Capítulo 27
Ignacio G.
—Hay amor, sé que me amaba y yo también —me levanté y caminé por el lugar—Le cuesta demostrar sus emociones, pero hay muchas cosas que me lo han demostrado, su preocupación, siempre busca aclarar mis dudas, me complace con cosas, busca mi bienestar por encima de él.
—¿Cómo fue que desarrollaste este amor por él?
—Por redes.
—Explícate.
—Sabía de su existencia por redes, encontré el perfil de Alison y vi unas fotos de Isaac. Llamó mi atención y busqué sus redes, las vi un par de veces antes de atreverme a enviarle un mensaje. No tuve miedo, ya que nunca publicaba fotos o cosas así, y mi nombre era de mi personaje favorito de una película, comenzamos a hablar y llevarnos bien; pasábamos horas completas hablando —me senté en una mesa pequeña donde había una maceta—. Poco a poco desarrollé sentimiento por él, la manera en que me hablaba, me trataba, me hacían sentir la persona más especial del mundo.
—¿Él lo sabe?
—No, no sé cómo lo tomará.
—Llevas dos secretos, es por eso que decidiste buscarlo cuando ya no podías estar con tu familia, en el lugar donde fuiste abusado.
—Sí, pero allí me di cuenta de que la persona con la que hablaba y la que conocí ese día eran completamente diferentes y eso me dio miedo, pero no podía solo regresar —acepté, viendo al suelo—pero era como una moneda, conocía una cara nada más, ahora que vivo con ellos, he entendido mucho sobre su vida y lo acepto.
—¿Aceptas?
—Acepto a Isaac tal cual es, siendo un condenado, siendo un asesino, y no me da miedo, porque sé que lo único que ha hecho es sobrevivir y esa es otra de las razones por las que me gusta.
—Vamos a hacer una dinámica, quiero saber cómo es su relación.
—¿Eso en qué me ayuda? —pregunté con duda.
—Necesitas confiar completamente en tu actual pareja, necesitamos que sientas la suficiente confianza para comenzar a olvidar ese momento, ¿Puedo ver que tu mayor miedo es que él lo sepa? Que sienta asco de estar contigo o se distancie, ¿estoy equivocado?
Mordí mi labio con algo de fuerza, haciéndolo sangrar. Todo este tiempo siempre sentí asco de mi cuerpo, de mí mismo por lo sucedido, y me echo la culpa por lo sucedido, siempre pensé que había sido mi culpa lo que sucedió, aunque ellos siempre decían que no. Con mi mano limpié el pequeño hilo de sangre.
—Cuando sucedió el abuso, ¿ya hablabas con él? —se levantó de su lugar y se sentó en el brazo del sillón, mirándome.
—Sí, ya llevábamos un año escribiéndonos cuando sucedió, pasó un par de veces antes de poder contestarle sin sentir asco de mí.
—Isaac siempre estuvo presente, aunque no se conocieran en persona, y sigue siendo una de las razones más grandes que te hacen sentir así. Llámalo.
—Claro.
Saqué el teléfono y lo encendí. Esperamos un poco y busqué su número y llamé, esperamos unos segundos hasta que contestó, colocamos el altavoz para que pudiéramos escuchar mejor los dos, aunque me daba un poco de miedo lo que llegara a decir o preguntara.
"Hola, ¿ya están en casa?"
"Sí, hace un rato. ¿Cómo sigue?"
"Es lo mismo, los doctores dicen que despertará, pero no se sabe cuándo"
"¿Cuándo volverás?"
"En unos días. ¿Ha sucedido algo con Alexis?"
"No, nada se ha comportado y eso me asusta"
"¿Qué pasa? Tu tono es raro. ¿Estás en casa? ¿Norma llamó? ¿Con quién estás?"
"No, nada de eso; solo quería hablar contigo"
"¿Seguro?"
"Sí, quería darte un regalo por Navidad"
"Me agrada la idea. ¿Hay algo que tú quieras?"
"¿En qué parte estás?"
"Ya hablamos de eso, sin preguntas. Recuerdo que te gusta Harry Potter y también leer ¿quieres algo así?"
"Recuerdas esa conversación"
"Claro, me leíste los libros y vimos las películas unas tres veces"
"Me encantaría leer los libros en físico"
"Bien, te llamo más tarde o mañana"
"Antes de que cuelgues, quiero hacerte una pregunta"
"Aja."
"Si te guardo un... secreto, ¿cómo reaccionarías? Quiero decir, al enterarte, ¿qué dirías o pensarías?"
"Ignacio, ¿qué sucede?"
"Dime, si te guardo un secreto, ¿cómo reaccionarías?"
"Dependerá de lo que sea y que sea lo que esc... ¡ISAAC!"
Escuché a alguien al fondo llamarlo. Puso el teléfono en silencio y, después de unos minutos, regresó.
"Tengo que irme, te llamo después. Te quiero, descansa."
Dejé el teléfono a un lado, esperando que él mencionara algo de la conversación. Por estar hablando con él, no me di cuenta de que había agarrado de nuevo la libreta y estaba escribiendo algunas cosas, siempre tengo curiosidad de saber qué tanto piensa o escribe de mi situación.
—Veo que su relación es muy cercana, aparte de lo sexual. Él toma mucho en cuenta tus sentimientos y las cosas que te gustan —mencionó mientras escribía—también noté que hay otro factor, un tal Alexis ¿Qué importancia tiene él en esto?
—Lo conocí al mismo tiempo que a Isaac, Alexis es un imbécil hecho y derecho, es un condenado como él, pero nuestra relación o la manera en que nos relacionamos es diferente, siempre me molesta con comentarios o apodos algo tontos o graciosos, pero siempre creo que de alguna manera intenta protegerme.
—¿Protegerte? Dices que te molesta o te pone apodos.
—Sí, pero siempre me habla con la realidad, quiero decir, no intenta disfrazar las cosas, me habla con la verdad, aunque eso me duela, y creo que de alguna manera me agrada eso de él, aunque por veces puede ser un imbécil, también es algo cercano a Isaac; bueno, eso creo por la manera en que se llevan.
—Su relación no comenzó como todas, pero se llevan bien, de una manera diferente.
—Exacto.
—¿Confías en él? —preguntó con seriedad.
—Sí, de alguna manera sí, es de confianza.
—¿Hablarías con Alexis sobre tu abuso?
—No estoy seguro, tampoco sé cómo reaccionaría él, y si él sabe, Isaac y Óscar lo sabrán.
—Quiero que pienses en algo primero, sientes la confianza para contarle a Alexis sobre el abuso, piensas que él será realista y te hablará y actuará sin fingir. ¿Eso puede suceder?
—Sí, él será así.
—Bien, piensa si él puede ser la primera persona en la que confíes para un tema tan delicado como ese. En la siguiente sección seguiremos.
—Gracias —agarré el teléfono y caminé hasta la puerta, pero me detuve por sus palabras.
—Estas pláticas que hemos tenido han salido mejor de lo que pensé, no te has cerrado y buscas poder superar lo que sucedió, me alegra ver tu avance y que tienes personas importantes en tu vida.
Entré a la casa y me tiré al sillón boca abajo. El tráfico es una basura me tardé tres horas para llegar aquí. Alison no está y Alexis tampoco está aquí, así que la casa está sola para mí, las clases están tranquilas, así que no hay tareas que hacer.
Hablé con ellos por la mañana y ya me pasaron los nuevos chismes, así que no hay nada que hacer. Me senté en el sillón y busqué el número de casa, a esta hora es posible que mi princesa me conteste.
El teléfono sonó un par de veces antes de que atendieran.
"¿Quién habla?
"Hola, mi princesa."
"¿IGNACIO? ¿Dónde estás? ¿Cuándo nos veremos? Te extraño, hermano."
"También te extraño, mi princesa. Nos veremos pronto, yo te llamo para avisarte. ¿Cómo van las cosas en casa?"
"Mal, papá ya casi nunca pasa aquí y mamá cada que viene grita y grita."
"¿Sucedió algo?"
"No sé, siempre me quedo en el cuarto o invento trabajos en casas de unas amigas, siempre que regreso son solo gritos."
"Lo siento, princesa, quisiera estar allí contigo."
"Las cosas han puesto peor desde que te fuiste. Antes eran pocas sus peleas, pero ahora son más y más. ¿Cuándo volverás?"
"No puedo volver, princesa, pero veré cuándo puedo ir a verte."
"¿Puedes venir aquí?"
"Lo intent...
No terminé de hablar cuando Alexis entró a la casa. ¿Cuándo le dimos llave? Se sentó en la mesa observándome, pero sin decir nada.
"Veré cuándo puedo, princesa, te he mandado una solicitud, revisa."
"Te amo, hermanito."
"También, princesa, cuando escuches que están enojados, ponle seguro a la puerta y escóndete en medio de la cama y el ropero, con el teléfono a la par, ¿entendido?"
"Sí, siempre lo hago. Te quiero, tengo que irme a ensayo."
"Te amo."
Corté la llamada y dejé el teléfono delante de mí.
—¿Por qué no te la traes? —preguntó, sentándose delante de mí.
—¿Traerla? —pregunté, sin saber a qué se refería.
—Sí, ¿por qué no traes a tu hermana contigo? Si le pides que le ponga seguro a su cuarto y tenga el teléfono a la mano, esas peleas se salen de control, ¿no?
—¿Y que viva con nosotros? Por favor, no puedo traerla a una zona de gritos y peleas diarias.
—En lo que llevas aquí, ¿hay gritos, peleas o cosas?
—No.
—Isaac, de una manera, respeta esta casa por su hermana. Solo trae los cuadernos y una arma por su propia seguridad, dinero es poco el que trae, nadie viene a molestarlo y tampoco hay peleas, si las cosas suenan tan mal, es mejor tenerla aquí.
—¿Contigo?
—Mapache —mencionó, dándome un golpe en la cabeza— ¿Crees que me meto con niñas? O que, vendría siendo hermanastra de Isaac, territorio que no se toca, piénsalo.
—Pregunta —mencioné antes de que se levantara.
—Aja.
—¿Crees que él permita que me la traiga? —pregunté, pensando en la posibilidad de traerla—es mucha responsabilidad: comida, vestimenta, educación y más cosas; aparte, es una niña.
—¿Crees que él no sabe de eso? Él solo crió a Alison y lo ha hecho bien. Mira, es bonita, con buena educación, siempre anda bien vestida, es una niña que se da a respetar con todos. Nadie la molesta, pero también es una maldita cuando quiere. Si traes a esa niña, esa será la educación que va a recibir.
—¿Por qué me propones esto? —pregunté con seriedad.
—¿Cómo son las peleas entre ellos? —contra preguntó, guardándose el teléfono en el bolsillo.
—Algo complicadas y no es para nada como piensas. Es mamá qui...
—¿Por qué la llamas mamá? No lo es y tampoco te ha criado desde bebé.
—Por respeto; creo que todo este tiempo la llamé mamá únicamente por respeto —mencioné con melancolía—también era como pensar que tenía una familia completa.
—Aja.
—Para resumir, Norma es de un carácter fuerte y papá es un poco más tranquilo. Ella le grita, rompe cosas o hasta le pega por veces, nosotros nos quedamos en el cuarto esperando que se calmen y después fingimos como que nada sucede, casi nunca entiendo por qué suceden las peleas.
—¿En cuántas ha estado presente ella?
—En algunas, desde su nacimiento se habían calmado algo.
—Piensa en la opción de traerla. Sé que él no lo evitará ¿Hay algo de comer?
—Creo que Alison hizo algo ¿caliento? —su mirada fue como desconcierto—para comer los dos, tampoco he comido.
—Me bañaré primero —avisó.
Pensar en contarle sobre el imbécil que me llama mapache, lo conozco por encima y no sé cómo reaccionará, si se burlará o simplemente escuchará callado, pero tampoco puedo decirle así por así, creo que aún no tenemos esa confianza para hablar de ese tema.
Lo que acaba de decirme también me dejó en duda, porque se mete en una conversación así con mi hermana o me pide que la traiga aquí, sé que es un infeliz, pero nunca se metería con una niña, puedo tener confianza en ese tema, también tiene razón: tendrá una mejor educación y aquí está Alison también, estaría yo, pero tampoco quiero que crezca en un ambiente como este.
Serví la comida y la dejé encima de la mesa, esperando que saliera, cuando llegó, solo me miró y se sentó a comer.
—Podemos hablar —dije.
—Aja.
—Puedo contarte algo sin que lo digas a Isaac.
—¿Ya tienen secretos de pareja?
—No somos pareja —recordé.
—Tú eres el único que cree que no son pareja, mapache.
—¿Puedo contártelo o no? —pregunté, algo nervioso.
Su mirada cambió al ver mis manos temblar un poco. No había probado ni un bocado de la comida.
—¿Qué sucede?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro