad.
-¡No!,- gritaron juntos, sintiendo como el frío las envolvía una vez más.
Eran conscientes de que el tiempo se agotaba. Con sus corazones palpitando, tuvieron que encontrar una forma de escapar, y ahora sabían que solo podían hacerlo enfrentándose a sus miedos juntos.
-Las sombras no son lo que parecen,- apuntó Namjoon, recordando cada experiencia que había vivido. -No podemos abandonar nuestros pasados, pero podemos superar la carga que llevan. Debemos enfrentarlo, y lo haremos fuerte.
Hobi asintió, su rostro determinado.
-No los temeré nunca más. No absorberán mi esencia.
-Entonces salgamos de aquí,- afirmó Jin, dando un paso adelante, listo para enfrentar a Taehyung y el laberinto de confusión. -Tener miedo es una cosa, pero dejar que nos consuma es otra completamente diferente.
Mientras la oscuridad se le cerraba, los amigos se unieron de la mano y gritaron al unísono,
-¡NO! ¡No volveremos a permitir que estos miedos nos controlen! ¡JUNTOS!
La luz comenzó a brillar aún más intensamente mientras conjuraban su fuerza interior y empujaban a las sombras hacia atrás. Taehyung, sorprendido, se detuvo, su propio rostro reflejando su falta de esperanzas y planes.
El manicomio empezó a temblar, y las sombras se dispersaron, deshaciéndose a medida que la luz se expandía. La risa de Taehyung se volvió una mezcla de compasión y rencor.
-Puede que hayan vencido esta vez, pero el juego nunca acaba.
Con un último grito, la luz iluminó el lugar y el laberinto se desvaneció, dejando a los amigos parados en la vasta oscuridad del manicomio. Habían logrado superar sus miedos, pero sabían que Taehyung y su juego no habrían terminado.
Frente a todo, el camino a seguir parecía desolado, y lo que había comenzado como una fiesta de Halloween se convirtió en una lucha por sus propias almas. Pero, a pesar de la incertidumbre, se dieron cuenta de que sus lazos ahora eran más fuertes que nunca.
Los susurros oscurecidos del manicomio resonaban a su alrededor mientras se preparaban para el nuevo desafío que se avecinaba en la oscuridad. Porque lo que Taehyung les había mostrado era solo una parte de lo que los aguardaba, y la verdad y la valentía serían su mejor arma.
Mientras Jin, Hobi y Namjoon trataban de recuperar su ánimo tras enfrentar sus pesadillas, en otra parte del manicomio, Jungkook se encontraba perdido en un laberinto de sombras y luces temblorosas. Había seguido la luz del espejo, hipnotizado por un brillo casi sobrenatural. Sin embargo, comenzó a escuchar risas burlonas, familiar y desconcertante.
Fue entonces que Taehyung apareció ante él, emergiendo de las sombras con un aire juguetón.
-¡Hola, Jungkook! ¿Te gustaría jugar un poco? ¿Estás listo para conocer la verdad?"
-No estoy aquí para jugar,-replicó Jungkook, furioso. -Mis amigos están en peligro, y no voy a quedarme atrapado por tus trucos.
-Pero aquí están las respuestas a todas tus preguntas, Taehyung sonrió, haciendo un gesto hacia una puerta al final del pasillo. -¿Qué tal si te muestro algo que cambiará tu percepción de todo lo que conoces?
Sin otra opción, Jungkook se sintió tentado a seguir a Taehyung, quien lo llevó a una sala oscura, iluminada por una luz tenue que parecía fluir de las paredes. En el centro del cuarto, había un espejo grande, más grande que el anterior, y en él, reflejaban cuatro figuras.
-¿Qué son esas imágenes?,- preguntó Jungkook, sintiéndose inquieto. Pero cuando Taehyung siseó ,-mira de cerca, -comprendió que las figuras eran, de hecho, ellos mismos: Jungkook, Jin, Hobi y Namjoon; pero en un estado diferente.
Las imágenes mostraron a cada uno de ellos como pacientes del manicomio, llevaban ropa de hospital, con miradas perdidas y, lo que era más inquietante, una sombra de tristeza y desesperanza en sus rostros.
-¿Qué has hecho?,-gritó Jungkook, sintiéndose impotente, abrumado por la realidad que presentaba frente a él.
-Eso, amigo mío, es lo que ustedes eran,- respondió Taehyung con voz suave. -Pacientes de un internado donde la luz de la vida se apaga lentamente. Los llevé aquí, a este juego de memoria, porque todavía están muy atados a este lugar, aunque no lo comprendan.
-¡Eso no puede ser verdad! ¡Nosotros estamos vivos!,- contestó Jungkook, retrocediendo, sintiendo que su corazón se aceleraba.
-¿Estás seguro de que lo están?,-Taehyung lo miró con una sonrisa perversa, cimentando su inquietud. Jungkook se quedó paralizado, observando sus propios ojos apagados en el reflejo.
En ese momento, se escuchó un grito sumido en la distancia, y Jungkook, impulsado por el miedo, salió corriendo del cuarto. Los ecos de sus pasos resonaron en el aire aún tenso, hasta que finalmente encontró a sus amigos.
Con un aire de inquietante urgencia, comenzó a contarles lo que había vivido mientras los conducía hacia la sala donde Taehyung los esperaba.
Al entrar en la habitación, las luces brillaron de forma dramática, y Taehyung se giró hacia ellos con una expresión enigmática.
-¡Bienvenidos, amigos! Ahora que todos están juntos, es el momento perfecto para que vean lo que realmente significa estar aquí.
Su voz reverberaba con un eco que parecía burlarse de su propósito. Con un movimiento de su mano, el espejo se transformó, mostrando de nuevo sus imágenes como pacientes perdidos en un mundo que no les pertenecía.
-Esto... esto no puede ser cierto,- murmuró Hobi, horrorizado. -¡Estamos vivos! Nos fuimos de aquí, estuvimos con nuestras familias, no... no éramos pacientes.
-Ah, pero eso es lo fascinante de la percepción,- dijo Taehyung, sonriendo como si estuviera disfrutando del juego. -Lo que creen que forman parte de su vida real es solo una ilusión. Ustedes han estado perdidos en este lugar desde el momento de su accidente. Y sí, ese accidente... fue un incendio.
-¡Que no!,-gritó Namjoon, furioso. -¡No puedes hacernos creer que estamos muertos! ¡No aceptaremos eso!
-Lo siento, pero la realidad es innegable. Ustedes murieron en el incendio del manicomio, y sus almas quedaron atrapadas aquí, atadas a la historia trágica de este lugar. Cada uno de ustedes tiene algo que les retiene, algo que no han dejado ir,- explicó Taehyung, su tono volviéndose más sombrío. -Corrieron hacia la muerte, y ahora juegan en este limbo.
-Pero no hay manera de que eso sea cierto,- insistió Jin, su voz temblando entre la afirmación y la duda. -No... no puede ser.
-Déjenme mostrarles la verdad,- dijo Taehyung mientras giraba de nuevo hacia el espejo. -Vean ustedes mismos.
Mostrando el Pasado
Las imágenes cambiaron; ahora se mostraban en el espejo las llamas de un feroz incendio. Los amigos pudieron ver sus propias figuras atrapadas, luchando por salir. Se sentían desesperados, consumidos por las llamas que envolvían el manicomio. Gritos de angustia resonaban mientras sus propios reflejos luchaban en la agonía del momento.
Con cada imagen, la respiración de sus amigos se hacía más pesada.
-¡No esto no es posible!,- exclamó Hobi, aterrorizado mientras observaban cómo la escena se revertía, revelando cómo uno de ellos, aparentemente Jungkook, caía al suelo, incapaz de escapar.
-No... no puede ser así,- dijo Jungkook, sacudiendo la cabeza mientras sentía cómo una densa neblina de incomprensión se cernía sobre él. -No... yo... jamás dejaría que eso pasara. Nunca.
-Desde que llegaron aquí, han estado actuando en un ciclo constante de culpa y miedo,- explicó Taehyung, con la voz cargada de la irónica verdad. -El incendio fue accidental, pero un alma fue incapaz de perdonarse. Y esa culpa, esa carga emocional, los ha mantenido atrapados aquí. Ustedes son los que traen vida a este manicomio, siempre buscando respuestas en lugares oscuros.
Los corazones de los amigos se hundieron al escuchar la amarga declaración de Taehyung. La noción de ser fantasmas errantes, atrapados en un ciclo de vida posterior a la muerte, comenzaba a cobrar sentido.
-Pero tenemos recuerdos de todo lo que vivimos después,- murmuró Jin, incapaz de sostener la mirada con la verdad que se desplegaba frente a él.
-Habría sido más fácil aceptar lo que fueron, pero el juego del luto fue más seductor,- dijo Taehyung. -Su realidad ha sido simplemente una proyección del deseo de un alma interrumpida.
-¡No voy a aceptar esto!,-gritó Namjoon, su voz temblando con furia y desdén. -Estamos vivos, hemos vivido. No pueden robarnos eso.
-¡Sí!,-apoyó Hobi, sintiendo el fuego de sus emociones. -Hemos luchado, hemos amado, y no hay forma de que lo que estáis diciendo sea cierto. ¡No lo aceptaremos!
Taehyung se rió, la risa resonando de manera inquietante.
-No tienen opción. Este es su cuarto, su prisión y su salvación; se enfrentan al mismo dilema que sus almas atormentadas enfrentan cada día.
-Pero podemos liberarnos,-dijo Jungkook, su voz ahora firme. -Si nos unimos, si dejamos de lado los remordimientos, podemos escapar. ¡No seremos prisioneros!
El aire tembló de intensidad, y la determinación comenzaba a romper el hechizo de Taehyung. Aunque estaban desorientados, sus corazones ardían con el deseo de encontrar la verdad, independientemente de cuán dolorosa pudiera ser.
-¿Y si no lo logran? ¿Y si quedan atrapados eternamente en este ciclo?,- preguntó Taehyung, el giro de su interrogante revelando un atisbo de duda en su sonrisa.
-Es un riesgo que vamos a asumir,- respondió Hobi, su corazón latiendo con fuerza. -Preferimos enfrentarnos a la verdad que quedarnos atrapados en la ignorancia y el miedo.
-Interesante,- musitó Taehyung, mostrando una sonrisa astuta. -Tal vez haya una manera. Pero... será un juego más para probar su verdadera determinación. ¿Qué tal un desafío?
-¿Qué tipo de desafío?- demandó Jin, sintiendo que el miedo volvía a llevar a la ansiedad a su voz.
-Si quieren la verdad, tendrán que buscarla en los rincones más oscuros de este manicomio,- dijo Taehyung, su mirada se volvió peligrosa. -Atraviesen cada habitación, enfrenten cada demonio. Y si logran salir, tal vez se encuentren con un camino nueva. Si fallan, quedarán atrapados aquí, como los otros... como sus propias almas perdidas.
-Lo haremos,- declaró Jungkook, sintiendo el fuego invadir su ser. -No vamos a dejar que tus miedos nos controlen. Comencemos el desafío.
La determinación brilló en sus ojos, y al hacerlo, sintieron cómo la ira y la tristeza comenzaban a disiparse, dejándolos listos para enfrentar lo desconocido.
Con Taehyung viendo desde la sombra, los cuatro amigos se unieron, sintiendo que solo juntos podrían luchar contra lo que les ataba y encontrar por fin la luz hacia la verdad. Sus corazones latieron con fuerza , y el manicomio, con su aura de peligro, se convirtió en el campo de batalla donde se libraría la ultima y decisiva lucha por sus propias almas.
Las palabras de Taehyung flotaban como una sombra oscura sobre ellos mientras se preparaban para lo que se les venía encima.
-¿Están realmente preparados para asumir la realidad? ¿Están listos para aceptar que no son más que ecos de lo que algún día fueron?
La intensa luz blanca se desvaneció, dejando el lugar en una penumbra inquietante, y Jungkook sintió que el aire se volvía denso a su alrededor. La risa burlona de Taehyung se desvaneció, siendo reemplazada por un tono serio y melancólico.
-Recuerden, el miedo es una prisión, y ustedes han estado prisioneros demasiado tiempo. Deben enfrentar lo que son: almas muertas que no están en paz con su pasado.
-¡No somos almas muertas!- gritó Jin, la desesperación impregnando su voz. -¡Hemos vivido! Estamos aquí, juntos, luchando!
-¡Sí! ¡No puedes hacernos creer eso!,- agregó Hobi, tratando de aferrarse a la lógica que los mantenía unidos. -Estamos con nuestras familias. Hemos sentido el amor y la vida al regreso.
-Un bello subterfugio, pero es solo eso: una ilusión,- respondió Taehyung, inclinándose hacia adelante, su mirada penetrante paralizándolos. -Ustedes no están con sus familias; están atrapados en un limbo, vagando por este manicomio, incapaces de seguir adelante. No pueden salir de este lugar porque están atados a lo que no han superado.
La afirmación resonó en ellos con la fuerza de un trueno. Miradas llenas de confusión se cruzaron cuando comprendieron la magnitud de lo que Taehyung estaba diciendo.
-No... eso no... no puede ser...- murmuró Jungkook, sintiendo que el mundo se sacudía bajo sus pies.
-¿Acaso no lo sienten?-continuó Taehyung, su voz ahora casi un susurro. -Cada vez que intentan alejarse, hay algo que los atrae de regreso. Pueden merodear por los alrededores, pero nunca lograrán salir del umbral de este manicomio hasta que reconozcan la verdad. Están muertos. Cada uno de ustedes. Sentimientos insatisfechos, rencores, pasados no completados; son los barrotes que los mantienen prisioneros.
La habitación se llenó de un silencio aterrador mientras cada uno asimilaba la posible verdad. La idea de estar muertos y en un limbo se introvertía en sus mentes, creando un caos.
-No, no pueden decirme que todo este tiempo hemos estado muertos,- dijo Jin con la voz temblando, la incredulidad y el horror reflejados en su rostro. -No somos solo recuerdos; somos más que eso.
-Hasta que acepten quiénes fueron, lo que los ató a este lugar, no podrán encontrar la paz,-replicó Taehyung con seriedad, su mirada volviéndose sombría. -La verdad es que el incendio no fue un simple accidente. Fue la materialización de sus propios miedos; cada uno de ustedes tiene una carga que arrastra desde aquel día.
-¡Basta!-interrumpió Hobi, su frustración estallando. -No podemos permitir que nos digas eso. Hemos luchado contra nuestros miedos, hemos enfrentado nuestras verdades, y aún así estamos aquí, juntos.
-Juntos, pero perdidos. Cada vez que intentan escapar, su pasado regresará por ustedes,- dijo Taehyung con voz firme. -Y no tienen idea de cuántos otros pacientes vagan por aquí, almas perdidas como ustedes, condenadas a enfrentar este ciclo una y otra vez. Ahora, si alguna vez quieren escapar, tendrán que reconocer que lo que está en juego es más grande de lo que pueden imaginar.
En ese instante, Jungkook sintió una oleada de desafío fluir a través de él.
-¡Nosotros no daremos un paso atrás! Si hay alguna manera de salir, lo haremos juntos. Podemos hacer esto.
La determinación en su voz era palpable, y, aunque la duda los había sacudido, la chispa de la esperanza comenzaba a avivarse. Habiendo decidido que no se permitirían quedar atrapados, el grupo miró a Taehyung una vez más.
-Ahora mismo, intentaremos salir,- dijo Namjoon, sintiendo que su valor se alzaba por encima de los remordimientos. -No hay vuelta atrás. Estamos juntos en esto.
Juntos avanzaron hacia la puerta principal del manicomio. Sus piernas se movían más rápido mientras la ansiedad recorría sus cuerpos. Sin embargo, al cruzar el umbral, la energía del lugar cambió drásticamente.
-¡Vamos! ¡No se detengan!,-gritó Hobi, tratando de mantener el impulso. Pero, a medida que se acercaban a la puerta, un fuerte viento las golpeó de vuelta, empujándolos hacia atrás.
-Esto es imposible,-dijo Jin, sintiéndose desorientado mientras caía al suelo. -No puedo... ¡no podemos salir! Algo no nos deja ir.
-¿Lo ven? No son libres. Tienen que enfrentar su verdad, permanecer en la oscuridad que han enterrado,- Taehyung se acercó, como un espectro acechador, disfrutando de su confusión. Su risa resonaba mientras observaba cómo sus intentos de escapar se desvanecían.
Jungkook sintió cómo el miedo comenzaba a apoderarse de él. Cada vez que eran empujados de regreso, la convicción de que no estaban vivos se arraigaba más hondo. Se dio cuenta de que la idea de ser fantasmas errantes no solo era aterradora, sino profundamente desoladora.
-No, yo no puedo estar muerto...- murmuró, el sudor corriendo por su frente. -He estado con mi familia. He celebrado cumpleaños, he tenido sueños. Esto no puede ser real.
-Y mientras sigas creyéndolo, seguirás atrapado aquí,- respondió Taehyung. -La mente es poderosa, pero a veces, el corazón puede ser aún más fuerte. Ustedes deben enfrentarse a los hechos. Cada intento de salir solo los llevará a un lugar más profundo en este manicomio, hasta que finalmente se sientan hechos cenizas.
Los amigos se miraron, comprendiendo el desafío ante ellos.
-No podemos permitir que esto nos consuma,- dijo Hobi, su voz llena de resolución.- Mucho antes del incendio, tuvimos vidas. Cada momento tiene que significar lo que somos.
-¡Eso es!,- resplandeció Namjoon, combatiente. -Simboliza un cambio. Si tenemos que enfrentar nuestra verdad, lo haremos juntos. No se puede dejar que nuestros recuerdos nos dominen. Debemos recordarnos a nosotros mismos como lo que realmente somos.
La energía en el ambiente empezó a cambiar una vez más mientras comenzaban a recordar los buenos momentos: la risa con sus amigos, los momentos de felicidad y amor. Sentían el apego que tenían entre ellos y cómo sus vivencias les unían más allá de lo que llevaran en el corazón.
Después de un momento de quietud, el grupo se giró hacia la puerta de nuevo. Ya no sentían miedo; ahora era tiempo de liberación y aceptación. Se aferraron con fuerza los unos a los otros, uniendo sus manos.
-¡Juntos!- dijeron al unísono. -¡Vamos a hacerlo!
Cruzaron el umbral otra vez, este vez con un nuevo sentido de propósito. Sus manos se mantuvieron apretadas mientras empujaban hacia adelante. La fuerza del viento intentaba devolverlos, pero la luz de su unidad comenzó a brillar con más intensidad.
Mientras cruzaban la puerta, Taehyung se interpuso, pero en ese momento, la luz comenzó a irradiarse a su alrededor como una explosión de energía divina que lo empujó hacia atrás.
-¡Ustedes no deben salir!- gritó Taehyung, frustrado. Pero sus palabras se desvanecieron ante el estruendo de su luz creciente.
Jungkook sintió olas de poder manifestarse a través de su ser.
-¡Estamos listos para ser libres de nosotros mismos!- gritó, la determinación iluminando su rostro.
Incluso antes de que la oscuridad pudiera engullirlos, el resplandor aumentó, hasta que por fin se sintieron surcando el aire. Con un último grito de liberación, todo se volvió blanco.
Cuando los amigos abrieron los ojos de nuevo, se encontraron en una habitación vacía, rodeados de paredes blancas. No había ruido, solo una quietud desconcertante. Observando a su alrededor, su nuevo entorno parecía más claro y menos opresivo.
-¿Y ahora qué?,- preguntó Jin, sintiendo una mezcla de confusión y asombro.
-Todos los caminos llevan a este lugar; solo tenemos que enfrentar lo que verdaderamente somos antes de que podamos seguir adelante,- dijo Namjoon, intentando desentrañar el misterio.
Pero en el fondo, sabían que estaban en la antesala de la verdad. Lo que habían visto antes había sido solo un reflejo de sus miedos, pero ahora esos miedos se manifestarían de vuelta de una forma sorprendente. Cuanto más exploraban su realidad, más evidentes se volvían sus lazos con el manicomio que habían dejado atrás.
-Taehyung podría estar en cualquier lado,-dijo Hobi, mirando con inquietud. -Pero debemos estar listos para lo que venga, por favor.
Con el eco de sus palabras resonando en la sonrisa de esperanza, sabían que el verdadero desafío apenas comenzaba. La luz había sido una guía, pero el camino hacia la verdad era largo y turbulento.
Y así, mientras se preparaban para el siguiente paso, un suave susurro atravesó la habitación, como la llamada de una sombra que nunca se había ido. Taehyung no había terminado con ellos; el juego continuaba, y sus almas todavía tenían un camino que recorrer en el laberinto eterno de la mente.
Con cada latido de sus corazones llenos de determinación, Jungkook, Jin, Hobi y Namjoon se adentraron en los oscuros pasillos del manicomio, donde el eco de sus pasos resonaba como un recordatorio de lo que estaba en juego. La luz parpadeante iluminaba sus rostros decididos, pero también las sombras que acechaban entre las paredes desgastadas.
-Recuerden, estamos juntos en esto,-murmuró Namjoon, su voz resonando con una autoridad que trataba de infundir coraje en el grupo. -No importa lo que nos enfrentemos, no deben dejar que el miedo hable más fuerte que nosotros.
-Así es,-asintió Jin, sintiéndose más fuerte al ver la firmeza en los rostros de sus amigos. -Si todos luchamos contra nuestros miedos, podremos superar todo lo que este lugar nos arroje.
Tomando aire, Hobi fue el primero en abrir una de las puertas que se alineaban a su alrededor. La habitación que reveló estaba llena de instrumentos médicos oxidados, sillas de rodillas y una pizarra cubierta de fórmulas incomprensibles.
-Esto parece un taller de torturas,- comentó Hobi con sarcasmo, aunque su tono traicionaba un hilo de nerviosismo. -¿Qué demonios pasó aquí?
-Parece que este lugar tenía su lado oscuro,- respondió Jungkook, frunciendo el ceño. -No solo eran pacientes, éramos conejillos de indias para experimentos crueles.
Mientras avanzaban, las paredes parecían susurrar secretos que se entrelazaban con sus propios recuerdos. Detrás de cada objeto había un eco del pasado, y el aire se sentía más pesado con cada paso. Como un laberinto de memorias, lo que una vez fueron sus miedos se transformaba en visiones frontales de lo que habían olvidado.
-¡Mira!-gritó Jin, señalando una esquina oscura. Allí, entre los escombros, había un cuadro de sus imágenes desde hacía años, un retrato de cuatro jóvenes que parecían ser ellos: sonrientes, llenos de vida.
-Ese... ese no puede ser,-dijo Hobi, retrocediendo. -¡Nunca hemos estado aquí antes!
-¿O sí? ¿Lo han olvidado tan rápido?,-preguntó la voz de Taehyung, resonando ahora como un eco en la habitación. -Recordar a veces puede ser más difícil que olvidar.
-¡Cállate!- exclamó Jin, sintiendo cómo la rabia se apoderaba de él. -No tienes derecho a recordar por nosotros, y mucho menos a enredarnos con tus juegos.
Las visiones comenzaron a cobrar vida en las paredes. Pasaron por recuerdos dolorosos: Jungkook frente a su antiguo hogar, Hobi con su hermano en un día de verano, Jin en su primer recital de piano, y Namjoon en la biblioteca donde pasaba horas estudiando. Cada imagen era como un clavo en su mente, un recordatorio sombrío de lo que habían perdido.
-Todo esto fue real,- dijo Jungkook, hablándole a sí mismo y al grupo. -Debemos enfrentar nuestro dolor. Este lugar se alimenta de nuestro sufrimiento.
-Y es exactamente por eso que lo transformaremos en fuerza,- respondió Namjoon, inspirándose a sí mismo y a sus amigos. -Si somos fuertes juntos, no podrán detenernos.
Comenzaron a explorar más puertas, cada una llevando a una habitación diferente, pero cada vez que entraban, sus deseos de escapar se sentían más entrelazados con sus recuerdos.
Una habitación contrastaba con la anterior: iluminada por luces cálidas, mostrando un entorno más acogedor. En el centro, había una mesa donde se escuchaban risas de niños. La escena era de un cumpleaños, y en la mesa, había un pastel resplandeciente con cuatro velas, cada una representando a uno de ellos.
-¡Es nuestra fiesta de cumpleaños!- exclamó Hobi, y la euforia inicialmente lo invadió. Pero, al segundo siguiente, sintió la presión del miedo.- Pero esto... ¿Cómo puede estar aquí?
-¿Recuerdan cuándo fue la última vez que se sintieron realmente felices?,-preguntó Taehyung, cuya voz resonó como un eco en sus mentes. -Este lugar se alimenta de sus emociones, de su dolor y de su felicidad. La tristeza y la alegría son dos caras de la misma moneda.
-No quiero esto,- grito Jungkook, su voz resonando. -No queremos recordar, queremos salir de aquí.
En un instante, la escena de felicidad se transformó en desolación: el pastel se convirtió en cenizas y los niños se desvanecieron en sombras que lloraban. La risa se convirtió en gritos, los rostros distorsionados en desesperación.
-¡No somos así! ¡No está bien!- gritó Jin, apretando los puños mientras la habitación temblaba violentamente. -¡No dejen que nos roben esto!
El lugar se sacudió con tal furia que sintieron que todo podía desmoronarse. Taehyung observaba desde las sombras, divertido.
-¿Pueden ver lo que hacen sus recuerdos? Pueden unirlos, pero también pueden despojarlos,- dijo con un tono irónico. -Están atados a este trabajo porque todavía tienen algo que no han aceptado en sus almas.
-Vamos, no caigamos en su trampa,- dijo Namjoon, tomando la iniciativa. -Si ceden a su desesperación, nunca escaparemos de aquí. Este lugar no tiene poder sobre nosotros, esas son solo sombras de lo que una vez fuimos.
Con ese impulso, decidieron romper el ciclo. Concentraron sus energías en cada momento feliz, recordando lo que realmente eran y el deseo de vivir. Se aferraron a las imágenes de su vida real: sus familias, sus sueños y todas las promesas que aún quedaban por cumplir.
Con el eco de sus recuerdos positivos resonando en el aire, la habitación comenzó a transformarse. Las sombras retrocedieron y el color comenzó a restablecerse, desvaneciéndose la tristeza. Un brillo de luz inusual iluminó sus rostros, recordándoles que todavía había esperanza.
-Lo hemos hecho,-dijo Hobi, sintiéndose renovado. -Estas sombras no pueden posesionarnos si nosotros no se lo permitimos.
-Exactamente,- afirmó Jungkook, mirando a cada uno de sus amigos. -No sólo sobrevivimos, estamos aquí para vivir. No importa lo que Taehyung diga; estamos juntos en esto.
Al salir de la habitación, se encontraron nuevamente con Taehyung, quien esperaba con los brazos cruzados y una mirada de sorpresa.
-Impresionante, lo admito. Pero esto es solo el principio, aún no se han enfrentado a su mayor miedo.
-¿Cuál es?-preguntó Namjoon, sintiendo cómo su seguridad empezaba a vacilar.
-Ustedes,-respondió Taehyung, inclinándose hacia adelante. -La verdad de ser ustedes mismos, encadenados a sus propios recuerdos, los verdaderos prisioneros de este lugar.
Las sombras que los rodeaban comenzaron a transformarse, tomando sus propias formas. Las figuras de cada uno comenzaron a manifestarse, y al mirar con más atención, podían ver que se trataba de ellos mismos en diversas etapas de dolor, desilusión y frustración a lo largo de sus vidas.
-¿Por qué siguen resistiendo?-preguntó Taehyung con una voz suave. -¿No ven que están atrapados, escondidos en sus propios temores, secuestrando la esencia de sus seres a través de este pesadilla?
-Esto no es quiénes somos,- replicó Jungkook, avanzando un paso hacia él. -No hemos encontrado a nuestros amigos ni nosotros mismos en este lugar. La vida es mucho más que miedo y recuerdos tristes. La realidad nos necesita vivos.
-¿Están seguros de eso?- replicó Taehyung, los reflejos de la pared deformándose en una surrealista danza de dolor. -Podrían ser simplemente sombras, en un lugar donde el tiempo no importa. Ustedes están muertos, y este es su purgatorio.
-¡No lo somos!- gritaron al unísono, sintiendo cómo la determinación construía un torrente de energía a su alrededor. -¡No seremos prisioneros de tus miedos ni de esta locura! Nuestro vínculo y nuestro amor por la vida superan cualquier cosa que puedas hacer.
A medida que sus voces se unían, una luz deslumbrante estalló en la habitación, reverberando con la energía acumulada dentro de ellos. Cargando con todo el amor, la amistad y la resiliencia que habían compartido, comenzaron a empujar contra la oscuridad que Taehyung había invocado.
El eco de su unión se elevó a cada rincón del manicomio mientras las figuras distorsionadas comenzaron a desvanecerse, dejando caer el peso que habían estado portando. Las luces iluminaban el lugar, creando un espectáculo de colores que cruzaban las paredes. El sentimiento de esperanza llenó el aire, como si el lugar comenzara a sanar.
-¡Este es nuestro verdadero poder!- gritó Hobi, sintiendo el fuego de la comunidad y el amor de sus vidas alimentando la lucha. -No nos destruirás, ¡nosotros elegimos vivir!
Con un empujón final, rompieron las cadenas de sus recuerdos oscuros, liberándose del ciclo que llevaba mucho tiempo atrapándolos. La luz los rodeó mientras una energía vibrante se elevaba en el aire, empujando a Taehyung y a las sombras a retroceder.
-¡Esto aún no ha terminado!- exclamó Taehyung mientras era tragado por la luz, su figura desvaneciéndose entre la oscuridad que una vez había controlado. -Siempre habrá un juego, siempre habrá miedo. ¡Nunca se irán completamente!
Cuando la luz se calmó y la escena se estabilizó, se encontraron en un lugar diferente, un jardín sereno iluminado por una luz dorada. La risa de los niños al fondo, la brisa fresca y una sensación de paz les envolvía.
Estaban fuera del manicomio. Sus corazones se llenaron de un renovado sentido de libertad, el aire parecía más fresco y el mundo más brillante. Se miraron entre sí, aún asombrados por la transformación.
-¿Lo logramos?- preguntó Jin, sin poder contener una sonrisa.
-Lo hicimos,-celebró Namjoon, sintiendo que una nueva esperanza invadía su ser. -Nos liberamos de lo que nos ataba.
-Sí, y sobre todo, recordamos quiénes somos, agregó Hobi, con un brillo en sus ojos. -No somos solo sombras de nuestros recuerdos; somos seres eternos que eligen quiénes quieren ser.
Jungkook respiró hondo.
-Siempre será una lucha, pero ahora, tenemos el poder de elegir.
Mientras se abrazaban, la sensación de conexión y amor se fortalecía. Habían sobrevivido a un viaje increíble y habían aprendido el valor de su propia verdad. La noche de Halloween había llegado a su fin, pero su viaje había comenzado.
Jungkook, Jin, Hobi y Namjoon se adentraron en el sombrío laberinto del manicomio. A cada paso, el aire se tornaba más pesado, como si las paredes mismas presionaran contra ellos. Las sombras seguían sus movimientos, recordándoles el pasado que querían dejar atrás. Pero, armados con la intención de enfrentarse a cada temor, estaban listos para descubrir la verdad oculta que Taehyung había revelado.
-Debemos dividirnos en dos grupos,- sugirió Namjoon, mirando a sus amigos. -Así cubrimos más terreno y nos podemos ayudar entre nosotros. Hay más de un pasillo aquí, y tenemos que encontrar el núcleo de este lugar.
-De acuerdo,- asentó Jungkook. -Hobby y yo iremos juntos. Jin y Namjoon, vayan por el lado oeste. ¡Volvamos a encontrarnos aquí en cinco minutos!
Con una rápida despedida, los dos grupos se separaron. El eco de sus pasos resonó en el pasillo mientras se sumergían en la oscuridad, los corazones latiendo con la emoción y el temor de lo desconocido.
A medida que avanzaban, Jungkook y Hobi se encontraban en uno de los cuartos más antiguos y polvorientos del manicomio. Las paredes estaban cubiertas de marcas de antiguos recuerdos, las sombras danzando alrededor de ellos como sombras de aquellos que alguna vez habían estado atrapados en el dolor.
-¿Qué supones que encontraremos aquí?- preguntó Hobi, sintiendo la presión de la atmósfera que los rodeaba.
-No lo sé,-respondió Jungkook, -pero creo que cada habitación tiene algo que enseñarnos, algo que liberará nuestras almas de este lugar.
Hobi miró a su alrededor, sus ojos se detuvieron en un viejo baúl roído en un rincón. Sin pensarlo dos veces, se aproximó, abriéndolo con un chirrido. Dentro, encontró fotografías descoloridas de otros pacientes: algunos sonreían, mientras que otros mostraban rostros llenos de tristeza. Había detalles de sus historias, fragmentos de sus vidas truncadas.
-Esto... esto es como un diario,- murmuró Hobi, mirando las imágenes. -Muestra todo lo que estos pacientes vivieron, sus esperanzas, sus pesadumbres.
-Quizás al explorar esto se nos muestre lo que todavía nos ata a este lugar,-sugirió Jungkook. -Tal vez podamos encontrar a otros que también necesitan ayuda.
Mientras Hobi revisaba las fotografías, escucharon un susurro a su alrededor, como si los fantasmas del manicomio quisieran comunicarles algo.
-¿Los oyes?- preguntó Hobi, en un susurro.- Parece que están aquí, como si quisiéramos que los recordáramos.
-Tal vez están esperando que alguien escuche sus voces,- dijo Jungkook, sintiendo una conexión que lo unía a esos recuerdos perdidos. -Debemos honrarlos, y al hacerlo, encontrar nuestra liberación.
En el otro extremo, Jin y Namjoon exploraban un conjunto de habitaciones con puertas de metal. En una de ellas, encontraron grilletes y una cama de hospital, un recordatorio brutal de la historia trágica que había tenido lugar en aquel lugar.
-Esto es horrible,-dijo Namjoon, abrumado. -No puedo creer que esto haya sido un hogar para personas que solo buscaban paz.
-Debemos seguir adelante,-dijo Jin, intentando mantener la moral. -Si esto es lo que nos define, eso significa que todavía podemos cambiarlo.
Sudando y sintiéndose emocionalmente desgastados, los dos amigos decidieron unirse nuevamente y dirigirse a la sala central, donde sus amigos todavía se encontraban.
-¡Jungkook! ¡Hobi!-gritaron al verlos. Juntos, compartieron lo que habían encontrado. -¿Creen que tenemos que seguir buscando? ¿Hay algo más que nos retenga aquí?-preguntó Jin.
-Hoy he visto fotos de pacientes,-explicó Hobi. -Sus historias... al recordarlas y honrarlas, siento que podemos liberarnos.
-¿Liberarnos?-Namjoon preguntó, soñador. -¿Es eso posible? Tal vez somos parte de su historia, y ahora entendemos que hay que dejar en paz sus memorias.
-Hemos revivido su sufrimiento, su dolor,- dijo Jungkook con determinación. -Es hora de liberarlos y a nosotros mismos. Si compartimos nuestra luz, tal vez también podamos sanar a estas almas.
A medida que los amigos se adentraban más en el manicomio, la atmósfera se volvia más opresiva. Las luces parpadeaban y el silencio se interrumpía de vez en cuando por ecos de risas lejanas y extraños susurros. Sin embargo, su determinación los mantenía unidos y enfocados en el objetivo.
-¿Dónde comenzamos?- preguntó Hobi, mirando a su alrededor mientras las sombras danzaban en las paredes.
-Debemos encontrar la habitación donde ocurrió el incendio,- dijo Namjoon, su voz clara y decidida. -Ahí es donde todo comenzó, y probablemente los recuerdos estén guardados ahí.
-Sigamos adelante, entonces,-afirmó Jungkook, y con un asentimiento de los demás, comenzaron a moverse por el pasillo. Mientras avanzaban, el ambiente en el manicomio parecía transformarse, como si sus pasos resonaran en eco por la historia truncada de aquel lugar.
Cada nueva puerta que abrían revelaba escenas de dolor y sufrimiento, colecciones de recuerdos del pasado que los atormentaban. Un ciclo interminable de desesperación y angustia se desplazaba frente a ellos, mostrando a los pacientes en sus peores momentos, sus rostros desdibujados por la locura y el dolor.
-Allí, mira,-dijo Jin, señalando hacia una puerta al final de un largo pasillo. Una luz tenue emanaba de la sala, como si un faro de esperanza brillara en medio de la oscuridad. Decididos, se acercaron y empujaron la puerta.
La habitación estaba semi iluminada, llena de cenizas y escombros, y en el centro, un espejo oscuro reflejaba imágenes distorsionadas. Sin embargo, al mirar dentro, no vieron a otros; se vieron a sí mismos, en el momento justo antes del incendio. Un pánico palpable se apoderó de ellos.
-¡Oh no!-gritó Jungkook, mientras veía su propio reflejo caer al suelo, atrapado entre las llamas. -¡Esto no es posible!
-¡No, eso no puede ser!- replicó Hobi, haciendo un esfuerzo por no sucumbir al terror que asomaba. -No puede terminar así. No podemos dejarnos vencer.
-¡Enfóquense!-gritó Namjoon, su voz resonando en la sala. -Debemos recordar que esto es solo un eco del pasado, no una cadena que nos detenga. Lo que pasó no define quiénes somos.
Con cada palabra, las imágenes comenzaron a cambiar. Las llamas distorsionadas se transformaron en recuerdos de amistad, de risas y de amor. Momentos en los que estaban juntos, animando sus corazones y superando adversidades.
-Eso es, ¡eso es lo que somos!-exclamó Jin, sintiendo que la tristeza empezaba a convertirse en fuerza.- Amistad, amor y memoria. Eso es lo que realmente nos da vida.
Entonces, Taehyung apareció, rodeado de sombras danzantes que parecían inquietas. .
-¿Creen que esto cambiará algo? Ustedes no pueden deshacerse de lo que son. Están atrapados aquí y siempre lo estarán.
-¡No, no lo estamos!- respondió Jungkook, con la voz firme. -Nosotros elegimos enfrentar este desafío. No tienes poder sobre nosotros. Preferimos vivir con nuestras verdades que solo existir en tu juego.
El espejo perdió su brillo ominoso y, con cada declaración de firmeza de los amigos, la sala temblaba, obligando a Taehyung a retroceder. Sus ojos destellaban entre la incredulidad y la frustración.
-Pero... ¡Ustedes son mis pacientes! ¡No pueden burlarse de su destino!- gritó Taehyung, con un aire de desesperación que resonaba en su voz.
-Ya no somos tus pacientes,-dijo Hobi, -somos amigos. Somos vivos, y lo que hicimos en el pasado no tiene poder en nuestro presente.
El manicomio comenzó a desmoronarse, la oscuridad retrocediendo a medida que sus palabras resonaban con decisión. Las sombras que una vez los acosaron comenzaron a dispersarse, dejando atrás solo el brillo de sus recuerdos felices.
-Esto es nuestro momento,-dijo Namjoon, sintiendo cómo el calor de sus emociones levantaba el desánimo que había cargado demasiado tiempo. -Vamos a cerrar este capítulo de una vez por todas.
Decididos a poner en práctica su plan, el grupo se organizó en círculo, reforzando su conexión. Sintieron que la energía del lugar comenzaba a resonar con ellos, una mezcla de esperanza y dolor, y que su deseo de liberar a las almas atrapadas se intensificaba.
-¿Estamos listos?- preguntó Jin, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
-Sí,-todos respondieron al unísono.
-Vamos a recordar no con tristeza, sino con gratitud,- dijo Jungkook, cerrando los ojos y tomando una respiración profunda. -Recordaremos cada risa, cada lágrima, y lo que aprendimos de esas vidas. ¡Que nuestras voces sean el canal para sus espíritus!
Con esa declaración, comenzaron a hablar en voz baja, compartiendo recuerdos y sentimientos, no solo de sus propias vidas, sino de las imágenes que habían hallado y los recuerdos de quienes habían vivido en ese manicomio. Con cada palabra, una sensación de alivio comenzó a llenar el aire.
La luz que antes parecía apagada comenzó a brillar con fuerza temática; cada palabra resonaba como un canto en el aire, haciendo eco a través de las paredes. Era como si las almas atrapadas comenzaran a escucharlas, reconociendo la intención sincera de liberarse juntas.
-Regocijémonos juntos, pacientes de esta vida,- susurró Hobi, sintiendo cómo las sombras del pasado comenzaban a disiparse. -Estén en paz, no deben sufrir más.
Poco a poco, el ambiente alrededor de ellos comenzó a cambiar. Las sombras que antes parecían amenazantes ahora se desvanecían. En su lugar, pulsabas fases brillantes de tonos cálidos, como si la luz estuviera saliendo desde adentro.
Las imágenes del espejo comenzaron a transformarse. Aquellos rostros perdidos se iluminaban; sus ojos reflejaban el alivio, como almas anhelantes de salir. Una brisa fresca y revitalizante llenó la habitación, junto con un eco de risas que resonaba por el aire.
-Están siendo liberados,- dijo Taehyung, quien había estado observando desde la distancia. -Las luces comienzan a brillar; sus caminos de regreso han comenzado.
Un sonido de campanas resonó en la distancia, acompañando las luces brillantes que irradiaban por todas partes. Las almas danzaban alrededor del grupo, agradecidas por la liberación que habían traído.
-Gracias,-murmuraron las voces, suaves y aplausos, mientras la luz emanaba de ellas. Se desvanecieron, dejando que el aire se sintiera más ligero.
Jungkook y los demás comenzaron a sentir la paz en el alma. Allí comprendieron que su liberación también estaba atada al acto de dejar atrás el sufrimiento y el luto. La luz brillante llenó el espacio, y, sin darse cuenta, se encontraban brillando también.
De repente, la sala se iluminó a una intensidad cegadora, envolviendo a los amigos en un abrazo cálido. Se miraron entre sí, sintiendo que una nueva comprensión había surgido en sus corazones. Ya no eran prisioneros de un pasado trágico, sino que eran agentes de la luz.
-Lo hicimos,-murmuró Jungkook, levantando la vista hacia la luna brillante. -Realmente lo hicimos.
-Por fin hemos ganado nuestra libertad,- dijo Namjoon, con lágrimas en los ojos mientras miraba su entorno transformarse; los recuerdos de un manicomio opresor se desvanecían, revelando un jardín de paz.
-Finalmente podemos descansar,- agregó Hobi, el alivio y la satisfacción inundando su ser. -Hemos encontrado nuestra luz.
En un último destello de luz, sintieron cómo sus almas comenzaban a elevarse. La realidad del manicomio se desmoronaba, y el suspenso de lo desconocido se desvanecía mientras ascendían.
En ese momento de liberación, comprendieron que podían seguir adelante. Con todo lo que habían vivido, encontraron la fuerza para dejar atrás sus luces perdidas y finalmente descansar en paz.
FIN
Wow, jamás pensé que fueran tantas palabras 😅
Más de 11.000
Pero aquí les traigo
El one shot, espero les guste está pequeña aventura🥰
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