Ignacio G.

Isaac me arrebató el teléfono de las manos de un solo, puso la llamada en silencio antes de bajar el teléfono.

—¿Estás seguro de quedarte aquí?— preguntó en un tono distante— aunque ordene que te den una paliza— asentí con la cabeza— aunque te mande a trabajar— volví a asentir— aunque te pida que lleves y traigas cosas que yo necesite— volví a mover la cabeza— y si te ordeno dormir en la sala.

—Lo haré, prefiero eso que volver a casa— afirmé con seguridad.

Agarró el teléfono, le quitó el silencio a la llamada y se lo puso en la oreja.

—Hola, Norma, el vino buscándome, gritas de nuevo y cuelgo la llamada... hace mucho perdiste ese derecho, no lo busques, olvídate de su existencia, no quiero verte aquí buscándolo y menos a la policía, si lo haces mandaré una clara advertencia a tu querido esposo.

Colgó la llamada y terminó estrellando el teléfono en la pared.

—¡QUE MIERDA TE PASA!— grité parándome enfrente de él, caminé hasta donde estrelló el teléfono.

—Vas a comenzar desde cero, Norma no vendrá a buscarte, te daré un nuevo teléfono, dejarás atrás lo que sea por lo que viniste aquí— voltee a verlo y se estaba quitando los zapatos— crea nuevas cuentas personales, cambia número también— se quitó la camisa dejándola sobre la cama— ¿en qué grado estás?

—Primer año de bachillerato.

—Ve mañana con Alison, comienza todo el papeleo para el cambio de escuela— mencionó quitándose los pantalones.

—Estás loco— mencioné caminando hasta la cama— estás hablando de los Institutos Monaghan, vi a Alison con el uniforme, su mensualidad es de cuarenta y cinco y su matrícula es de ciento veinticinco.

—En ningún momento te pregunté sobre cuánto cuesta, te ordené que vayas con ella, ellos te darán un uniforme después compras otro.

Con eso último salió del cuarto, cada mes paga esa cantidad de dinero por la educación de Alison, es caro, pero muchas personas mandan allí a sus hijos por la buena reputación.

El teléfono quedó completamente destrozado, recogí la ropa que dejó tirada y la metí a la cesta que había, solo había traído dos cambios de ropa y los zapatos que ando, lo demás lo tiré a la calle.

Alison tiene mí misma altura, su cabello es largo y liso de color negro, sus ojos son color negro, sus facciones son delicadas y rasgos finos, es de complexión delgada, pero sana de alguna manera.

Isaac es unos centímetros más alto que yo, cabello corto y negro, desordenado que le queda bien, sus ojos son negros como los de su hermana, sus facciones son lindas, creo que es algo delgado, pero la ropa ancha no me dice mucho.

Después de un rato regresó solo con un bóxer puesto, salí del cuarto y me metí a bañar, cuando regresé había puesto una colchoneta en el suelo con una cobija, estaba acostado en la cama con el teléfono, me acosté y miré así el techo.

—Mencionaste en la tarde que querías hablar.

—Nunca te acerques al cuarto de Alison en la noche, nunca preguntes qué hago o dónde estoy, nunca revises lo que traigo a esta casa si no te lo pido, no hables idioteces con nadie, nunca mires ni escuches nada.

—¿Solo eso? — pregunté después de que se quedó callado.

—Sí, concéntrate en estudiar e irte de aquí.

—Gracias por dejarme quedar.

Cuando me desperté ya no estaba, me arreglé para irme con ella, el bus tardó un tiempo en salir, llegamos antes de las siete, tienen suerte que uno de los institutos no está tan lejos como los demás, ella se fue a clases y yo me quedé esperando en secretaria a que la directora me atendiera.

Habían diferentes cuadros en las paredes, en una estaba la foto del fundador, en otras algunas promociones que destacaron de las demás, lemas en algunos cuadros y demás cosas.

—Buenos días— una señora habló detrás de mí— ¿quería hablar conmigo?

—Sí.

—Síganme por favor— caminamos pasando la cocina, ella entró primero y yo la seguí, nos sentamos uno delante del otro— ¿en qué puedo ayudarle?

—Quisiera hacer mi transferencia, quisiera saber qué documentos debo de traer.

—¿Qué año está cursando? — preguntó revisando algo en la computadora.

—Primer año de bachillerato.

—Joven, sabe que ya nos encontramos a mediado de año— mencionó ella poniendo las manos sobre el escritorio.

—Lo sé, pero tuve un inconveniente donde estoy viviendo, y no quisiera atrasarme más en las clases.

— Fue un problema de ¿pandillas?— asentí con la cabeza— haré una excepción con usted, le daré una lista de los papeles que necesito que me entregue y también el pago que debe de realizar, pagará desde mayo a julio y la matrícula— agarró un pósit y escribió algo— esto es lo que deberá de pagar, iré por la lista, ya vuelvo.

Agarré el papel y leí la cifra, al verla me quedé atónito, doscientos sesenta dólares, más cuadernos y libros, los uniformes, la mensualidad de Alison, casi los quinientos dólares, tendrá que robar un banco para tener esa cantidad de dinero.

—Estos son los papeles que debe de traer— entró de nuevo y se sentó— también a su respectivo representante, en el momento que traiga los documentos se le entregará un uniforme de clases si es posible más adelante compre otro, también el de educación física, debe de sacar un carnet que se presenta en las mañanas, el carnet es sin costo alguno, solo debe de entregar una foto.

—Gracias.

Salí de allí revisando los papeles que debo de traer y otros que ella me entregó, acta de nacimiento, notas actuales, registro de comportamiento y demás cosas, debo de traerlos el día que cancele lo que piden, cuando venía para acá vi unas escuelas públicas, pero él me pidió venir aquí es por algo, tiene un carácter explosivo no quiero problemas con él y menos otro golpe.

Creo que tengo facturas después de eso, caminé hasta la parada de buses, tuve suerte de que no tardó en pasar, Alison me dio su juego de llaves para mientras por si Isaac no estaba.

En la semana decidí ir a sacar los papeles que necesitaban, evité de todas las maneras posibles que alguien conocido me viera, después de que Isaac hablara con ella no ha vuelto a buscarme, ocupé la computadora de Alison para cerrar mis cuentas, tenía diversos mensajes pero ya ninguno de ella.

Borré todo como él me pidió, intentaré conseguir un teléfono para abrir cuentas nuevas, por el momento quedé completamente incomunicado con todos.

—Muchas gracias— le di la mano a la secretaria después de que me entregó el folder.

—Es una lástima que te cambies, espero te vaya muy bien, cuídate.

Me despedí de ella y salí, pero al momento tocaron el timbre del recreo, corrí rápido a los baños más cercanos y me escondí en uno de ellos, por primera vez agradezco que las puertas tengan seguro, me quedé allí hasta que escuché el timbre sonar de nuevo, esperé unos minutos más para poder salir.

Cuando salí ya no había nadie, caminé rápido hasta la salida, pero bajando las escaleras escuché una voz, mi cuerpo se paralizó al escuchar su voz de nuevo, esa voz que causa náuseas en mí, que hace que mi cuerpo comience a temblar.

—Volviste— habló a mis espaldas— ¿Por qué no jugamos un rato?

Bajé las escaleras de dos en dos lo más rápido que mis piernas me daban, me temblaban como gelatina pero lo intenté.

—¡AGÁRRENLO IDIOTAS!

Por tercera vez odio con mi vida estas malditas escaleras, bajé más rápido y comencé a correr a la puerta que da hacia la calle, estaba a punto de llegar cuando uno de ellos me agarró del brazo, comencé a forcejear intentando alejarme de él.

—¿Por qué tanta prisa? — preguntó con cinismo— tu madre vino preguntando por ti, ¿Dónde está mi pequeño bebé? — imitó de mala manera el tono que ocupaba— estaba detrás de mí, su voz hacía que sintiera ganas de vomitar.

—Deja de joderme imbécil— intenté alejarme de él lo más posible, fue en vano porque otro de ellos estaba detrás de mí.

—¿Qué sucede? — uno de los maestros habló saliendo de un salón— ¿por qué no están en clases?

—Y-yo— me solté rápido de su agarre— venía por unos documentos, acabo de transferirme a otra escuela, me encontré con ellos de casualidad y estábamos platicando— intenté decir, me alejé más de ellos acercándome a él, las miradas de ellos encima de mí, solo provocaban asco.

—Lamento que se vaya, eres de los mejores que he tenido— se acercó más a mí y estrechó mi mano— ¿a dónde irás?

—Preferiría no decirlo, tengo que irme.

—Claro, te deseo suerte, ustedes par de haraganes, vuelvan a sus clases.

Él me abrió la puerta, ya que estaba con llave, me despedí de él de nuevo y corrí sin rumbo alguno, cuando supe que estaba lo suficientemente alejado, me recosté en la pared a tomar aire, traía todos los papeles arrugados después de eso, carajo mi puto último día aquí y tenía que encontrarme con esos infelices.

Caminé un poco más a la calle a esperar un bus o microbús que me lleve al centro, de allí tengo que agarrar un bus que me lleve de vuelta, espero que el tráfico aún no haya comenzado, me vine al mismo tiempo que Alison a sus clases.

—Hola— saludó ella poniendo las llaves en la mesa.

—¿No me habías prestado tus llaves?

—Me encontré a mi hermano y me dio las suyas, mañana le sacaré una copia para que tengas unas— se sentó en el sillón a la par mía.

—Gracias, ¿quieres almorzar?

—¿Hiciste de comer? — preguntó algo asombrada.

—Sí, vine algo temprano y me sobró de lo que me dio tu hermano, compré una soda para comer, vi que había algo y lo hice, no soy muy bueno.

—No te preocupes, aunque no debiste de hacerlo, eso lo hago yo.

—Ya estoy aquí de arrimado, tengo que hacer algo, ¿comemos o esperamos a Isaac?

—Comamos, él casi nunca viene a comer.

Mientras ella se fue a cambiar el uniforme, comencé a servir la comida, comimos en medio de pláticas de diversos temas, en un momento hablamos sobre el instituto, cómo eran las cosas en él, la manera de los profesores, los trabajos, la presión y otras cosas.

Mamá podía mandarme a uno que está por donde vivimos solo un poco más retirado, pero cerca, pero nunca me gustó o me interesó, después de lo que decían de ellos, después se hizo el cambio de responsable, se pensó que Gustavo por ser el mayor se quedaría a cargo de ellos, pero fue Aurora, la única hija del grupo Monaghan, quien puso a cargo, sucedió un par de meses antes de que lo asesinaran.

—¿Tú estabas cuando fue el cambio?

—Sí, pero no fue gran cosa, nos explicaron algunos cambios que hizo, unas palabras que ella dio por video, que si lo pienso fueron para mejor.

—¿Aún no cumple la mayoría de edad, cierto?

—No los cumple hasta en agosto, ya falta poco para que sea, pensamos que como había salido hace poco de la academia militar, iba a hacer cambios más estrictos, pero todo fue normal.

—Buenos días, ¿trae los documentos?

—Sí— le entregué el folder con los papeles, los revisó uno por uno viendo que estuvieran todos.

—¿La carta de su responsable o ha venido con usted?

—Quería mencionarle ese asunto, no vivo con mis padres desde hace un tiempo, solo con mis hermanos, puedo decir que él es mi responsable— una mentira nunca le hace mal a nadie, tampoco a él le molesta que le diga hermano, aunque solo lo dije una vez.

—Entonces usted viene siendo hermano o hermanastro de la señorita Alison— preguntó, escribiendo algo en la computadora, creo que uno de los apellidos nos delata.

—Hermanastro, mi padre se casó con su madre hace un tiempo, pero ellos lograron irse a Estados Unidos, por eso solo estamos nosotros tres, mi hermano se hace cargo de nosotros— intenté explicar una situación que no existe.

—Disculpen— la secretaria tocó la puerta— hay alguien que necesita hablar con usted, es importante.

—Permítame unos momentos, ya vuelvo.

—Claro.

Salió dejándome solo, sigo sin teléfono así que me dediqué a ver algunos cuadros que hay en la pared, en una vitrina tiene algunos trofeos que creo que son de los equipos de fútbol u otros eventos que han ganado, también hay un cuadro del fundador del Instituto como afuera.

—Disculpe la demora— mencionó entrando a la oficina— tuve que atender, también estaba viendo que el pag...

—Sí, también quería hablar de eso, ten...

—Ese asunto ya está arreglado por completo, cuando terminemos con unas preguntas y firmas, pase a secretaria para el uniforme de física, gala y clases, si le quedan grandes se les puede arreglar y ajustar, ella le dará la lista de los útiles y libros que ocupará el resto del año— se detuvo un momento y me entregó un panfleto— como sabrá el Instituto pertenece al grupo Monaghan, no nos apega al sistema de nuestro país sino al que ellos piden y ordenan, acuerdos anteriormente hablados con el presidente de esa época, los libros los puede comprar aquí, o aparte como usted desee— explicó entregándome una libreta de pagos, cuando la revisé estaba llena por completo, algo no cuadra aquí.

¿Cómo carajos me dice que no debo de pagar ni un centavo y que solo pase a recoger los uniformes que también son algo caros? ¿Es el mismo trato que Alison tiene? Por eso no le importó cuando le pedí el dinero que me habían dicho y solo me dijo que viniera.

¿Alison sabrá que él no paga nada por ella? ¿Será que tiene amenazada a la directora y por eso no cobra? Carajos, ahora dudo de querer quedarme aquí, si estudiamos aquí es porque alguien sufre.

—¿Nos vamos? — preguntó Alison parada delante de mí con unas compañeras.