Capítulo 17
Flicker dejó su momento de meditación, abrió los ojos y se puso de pie, listo para sobrevivir a cualquier prueba que le pusieran delante. No iba a otorgarle el gusto de su muerte al régimen. Sabía que en sus manos tenía una oportunidad de oro: el salir con vida. Sería un golpe que nadie olvidarían y una gran herida al orgulloso gobierno.
Lo reconfortaba aquel esperanzador pensamiento, sin embargo, no era lo más importante para él. Su verdadero objetivo era escapar e ir a rescatar a todos sus compañeros. Disfrutó de los últimos segundos de "soledad" para respirar, y se despidió del agradable olor a banana y naranja, cuando volviera iba a devorar las frutas sin dudarlo. Ya se visualizaba saliendo con vida y regresando al terminar el siguiente evento.
Al entrar al lobby, vio a todos los condenados juntándose en la entrada, en ordenadas filas. El intenso aroma a cloro lo golpeaba de nuevo. Al igual que la encarceladora sensación que transmitía la sala con su inmaculado blanco. La mayoría se veían abatidos y con sus ojos apagado, eran conscientes que volvían al matadero. Entre la desanimada multitud, logró ver a un muchacho de baja estatura y particular peinado de color marrón, lo irónico era que destacaba siendo el que menos quería hacerlo.
Se acercó a su lado y con todas sus energías renovadas, saludo a Marcos, con la intención de reflejar seguridad y convicción en su mirada. Flicker sentía como su corazón latía de orgullo al ver al muchacho esbozando una leve sonrisa, tímida, frágil, pero que luchaba por mantener.
—¿Y la chica? —preguntó curioso Flicker.
—Cuando te fuiste ella también hizo lo mismo —respondió Marcos mirando en todas direcciones para buscarla—. Debe andar por ahí, no creo que se haya ido lejos —bromeó para ofuscar sus nervios.
Las pantallas en todas las paredes se prendieron y Crashy hizo una vistosa entrada. Su antena en forma de rayo se movía de lado a lado, como si se tratase de una mascota emocionada. Su rostro intercalaba emoticones y gestos amigables, se comportaba de la manera en que habitualmente lo hacía a la hora de que el publico la viese. Su voz juvenil mantenía un tono entusiasta, sin duda estaba ansioso por lo que venía. Su redondeado cuerpo dorado, con cuatro puntos marrones en cada extremo, como si se tratará de los puntos cardinales, dejaban escapar algunos elegantes brillos, luciendo un acabado pulcro y estético.
—¡El siguiente evento está por comenzar! —anunció Crashy, dando brincos sin perder su sonrisa—. Serán separados en colores, por favor, acomódense en ordenadas filas según su grupo.
Las pulseras que portaba cada uno de los condenados se iluminaron de diferentes colores: Verde, rojo, azul, amarillo y negro.
Flicker tenía el color verde, pero antes de moverse, miró a Marcos con curiosidad para ver el grupo en el que estaría. La pulsera del muchacho brillaba de un intenso rojo, era una señal de que se separarían.
—¿Crees poder sobrevivir sin mí? —preguntó Marcos al notar que lo estaba observando, tratando de verse valiente.
—Lo mismo digo —respondió el joven rebelde con una sonrisa.
Sabrina se interpuso entre los dos, sorprendiendo a ambos por su inesperada aparición.
—Parece que estás solo, Invalid Name —comentó de manera amigable, sin quitarle los ojos de encima al muchacho—. Fue breve nuestro encuentro, pero siempre te recordaré —bromeó, acomodándose al lado de Flicker, también le había tocado el color verde.
—Era alguien valiente, tenía buen potencial... —agregó Flicker, intercambiando miradas cómplices con ella.
—¡Oigan! No me den por muerto todavía... ni siquiera nos alejamos —se quejó Marcos, riéndose por el amigable ambiente.
Luego de esa pequeña broma, los tres se miraron con seriedad. La atmosfera se cubría de un toque solemne, reflejando en el rostro de cada uno que era momento de actuar acorde a la dura situación de la que eran prisioneros. Los tres poseían un objetivo y razón para sobrevivir, por eso, aunque no se conocieran entre ellos, sentían que se entendían. El estar tan cerca de la muerte los unía en cierta forma, dejando que por momentos intentaran fingir que todo estaba bien, era su forma de demostrar que sus espíritus todavía no habían sido derrotados y que tampoco morirían tan fácil.
—No bajes la guardia, muchacho... No todos serán sociables contigo y algunos tratarán de aprovecharse de ti si ven que eres amigable —le aconsejó Flicker a su compañero.
—Ya lo sé... Es solo que... todo está tan jodido, sería tonto no tratar de verle el lado positivo a las pequeñas cosas, ¿no? —contestó Marcos, forzando una sonrisa, no le agradaba la idea de separarse de Flicker, aún necesitaba aprender un poco más de él.
—Solo... no confíes en los demás prisioneros, ni en mí, ni en ella, ni en nadie. Esto no es un juego y...
—Ya, ya —intervino Sabrina, tratando de cambiar el enfoque realista y serio de la charla— Todos los que estamos aquí lo sabemos. Cada uno enfrentará esto de la forma que crea mejor, solo... no hay que dejar de esforzarse. No importa si la probabilidad de salir con vida es casi nula, hay que hacer cualquier cosa, sin importar que tonto pueda ser, lo importante es sobrevivir —dijo con fervor, sin quitarle los ojos de encima a Flicker, quería transmitir un mensaje que iba de manera indirecta.
Flicker se sorprendió ante las declaraciones de ella, era su misma frase, la que tanto usaba y le habían enseñado. No había duda, debía conocer a Sabrina de algún lado. Se quedó en blanco, absortó en sus pensamientos, removiendo cada rincón de su mente para encontrar algún recuerdo en el que estuvieran juntos.
—Ey, me gusta como suena eso —comentó Marcos con una sutil sonrisa—. Siempre fui bastante tonto, por lo que creo que esa forma de ver los problemas me va a ayudar bastante.
—¡Así es, joven guerrero! —gritó Sabrina golpeándose el pecho con orgullo—. Cualquier pequeña acción que hagamos puede cambiar el rumbo de nuestras vidas, por eso no hay que dejar de luchar hasta el final y hacer lo que sea necesario. Sin importar lo tonto que pueda llegar a parecer a veces —repitió para que se entendiera la idea de la frase.
Dos guardias entraron por la puerta principal y comenzaron a gritar para acelerar la formación de los condenados, separando a Marcos de Sabrina y Flicker. Con una mirada firme, que irradiaba determinación, se alejaron.
—¡No hables con extraños! —dijo para despedirse Sabrina, luego notó que Flicker la estaba mirando confundido por lo que acababa de decir—. ¿Qué? —preguntó levantando las cejas.
—Lo dice la que se acercó a dos extraños y empezó a hablarnos —respondió él sin perder su desconcertada expresión. Todo sobre la chica le parecía misterioso e intrigante.
—No es como... si fueses un extraño —dijo sonriendo de manera traviesa, acomodándose su lacio y dorado cabello detrás de la oreja. No temía en mirarlo de manera fija y profunda, como si sus ojos se clavaran en él.
Las filas terminaron de armarse y los guardias dieron la siguiente orden:
—¡Nos llevaremos a la mitad de los presentes! ¡El resto estará en la segunda ronda! —anunció con tono autoritario, demostrando su desprecio en todo momento con sus gestos.
Una vez más, los condenados del primer grupo debían avanzar por un largo y frío pasillo. Marchaban al unísono, con una coordinación que solo un profundo miedo podía lograr. Sus pasos retumbaban por el túnel, dejando una lúgubre sinfonía que marcaba los momentos previos al caer en el verdadero infierno.
Cada paso que daban los acercaba más a su cruel destino y ellos lo sabían. Algunos en un desesperado intento de sus cuerpos por advertirles del peligro, empezaban a temblar y llorar sin control. La impotencia y la oscuridad los devoraban. Su voz, deseos y pensamientos no valían nada.
Una enorme puerta de color gris los detuvo, estaban cerca del final, no solo del camino, sino de sus vidas. Al abrirse, los condenados fueron encandilaron por todas las brillantes luces que seguían sus movimientos. Los ensordecedores gritos hacían vibrar el suelo y todo el estadio, podían sentir como el odio y las burlas llegaban hasta lo más profundo de sus huesos.
Los criminales siguieron avanzando cabizbajo, no se atrevían a levantar la mirada. Varios recitaban sus últimas palabras en su mente, sucumbían ante la intensa presión del público y los constantes ataques psicológicos del programa. Muchos solo esperaban que llegará su final de una buena vez y así poder acabar con todo su sufrimiento.
Los condenados subieron a la plataforma que se encontraba en medio del estadio, y les sorprendió lo impecable que estaba, su color blanco brillaba, parecía nueva. Pero a diferencia de lo que se veía, ellos no podían borrar de sus mentes lo que habían vivido al ser desconectados en el primer evento: aquel rojo oscuro proveniente de la sangre con la que se tiñó el escenario, junto a los restos de extremidades cercenadas que decoraban el alrededor. Era una imagen que jamás podría quitarse de su mente. Incluso sentían como el desagradable olor a muerte todavía estaba impregnado en el aire.
Una vez más, todos los condenados fueron conectados en las sillas Total-Tuning que se ubicaban en el centro de la plataforma, esperándolos. Al sentarse en ellas, fueron abrazados por los fríos y apretados grilletes que se desplegaban para sus piernas y manos. El sonido mecánico del respaldar y como los diferentes cables salían, aceleraban sus latidos e incrementaba la ansiedad que los carcomía. Sentían la boca seca y con un sabor amargo, además, varios no podían detener el temblor de sus cuerpos.
Unos auriculares especiales se colocaron en sus oídos, servían para transmitir de manera realista el audio del mundo virtual y evitar que escucharán al público o el gritó de los demás condenados a su lado. También liberaban leves y controladas descargas eléctricas al cerebro para estimularlo, ayudando a crear las imágenes que veían al ser conectados.
Un brillante campo de fuerza violáceo cubrió la plataforma en la que estaban, encerrándolos en una especie de domo. Varios rayos eléctricos danzaban en el interior, de manera palpitante, servía para evitar la contaminación auditiva por parte del publico y evitar que las fuertes vibraciones del estadio interrumpieran la inmersión de los condenados.
Mientras la mirada de los condenados se perdía en el colorido y vivaz campo de energía, un cable especial con un puerto USB se conectó en la entrada para el chip Espino-Encefálico que se encontraba en la nuca, llevándolos a todos de nuevo al mundo virtual.
Al instante sintieron como eran transportados a un letárgico sueño y sus sentidos se adormecían. Su vista se nublaba, hasta quedar en negro. Su audición se perdía, como si hubiesen quedados sordos. El sentido del tacto y la temperatura desaparecía de manera gradual, transmitiendo una horripilante sensación, similar a lo que pensaban que se sentiría morir...
Fernando hizo su ruidosa entrada por una escotilla en el techo, saludando a todos en su plataforma voladora. Disfrutaba del cálido recibimiento del público, contemplar el notable entusiasmo en el rostro de todos los espectadores lo cargaban de energía. Se acomodó su suave camisa naranja en un ágil movimiento y desajustó un poco su corbata amarilla para poder hacer sus exageradas actuaciones. Su afro relucía con las luces, al igual que los pequeños lentes negros y redondeados que se posaban en sus lágrimas, un objeto meramente estético que siempre llevaba consigo, eran el primer regalo por parte del mismísimo Neil, se lo había entregado cuando empezó a trabajar con él.
—¡El evento principal de esta noche por fin ha llegado! ¡Y como habrán visto en sus pulseras, es uno que los matara del susto! ¡Y lo decimos de forma literal! —agregó mientras se reía—. ¡Para esta ocasión especial hemos traído a los cinco condenados más peligrosos de la actualidad! ¡Temidos y odiados en todo el universo! ¡Algunos son considerados leyendas, cubiertos de una gran fama! ¡Denle la bienvenida a los "bosses¹" de este evento!
El público se puso de pie para poder aplaudir y gritar con todas sus fuerzas. Se encontraban llenos de curiosidad por quienes eran los seleccionados. Todas las luces se apagaron, creando una atmosfera absorbente y misteriosa. La voz de Fernando los sumergía a una narrativa de fantasía, como si estuviera presentando seres de un mundo muy diferente al suyo.
—¡Un hombre conocido en toda la región oeste! ¡Dotado del "gen del coloso", midiendo más de tres metros! Vaya grandulón, ¿no?, ¡es toda una monstruosidad que solo usa sus manos para romper en pedazos a sus víctimas! ¡Es uno de los cuatro portadores del título de "kami ²", así de importante es! ¡¡Con ustedes... el kami del oeste... Breakbones!!
El inconfundible sonido de una compuerta abriéndose en el techo captó la atención de todos, varios haz de luz se prendieron y enfocaron a la plataforma que bajaba de manera lenta, atrayendo las curiosas miradas del público. El estadio se cubrió de silencio debido al asombró de los espectadores, no podían creer lo que veían; era un enorme gigante con una postura orgullosa, vestido con una chaqueta, de cuero y sin mangas, mostrando su pecho desnudo, con un pantalón negro y corto, del mismo estilo. Tenía el aspecto de alguien un poco obeso, dejando ver una gran barriga en su abdomen. Su cabeza era bastante redonda y tenía un mohicano exagerado de color verde claro.
El público seguía impactado por su imponente figura. Estaban ansiosos por atestiguar de lo que era capaz aquel monstruo. Además, llevaba uno de los títulos más temidos de todos, el cual era otorgado a aquellos que el gobierno evitaba confrontar, debido a lo peligroso que eran.
Los kami eran dueños de organizaciones/pandilleros que se movían en la línea gris de la ley. Más que nada se encargaban de controlar el bajo mundo y, gracias a su poder y dinero, contaban con varios privilegios. Solo había una persona con este título en cada una de las cuatro regiones: Oeste, este, norte y sur.
Por eso, el gobierno en vez de enfrentarlos buscaba negociar con ellos y llegar a acuerdos donde los dos grupos se beneficiarán, dándoles libertad para que controlaran ciertas zonas en particular.
BreakBones inhaló con fuerza, inflando su pecho de manera alarmante, desconcertando a todos. Luego, liberó todo el aire en un poderoso rugido que retumbo por todo el estadio, asustando a varios de los niños y a algunas personas que tomó desprevenidas.
De inmediato, la gente respondió con ruidosas ovaciones y palabras de aliento, estaban fascinadas por él. Se volvían locos, saltando y aplaudiendo para mostrar su apoyó, sin dejar de vitorear el nombre de BreakBones.
Fernando se llevó el dedo índice a la oreja para hacer énfasis en lo fuerte que había sido el sonido que acababa de escuchar, también fue sorprendido por el gigante.
—Vaya entrada... sí que sabes hacerte notar, grandote.
El pequeño presentador de afro esponjoso esperó a que el público se calmara y continúo con la siguiente presentación.
—Muchos creyeron que era un mito... Un creepypasta para asustar a los hombres. Con una gran belleza seduce a sus víctimas y cuando estas bajan la guardia es cuando muestra su verdadera naturaleza. ¡Adorada como una diosa por la mayor secta de caníbales que ha existido! O mejor dicho... que existió, ya que todos fueron devorados por ella. ¡¡Con ustedes... Two-Minds!!
De la misma forma que antes, otra plataforma descendió mientras era enfocada por las luces. En ella se encontraba sentada una chica de pelo largo y negro, con la cara entre las rodillas, llorando. Era de complexión delgada, piel morena y tenía el cabello tan desarreglado, que le tapaba todo el rostro. Estaba vestida con un short rojo y una remera negra. Sus sollozos se escuchaban con claridad, no quería estar aquí.
—No se dejen engañar por su aspecto... —agregó Fernando haciendo una pequeña pausa dramática—, de lo contrario terminarán como sus víctimas.
Fernando apuntó hacia ella con su Pulsera Digital y presionó un botón, provocando que el collar que aprisionaba a la chica le diera una descarga, obligándola a ponerse de pie.
—No es verdad... no es verdad... no es realmente así, realmente no es así —dijo ella en voz baja mientras se tapaba la cara con sus temblorosas manos. Se veía frágil y desesperada, parecía una mujer como cualquier otra.
—¿No se ve adorable? —preguntó al público—. Aunque no es mi estilo, prefiero las que no me devoran... o no de la forma en que ella lo haría —bromeó Fernando riéndose junto a los demás—. Dejen un poco sus gritos y su emoción que aún faltan algunos más. Lamentablemente, no creo que el siguiente sea de su agrado —agregó cambiando el tono en el que hablaba y actuando de manera más sería.
Todos se callaron, prestando total atención a Fernando que había dejado su actitud animada.
—Este es un hombre de apariencia tranquila, un aspecto que no sobresale, pero no se dejen engañar, su mente tan retorcida y asquerosa es la que lo trae aquí. Hijo del gran sacerdote Leonardo, el cual fue apodado por nuestro Líder como: "el hombre con el corazón más grande", quie...
En ese instante, toda la gente empezó a abuchear enfurecida. El descontentó era notable, odiaban a ese hombre. Los insultos no se hicieron esperar y la atmosfera cautivante que había en el estadio se destrozó en segundos.
—Vaya... parece que ya saben de quién hablo —comentó el presentador consciente de la situación—. Su padre debe estar revolcándose en su tumba al ver en lo que se convirtió su hijo. ¡Antiguamente llamado como el mayor salvador de parásitos, esclavos y fallas! ¡¡Conocido como el sacerdote que enloqueció... con ustedes... Euforiman!!
Los gritos de disgustos y enojó del público aumentaron cuando vieron al hombre en la plataforma que descendía. Él aún llevaba la túnica azul con bordes dorados de la Teocrencia, lo cual enfureció más a la gente.
A pesar del abucheó, el sacerdote mantenía una expresión afable. Su aspecto seguía pulcro, con el cabello corto de color rubio, ojos azules, nariz un poco grande y en punta, cejas anchas, bien cuidadas, y una sonrisa que casi brillaba de lo blanco que eran sus dientes.
—Entiendo su descontento hacía mí persona, sin embargo, fui bendecido para ser de bendición, fue mi don el que me abrió los ojos y me hizo ver la realidad. Y, algún día, esperó que ustedes también lo vean —gritó Euforiman a los espectadores—. El Creador de todo los espera, busquen su nombre y acérquense a su presencia —comenzó a predicar, aprovechando la oportunidad que tenía al estar frente a billones de personas.
—A decir verdad... no es muy difícil darse cuenta de que, en realidad, todos a los que "rescato" hubiesen estado mejor sin su ayuda. Este sujeto fue condenado por todo tipo de abusos hacia sus víctimas, incluyendo niños, asesinatos y múltiples sacrilegios. Aunque la mayoría fue hacia parásitos y esclavos, lo cual sería legal, de no ser porque es una entidad religiosa. Por esto, tiene totalmente prohibido estas prácticas. Créanme, por el bien de ustedes, es mejor que ni entremos en detalle de lo que les hizo.
Como el público seguía enfurecido abucheando, cegados por el odio y desprecio que cargaban, Fernando hizo unos gestos para que retiraran la plataforma. Mientras Euforiman subía, seguía mirando a la audiencia con un buen porte de sacerdote y les predicaba con entusiasmo su creencia sin perder un solo segundo, de verdad quería que todos se acercaran al Creador de todo.
Aun cuando el boss ya no se veía, la gente seguía gritando con enojo. El bullicio no se detenía, lo que dificultaba seguir con el programa. Sin embargo, Fernando sabía que no debía detenerlos, su misión como anfitrión era guiar el odio y la energía de la gente a la dirección correcta.
—Guarden un poco de ese entusiasmo e ira para los condenados, ellos también se lo merecen. Recuerden que la razón por la que vinieron, ¿creen poder hacerlo? —les preguntó Fernando, cambiando el foco de atención de la audiencia.
—¡¡Si!! —respondieron al unísono, atraídos por el carisma y los pomposos gestos de él.
—¿¡De verdad creen poder odiar tanto, e incluso más, a los demás condenados!?
—¡¡¡Si!!! —gritaron con fervor.
—¡Esa es la actitud! Así es como debe ser un buen público, repartiendo su odio hacia estos malnacidos que solo sirven para divertirnos. —Señaló hacia arriba, a la siguiente plataforma que descendía.
Por un momento todos se calmaron, expectantes a ver quién sería el siguiente boss. La dinámica de los "jefes" les encantaba. Los hacía sentir en un videojuego moderno de los que tanto estaban de moda.
—Él es un ex militar con el rango más alto. Podría estar la noche entera mencionando todas las medallas y honores que se ganó. Participó en las últimas dos grandes guerras que hubo y al retirarse se dio cuenta de que ya no estaba hecho para la paz. La vida tranquila no era una opción para él, por lo que empezó a cazar a todos los que no creyera dignos de vivir en el mundo que ayudó a construir. ¡Es conocido como el ángel de la muerte... Azrael!
El público al verlo reaccionó emocionado por la presentación, pero no notaban nada que destacara en él. Era un hombre mayor, sin pelo en la cabeza, con una gran barba adornada con algunas canas en ella. A pesar de la ropa militar de color negra que llevaba, se podía apreciar que era bastante fornido. Además, solo se quedó parado en silencio sin hacer nada, haciendo que la gente perdiera el interés. Era cubierto por un aura intimidante y de profesionalismo, digna de los soldados de alto rango. Su mirada penetrante atraía un poco la atención, sin embargo, su falta de interés y entusiasmo, aburrieron a los espectadores.
—Pareces él menos favorito hasta ahora... tendrás que lucirte para ganarte a la gente —comentó Fernando sin perder su tono burlón.
Azrael solo le mantuvo la mirada, sin responder nada, incomodando al regordete presentar quien esquivo sus ojos y siguió con el programa.
—Okey... pasemos con el último, pero no menos importante —Levantó bien alto su mano para remarcar que tenía el dedo índice arriba—. Él es la cumbre de los avances científicos. La cúspide del ser humano. El pináculo del hombre. Un ser que toda su vida fue un experimento, ¡no!, mejor dicho, desde antes de que su vida comenzara ya estaba destinado a serlo...
En ese instante los espectadores no pudieron contener su sorpresa y se enfrascaron en divertidos y rápidos debates prediciendo quien era. La presentación era demasiado obvia, no podría ser nadie más que, él hombre que protagonizo una de las más grandes catástrofes de los últimos tiempos. Estuvo siendo trending topic en las noticias durante todos estos últimos meses, incluso superando la revelación del sacerdote loco, Rafael, conocido a partir de ahora como Euforiman.
No solo los espectadores hablaban del tema en cuestión, el chat en vivo también estaba lleno de comentarios de asombró. Solo alguien como Neil podría traer a un personaje tan polémico.
—Se le hizo de todo tipo de pruebas, estudios y análisis para llegar a los límites de la fuerza humana, sin depender de ningún implante o mejora, ¡es cien por ciento humano! ¡Con ustedes, el experimento que no pudo ser retenidó y escapó matando a todos sus "creadores"! ¡¡Él es... Proyecto-Adalid!!
La plataforma descendió, dejando escuchar su tan característico sonido mecánica. Que todo el estadio estuviera en silencio permitía crear una atmosfera llena de expectativa. La luces y pantallas enfocaron al hombre en cuestión, terminando con todas las especulaciones y sorprendiendo a todos. Era el mismísimo Proyecto-Adalid, el primer superhumano creado por parte del gobierno de manera legal y sin ningún efecto secundario.
Él era de tez morena, bastante alto, midiendo cerca de dos metros, sin embargo, resultaba inquietante las diferentes proporciones de su cuerpo, contaba con unos brazos y piernas extremadamente largos a comparación del torso, creando una imagen que llamaba la atención. En su rostro no se veía expresión y el iris, junto con la esclerótica de sus ojos, era de un intenso color negro. Ni siquiera se podía apreciar donde empezaba su pupila. Su pelo ondulado, semejante a las plumas de un cuervoide, le llegaba hasta los hombros.
Su mirada fría y distante remarcaban ese aspecto de "monstruo". Parecía un robot sin vida, algo que emocionó aún más al público. Luego de unos segundos de asombró, toda la audiencia en el estadio se puso de pie y empezaron a gritar eufóricos. Estaban delante de un programa único, jamás esperaron hacerse con la oportunidad de atestiguar a criminales tan reconocidos en acción, el morbo y el deseó de presenciar de lo que eran capaces los superaba. No podían esperar más, querían que el evento empezara.
Un suave pitido y vibración llamó la atención de Fernando, tenía un mensaje en su pulsera. Dio un pequeño sobresalto, jamás imagino que Sett le escribiría, rápido disimuló su sorpresa y siguió con sus habituales gestos animados.
"El publico quiere más, muestrales lo que piden", decía el mensaje.
—¿¡Escuchas esos gritos!? Son por ti... —Comentó Fernando, preparando el ambiente y cruzando miradas con Proyecto-Adalid, sin duda la oscuridad de sus ojos lo absorbía. De todas formas, eso no sería suficiente para distraer al experimentado presentador, quien, sin perder su carismática sonrisa, continuó—. Hazlo, todos quieren verlo —ordenó.
Proyecto-Adalid miró hacia adelante, al enorme vacío que lo rodeaba. No podía ver nada, las cálidas luces solo lo enfocaban a él, le parecía demasiado molesto. Posó una mano en su pecho y sin ningún esfuerzo, como si rompiera papel, arrancó su remera. Después, hizo lo mismo con los pantalones, quedando solo con la ropa interior.
En la pantalla gigante se transmitía el cuerpo del hombre, estaba cubierto de cicatrices por todas las cirugías por las que lo sometieron. Una muestra de crueldad humana irrefutable, sin embargo, la gente ignoraba el grotesco hecho, cegados por la ambición y el deseó de un espectáculo, delante suyo no veían un ser humano, solo una herramienta, un mero objeto de entretenimiento.
—Logró sobrevivir a todo eso... ¿Creen qué logré hacer lo mismo aquí? —preguntó Fernando al público.
Los collares que llevaban los bosses se pusieron de colores para indicar cada grupo: Verde, rojo, azul, amarillo y negro, respectivamente con sus presentaciones. Luego, la plataforma en la que se encontraban los cuatro empezó a subir.
—¡Con esta pequeña presentación ya estamos listos para empezar el evento! ¿Están preparados para lo que se viene? —les preguntó Fernando, sonriendo de manera traviesa.
Todo el mundo estaba extasiado por la presentación, las redes sociales estallaron y cada programa que retransmitía en vivo se enfrascaba en emocionaste y acaloradas charlas sobre la intrigante dirección que estaba tomando. Sin dudas, el plan de Sett estaba funcionando. Él había organizado este evento, que ya estaba siendo considerado único e inigualable, atrayendo aún más la atención de todos.
No le importaba que Neil se llevará el crédito, para el mundo, todo era idea de su padre. Y eso... también era una parte importante del plan. Pronto llegaría su momento, por ahora solo debía permanecer en las sombras y esperar, él era la piedra angular del cambio que soñaban.
Mientras todo se preparaba para la nueva era, la sociedad sería deleitada con el siguiente evento llamado "Película de Terror". Los protagonistas ya habían sido presentados, solo era cuestión de tiempo para ver sus macabras actuaciones...
Fin del capítulo 17
Boss¹: Palabra en ingles que significa "Jefe/jefa". En videojuegos se usa el terminó boss para hacer referencia al enemigo más fuerte de la sección o nivel. Por lo general, se encuentra al final de estos.
Kami²: Palabra japonesa, la cual puede usarse para hacer referencia a una deidad o dios. No significa literalmente eso, pero puede dar a entender ese significado. El ejemplo más común sería un personaje de la famosa serie "Dragon Ball", llamado "Kami-sama", siendo considerado el dios de la tierra.
Fin del capítulo 17
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