♡ Palabras: 1849

♡ Autora: natbooksx

El día auguraba ser bueno, pero no terminó así. Cuando desperté esta mañana, tenía el presentimiento que algo sucedería, especialmente cuando uno de mis primeros pensamientos era él y pocas veces eso era algo bueno.

Todavía me costaba entender por qué seguía tan aferrada a los recuerdos de nuestra primera vez juntos. Desde entonces he estado con algunos hombres y aunque muchos de ellos fueron buenos, solo uno pudo estar a su nivel o al menos hizo olvidarme por un tiempo los viejos recuerdos. Weston fue un buen polvo, tan bueno que lo intentamos siendo pareja hace unos meses atrás.

El día fue tan agotador que me tomó por sorpresa cuando llegué al dormitorio y Pauline se echó sobre mí en un abrazo asfixiante para contarme aceleradamente la buena nueva. Estaba tan sorprendida cuando me contó sobre su compromiso con Tanner, lo hermoso que fue su propuesta y lo feliz que estaba, que no me di cuenta del momento en que acepté ser su dama de honor y haber aceptado planear su boda.

Eso solo fue el inicio del desastre.

Durante toda la noche no pude conciliar el sueño. No podía decidir si era bueno o malo que fueran a casarse. En realidad, me parecía tan cliché que el chico malo se casara con la chica buena, por quién cambio todo para ser perfecto. En el fondo sabía que Tanner y yo nunca encajaríamos, él puede ser muy dominante y conservador, mientras yo soy, en cuanto a mis ideales, algo liberal. El hecho que critique mi vida sexual cuando él en su momento también se acostó con varias chicas me parece hipócrita. Los tiempos han cambiado, pero la mentalidad retrograda sigue vigente y, por eso, él sigue sin perdonarme que disfrute de mi cuerpo a plenitud.

Incapaz de dormir y dando vueltas en la cama, decido que necesito un respiro de ellos. Necesito alejarme de su compromiso y de todo lo que eso implicará. Tanner no acompañó a Pauline para contarme la noticia y eso solo significa que él querrá hablar conmigo personalmente y aún no estoy preparada para eso.

Los últimos meses alrededor de ellos ha sido un tormento, más que nada porque cada vez que decido alejarme, encuentran la manera de nuevamente de tenerme cerca. Por eso es que necesito ir a San Antonio. Necesito pensar. Necesito ver a mis padres, pero sobre todo, necesito recordar que soy una mujer fuerte e independiente que no necesita de nadie para ser feliz. Necesito tiempo para mí.

Por esa razón me levanto de la cama y, sin hacer mucho ruido, busco en mi armario una mochila para llenarla con cosas esenciales para el viaje.

*****

Después de tener todo listo y verificar que Pauline no ha despertado, me dirijo en la camioneta por la ruta interestatal, rumbo a mi vieja casa. En el camino enciendo la radio y busco una emisora que pase buenas canciones para mantenerme despierta. Son alrededor de las 05:30 pm cuando llego y soy recibida por mis padres, quienes aún están en pijamas. Al bajar del auto noto en sus miradas la preocupación y el desconcierto de mi visita. Mentalmente me preparo para la lluvia de preguntas y sermones que seguramente tienen para mí, pero contra todo pronóstico, mis padres no me dicen en toda la mañana.

Temiendo que sepan la razón de mi huida de Austin, decido contarle a mamá la razón de mi presencia en la ciudad, maquillando un poco la verdad.

—Mamá, sé que te preguntaras la razón por la que estoy aquí —empiezo.

—Claro que sí, Savannah. No debe de ser bueno lo que dejaste atrás para correr de ello durante la madrugada.

—En realidad no lo sé, pero puedo asegurarte que el motivo principal de mi visita tiene mucho que ver conmigo. Necesito tiempo para pensar, además de tiempo de calidad con mis encantadores padres.

—Sabes que cualquier cosa que necesites estamos para ti. Siempre puedes contar con nosotros, mi pequeña rosa.

—Lo sé, mamá. Solo quiero despejarme por unos días y buscar un poco de inspiración para un nuevo proyecto.

Seguimos en la cocina hablando con mi madre durante un tiempo más hasta que mi padre nos busca para preguntar cuáles son nuestros planes para el fin de semana.

*****

Como llegué a casa de mis padres el sábado de la madrugada, no es hasta el medio día que recibo noticias de la pareja perfecta. Primero es Pauline quien se contacta conmigo por mensaje preguntándome donde fui tan temprano porque no me encontró al despertar y revelándome que estaba un poco preocupada debido a que no había dejado ninguna nota. También me buscó porque tiene muchas cosas que hablar conmigo sobre los detalles de su boda soñada.

Savannah: Lo siento, Pauline.

Tuve que salir de la ciudad por una emergencia.

Al volver, lo hablamos mejor.

Pauline: Esta bien. Espero no tardes.

Tenemos muchas cosas que planear y ver juntas.

Estoy tan feliz y emocionada.

Savannah: Lo imagino. Nos vemos en unos días.

Pauline me escribe más cosas, pero decido ignorarla el resto del fin de semana. Al que no puedo ignorar y no por que no quiera es a Tanner, quien llama insistentemente desde que se enteró que no estoy en la ciudad. Imagino que su prometida le habrá contado de mi viaje. Cansada de sus llamadas, decido apagar mi teléfono y desconectarme del mundo por lo que queda del día.

Ese sábado de noche decidimos con mis padres ir a cenar a mi restaurant favorito y reunirnos con la familia de Becca, mi amiga de la secundaria, con quien coincido en la ciudad después de mucho tiempo. También aprovechamos para ponernos al día y salir a bailar como los viejos tiempos.

*****

Cuando llegamos al antro que frecuentábamos en nuestra juventud, nos ubicamos en una de las mesas altas de vidrio con cuerpo metálico que están entre la pista de baile y el bar que son para dos personas. Aunque hace tiempo no hablaba con Becca y luego de haber tomado algunas cervezas, sintiendo que ya no puedo más, termino contándole toda la historia entre Tanner, Pauline y yo.

—Vaya, eso no lo esperaba de ti, Sav.

— ¿Qué cosa no esperabas?

—El mendigar amor, la atención de un hombre. Siempre has sido inalcanzable para todos. Mientras los chicos te desean y admiraban, las chicas en la secundaria te envidiaban por tu belleza y tu talento. No puedo creer que estés sufriendo por un hombre que definitivamente no sabe que eres una mujer increíble, llena de virtudes y digna de ser amada con tus defectos. Y aunque la sociedad trate de vendernos que o somos perfectos o imperfectos, o todo es blanco o negro, no es así. Porque nadie es del todo perfecto o del todo imperfecto y aunque nos cueste admitirlo, debemos vivir con ello y aceptarnos.

—Lo sé, pero durante estos meses he sentido que soy insuficiente para él, que esa es la razón del porque no me ha elegido después de todo este tiempo.

—No te sientas mal si no lo eres. Al contrario, acéptate y trata de vivir con ello o en su defecto, trata de cambiar o mejorar, pero hazlo por ti, no por una persona. Desde mi punto de vista eres semi-perfecta, solo eres un poco obsesiva compulsiva cuando se trata de tu trabajo, pero fuera de eso, eres una persona encantadora, Sav. Solo que no todos se toman la molestia de conocerte más allá de la primera impresión y por lo que me has contado, su padre tiene mucho que ver en su decisión, lo cual nos lleva a la conclusión que es un cobarde al no ponerse los pantalones y enfrentar todo por ti.

—No lo sé. Realmente creo que la ama. No hay otra explicación.

—Tal vez si la ama, pero no lo suficiente para dejarte ir. Lo cual me enoja mucho. Es muy egoísta al querer tenerte cerca de él sin estar con él y, a su vez, no permite que nadie más este contigo. ¿Estás segura que no sufre de algún trastorno de bipolaridad?

—No, él no sufre de ningún trastorno. Solo es una persona con carácter, más bien es un hombre orgulloso. Y he intentado muchas veces olvidarlo, alejarme e intentar una relación con otros, pero no funcionan.

—Claro que no funcionan porque Tanner siempre te anda tirando falsas señales sobre sus sentimientos y arruinando tus relaciones de alguna forma, ya sea directa o indirectamente. Solo me queda decirte que mereces mucho más, Sav. Nunca pensé verte así, pero como tu amiga debo decirte que no es sano que sigas alrededor de esas dos personas. Esta es tu lucha y espero que con el tiempo te des cuenta que no vale la pena desperdiciar todo tu tiempo en él. En un amor que tal vez nunca sucederá.

—Pero, ¿y si un día cambia de parecer? ¿Y si un día se arrepiente de estar con Pauline y decide estar conmigo?

—Si eso pasa, lo cual lo dudo, espero te hagas del rogar y lo hagas sufrir. No de la forma mala y olvida los celos. Solo déjate conquistar, Sav. Déjate quererte. Hazlo luchar por tu amor, por tu atención, por un jodido lugar en tu corazón, en tu vida. Tú vales mucho y ya has sufrido por mucho tiempo por él.

*****

Por lo que queda de la noche, decidimos que hemos tenido suficiente al hablar de Tanner y nos podemos a hablar de cualquier otro tema, a bailar y disfrutar como si lo que me espera al llegar a la universidad no me destrozara el corazón. Después de la medianoche, enciendo nuevamente mi teléfono, decidiendo ignorar los pocos mensajes y las muchas llamadas perdidas. Entro a mi perfil de Instagram y subo varias historias tomando, bailando, besándome con otros chicos y chicas que conocí en el antro.

Antes que muera la batería del teléfono subo una foto con Andrew, un chico moreno cuya sonrisa es encantadora y con quién baile toda la noche, siendo el chico que más veces apareció en mis videos, con una frase: Apunto de comprobar el mito. lol

Al instante veo que la primera persona en ver mi historia es Tanner, pero decido ignorarlo como lo he hecho todo el día. Realmente me gustaría poder pasar de él, así todos los días hasta poder arrancarlo de mi piel, de mi mente, de todo mi maldito cuerpo, pero soy cociente que esta lucha por olvidarlo será un largo y complicado camino. Más si la pareja perfecta no decide olvidarse de mí.

Para cuando estoy nuevamente rumbo a Austin, después de haber hablado con Becca, de haberlo pasado genial e intercambiado números con Andrew y pasar un excelente fin de semana con mis padres recorriendo la ciudad, llegue a la conclusión que, en este círculo vicioso, no solo yo estoy obsesionada con Tanner, tal parece que él y la misma Pauline lo están conmigo. Lamentablemente, ninguno de los tres está preparado para dejar de estar alrededor del otro y, al menos por un tiempo más, seguiremos lastimándonos de alguna forma u otra.