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O7.

Capítulo O7.

· ─𖥸─ ·

Sencillamente hermoso, así era el pequeño Jeon Jungkook de tan solo tres años de vida a los ojos de Satán, su protector. Namjoon no tenía ni una sola pizca de remordimiento por haber pospuesto su muerte, había sido una sabia decisión.

Una decisión que nadie más entendía, ni siquiera el compasivo Dios, quien cada día se encargaba de entrar en sus pensamientos y tener una breve charla sobre las consecuencias que podrían surgir en el futuro si seguía permitiéndole vivir.

A Namjoon le daban celos que otros niños se acercaran al pequeño pelinegro, tal vez era de manera inofensiva y solo eran compañeros de juegos, pero no lo toleraba del todo.

Cuando Jisoo no se encontraba en casa, solía llevar a Jungkook a un lugar secreto y especial que creó solamente para su humano, un enorme jardín repleto de flores de distintos colores. Sabía que pronto llegaría el momento en que Namjoon debía desaparecer su vida, dejando solo a Hoseok.

Algo cercano al dolor se apoderaba de su cuerpo de solo pensar en ello, ¿cómo iba a sentirse Jungkook cuando el demonio que tanto lo protegía, simplemente se marchara?

Bonita como tú la dulce y tierna voz del menor le devuelve los pies al suelo, sus mejillas rosadas se ven tan apretables y su belleza resalta por estar rodeado de flores.

Tenemos que regresar a casa, o estaremos en problemas con Jisoo tomó la flor rosada de las pequeñas manitas del pelinegro y la colocó sobre sus cabellos, convirtiéndolo en un adorno perfecto que combinaba con su rostro de niño.

No, para ti hizo un pequeño puchero con sus labios rojos que derritió por completo a Namjoon.

El demonio rodó los ojos, tomando más flores y permitió que Jungkook las colocara en sus cabellos morados. El menor aplaudía con sus manitas por su gran creación.

Bonito.

Vamos a casa, Jungkook, puedes llevar más flores si quieres seguir adornando mi cabello, ¿te parece? le dice y el niño asiente con la cabeza.

Después de recoger una que otra flor del verde césped, las guardó en los bolsillos de su suetercito en color rojo. Extendió sus brazos hacia el moreno y dando tiernos saltitos le dijo:

¡Alas, alas!

Con cuidado tomó el pequeño cuerpo del humano y lo envolvió protectoramente con sus brazos, y dejando que sus imponentes alas salieran libres y orgullosas de su amplia espalda. Los ojitos de Jungkook brillaron con emoción, las adoraba pero más al hombre que las portaba.

Tu rostro en mi pecho, ahora ordenó.

Jungkook cumplió obedientemente la órden del demonio, ocultando su tierna carita y formando puños pequeños con la camisa del mayor. Las sensaciones que el niño desataba en el interior de Namjoon eran demasiadas, no podía resistirse a él.

Dejó un beso sobre sus cabellos para después saltar como impulso para volar y emprender su camino. En el corto trayecto de ese lugar especial a la Tierra, Namjoon poco a poco fue haciendo su transformación al conocido adolescente que, según los vecinos de Jisoo, es el niñero del menor.

Cuando sus pies tocaron el suelo, se encontraban a unas cuantas calles para llegar a la casa. Con cuidado dejó que Jungkook se pusiera de pie y le acomodó la ropa de manera correcta, el niño solo revisó que sus flores siguieran en sus bolsillos pero cuando levantó la vista y solo encontró a Hoseok, un puchero se formó en sus labios.

Hobi, ¿dónde está Namu?

Namu te espera en casa, me pidió que te lleve, creo que tiene una sorpresa para ti, ¿vamos? Estoy seguro de que no quieres hacerlo esperar respondió con una radiante sonrisa que convenció a Jungkook.

¡Vamos, vamos! dió algunos saltitos de emoción mientras tomaba al adolescente de la mano y comenzaba a caminar.

El pequeño Jungkook cantaba en voz bajita una canción, mientras miraba sus propios pies y los de Hoseok. La curiosidad propia en esa edad era realmente tierna para el mayor, cuando ladeaba la cabeza y le preguntaba algo, pero la mayoría de sus preguntas eran relacionadas con Namjoon.

O cuando jugaban en el parque a las escondidillas, a Jungkook le gustaba ser encontrado por Namjoon, le gustaba cuando le hace reír y le hace cosquillas, por eso se escondía en lugares sencillos.

Jungkook estaba más acostumbrado a la presencia de Namjoon y Hoseok, que a la presencia de su progenitora. Ella pasaba demasiado tiempo en el trabajo.

Cuando llegaron a la casa, Hoseok sacó las llaves de su pantalón y abrió la puerta para el menor. Después, se agachó a su altura y le dijo:

Namu está escondido, ¿por qué no intentas encontrarlo? Tal vez te dé un regalo si lo logras, ¿te parece? le propone y el niño asiente.

¡Soy muy bueno buscando a Namu! dijo emocionado y corriendo al interior de la casa.

Buscó por detrás de las largas cortinas, detrás de los sillones, debajo de las sillas y la mesa del comedor... no estaba. Se cruzó de brazos y abultó sus finos labios, ¿dónde podía estar? Mientras Jungkook hacía la tarea, Hoseok desapareció al cerrar la puerta, dejando solo a Namjoon con su increíble atuendo en color negro.

¿Jungkook? le llamó con voz fuerte.

De inmediato escuchó como sus piesitos se movían rápidamente por el suelo, corriendo a la velocidad que sus cortas piernas le permitían. Abrió los brazos y corrió hacia Namjoon quien se encontraba arrodillado en el suelo, en medio de la sala.

¡Namu!

El mencionado sonrió recibiendo al niño en sus brazos, no tardó en ponerse de pie con él y dar algunas vueltas provocando risitas tiernas. Detestaría que alguno de sus sirvientes viera en lo que se estaba convirtiendo, pero así de fuerte es el efecto de Jungkook.

Conseguí algo para ti, es algo que te gusta mucho le dijo, caminando con él en dirección al sofá ㅡ. Espera aquí mientras voy por ello, cubre tus ojos para mi, ¿de acuerdo?

Dejó al menor sentado en el sofá, sus piesitos moviéndose alegremente mientras veía atentamente cada acción de Namjoon. Sus pequeñas manitas cubrieron sus ojos, cumpliendo con lo que el demonio le había pedido.

Namjoon fue a pasos rápidos a la cocina, abriendo el refrigerador y sacando de él la leche de plátano que tanto pidió su humano en los últimos días. Abrió un cajón y buscó una pajita flexible entre los cubiertos. Regresó a la sala y un sentimiento cálido recorrió su interior al ver al frágil e inocente humano tal y como le había pedido que se quedara.

Era tan sencillo chasquear los dedos y detener su corazón.

Niño, ya puedes mirar.

Los ojitos de Jungkook brillaron al ver como el hombre sostenía la leche de plátano frente a él, sin dudarlo lo tomó con sus dos manitas.

¿Cómo se dice? pregunta, levantando una de sus cejas.

¡Gracias, Namu! respondió con una sonrisa.

Namjoon introdujo con cuidado la pajita en la bebida, y le dejó beberla agusto. Se puso en cuclillas mientras veía como sus pequeños labios se cerraron en la pajita y succionó feliz, obteniendo su leche favorita.

Frunció el ceño cuando un ligero tintineo fue captado por sus oídos. Sus imponentes alas saltaron a la vista, protegiendo al pelinegro con ellas.

Sea quien seas, está prohibido que un ángel esté aquí en la Tierra dijo girando su rostro.

Detrás de él encontró a un chico de carnosos labios y cabellos dorados, vestía una túnica blanca, resplandeciente, y su espalda era decorada por un par de alas blancas, pequeñas en comparación a las del demonio.

Lamento interrumpir sus misiones, señor Satán pero, mi señor, nuestro señor, desea verlo.

Dejó de ser mi señor después de que prácticamente me traicionó e hizo que sus creaciones me odiaran explicó levantándose y tomando una postura firme, y miró al dulce portavoz con desprecio ㅡ. Dile que no moleste, iré cuando quiera.

Lamento ser insistente e inoportuno señor, pero..

Detesto cuando alguien que no me sirve me llame señor le interrumpió molesto.

El joven rubio tembló en su lugar, los ojos del demonio se bañaron en un color similar a la sangre y sus alas se veían tensas en su espalda. Pero sus ojos curiosos bajaron por el cuerpo del moreno y encontró a un humano pequeñito tirando del pantalón para tener un poco de atención.

Namu, ¿quién es él? preguntó, aún tirando de la tela con insistencia y tomando un poco más de leche.

Oh por mi Dios, es uno de los humanos más lindos que he visto en toda mi existencia murmuró el ángel ㅡ. Y, nunca había visto a uno tan cerca, es un gran privile...

¿Cuál es tu nombre? volvió a interrumpirle Namjoon.

Sus manos picaban, le disgustaba que hablara de ese modo sobre Jungkook, su humano. El ángel levantó la vista y chocó con, ahora, los ojos oscuros del demonio.

Jimin, señor, soy el portavoz de mi señor Dios.

Rodó los ojos ante el apodo, solo por esa ocasión lo dejaría pasar. Le echó un vistazo a Jungkook, quien miraba con curiosidad al joven ángel de nombre Jimin pero no soltaba la tela de su pantalón.

El menor por su parte se sentía intimidado ante la presencia del tercero, por eso se aferraba al pantalón de Namjoon pero terminó abrazando su pierna y le dedicó una mirada de desconfianza.

Bien Jimin, cumpliste con tu tarea así que ya puedes marcharte. Dile que iré cuando tenga tiempo y las ganas de verlo, por hoy no me apetece en lo más mínimo, estoy ocupado.

El rubio asintió.

Disculpe mi atrevimiento señor pero, ¿ese humano es del que todos hablan en el Cielo? ¿el humano que ablandó el corazón de Satán?

Una punzada en su pecho.

Presta atención, ¿de acuerdo? Él es mi misión, es mi humano, mi problema, y no me volví blando de ningún modo, esa es sólo una vil calumnia. Y si vuelves a llamarme señor juro que... un tirón en su ropa lo interrumpió, era Jungkook y le ofrecía de su leche de plátano extendiendo su delgado bracito ㅡ. Niño, ahora no, estoy teniendo una plática muy seria con este individuo, ¿entiendes? Mamá Jisoo dice que no escuches pláticas de adultos, y esto es mucho peor que eso.

Le explicó, olvidando que solo era un pequeño niño de tres años que no lo comprendería, ni un poco siquiera. Soltó un suspiro, viendo como los ojos de Jungkook se humedecían por el tono de voz que Namjoon había usado con él.

Jimin sintió compasión por el humano junto a un enorme deseo por acercarse y acariciar sus cabellos oscuros. Era muy lindo, un niño muy adorable que no le temía ni un poquito a Satán.

¿Cómo desea que me dirija a usted? preguntó el rubio.

Namjoon, ahora largo, tengo asuntos importantes por hacer aquí.

De acuerdo, Namjoon, mi señor recibirá su mensaje cuanto antes le dice haciendo una reverencia, después de todo, era un Ser superior aunque no lo reconociera ㅡ. Y me disculpo por ser tan irrespetuoso con usted y su humano.

A pesar de la desconfianza que transmitía Jungkook, le sonrió, y Jimin no pudo evitar corresponderla con las mejillas rosadas. El demonio simplemente asintió como respuesta.

El pequeño destello indicó que el joven ángel había regresado a sus deberes lejos de la Tierra, donde claramente no era bien recibido. Namjoon soltó un suspiro y se puso a la altura de Jungkook para mirarlo a los ojos.

Te diré algo que debes obedecer, ¿bien? Si un hombre como el que estuvo aquí o algún otro con alas como las mías aparece y te habla, vas a llamarme, dí mi nombre y yo vendré, ¿me entiendes? el niño asintió ㅡ. Te creeré, ahora repite lo que harás de ahora en adelante.

Kookie debe llamar a Namu si un hombre con alas me habla dijo.

Perfecto le revolvió el cabello, provocando risitas chillonas ㅡ. ¿Quieres hacer un dibujo ahora?

Jisoo regresó tarde a casa como de costumbre, soltó un suspiro cansado mientras cerraba la puerta principal detrás de ella. Colgó su saco y su bolsa en el perchero, después notó que la casa se encontraba en completo silencio.

En el suelo había algunos bloques de colores con los que Jungkook solía jugar, los sofá estaban vacíos pero algo llamó su atención, en la mesita central se encontraba una hoja de papel rodeado por crayolas de colores.

Lo tomó y un sentimiento extraño punsó en su pecho al ver el dibujo: era él con un sueter rojo junto al demonio que lo cuidaba, rodeados por lo que interpretó como flores de muchos colores.

Dejó la hoja en ese lugar y con curiosidad subió por las escaleras, no había ningún rastro de Namjoon ni de Jungkook. Lentamente abrió la puerta de su habitación y allí encontró a ese par, durmiendo tranquilamente sobre su cama.

Jungkook dormía sobre el pecho del demonio, con sus labios entreabiertos y mojando un poco con saliva la camisa del hombre. Y él abrazaba con sus brazos y sus alas al menor, protegiéndolo y brindándole una sensación cálida.

· ─𖥸─ ·

~Nota~~
Al principio no estaba segura sobre como iba el capítulo, pero al final creo que no quedó tan mal ;; espero les haya gustado la actualización ♡.

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