Capítulo 18
Ignacio G.
—¿Ya les tomaron las medidas? — pregunto Isaac, mientras desayunábamos.
—Antes de salir de vacaciones las tomaron, ya casi los llevan— respondió algo emocionada.
Desde hace tres días mi relación con Isaac ha mejorado mucho, cuando viene me da un beso en los labios de saludo, también cuando se va, platicamos un poco más por mensaje, estamos más unidos.
—Quería pedirte permiso.
—Ya habías tardado— menciono, agarrando un pan francés con queso duro— ¿Qué sucede?
—La familia de Melani van a ir a la playa y sus padres me invitaron con ellos, pero nos quedaríamos a dormir allá.
—Continúa.
—Pero— se quedó callada viendo su plato— irán sus dos prim...
—No iras— corto de una vez.
—¡Isaac!, por favor, será solo una noche.
—Sin van sin ellos, puedes ir.
—Que tiene de malo que vayan, casi nunca te pido permiso para dormir fuera de casa.
—Y tú me crees imbécil.
—Tu actitud demuestra que sí, nos quedaremos por separado, yo me quedaré con Melani, ellos en otro.
—Responde algo— él sabe algo— uno de esos primos es ¿Roberto? — su mirada cambio con ese nombre— el mismo con el que hablas todas las noches, que le envías audios y fotos Alison.
Ella escupió el café que tenía en la boca, yo me atragante con el pan comenzando a toser, la camisa de Isaac se ensució con la acción de su hermana.
—Por esa razón no iras, no te quedarás durmiendo cerca de él— se levantó de la mesa y fue al cuarto.
—¿Me vio? — pregunto, pero fue más para ella misma que para mí.
Me levante también dejándola sola en la mesa, con sus preguntas, llegue al cuarto y lo vi cambiándose de camisa.
—¿Vendrás a dormir hoy?
—No, me toca vigilar, ¿Por qué?
—Solo quería saber— respondí ayudándolo a acomodarse la camisa.
—¿Qué hablaste con Alexis?
—¿Quién fue el chismoso? — interrogue.
—¿Para qué lo fuiste a buscar?
—Solo quería sab...
No pude terminar de hablar cuando sentí sus labios encima de los míos, ubique mis manos detrás de su cuello y él en mi cintura, desde ese día no hemos pasado de besos, él siempre intenta darme mi espacio, los besos que me da son suaves y cálidos, disfrutábamos el momento sin prisas, disfrutábamos del sabor del otro, de que nuestros cuerpos estuvieran juntos.
—Quiero intentar algo— hablé encima de sus labios.
—¿En este momento? —pregunto moviendo sus manos de arriba a abajo en mi cintura.
—Si, ¿tienes tiempo? — baje mis manos hasta su cintura también.
—¿Alison?
—La dejaste pensando y analizando su existencia en este momento, dudo que quiera verte ahorita.
—Eres observador.
—Mucho, también noté que te levantaste en la madrugada, después de sentir algo por mi pierna.
—Estás muy atento a mí ¿no?
—Un poco, ¿quieres o no?
—Bien, ¿te sientes cómodo?, no tienes que hacer las cosas con prisa, podemos tomarlo con tiempo.
—Estoy seguro, no me cortes la inspiración.
—Bien.
Me dio un beso en los labios, cerro con la puerta con seguro, se acercó a la cama y se sentó en ella, esperando que hiciera algo.
Me acerqué a él quedando entre sus piernas, él las abrió un poco más, estaba muy nervioso, estuve pensando en esto casi toda la noche, levante su camisa dejándola caer al suelo bajo su atenta mirada, pase mis manos por todo su abdomen, observando de nuevo lo bien formado que esta.
—Ignacio— habló agarrando mis manos— no tienes que hacerlo, si no estás cómodo, si aún no estás listo.
—¡Porque no lo estaría! — hable un poco alto, Isaac no puede saber sobre eso, él no puede saberlo.
—No quise decir eso, Ignacio respira— no me había dado cuenta de que comencé a retener el aire, mi cuerpo estaba temblando de nuevo— podemos dejarlo para después— se levantó y me abrazo.
—Lo siento.
—¿Por qué te disculpas?
—No sé— comencé a llorar en sus brazos.
—Tranquilo, ¿quieres hablar?
—N-n-no, aún no— lo abracé lo más fuerte que pide.
—Quie...
—El circ..
Alexis apareció del otro lado de la ventana, por Dios no tiene puta vida, que siempre aparece cuando no debería, la situación no se ve bien en todos los términos, me aleje de él y abrí la puerta, Isaac se estaba poniendose la camisa.
—El círculo negro— la mirada de Isaac cambio en totalidad, tampoco la de Alexis era la de siempre.
—¿Qué sucedió?
—Hay un problema con la presidencia.
—¿Presidencia? — pregunté, hablan como si ellos fueron los diputados y entraron en crisis de Gobierno.
—Tengo que irme, te quiero.
Se despidió con un beso y Alexis solo me dio una mirada.
El rumor de que los condenados intervienen en las elecciones es verdad, desde hace mucho se escucha que ellos los ayudan o hacen acuerdos con el Gobierno, una de las razones por las que las cárceles parecen más hoteles que cárceles, con beneficios para los cabellizas que están allí, entra y sale dinero e información como si nada.
Entra dinero, mujeres, teles, aparatos de sonido, drogas, máquinas de tatuajes, buena comida, es como tomarse unas vacaciones de la pandilla en las calles, el pacto que hacen es desconocido pero conocido a la vez.
—¿Por qué Alexis traía esa cara? — pregunto Alison en la puerta.
—Problemas de Estado.
Los dos nos echamos a reír, chiste que dañan a muchas personas.
Isaac M.
—¿Hace cuanto llego?
—Aún no está aquí, viene en camino, Santiago trajo la información— explicó él.
—¿Santiago? — pregunté a lo que lo confirmo— como entró sin que le metieran un tiro o salieran corriendo..
—Está aquí de civil, el localizador de su teléfono está apagado, no trae arma tampoco.
—¿David sabe? — pregunte mientras caminábamos para arriba, una de las casas cerca de la baja, hacia el barranco que hay.
—Sí, vino corriendo cuando se enteró, actúa como si nada, pero no sé cuanto dure, tiene miedo por lo que pueda sucederle.
Seguimos caminando hasta que entramos a la casa, era una casa con buenas salidas, las ventanas daban directo al barranco, la puerta principal al pasaje, la puerta de atrás al patio de una casa, la otra ventana daba a otra casa y la última opción por si nada de eso servía, era un túnel abajo del baño de tierra, que no se ocupa hace años y fue cambiado de lugar, dudo que alguien busque algo allí.
—Santiago— hablé llamando su atención y la de todos prácticamente.
—Tengo información que te será de utilidad.
—¿Lo revisaron? — pregunté arrastrando una silla hasta donde estaba el sentado.
—No trae nada, solo su identificación diciendo que trae algo que te interesa.
—Salgan los demás, David te quedas.
—Encontré esto— me entrego un papelito doblado, estaba algo borroso, pero se lograba leer.
—Bien.
Todos los que estaban allí salieron dejándonos solos.
—Hablaste de las elecciones y la presidencia, pediste solo hablar con nosotros, debes de traer algo que valga la pena, porque de ahora en más estarás bajo la mirada de todos ellos, has quedado señalado.
—No preguntes como, pero escuche una conversación que llamo mi atención, por mi rango pude ir con ellos, inventando alguna excusa— me entrego el folder que había estado cuidando en todo momento— el nuevo partido que hizo algo de ruido está ganando mucho territorio en poco tiempo, muchas personas están poniéndose de su lado.
—Esa es información que ya teníamos.
—Revisa.
Lo abrí y encontré toda la información de ese nuevo candidato, salido de la nada, el partido salió de la nada también, no hay ninguna mancha en su historias, es como una puta blanca paloma, pero no ha completado sus estudios tampoco, tiene dinero, así que no lo hace por eso, ha estado en diferentes lugares dando sus ideas y propuesta, ha logrado ganar a muchas personas.
Según estas encuestas de popularidad hechas en base a lo que se ha visto, cada partido debe de andar a un acompañante, que se encarga de observar y anotar, estadísticas que nunca salen a la luz, está por encima del candidato que el círculo negro ha preparado para la presidencia, si esto es cierto, hay un 50% de posibilidades de que pierda, y eso solo la hará enojar.
—¿Confirmado?
—Si, lo conocí y escuche sus propuestas cara a cara, quiere iniciar una guerra contra las pandillas.
—Es lo que dicen todos, pero al final con un poco de dinero, se callan y fingen demencia.
—Él no— confirmo— él no está dispuesto a hacer un acuerdo con ustedes, él está dispuesto a iniciar una guerra, si llega a la presidencia con los diputados correctos y el gobierno correcto, sabemos quién estará en desventaja.
—Tendremos que sacarlo del juego entonces, cuando una pieza no se mueve como debe, debe de ser eliminada y cambiada por una que siga el mecanismo indicado.
—Si intenta asesinarlo, su esposa tomara su lugar.
—¿Esposa? — pregunto Alexis.
—Sí, es como un acuerdo entre ellos, si él muere ella tomara su puesto y continuara con el partido, si los dos son asesinados y el que ustedes tienen planeado no servirá, notaran que algo no cuadra y terminaran eligiendo a otro, y eso no los beneficia a ustedes, pero si a los encadenados.
—¿Hay algo que pueda vincularlo con ellos?
—Nada, no está con ustedes ni con ellos, está con sus "ideales" — hizo comillas en el aire— por eso mencioné que la presidencia está en riesgo, riesgo para ustedes.
—¿Qué ganas?, para ustedes es mejor tendrían permiso de jodernos como quieran sin problema, y muchas personas estarían felices, no pierdes ni ganas nada.
—Eso pone en riesgo a David, y evitaré eso tanto como sea posible— expreso volteándolo a ver.
—Puto marica— se expresó Alexis alejándose.
—Si él llega al poder, no podre protegerlo ni evitar que sufra en la cárcel.
—¿Eso es todo lo que sabes?
—Por el momento si, no pude investigar más porque me pondría en peligro.
—Vete— me levante analizando mejor la información.
—Quiero un trato.
—¿Crees que somos políticos o qué? — hablo Alexis— no ofrecemos tratos, lárgate antes de que de una orden diferente.
—Puedo darles información, puedo volverme uno de sus informantes, a cambio de David.
—Deja eso — intervino, pensé que se quedaría callado— ya lo hablamos.
—¿Hablamos? — pregunté.
—Quiere que me des pase de salirme de los condenados, así como sucedió hace un par de años, cuando el actual cabelliza sé salió y dio pase a cualquiera que lo quisiera.
—Tienes gran, expectativas en la vida, David debes de seguir hablando con el sobre esto, si sigue con esas ideas le puede traer problemas, si quieres seguir con el confórmate y acepta que es un condenado— me pare detrás de él poniendo mis manos en sus hombros— acepta que es alguien que decidió su vida, no error— me corregí— el destino eligió su camino, y si lo amas, aceptaras lo que eso conlleva.
—Seguirán de cursis carajo, vete.
—David, llévalo— ordené.
Nos quedamos los dos solos de nuevo, termine de leer y después se lo pase a él para que lo analizara, será una gran pérdida de dinero y esfuerzo todo este tiempo invertido, si él quiere una guerra contra nosotros y no está de parte de ninguno de los dos, serán problemas muy graves, el círculo negro no nos entregara tanta protección.
—Está aquí— grito alguien tocando la puerta.
—¿Cómo vino tan rápido? — pregunto Alexis.
—¿En serio haces esa pregunta?
Su teléfono sonó cuando íbamos saliendo de la casa, no espere que contestara cuando agarre el teléfono y conteste por él, era nuestra linda Lizbeth.
"Por el momento no puede contestar"
"¿Isaac?"
"Si reconoces mi voz, me halagas"
"¿Le sucedió algo?"
"Si vivo y siendo un imbécil, llámale mañana o dentro de un mes, adiós"
—No te dejes llevar tanta por una niña— aconsejé aventándole el teléfono.
—Tú no te dejes llevar por un niño.
—La diferencia no es tanta— expliqué— a diferencia del señor.
—Jodete Isaac.
Llegamos hasta el punto cuando una camioneta se estacionó, algo así llamada la atención de cualquiera claro, eran pocas las veces que llamaba tanto la atención, la puerta fue abierta dejándome entrar, nos quedamos en el mismo lugar.
—Me puedes explicar lo que dijo.
—Si no lo matamos antes de que llegue a la presidencia nos traerá muchos problemas.
—¿Qué saben de él?
—No hay nada, nunca ha cometido un error, esposo ejemplar, amigo, hijo, hermano, jefe, empleado, no hay una sola mancha ni cuando estaba estudiando.
—Nadie es un santo en el mundo, tiene que tener un error, algo que esté bien escondido.
—Esto— le entregué el folder— viene de parte del gobierno, una investigación que hicieron, no hay nada.
—Tendremos que encontrar algo, no pienso perder el dinero invertido en la campaña de ese imbécil, ¿cómo fue?
—Su plan de campaña es fácil, no piensa negociar con nosotros, tampoco piensa hacer lo mismo que los demás gobiernos.
—¿Le creen? —pregunto sarcásticamente— todos dicen eso al inicio, cuando se llega el momento se negocia con una buena cantidad de dinero.
—Eso es lo que sabes, es mejor prevenir.
—Bien, me encargaré de eso, ¿sucedió algo más?
—Necesito que sigan a alguien dentro de la seguridad— necesito saber más de él.
—¿Quién?
—Sebastián, anti pandillas, tiene una relación amorosa con David uno de los nuestros.
—¿Lo sabes desde hace tiempo?
—Sí.
—¿Sabes que puede traer problemas?
—Sí.
—Bien, es tu decisión después de todo.
—¿Te quedarás? — pregunté mirando hacia afuera, se puede ver todo desde adentro, pero nada de afuera a dentro, es peligroso si alguien descubre su identidad.
—No, tengo que encargarme de otras cosas.
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