PARTE 4
—Haz que se corra—
Ordenó el azabache mayor a su hermano al notar la posición en que se encontraba; y luego de decir aquello besó el cuello de Tsuna, despacio, tratando de relajarlo, para que sus caderas se movieran mucho mas despacio, obligándolo casi a detenerse, mientras él se mecía lentamente sin sacarlo del interior del castaño.
—Y tu Tsuna, no te corras hasta que te diga—
El castaño lo miró con sorpresa ante aquella orden, segundos después buscó los ojos de Renato, quien al ver la súplica en su cielo, se relamió los labios y ocultó su sonrisa.
—Pe... Ahmg... Reborn~— suplicó el castaño
—Lo harás— hablo cariñoso Reborn, para después besarlo suavemente, y sonreírle con un amor tan entregado que no parecía estar torturándolo
—Hazlo, Por mí... ¿entendido?— Tsuna ante aquella voz grave del azebache mayor asintió mientras sus caderas se movian.
Reborn bajó su mirada, la cual en ese momento era deseo puro y fuerte; Renato sonrió de lado al notar aquello en su hermano pues con eso supo que Reborn estaba complacido.
Sin embargo, él estaba hambriento, después de aquella escena al entrar no pudo evitar desear comerse aquel cuerpo, así que dejó de mirar a Reborn, y esta vez observó a su pequeño y dulce cielo, sonrió y poco después abrió sus labios, pues aprovechando que el castaño estaba completamente abierto frente a el y con las caderas moviéndose hacia atrás y hacia adelante, buscando su propio placer, decidió darle una grata sorpresa, así que se acerco al miembro del joven castaño y sin avisar o algo, lo atrapó entre sus labios y comenzó a succionar sin clemencia ni preparación alguna.
Tsuna se tenso a que aquel repentino ataque, mientras que Reborn gruñó al sentir la tensión del castaño pues con eso su miembro fue deliciosamente apretado, razón por la que comenzó a besar al castaño; después comenzó a dar largas lamidas en el cuello, mientras acariciaba y pellizcaba los rosados pezones del chico, causando que Tsuna se arqueara un poco.
Renato jadeó desde su posición y ronroneó con gusto ante las reacciones de su castaño, ocasionando que el azebache oji miel se aferrase a las piernas de su mejor amigo, para acomodarse mejor, ya listo comenzó a hacer círculos pequeños con su lengua en el glande del castaño, sabiendo exactamente lo que hacía, pues ante aquella acción, escuchó los gritos desesperados de Tsuna ante lo que le hacían ambos azabaches.
Renato tenía una lengua muy inquieta.
Él lo sabía, obviamente.
Y no, no solo para hablar.
Pues le gustaba tenerla ocupada lamiendo o succionando el dulce sabor de Tsuna, pues éste era una de las razones por las que a veces se despertaba en la madrugada y tenía un gran problema entre sus piernas.
Claro eso cuando estaba solo, porque cuando dormía con el castaño amanecía entre las piernas de Tsuna bebiendo de su sexo hasta hacerlo gritar contra las almohadas.
Y sonrió, pues parecía que su hermano lo sabía, como si hubiese estado ahí, viéndolos, pues parecía que sabía que su cuerpo se estaba calentando con solo usar su boca contra el miembro de su mejor amigo, ocasionando que su propio miembro pulsará, obligándolo con eso a perseguir su presa y dándole excusas baratas para lamer sus dedos y meterlos en el rosado y ocupado anillo rectal del castaño.
De pronto sube su mirada y en lugar de ver al castaño, esta se conecta con la de su hermano, ocasionando que ese lenguaje que por años habían mantenido entre ambos adquirirse otro poder.
—Y... Yo— El castaño parecía estar perdiendo la batalla, pues sus piernas se encontraban temblando bajo el agarre del azebache menor
—Yo... Yo...—
—No. Aun no— contestó roncamente Reborn mientras guiaba con sus dedos a que bajara la mirada
—Aun no— repitió Reborn ronco y firme
Al saberse observado Renato lamió completamente todo el largo del miembro del castaño, ocasionando que el chico quisiera desfallecer por ello, así que ante aquella imagen, el ego de Renato se infló provocando aquella sonrisa que Tsuna tanto amaba y con aquella actitud Renato levantó su mano y comenzó a lamer tres dedos, cubriéndolos de saliva completamente, después los llevó al anillo del castaño que pese a estar aún ocupado permitió entraran los dedos de Renato.
Minutos después entrecerró sus ojos, dejándose llevar por la sensación del momento, ocasionando se detuviera de su felación; de pronto unos dedos se incrustaron en su nuca, logrando que Renato soltara un jadeó.
El castaño quería, más bien necesitaba que Renato continuará con su felación, así que cerró su mano con firmeza pero sin hacerle daño, escuchando un pequeño gemido de su amigo; Renato se sorprendió ante el pequeño gemido que había salido de sus labios pues amaba llevar él el control, sin embargo al ver a Tsuna tan perdido en las sensaciones y obligándolo a ser el que marcará el ritmo ocasionó que tuviera una enorme exitacion al ser guiado y dejando Tsuna impusiera un ritmo más fuerte.
Mientras Renato estaba saboreando al castaño, entre abrió un poco sus ojos y notó que Reborn, su hermano tenía su mano sobre la cintura de Tsuna, obligándolo que su cuello quedara expuesto mientras movía la cintura hacia adelante y atrás lentamente, sin separarse ni un milímetro de Reborn, quedando completamente penetrado y abierto.
—Por... Por favor...— rogó sonoramente el castaño, sin poder evitar acelerar sus movimientos, y teniendo la sensación desesperada de tener la boca del azabache menor sobre la suya
—Por favor... Re... Reborn—
Reborn asintió contra el cuello de Tsuna, una vez antes de comenzar un camino de besos sobre este, pero sólo aquel único asentimiento bastó para que Tsuna se tensara contra la boca de Renato para segundos después se corriera con fuerza, logrando se paralizara por completo, agitado, acalorado y despojado al fin de cualquier inocencia; Aunque por alguna razón, aquella imagen que daba solo lo hacía ver más deborable, como un lienzo para pecar...
Tsuna tras aquello, perdió el equilibrio y se fue de lado, ocasionando que Renato sacara sus dedos del ano del joven para que lo atrapara entre sus brazos, tuvo que ser rápido y ágil pues aunque parte del cuerpo del castaño estaba en su momento post orgásmico Reborn aún retenía al castaño por la cadera ya que lo seguia penetrando con fuerza, concentrándose en su propio orgasmo.
Reborn durante su concentración rodeaba la cintura de Tsuna, ocasionando que Renato quien sostenía contra él parte del cuerpo del castaño, sintiera cada embestida dada, humedeciendo aún más la tela de su pantalón y llenándose los oídos con los jadeos ahogados de Tsuna.
Entonces sin esperarlo Reborn gruñó con fuerza, sumiéndose en su propio placer, fuerte, atronador, paralizándolo por unos segundos, soltando entonces su agarre de la cintura; ante aquella acción Renato dejó que todo el peso del castaño le cayera y poco a poco lo fue recostando entre la cama y su cuerpo.
Fue entonces que Renato lo noto...
El miembro del castaño aunque húmedo y completamente endurecido parecía carente de eyaculación, así que observó el rostro del castaño; Tsuna al sentir una mirada sobre si, levanta un poco su rostro y le guiña un ojo al azabache menor.
Renato sin esperar palabra alguna y dejando a su hermano recuperarse, se acerca al castaño quien lo sorprende, pues este lo atrae hacia si; Renato ante aquello acerca más su rostro hacia el castaño y lo besa con fuerza, bebiendo de su boca la mezcla de sexo y placer; causando que Tsuna se aferrarse al azabache menor, el cual sentía como el cuerpo del castaño rogaba porque esta vez no fuese otro sueño y que ahora si pudiese sentirlo por completo.
Exitado y feliz, Renato había hecho que la boca del castaño fuese en ese momento un campo de guerra, una donde no le importaba perder mil batallas y ganar otras más, enredándose en aquel cúmulo de emociones hasta perder la conciencia.
—¿Esto... Ahh... Esto era lo que querías?— gimió dulcemente Tsuna contra su boca antes de morder el labio inferior del azebache menor.
Renato sólo sonrió, mientras sentía como parte de su ropa era destrozada y su cuerpo siendo recorrido; Tsuna sonrió ante la deliciosa vista que tenía y lo que estaba sucediendo, pues por fin, su mejor amigo estaba participando; ya que había notado que el miembro del azabache menor palpitaba entre sus muslos, húmedo, cubierto por el placer y grande, dispuesto a entrar en el castaño hasta dejarlo afónico.
Renato en cambio se encontraba tan metido en en sus pensamientos que regreso cuando Tsuna lo beso con fuerza, ocasionado entonces se dejase llevar.
Tras aquello, Renato dominó los labios de Tsuna, bajó sus manos hasta aquel carnoso y apetecible trasero y la apretó fuertemente, haciéndolo jadear y estremecer contra su fuerte agarre; el pequeño cielo se removió, se apretó contra el cuerpo duro de Renato y gimió contra su boca.
El azabache menor ante aquella respuesta volvió a inmovilizarlo con sólo su mirada, aquella que tenía un brillo oscuro, peligroso, letal y una vez noto el poder que tenía sobre el castaño, lo apretó más contra su cuerpo, lo hizo con un arrebato tan posesivo que hizo al castaño estremecer.
—Si...— contestó grave y suavemente el azebache en el oído del castaño.
Tsuna tardó en recordar la pregunta pero después de unos minutos asintió.
Ante aquel gesto, Renato sonrió y después sus ojos fueron hacia Reborn, su hermano, que estaba recostado sobre su espalda, con los ojos cerrados y la respiración un tanto acelerada, sofocada; Aquella imagen causó que una pequeña risa escapase de sus labios, seguido de aquello volvió a mirar al castaño, notando la chispa de peligro en ellos.
—¿Qué le hiciste?— preguntó Renato, intentando sonar casual, todo mientras besaba el cuello del castaño, de pronto sintió la sonrisa en los labios del castaño y lo volteo a ver serio.
—Tsunayoshi...—
— Yo no hice nada... al inicio...—
Respondió cuál niño bueno mientras se acercaba a besar el hombro del azabache menor, y de paso dejar un camino de besos sobre los brazo y subiendo hasta la clavícula de su mejor amigo.
Renato sonrió peligrosamente.
Sí...
Podía acostumbrarse a eso, a ese afecto peligroso y delicioso que brotaba de los labios del castaño.
—Al inicio— repitió Renato mientras sus manos recorrían desde la deliciosa cadera de Tsuna hasta el magnífico trasero del mismo, tratando con eso seguir atento y cuerdo.
—Bu... Bueno... Pues... Lo provoque. Reborn me dijo que me estaba reteniendo y que no lo hiciera. Insistió mucho—
Tsuna se separo un poco molesto tras decir aquello.
—¿Sabes? Según Reborn tu sabias que también me retenía pero preferías callar que decirlo—
—¿Qué eras un pervertido?, ¿Un cielo insaciable?— comentó con aquel mismo tono peligroso que Reborn había utilizado para liberarlo
—Si, ambos lo sabíamos— respondieron al mismo tiempo ambos azebaches, aunque la voz de uno sonara aún cansada.
¿Gustan mención en los capítulos?
Sin más por el momento, me despido
Ja ne~ 😘😘💜
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