15. Cálido infierno.
♡ Palabras: 721
♡ Autora: Livi Carleth
SAV
Al estar con los ojos cerrados, mis sentidos se agudizan y mi cuerpo recibe con gusto el leve calor que desprenden las velas, esas que me han acompañado en casi todas mis noches y de una u otra manera me impulsan a caer con más rapidez en los brazos de Morfeo. Más que eso, me llevan a sentir una confianza terriblemente placentera; y es que la línea que separa el caos de la calma es terriblemente delgada, pero la sensación que te da tener el poder decidir cruzarla es indescriptible. Eso me ha ayudado mucho como mujer y también me ha ayudado a que Pauline me catalogue como una loca pirómana.
TANNER
No veo como un error seguir mis instintos, pues hacerlo nunca me ha decepcionado, excepto cuando ellos me llevan a Savannah. Aun mi mente no logra captar cómo fue que no la recordé. Ahora que la veo dormida profundamente, cual princesa blanca nieves en su hurna de cristal, rodeada de velas, estoy seguro que juntos estuvimos en el maldito séptimo cielo mientras estuve bajo los efectos de las drogas, el alcohol y de su embrujo. No quiero dañar los avances que tengo con Pauline para reafirmar lo que ya sé, lo que por medio de un error recordé... se siente equivocado decir que fue un error.
Un error no puede verse tan malditamente bien saliendo desnuda de la ducha.
En ese momento siento un electroshock y las imágenes de nosotros juntos llegan a mí tan nítidas... que en realidad pongo todo mi autocontrol para no despertarla y castigarla por hacerme sentir todas estas malditas ganas de repetir todo, pero en su lugar seguiré observándola como cada noche que no se pierde en brazos de cualquier idiota que cree poseerla. Eso por mí está bien. Que sientan la gloria por unos pocos minutos, porque al sitio que voy cuando estoy tan cerca de ella cuando estoy consiente de mi mismo como ahora, es tan caliente, tan prohibido que no puede ser otra cosa más que el infierno, uno al que estaremos condenados por siempre.
Quisiera dejar de contemplarla, pero se me hace difícil,. Los sentimientos dentro de mí son contradictorios, confusos y poco a poco empiezo a acariciar su rostro sin querer. Ese que con delicada altanería me reta siempre y es tan jodidamente suave que se siente un pecado tocarla aun sabiendo que en ella no hay nada que yo pueda romper o eso creí... paro mi accionar cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo y que puede despertar. Me levanto poco a poco, sintiéndome el ser más ruin del mundo por seguir jugando con ella. La miro a consciencia y la dejo sumida en el único mundo donde no puede causar ningún desastre pensando que sin importar mi relación con Pauline, se ha convertido en mi hermoso ramé. Me alejo de ella.
Bueno, esa era la idea...
Siempre fue la jodida idea alejarme, pero hoy, viendo cómo la persigo cual perro, me doy cuenta de que nunca pude hacerlo. Siempre me llamaba. Su piel, sus ojos, su jodida inteligencia y su innegable brillantez. Más que por su cuerpo, Sav se metió poco a poco en mi piel con su manera de expresarse y de vivir por ser tan diferente, todo lo contrario a lo que yo quería y es tan pero tan contraria a lo que quiero, que en este momento solo anhelo tenerla en mis brazos y cómo no, ella está entregándole sus dulces labios a Malcolm, posando sus manos en su cuello, manos que solo quiero que me toquen a mí... ver esta escena me hace bajarme de la nube y dejar de darle vida a la insulsa novela de amor que creé en mi mente. Después de estos cinco años de desdeñarla y velar por ella en silencio, no sé como llegue a pensar que Sav podía mantener lo que sea que sentía por mí sin yo darle una esperanza. De pronto abre sus ojos, y estos me captan, me reconocen y entonces solo los cierra y sigue disfrutando del beso que mi hermano le está dando, así como muchas veces yo disfruté con Paulinne mientras ella observaba.. Sin duda los papeles se invirtieron en esta historia después de todos estos años, pero ahora con mas convicción que nunca quiero creer en la puta historia del hilo rojo.
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