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7. Malcolm.

Palabras: 1541

Usuario: Depaula_Kpu

MALCOLM


Me encuentro haciendo las maletas para mi viaje a Miami. Ya empezó la temporada y estoy muy ansioso por ello. Mi vida gira en torno al Fútbol Americano: es lo que más me apasiona. Me voy unos días antes ya que por fin pude convencer a Savannah de que se tomara unos días libres para descansar. Vive sumergida en su trabajo y aunque sé que ama con su vida lo que hace, a veces es necesario tomarse un descanso y yo me encargaré de que en estos dos días se divierta como nunca.

Mi vuelo sale dentro de una hora, por lo que me apuro en alistar todo. Me encontraré con Sav en el apartamento de sus padres en Miami ya que ahí pasaremos estos días. La verdad es que me encanta ese lugar. Me transmite una paz increíble debido a la vista que tiene al mar. No entiendo por qué a Sav no le gusta. Según es por cuestión de estética. Me rio al pensar en eso.

Savannah es tan increíble y la verdad no entiendo como el idiota de mi hermano no se dio cuenta de la maravillosa mujer que tenía enfrente. Sav es tan apasionada en todo lo que hace. Siempre lucha por lo que quiere sin importar lo que la gente piense y eso es lo que más me gusta de ella. Hace mucho tiempo que dejé de verla como una amiga, pero nunca he querido dar el siguiente paso debido a que sé lo que ella siente por mi hermano y no quiero seguir viviendo bajo la sombra de Tanner. Él siempre ha sido el mejor en todo. El de las mejores notas, el hijo perfecto, el hijo prodigio de mamá. Siempre lo ha tenido todo, incluso el amor de Savannah, pero lástima que él no sepa valorarlo y se comporte como un idiota con ella.

Dejo de pensar en él cuando veo mi reloj y me encamino al aeropuerto. Estoy ansioso por llegar y ver a Sav ya que hace mucho que no nos vemos.

*****

Cuando estoy entrando al conjunto residencial donde se encuentra el apartamento de los padres de Sav, sé que ella ya se encuentra allí esperándome. Al ingresar al apartamento puedo apreciar a Savannah muy concentrada mirando por el gran ventanal con vista al mar que hay en la sala. Debido a que está muy concentrada no nota mi presencia, por lo que me acerco silenciosamente para sorprenderla.

—¿En que tanto piensas, Sav? —le digo en un susurro cerca de su oído, por lo que ella, sobresaltada, se voltea con las manos puestas en su pecho.

—¡Dios, Malcolm, me asustaste! No vuelvas hacer eso.

Me rio por su expresión.

—Lo siento, pero es que te veías tan concentrada que ni siquiera notaste que ya había llegado y me vi en la necesidad de hacer eso para vengarme.

Finjo un tono triste y hago un puchero.

—Ya, ven aquí y dame un abrazo —dice, a lo que yo acepto encantado.

La verdad es que la extrañaba mucho. Debido a mi carrera no tengo mucho tiempo para poder compartir con ella y tener estos dos días me hace muy feliz.

Alargo lo más que puedo el abrazo y disfruto del aroma a rosas que desprende de su cuerpo. Quisiera que este momento durara para siempre. Cuando estoy con Savannah siento una paz increíble y sé que a ella le pasa lo mismo, pero es una pena que sus sentimientos hacia mí no pasen de solo verme como un amigo.

Savannah se remueve un poco incómoda antes de hablar de nuevo.

—Bueno, ¿y cuáles son los planes para hoy? Me prometiste mucha diversión y créeme que la necesito.

Le sonrío.

—Vete a cambiar y te espero aquí en quince minutos para ir a la playa a tomar un poco el sol. Estás muy pálida, Sav, y necesitas broncearte.

Entrecierro mis ojos, inspeccionándola de arriba abajo.

Se ríe de mi comentario y asiente.

—La verdad es que sí. Necesito un poco de sol —dice alejándose al dormitorio donde supongo están sus cosas, por lo que la imitó y me dirijo con mi maleta hasta uno de los cuartos.

Luego de unos minutos veo salir a Savannah con un vestido blanco un poco transparente, por lo que se puede apreciar muy bien el increíble traje de baño color amarillo que hace resaltar su increíble figura.

—Hermosa como siempre, Sav —le digo tendiéndole mi brazo para encaminarnos a la salida, donde nos espera el auto deportivo que mandé a traer para poder andar tranquilamente.

—Tú también te ves increíble, Malcolm —dice con expresión coqueta, por lo que me rio.

A pocos minutos llegamos a la playa gracias a que el apartamento queda muy cerca de esta. Savannah se dedica a quitar el vestido que lleva puesto para quedar solo con el traje de baño, que vuelvo e insisto se le ve jodidamente bien y eso hace que mi vista se pose en ella más de la cuenta, cosa que nota.

—¿Te gusta la vista, Malcolm? —pregunta con una sonrisa coqueta.

—Lo siento —digo de manera incómoda y ella responde con una sonrisa.

—Estoy bromeando. Ven y sé un buen amigo y colócame el bronceador en la espalda.

¡Dios! Esta mujer hará que mi corazón explote un día de estos. Me dedico a regar el bronceador en su espalda lo más rápido posible debido a que si paso más tiempo con mis manos encima de ella, no podré controlarme y lo menos que quiero es ponerla en una situación incómoda.

Cuando termino me levanto y me quito la camisa que cubre mi torso, a lo que ella se me queda viendo, pero no digo nada.

—Si me disculpas, voy a darme un baño. Tengo mucho calor.

La verdad es que necesito escapar un momento de ella. No sé qué me está pasando.

Cuando entro al agua me relajo un poco, pero esto dura muy poco debido a que veo a Savannah acercándose y no sé si son ideas mías pero pareciera que se estuviera moviendo en cámara lenta, lo que la hace ver tan sensual, ¡me estoy volviendo loco! Cuando entra al agua nos dedicamos a conversar acerca de cómo van las cosas en nuestra vida y eso ayuda a que despeje un poco los pensamientos de hace rato.

Luego de pasar unas horas en la playa decidimos regresar al apartamento para descansar un y salir a divertirnos en la noche.

*****

Nos encontramos en un Bar Restaurant muy popular aquí en Miami y la verdad es que nos la estamos pasando increíble. Hace mucho tiempo que no me reía tanto.

Savannah lleva puesto un vestido negro que le llega hasta los tobillos y con una abertura, por lo que se le puede apreciar su pierna derecha. Sumándole ese increíble escote, se ve fenomenal.

Después de estar un largo rato sentados en la barra bebiendo y conversando, Sav me toma de las manos y nos encamina hasta la pista de baile. Esta bailando de una manera tan sensual que se me hace imposible no tomarla de las manos y pegarla a mi cuerpo para bailar juntos.

Tenerla tan cerca de mí hace que pierda mi autocontrol y mande todo a la mierda. Hago que detenga sus movimientos y coloco mis manos en torno a su rostro.

—Lo siento, pero si no hago esto me arrepentiré toda mi vida.

Y la beso.

Es un beso cargado de desesperación y pasión. Al principio ella se tensa debido a la sorpresa, pero luego me sigue y estoy tan feliz de que no me haya rechazado. Luego de unos segundos nos separamos en busca de aire.

—¿Qué fue eso? —pregunta un poco confundida.

—No lo sé, pero la verdad es que se sintió jodidamente bien, ¿no? —respondo pegando mi frente con la de ella y asiente.

Luego de unos segundos ella se separa colocando sus manos en mi rostro como yo las tenía antes en el suyo, sus ojos grises sumamente emocionados.

—No sé qué estamos haciendo, pero necesito que me lleves al apartamento y me hagas el amor —susurra—. Te necesito, Malcolm.

Me sorprendo un poco por sus palabras, pero asiento para luego entrelazar nuestras manos y salir de allí.

Cuando llegamos al apartamento, Savannah se abalanza sobre mí y yo la acepto encantado. Llevamos varios minutos besándonos en medio de la sala, por lo que yo decido alzarla y ella enreda sus piernas alrededor de mi cintura. Así nos encamino a una de las habitaciones y la recuesto en la cama para luego separarme un poco y quitar los mechones de cabello que cubren sus hermosos ojos.

—¿Estás segura de esto, Savannah? No quiero que mañana te arrepientas de esto y las cosas se pongan tensas entre nosotros –le digo ya que necesito saber si está segura de esto.

–No estoy segura, pero necesito esto tanto como tú. Te necesito, Malcolm, no me rechaces. Tú no, por favor —me dice para luego besarme y aunque sé a qué se refiere, no me detengo.

Necesito demostrarle que hay más hombres en el mundo aparte de Tanner, hombres que pueden darle todo ese amor que necesita, y eso es lo que hago haciéndole el amor hasta el cansancio.

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