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43. Consecuencias.

Palabras: 1528

Autor: Yulianny Corporativo


Uff. Qué noche la que me tocó. Nunca me sentí tan cansada al terminar una guardia. Aún no puedo creer lo que pasó. Conocí a mi heroína y aunque no fue en las condiciones que pensé que algún día sucediese, me siento bien por cómo se dieron las cosas ya que pude ayudarla dándole el apoyo que necesitaba esa noche. De verdad quise reportar lo que sucedió, pero tampoco quería defraudar a Savannah. Le di mi palabra de que no diría nada y aunque en el fondo sabía que estaba mal lo que hacía, no pensé que tendría consecuencias a futuro.

Que ilusa fui. Aún no salgo de mi asombro. Se puede decir que estoy todavía en shock cuando mi compañera de cuarto me llama por millonésima vez, pero es que no sé qué pasó. Bueno, sí sé qué pasó: debí haber hecho el reporte, no tenía que dejar que la solidaridad entre nosotras las mujeres ganara, porque siempre he pensado que si no nos ayudamos entre nosotras estaríamos bajo la merced o el yugo de los hombres, la sociedad y las leyes aunque no lo crean.

Lo cierto es que, ¿cómo no ayudarla esa noche? Era Savannah Campbell, la única de mis ídolos arquitectos que tenía cerca o viva, sino que también era la estudiante junior con más apariciones en el periódico universitario que cualquier otro estudiante avanzado o no. La verdad es que siempre la he admirado por sus diseños. Mi compañera hasta tiene algunos de ellos en su mural de inspiración, como yo le llamo. Y se veía muy mal, estaba golpeada y sangraba un poco. Me sentí decepcionada cuando me dijo que peleó con su compañera de cuarto por su novio, pero no quise juzgar su forma de vida, sino ayudarla. Si no hubiese tenido guardia ese noche, la habría llevado conmigo, pero no podía darme el lujo de perder el trabajo.

Cuando me citaron a la oficina del rector, lo único en lo que pensaba era en mi beca. Cuando le pregunté a la secretaria si era ese el motivo de la reunión solo me indicó que llegara puntual. Muchas cosas pasaron por mi mente entonces, pero nunca imaginé que se relacionara con la noche que conocí a Savannah. Estaba tan nerviosa que no sé cómo llegue hasta su oficina. No recuerdo que ropa usaba, el clima, ni siquiera preste atención a la arquitectura del edificio ni a la decoración de la oficina del rector. Lo único que recuerdo es el semblante serio y agresivo que transmitía el rector con su mirada.

Cuando me dirigió la palabra se podía sentir la rabia y el desprecio hacia mi persona en su voz por hacerle pasar por semejante disgusto al enfrentar a los padre y los abogados de Savannah Campbell, la estudiante junior con más oportunidades de triunfar al terminar su carrera y de Tanner Reed, el niño dorado de la universidad, quien no solo es un estudiante de cuadro de honor, sino también el capitán del equipo de fútbol americano de la universidad, dándole triunfos y posicionándola entre las mejores universales del Estado. Estaba perdida aún sin haber entrado y defendido mi posición, mi trabajo, mi futuro y el de mi familia también.

Incluso el idiota de Gordon tenía más ventajas que yo. Para que se hagan una idea de por qué aún no dejo de llorar y reaccionar a los llamados de Becca, mi compañera, les explico: soy becada. Además de mi trabajo como cuidadora de cuartos, doy tutorías y trabajo algunas veces en un café cerca del campus. Soy la primera de mi familia en ingresar a la universidad. Sin mi trabajo, el único estable que tengo, no creo que pueda sobrevivir para culminar mi carrera.

El rector no me dejó hablar. Se desquitó conmigo por todo el mal rato que pasó con los abogados y los padres de Savannah y Tanner. En estos momentos no puedo recordar que debemos ser solidarias entre las mujeres. Solo siendo un odio profundo hacia mi misma por faltar a mis propias reglas de que nada y nadie me alejará de mi objetivo, de mi sueño de salir adelante y ayudar a mi familia haciendo lo que amo. También siento un poco de odio a Savannah, aunque tal vez no es odio, sino decepción ya que ni siquiera me dio una explicación.

Estaba en mi cama acostada en posición fetal por lo que se sintieron cómo años. No he hablado con mi familia porque no sé cómo explicar lo que sucedió. Pensé que por fin el sueño americano del que hablaban mis padres cuando llegaron a este país se estaba haciendo realidad. Soy la mayor de tres hijos. Espero que mis hermanos tengas mejores oportunidades de alcanzarlo que yo. No me quejo. Nunca tuve la mejor ropa y los juguetes de temporada, pero siempre tuve a mi familia, que al ser latina siempre me demostró su amor muy afectivamente. Aunque es difícil para los latinos sobrevivir en este país, mis padres siempre velaron porque no nos faltara nada.

Así paso el tiempo, pensando y no pensando a la vez, escuchando música, pero sin escuchar ya que mis pensamientos son más fuertes que las canciones que escucho. Cuando la voz de Becca se abre camino entre la música y mis pensamientos, reacciono y me quejo de dolor ya que ella no se dio cuenta que le hablé y me golpeó con el libro que está leyendo esta semana. Mi compañera ama leer como ama la arquitectura, siempre tiene un libro a la mano y hoy he sentido esa frase literalmente.

Cuándo Becca por fin me ve se disculpa, igual me dice que el golpe me lo gané por haberle preocupado tanto. Después de una charla liberadora con Becca, me doy cuenta que no puedo dejar que esto me derrumbe. Soy fuerte, inteligente y talentosa puedo conseguir otro trabajo aunque sé que está difícil porque antes de trabajar en la universidad, intenté encontrar un puesto fuera del campusm pero aun así no me rendiré.

Al día siguiente, voy de regreso a mi edificio cuando escucho mi nombre. No acostumbro a responder porque no tienen idea de cuántas Faith hay en el campus, pero cuando la persona que viene de frente hacia mí me indica que es a mí a quien llaman, volteo y me enojo al instante que identifico a la persona que me está llamando. Acelero el paso, pero Savannah Campbell me alcanza rápido. La verdad es que no sé cómo pudo hacerlo calzando unas botas de tacón alto, pero aquí está frente a mí y lo único que quiero es decirle, no, gritarle, que me ha arruinado la vida y eso es lo que hago. Le pregunto cómo es posible que me haya echo eso, que no tiene idea de lo que causó. Hasta le reprocho por su posición económica. Ella no entendía lo que otros teníamos que hacer para sobrevivir y así iba a seguir o al menos eso pensaba, pero luego comprendí que fue mi decisión no reportar lo que sucedió, que tomé una decisión y ahora tengo que aceptar las consecuencias.

Savannah lejos de molestar se bueno si pude ver un poco de enojo cuando mencioné lo de su dinero, sin embargo me dijo fuerte y claro con su cara en alto y mirándome a los ojos. Que el concurso de diseños fue entendido una semana, que al igual que yo pero por razones diferentes no ha dormido en dos días, y que después de hablar con varios profesores para pedirles ayuda y poder realizar su maqueta y solo obtener negativas de su parte, (después nos enteramos de que fueron presionados por el rector para que no la ayudarán) pensó que la mejor opción para ella era asociarse con un estudiante avanzado y que su primera opción fui yo.

No podía creer lo que estaba pasando, para empezar no podía creer que ella se viera así de espectacular sin haber dormido dos días y mientras que yo no quería ni salir de mi habitación al ver mi reflejo en el espejo. Y segundo su propuesta era lo mejor que me había pasado desde que me despidieron. Me arrepentí de haberla juzgado sin razón me deje cegar por mis pensamientos y emociones, pero me sorprendió gratamente que ella aunque no me ofreció una disculpa por qué si incumplí las reglas fue por ayudarla, su ofrecimiento puede ser su forma de redimirse conmigo.

No tengo que decirles cuál fue mi respuesta, por supuesto que acepte, nuevamente me sorprendió su diseño y aunque siempre me repetía que el primer diseño era mejor no puedo imaginar algo mejor. Trabajamos sin descanso para entregar la maqueta a tiempo, hasta conseguimos un profesor dispuesto a ayudarnos a pesar de que fueron intimidados por el rector. Aun así no ganamos, todos en el campus piensan que debimos ganar, que nuestra maqueta era la mejor. Pero si lo pienso no perdí, no solo gane a una amiga sino que recuperé mi confianza y gracias a las influencias de sus padres conseguí un empleo de medio tiempo en el que ganó más de lo que ganaba cuidando los cuartos en el campus.

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