Ignacio G.

—¿A dónde vamos, plaza o el centro? — pregunto Alison mientras íbamos en el bus.

—Al centro podemos encontrar más baratos.

El camino lo hicimos en silencio, había un poco de trabazón así que tardamos en llegar, anoche Isaac se fue, no dijo cuantos días, solo quedaba esperar a que llegara a casa con bien, comenzamos a caminar por las calles, esperando ver algunos o iríamos a algunos puestos del mercado, todas las calles estaban llenas que hasta cuesta caminar.

Encontramos diversos puestos, pero algunos los tenían caros o no eran de mi gusto, después de caminar por todos lados, bromear y platicar encontramos un puesto.

—¿Tiene en color negro? — pregunté revisando el pantalón que me había dado.

—Si, ¿en esa misma talla? — pregunto la señora.

—Si, ¿te gusta alguna camisa? — pregunte señalando unas bonitas que habían colgadas.

—No.

—Isaac me dio suficiente dinero, tampoco pienso comprar todo lo que vea.

—Me gusta esta, ¿podría enseñármela?

—Claro, aquí está en negro, tengo estos tres estilos— menciono dejándolos delante de nosotros.

Los revise y la tela era buena, lo estire un poco, no me gusta que me queden apretados, me lo puse delante de la cintura y lo estire para ver que me quedara bien, revise otros tres de la misma manera, en cada diseño por veces la talla cambia, puede quedarme grande o pequeño. Alison reviso unas camisas que le gustaron, solo le quedaron tres de ellas.

—Me da estos cuatro pantalones y las camisas, ¿Cuánto es?

—Ya le dijo.

Los agarro y doblo, los metió a una bolsa algo grande.

—Son sesenta y tres dólares.

Le entregué el dinero y esperamos el vuelto, seguimos viendo diferente puestos sin comprar, aunque aún no entiendo por qué me dio ciento cincuenta, viéndolo bien si, solo he comprado pantalones, me faltan camisas, ropa interior y calcetines, él dijo que puedo ocupar sus zapatos si quiero.

Entramos a la ropa usada y encontramos unas camisas y calzonetas en buen y estado y precio, ella encontró unas camisas para andar en casa, estuvimos casi una hora dando vueltas y vueltas hasta que pagamos, cuarenta dólares, fuimos a comer algo antes de seguir, ya llevábamos poco dinero, fuimos a comer unas pupusas con un licuado, ilógico siendo apenas las cinco de la tarde.

—Así que lo hizo delante de Alexis, eso no lo esperaba.

—¿Se conocen desde hace tiempo? — pregunté agarrando más curtido.

—Si, él ya estaba en los condenados cuando él comenzó.

—Carajo, ¿qué edad tiene ese?

Casi escupe el licuado cuando pregunte, la risa pudo más con ella que comenzó a reír.

—Creo que tiene como treinta tres o treinta ocho, no estoy segura.

—Es viejo cerca de él.

—Claro, hay algunos que son más mayores, otros medio y los más pequeños, una vez se me ocurrió preguntarle a uno de ellos algo y me gane tremenda regaña que duro casi dos horas, me dijo que yo no debo de andar preguntándoles nada, que mejor me pusiera a hacer tareas, Antonio paso toda la tarde burlándose de mí.

—Ya me lo imagino, también me paso una vez con mamá, no recuerdo bien que fue lo que hice, pero me gane buena regañada.

—¿Te parece si compramos unas canastillas? — pregunto alejando un poco el plato de ella, lo doblo con lo poquito que dejo de salsa y las servilletas las dejo encima.

—¿Canastillas?

—Sí, son de carne con queso duro rallado, aguacate, pico de gallo, perejil, crema, ¡Si!— pidió ella.

—Sí, pídelas.

Tardaron unos cinco minutos en traerlas y si eran ricas, valía la pena el precio.

—¿Ya sabes quién es la elegida para el concurso?

—No, escuche de ello, pero no dicen quién es.

—Yo estoy entre Margarita de tercer año de medicina y Gabriela de noveno, siento que son las más lindas de todas.

—Creo que todas son lindas, pero, ¿Qué es lo que hacen?

—En vez de explicarlo que te parece si vamos, siempre lo realizan el diez de agosto en la cancha municipal, termina algo noche, pero no creo que Isaac se enoje si hago que su novio se desvele.

—Porque sigues con lo mismo, él y yo no somos nada, simplemente fue algo que ocurrió como un accidente.

—Aja, algo que ocurrió, ¿cada cuanto ocurre?

—Cada cierto tiempo.

—Tenían que ser hombres.

—¿Eso es una ofensa o un cumplido?

—Las dos, su orgullo no deja reconocer lo que sienten por el otro, tú crees que él va besando a cualquiera que le pase por delante solo porque sí.

—Si, la última vez lo vi con una mujer.

—Tienes razón, pero no anda besando a cualquier hombre, no dijo que sea homofóbico, solo que si te besa es porque eres especial para él.

—Por la manera en que me trata soy lo más especial en su vida.

—No dijiste que su relación había mejorado— levanto la mano llamando a uno de los meseros— podría darme la cuenta por favor.

—Apellido— pidió él.

—Molina— él se retiró con eso último— intenta acercarte un poco más a él, es algo cerrado con sus sentimientos.

—¿De qué manera? Casi nunca está en casa, en la mañana estamos en clases, por veces solo llega a dormir o llega un rato por las tardes.

—Allí lo tienes, aprovecha esos momentos y plática con él, conócelo.

—Ya conozco lo suficiente de él.

—No, conoces lo...

—Aquí tiene la cuenta— se la entregó a ella y saco un billete de a veinte.

—Yo pago la comida— le entrego el dinero y se fue, teníamos que esperar el vuelto— conoces lo superficial de él, lo que él quiere que sepas, si te das el tiempo lo conocerás mejor.

—Me da miedo conocer más de él.

—Aquí tiene.

—Gracias.

Agarramos las bolsas de las sillas y salimos del lugar, los típicos de mamita son los mejores, por veces veníamos a almorzar con mamá aquí, pero nunca había probado las pupusas, seguimos caminando y compre una doce de bóxeres y calcetas, también compre para Isaac aprovechando, de tantas veces que se cambia sin pena delante de mí, ya se dé cuáles le gusta ocupar, son de cuadros un poco grandes.

—Ya le tienes un regalo, que dices si ven una película.

—¿Le gustan las películas?

—Claro, solo tiene veintidós años, le gustan algunas cosas como a nosotros, es una persona no un monstruo.

—Esa vez, de la chica no fue la primera vez ¿cierto?

—No— nos sentamos en unas bancas que habían— casi nunca sucede, nadie se atreve a reclamar por algo como eso, por eso me sorprendí cuando esa chica apareció, ¿de qué hablaste con Nayeli?

—Unas cosas sin importancia.

—Fingiere que creo lo que acabas de decir.

—¿Nos vamos o falta algo?

—Vámonos, costará agarrar un bus.

Me quede acostado en la cama, el ensayo de hoy fue cancelado por x razones fue todo lo que dijeron, Isaac aún no viene, pero decidí mandarle solicitud de mi nueva cuenta, también le mande un mensaje privado para que supiera que era mía.

"¿Necesitas algo"

Después de casi cuatro horas me contesto el mensaje, Alison dijo que debo de conocerlo mejor, que debo de conectar mejor y no tener miedo.

"Solo quería saber de ti"

No espero que conteste este mensaje, carajo tampoco debo de parecer desesperado.

"¿Fuiste a comprar"

"Si, también Alison compro algunas cosas"

"Bien, volveré en unos días tengo cosas que hacer"

"¿Eso te pone en peligro"

"Poco, ¿te preocupa"

"Poco"

"Tendrías que estar dormido no con el teléfono"

"No puedo dormir, ¿tú no deberías de dormir"

"Tengo que vigilar, no debes de preguntar siempre olvidas las reglas"

"Me preocupa no saber dónde estás metido, si por eso debo de romper esa regla lo haré"

Arrogue el teléfono algo lejos de mí, carajo como le dijo eso, como me atrevo, cuando vuelva no podre verlo a la cara de nuevo, me senté en la cama y cruce los pies, coloque mis manos encima de mis rodillas, eso quiere decir que Isaac me gusta, siento algo por él, lejos de cariño o simpatía, mi teléfono comenzó a vibrar, era una llamada de él, no contesté y espere a que terminara.

Agarre el teléfono y revise el chat.

"Así que si te preocupo"

"¿Quieres que hagamos algo cuando vuelva"

"Pasaron tus cinco momentos de valentía, lo sospechaba"

Somos hombres o payasos.

"Sí, tengo algo en mente para que hagamos"

"Necesito saber cuándo vuelves"

"En unos días"

"¿Estas con alguna chica"

"Esos suenan a celos"

"Porque debería de estar celoso"

"Porque quieres que te haga, lo que le hago a ellas"

"Asqueroso, ¿me comparas con ellas?"

"No, tú eres único y especial"

"Te escribo más tardes, intenta dormir"

Deje el teléfono a un lado de la cama e intente dormir un rato Alison dijo que tenemos cosas que hacer mañana.

—Hoy cambiaremos los cubrecamas de las camas y arregláremos, por mi tiempo lo hago una vez al mes, cuando él está para que me ayude.

—Claro.

Comenzamos primero por su cuarto, sacamos algunas cosas y movimos para barrer y trapear, movimos la cama para ponerle el nuevo cubrecama, quitamos las fundas de las almohadas y pusimos las nuevas, tiene un juego completo de ellas, también dejo unas para la cama de Isaac, acomodamos todo de nuevo en su lugar, salió mucho polvo, después sacamos la ropa y la metimos a la lavadora, dice ella que la compro cuando era más chiquita y estaba Antonio, ella intentaba ayudar, pero le tocaba a ellos dos lavar la ropa de todos.

Dejamos la basura en el pasillo y nos pasamos al de Isaac, sacamos todo e hicimos lo mismo que con el de ella, después acomodamos todo de nuevo en su lugar, el cesto de ropa de nosotros estaba un poco, mejor dicho más lleno que el de ella, con los uniformes nos turnamos entre los dos, un día lava uno y el otro plancha y así.

—Hablaste con él anoche— menciono acomodando los zapatos.

—Si, le dije que lo estaba esperando para hacer algo juntos.

—¿Qué dijo él?

—Él fue el primero en preguntarme que si hacíamos algo, pero ahora no sé qué deberíamos de hacer, no sé qué le gusta, a que horas va a volver, que debería de hablar con él, si me quedo esperándolo para pasar más tiempo juntos.

—Te estás estresando mucho tranquilo— se sentó en la cama conmigo, mientras separaba la ropa de color con la negra— cuando te vuelva a escribir pregúntale si va a venir desde temprano, no me quedaré a dormir con una amiga para darle privacidad.

—Solo veremos películas.

—Seamos sinceros, olvida que soy su hermana, en serio no quiere pasar al siguiente nivel con él.

—¿Siguiente nivel? — lo mejor es hacer pendejo en una situación como esta, no es la primera vez que lo hago de todos modos.

—Bien, seré sincera contigo, la única mujer que veo que es importante para él, que le tiene confianza aparte de mí es Nayeli, y nunca he visto que ellos dos se acerque de manera romántica o sexual, es como si fuera una hermana menor para él, nunca he visto a nadie más, y estas tú— me señalo levantándose y caminando a la puerta— vives con nosotros, te deja usar su ropa, te da estudio como a mí, te da dinero sin problema, te deja dormir en la misma cama que él, te besa, no sé qué señal esperas.

—Lo sé, pero no me siento listo para seguir con él— susurré poniendo mis manos en mi cara.

—VAMOS CON LA SALA— grito.

Él también me dejo en claro que quiere pasar a la siguiente fase, pero sigo sintiendo asco de mi cuerpo, nunca podre decirle lo que sucedió con ellos, si se llega a enterar de eso, puede que no quiera ni estar cerca de mí, apenas puedo soportar que me bese sin que esas imágenes vuelvan a mi cabeza.

—DEJA DE PENSAR EN COMO LE VAS A DAR TU FLOR Y AYUDA.

—¡¡ALISON!! — grité avergonzado desde el cuarto.

Comenzamos bajando todo de mueble y limpiando todo, sacudimos unos peluches que habían y después volvimos a acomodar todo en su lugar, limpiamos los cuadros, movimos los sillones y cambiamos los forros, aunque hace poco que lo habíamos hecho, movimos todo lo que había y limpiamos y trampeamos todo, acomodamos de otra manera algunas cosas.

—Comenzamos a las ocho de la mañana y ya son las cuatro de la tarde.

—Por eso solo lo hago una vez por mes, porque me canso mucho y después no tengo ganas de ir a clases, también Isaac no siempre puede pasar un día completo en casa.

—¿Qué tipo de películas le gustan? — pregunté acostándome en el suelo.

—De cualquiera, menos que sea romántica esas le caen gordas— se acostó conmigo en el suelo.

—Pueden ser rápido y furiosos e Inframundo, me gustan mucho esas.

—Si, así no se dormirá.

—Podemos ir a comprar palomitas o comprar una pizza, también gaseosas, para que parezca que esta de noche, pueden cerrar todo y poner algo en las ventanas, eso le daría un toque.

—Vamos a tener una reunión de amigos, no a tener una cita.

—Eres el único que cree que no es una cita, mira.

Saco su teléfono y busco algo, después de unos segundos la encontró, me dio su teléfono y revisé

"Dile a estúpido que volveremos un día antes de que terminen las vacaciones, que prepare su florecita"

—Alexis, ¿cierto?

—Si, me lo envió anoche, pero hasta hoy lo vi en la mañana.

—Es un imbécil.

—Hasta él sabe que tendrán una cita.