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Capitulo 16

Ignacio G.

—¿Estás seguro de continuar?

Habíamos decidido mover un poco las cosas, tampoco queríamos irnos al cuarto, movimos la mesa y pusimos una sábana en el suelo, agradecí ver hecho limpieza antes si no estaría todo sucio, Isaac había tenido tanta delicadeza y cuidado en todo momento, estuvimos quizás unos veinte minutos besándonos, en ningún momento lo vi renegar o molestarse por eso.

—Si— respondí acostado en el suelo— ¿eres tú el que quiere parar?

—No contra preguntas cuando dijo algo, si te sientes incómodo o es mucho para ti, solo debes de decírmelo, ¿ok?

—Está bien.

Él se lo toma con mucha paciencia y calma, es como si supiera lo que sucedió y no buscara presionarme. Sentí sus manos desabrochar mi pantalón mientras me daba pequeños y cortos besos en la nuca, intente tranquilizar todo lo posible mi respiración para no arruinar el momento que estábamos teniendo.

Poco a poco comenzó a bajarme el pantalón, me di un corto beso en los labios y se separó para poder quitármelo, levante un poco las caderas y las piernas para que no le costara trabajo, desde ese día es la primera vez que me atrevo a estar delante de un chico solo en ropa interior, es la primera vez que dejo que alguien más me vea así.

—Quiero que cierres los ojos, y me sientas.

—Per...

—Confía en mí, estoy aquí no me iré a ningún lado— por primera vez estoy feliz de escuchar el sonido de ese odioso teléfono, me hace entender que no es un sueño.

Cerré los ojos como él me pidió, sentí como se acomoda cerca de mis piernas, una de sus manos se paseaba desde mis piernas hasta mis brazos, podía sentir el calor de su piel con la mía, me centre todo lo posible en él, era lo único que, quería que estuviera en mi mente en este momento, mi cuerpo tembló cuando sentí su mano cerca del elástico de mi bóxer, una cosa es suponer lo que sucederá otra es saber que está sucediendo.

Comenzó a besarme despacio creando un movimiento de tranquilidad entre nosotros, su mano se metió entre mi ropa interior, pude sentir su mano encima de mi miembro, sin pensarlo llevé mis manos hasta su espalda, el recuerdo de él encima de mí, de sus burlas y ofensas comenzaron a resonar en mi mente.

—No pienses en nada, la única persona que está aquí soy yo— estábamos tan cerca que podía sentir su aliento— solo estoy yo aquí, nadie nunca más estará aquí si tú no lo deseas— me di un beso corto— intenta respirar, calma tu cuerpo, mueve tus manos encima del mío, soy yo quien está aquí no hay nadie más, aparte de nosotros dos.

Sus palabras hicieron que ese recuerdo se perdiera en medio del humo, moví mis manos como él lo dijo, llevo mucho tiempo viéndolo cambiarse delante de mí, puedo reconocer casi completamente su cuerpo, con el pasar del tiempo me di cuenta de que tiene un tatuaje, que comencé a recorrer con mis manos.

Su mano comenzó a moverse encima de mi miembro, de arriba a abajo, pero sin agarrarlo, como una caricia, después de unos segundos, movió un poco la tela sacándolo, apreté con fuerza su cuerpo, su mano agarro mi miembro sin mucha fuerza y comenzó a mover su mano de arriba a abajo despacio.

—Respira, olvida todo y concéntrate solo en el placer que siente tu cuerpo.

Comenzó a mover su mano con un poco más de rapidez encima de mi miembro, la rapidez con lo que lo hacía solo hacía que mi cuerpo sintiera descargas de placer, comencé a mover las manos por todo su cuerpo desde su espalda hasta su abdomen.

—Is-isaa- ah-ah-ah-ah— no podía evitar que los gemidos salieran de mi boca.

Era la primera vez que disfrutaba de mi propio placer, sin miedo o vergüenza.

—¿Se siente bien? — claro que se siente bien— ¿quieres que siga así o lo hago más lento? — pregunto disminuyendo sus movimientos— ¿o quieres que siga rápido? — sus movimientos volvieron a ser más rápidos.

—Solo quiero que lo hagas tú.

Sus labios volvieron a atrapar los míos, estaba a nada de venirme, su lengua recorría cada parte de mi boca sin dejar que me acostumbrara o pudiera seguirle el ritmo, era algo asfixiante, pero excitante a la vez, no tarde mucho en venirme en su mano manchando parte de mi abdomen y el suyo, apreté con tanta fuerza su espalda que deje marcas en ella.

—¿Se sintió bien? — pregunto acostándose a un lado mío.

—Si— guarde silencio un rato— se sintió muy bien, pero...

—¿Me pondrás peros? — pregunto ofendido, en broma.

—Es injusto que yo este así y tú sigas con pantalón.

—Eso no es problema.

Se desabrochó el pantalón y se levantó un poco sacándoselo, lo aventó por algún lado de la sala con su camisa también, quedamos parejos, los dos estábamos solo con ropa interior tirados en el suelo, guarde mi miembro en mi ropa, después iría a bañarme.

—¿No quieres continuar? — pregunté con un poco de duda.

—¿Estás listo para continuar?, no debemos de ir tan rápido, tenemos tiempo.

—Eres así con todas.

—Por qué sacas ese tema ahorita, estamos tranquilos los dos, compartiendo un momento y sales con tus pendejadas.

—Lo siento, esto es raro— agarre su brazo y lo extendí, me acerque a él y ubique mi cabeza encima de su brazo y pase el mío por su abdomen abrazándolo— no esperaba que sucediera esto, pensé que solo veríamos películas y después te irías.

—Las cosas nunca suceden como queremos.

—¿Es difícil?.

—¿El que?

—Dispararle a alguien, ¿es difícil?

—No debes de hacer esa clase de preguntas, cuantas veces debo de repetirlo.

—Solo me preocupo, no quiero tener que recibir una mala noticia con tu hermana.

—Es algo que tarde o temprano llegara a suceder.

—¿Estás preparado para eso? — pregunté apretando su mano.

—Desde el momento que dispare por primera vez, tarde o temprano alguien buscara venganza o sucederá algo.

—¿Es difícil? — volví a preguntar.

—La primera vez, es algo que nunca paso por tu mente hacer, las pesadillas y asco los primeros días es como un infierno, pero con el pasar del tiempo eso se va, y vuelve debes en cuando a tu mente.

—Eso sentiste tú— afirme— ahora puedes hacerlo sin que te tiemble la mano.

—Hay una persona que conocí, en circunstancias raras que me enseño una frase que siempre utiliza, quizás es para tranquilizar su conciencia o es algo que comenzó a pensar ella misma, "Solo aquel que está dispuesto a morir, debería tener el derecho de matar" — esa frase la he escuchado en algún lado, estoy seguro de eso.

—¿Es de un anime? — él asintió con la cabeza— lo recuerdo es un anime que es muy famoso, se llama Conde Geass.

—Si, la veía con su hermano y en un momento de vida o muerte la recordó, y la volvió personal.

—¿Puedo saber quién es ella?, hablas con admiración de ella.

—Quizás algún día puedas conocerla, es alguien que con poco tiempo se ha vuelto importante.

—Estaba pensando que podrías ser Nayeli, pero hablas de ella como alguien que ha tenido que matar para sobrevivir, alguien igual a ti.

—Antes de que te hagas ideas, le gustan las chicas, tiene una relación complicada con una chica.

—Ohhh— debo de aprender a cerrar la boca.

—Hablemos de otra cosa, ¿Cómo van los ensayos?

—Bien, mencionan que cuando volvamos vamos a hacer un recorrido en la calle para saber las ubicaciones, creo que sería mejor esperar porque no se sabe cómo iremos, hay otros cuatro.

—Serán los primeros, siempre ha sido así, nunca los han cambiado del primer puesto.

—Sabes mucho, Alison le va muy bien en los ensayos, está en la primera fila para poder guiar a las demás.

—Si, desde pequeña le gusto y se desempeña bien.

—Mencionaron que ya casi irán a tomar las medidas para no tener problemas cuando se llegue el día.

—No te preocupes por eso, dile a Alison que ella se encargue sabe qué hacer, ¿Por qué no vinieron tus amigos?

—No pudieron, pero dijeron que iban a venir para el 15 de septiembre.

—¿No tienen evento? — pregunto acariciando mi cabello.

—Si, pero no les gusta participar, así que se escaparan y vendrán a verme a mí, ¿hay problema si se quedan a dormir?

—Tendrán que dormir en la sala, no hay más cuartos.

—Está bien, será como hacer una noche de juegos como antes, casi siempre nos quedamos en la casa de alguno a ver películas o jugar juegos.

—Han sido buenos amigos por lo visto.

—Si, aunque nuestras personalidades chocan por veces, somos muy diferentes en algunas cosas, pero eso nos complementa de alguna manera.

—Te sentirás mejor cuando ellos vengan, después del cambio tan radical que has tenido.

—Me siento bien aquí, quizás al principio si sentí un poco de miedo y desconcierto, pero ahora me siento feliz y seguro, se siente más como un hogar que cuando vivía con papá, mamá siempre estaba trabajando y papá también, nunca tenían tiempo de ir a eventos o algo por el estilo, cuando nació Mirella intentaron estar más presentes, pero era yo el que tenía que estar allí.

—Al principio aún podía acompañarlos a algunos eventos, después de un tiempo solo podía verlos por videos o fotos, las cosas saldrían mal si iba y me reconocían, la policía siempre anda en esos eventos.

—Entiendo, has hecho un gran trabajo cuidándolos— halagué.

—Hablas como si fueran mis hijos.

—No, halago el gran trabajo que has hecho como hermano mayor, no cualquiera podría tomar tal responsabilidad a una edad tan corta.

—Era hacer eso o seguir aguantando humillaciones.

—Cuéntame más de ti, sé poco y tú ya sabes todo de mi vida.

—Hay cosas que aún no sé.

—Primero hablemos de ti y después de mí, ¿te parece? — propuse.

—Sí, tienes hasta que ese teléfono suene y tenga que irme.

—Tengo muchas preguntas en mente— me levante y me quede sentando a un lado observándolo— ¿Qué te gusta hacer o que comidas te gustan?

—Fútbol, casi siempre que puedo juego un momento, puedo comer cualquier cosa, pero odio la cebolla.

—Todas las comidas llevan cebolla.

—Si, pero si no la veo o la siento puedo comerla, si no la saco de la comida, me dan ganas de vomitar cuando la pruebo.

—Siguiente, ¿algún estilo de ropa que te guste?

—Ninguno puedo usar cualquier cosa, estando con los condenados me acostumbré a la ropa ancha, por veces ocupo camisas un poco más topadas.

—Nunca te las he visto, ¿Dónde las tienes? — llevo tiempo con ellos y en la ropa nunca la he visto, ni tampoco lo he visto ocupándolas.

—Están hasta el fondo de las gavetas, después podemos ir a ver, algunas puede que te queden, pero mejor evitemos problemas.

—Bien siguiente, ¿Cuántos tatuajes tienes?, ¿quieres hacerte otro?

—Tengo cinco en total, uno en la rodilla, en la espalda, uno en la cintura, en el dedo de en medio, uno detrás de la oreja, lo he pensado con una persona.

—Claro, ¿hace cuanto fumas?

—Desde que tengo catorce

—¿Te drogas? — negó con la cabeza— ¿has tenido pareja? — volvió a negar— ¿te has enamorado? — negó de nuevo.

—Tienes más preguntas o esas fueron todas— se levantó y se sentó a un lado de mí.

—Tengo un montón, pero no sé cómo formularlas ahorita.

—¿Con quién se iba a quedar Alison?

—Con una amiga eso fue todo lo que dijo.

—¿Quieres hacer algo más? — pregunto.

—Teni...

Su teléfono sonó, carajo la noche no podría ir mejor, lo agarro y reviso el nombre, después de eso contesto la llamada, tiene que ser Alexis.

—¿Qué sucede?, bien me encargaré de eso, estaré esperando tu llamada, te quiero.

"Te quiero" esa persona debe de ser importante para él, solo a su hermana he escuchado decirle esa palabra, me levante del suelo y busque mi ropa con la mirada, comencé a cambiarme lo más rápido posible.

—¿Te has puesto celoso? — pregunto con burla.

—Tengo que arreglar todo esto, puedes ayudarme o irte.

—Después de lo que hicimos estás celoso.

—Es lo mismo que haces con cualquiera chica que se te pasa por enfrente, solo que la diferencia aquí es que fue con un chico.

—¿Quieres saber quién es?

—No, no me interesa saber con quién te acuestas.

—No me acuesto con ella, nunca lo haría es como una hermana.

—Si así como con la que acostaste la última vez, en esta casa, en la puta cama donde dormimos, así.

Se levantó y busco algo en su teléfono, realizo una llamada y la puso en altavoz.

"¿Qué sucede?"

Es la voz de una chica, eso es seguro, pero se me hace algo conocida.

"Acabas de llamarme, ¿cierto?"

"¿A qué estás jugando?, estoy ocupada"

"¿Te acostarías conmigo?"

"De que hablas, solo me gustan las mujeres y me gusta solo una en particular, te llamo después para revisar él cargándome de droga que llegara"

"Bien"






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