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-¡Espera Lucas!- una pequeña niña de larga cabellera rubia y hermosos ojos azules como si de un par de zafiros se tratara, intentaba seguirle el paso a su mejor amigo.

-Eres muy lenta Arthy-se burló el pequeño de largo cabellos negros y ojos rojos tan intensos como el fuego, mostrando su lengua y bajando el paso para ir a la par de la que era su amiga.

El discípulo del 'Gran mago de la torre negra' y la 'Princesa de Obelia' era una amistad que muy pocos imaginaron, incluso para el gran mago de la torre fue una sorpresa ver qué su pequeño discípulo y casi hijo mostrara interés por otra cosa que no fuera el mismo, eso era sorprendente.

-No es justo Lucas, eres mayor que yo-se quejo la pequeña niña con sus mejillas sonrojadas y la respiración agitada

-¿Y eso que tiene que ver princesa?-

-Que tu...¡Ack!-un fuerte dolor se alojó en el pecho de la pequeña princesa.

-¿Que sucede Princesa?-Lucas miro con preocupación a la princesa Athanasia, había hecho una expresión de dolor bastante notoria y no podía pasarlo por alto.

-N-no es nada, sentí una presión en mi pecho, ¡Pero ya estoy bien!-una sonrisa apareció en su rostro mostrando que todo estaba bien.

-Creo que sería mejor que regresemos Princesa-

-¡No quiero! Falta poco para llegar al lugar que quería mostrarte-una mirada tierna fue lanzada hacia Lucas quien no pudo resistir la súplica y adorable expresión que la pequeña princesa hacía.

-Esta bien tu ganas-

-¡Yey!-la princesa otra vez inicio una carrera al lugar que deseaba mostrarle con tanto entusiasmo a su amigó, mientras esté la seguía pero esta vez desde atrás de manera tranquila.

A los ojos del chico era una pequeña bastante extraña, divertida y nada aburrida a comparación de las demás personas que había conocido tanto en la torre, como en el palacio.

-Ella es exactamente igual a cuando la conocí-sonrió de manera tranquila, recordaba claramente como había conocido a la princesa por un descuido de su magia.

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En aquella ocasión Lucas se encontraba practicando el hechizo de teletransportación que su maestro le había enseñado, pero debido a su falta de control terminaba en puntos poco oportunos del palacio o la torre.

Para su desgracia en una de esas ocasiones el pequeño mago termino en la habitación de la princesa quien al verlo aparecer de la nada, lo bombardio con miles de preguntas que el tuvo que terminar respondiendo.

-¡Lucas es muy genial!-

-Eso es más que obvio princesa-

Desde ese momento Lucas iba a hacerle compañía por gusto propio, pasar tiempo con la princesa Athanasia no era tan malo y por lo menos alegraba sus tardes aburridas y monótonas.

Una temporada después el Emperador descubrió las reuniones que su hija tenía con el discípulo del gran mago y a pesar de que al inicio se negó, por petición de su propia hija, le concedió formalmente el permiso de visitarla como un amigo. Ya de eso habían pasado dos años y desde entonces no había un día en que ambos no se reunieran para jugar.

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Lucas quien se encontraba perdido en sus pensamientos fue forzado a salir de ellos por una fuerte queja acompañada de un grito de dolor.

-¡Ack!...¡Ahhhh!- corrió en dirección a ella y lo que sus ojos vieron lo sorprendió, la princesa sostenía su pecho con fuerza a la vez que vomitaba sangre.

-¡¿Athanasia!?, ¡¿Que te sucede!?-Lucas se acercó a ella tomándola por los hombros intentando calmarla.

-¡Lucas, duele!-lágrimas comenzaban a aparecer en los ojos de Athanasia provocando que el pánico lo invadierá ¿Que debía hacer? estaba entrando en pánico, la sangre que mancha el vestido de la princesa y sus rostro bañando en lágrimas desconcertaba a Lucas

-¡Quiero ver a papá!-gimoteo Athanasia, Lucas sin dudarlo tomo a la princesa entre su sus brazos abrazándola fuertemente y con un chasquido se teletransporto a la habitación dónde se encontraba el Emperador atendiendo los asuntos reales. Quien al ver a su hija cubierta de sangre y el pequeño mago que la sostenía en sus brazos con una expresión de pánico, envío a llamar inmediatamente a el médico junto al 'Gran mago de la torre'

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Fuera de la habitación una pequeña cantidad de personas se encontraban esperando noticias respecto a la Princesa. Entre ellos Lucas, quien al estar preocupado como los demás detallaba cada rincón de la habitación en un intento de distracción. Llevando a qué se encontrará con rostros conocidos que ponían expresiones preocupadas por la situación.

Félix; el caballero que siempre los sigue a la hora de realizar cualquier actividad más allá de palacio.

Lilian; la doncella de quién Athanasia siempre hablaba y expresaba lo genial que ella era.

Y por último las doncellas Hannah y Seth; quienes nos consentían a ambos a la hora del té con postres por el simple hecho de que éramos adorables, todos ellos estaban presentes a la espera de noticias junto a otros pocos que esperaban a las órdenes que su majestad les diera.

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Un rato después el Gran mago y el medico imperial, abandonaron las instalaciones sin dar ninguna explicación, obviamente Lucas siguió a su maestro para poder obtener información, ya que estaba seguro que en ese momento no obtendría ninguna respuesta del Emperador.

-¿Que le sucede a la princesa?-

Espero una respuestas de su maestro que nunca llegó. Enojado por qué lo ignoro se paro ante él cortándole el paso y mirándolo con el seño fruncido.

-¿¡Que le sucedió a la princesa Athanasia!? ¡Dímelo!-

-Lucas tu... Debes entender que esto forma parte del flujo de la vida-

-¿Flujo?-Lucas no entendía las palabras que decía su maestro, era extrañó lo que decía.

-Lucas-con una mirada tranquila, se inclino colocando ambas manos a los lados del pequeño mago-la princesa Athanasia, no tiene mucho tiempo de vida.

En ese momento Lucas sintió que todo a su alrededor se paralizó, aquellas palabras que su maestro le había dicho no podían ser verdad.

-La princesa parece tener un corazón débil y su constante flujo de mana es anormal, eso provoca que poco a poco su corazón deje de latir y no funcione como es debido, además de eso su respiración se dificulta aún más-

-Tonterías-susurro Lucas apartado las manos de su maestro-¡Todo lo que me dices son tonterías! ¿Que va a morir? ¡No me jodas! se supone que eres el mago más poderoso de todos los tiempos ¿no? puedes hacer algo para salvarla-Vocifero enojada el pequeño mago con lágrimas que amenazaban con escaparse de su ojos.

-No puedo hacerlo Lucas, si fuera simplemente el flujo de su mana podría solucionarlo, pero estamos hablando de su corazón que se debilita cada vez más al ella estar en constante movimiento o por el simple hecho de respirar, no es algo en lo que yo pueda intervenir.

-Tks-Lucas frunció el seño y de un chasquido desapareció del lugar dejando al mago de cabellera blanca totalmente solo con una expresión triste.

-No creí que fueras a experimentar este dolor a una edad tan temprana, Lucas-

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-Papa no tiene por qué estar triste-la princesa Athanasia intentaba alegrar a su padre quien estaba sentado al borde de la cama mirándola con una gran tristeza en sus ojos.

Athanasia entendía lo que sucedía, por qué mientras dormía escucho al médico real decir que poseía un problema en el corazón para el cual no había solución. Incluso el gran mago no pudo resolverlo

-Perdóname Athanasia-Claude quien había estado intentando contener sus lágrimas, se acercó a su hija y la abrazo aferrándose al pequeño cuerpo, desmoronándose y llorando de manera desconsolada provocando que Athanasia lo acompañará.

-¡L-lo siento papá!-

Ambos se aferraron uno al otro, intentando apaciguar el dolor que los atormentaba, la princesa no tenía mucho tiempo de vida y su límite era hasta el invierno de ese mismo año. Primero la persona que más amo en toda su vida lo abandonó y ahora el fruto de ese amor también lo estaba dejando atrás. Las horas pasaron y Athanasia se quedó dormida junto a su padre que solo la miraba dormir.

El en esa situación lo único que podía pensar era en que todo lo que estaba sucediendo era un castigo, y uno de los peores.

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Las días pasaron y la princesa Athanasia fue reprimida de muchas actividades, obligándola a quedarse en su habitación.

-Esto es tan aburrido-mencionó mirando a la ventana-y Lucas no a venido más ¿Estará bien o se aburrió de mi?

-¿Como puedes pensar eso de tu amigó?-la familiar voz resonó en toda la habitación.

-¡Lucas!-grito alegre Athanasia llendo en su dirección a abrazarlo-te extrañé estaba aburrida, ¿Viniste a jugar conmigo?

-Si, apartir de hoy vendré todo los días-

-¿por que no habías venido?-

-Estuve muy ocupado, sabes ser el discípulo del Gran mago de la torre no es fácil-

Las horas pasaba lentamente mientras ambos jóvenes conversaban, no había mucho que hacer gracias a la condición de la princesa. Todos los que los rodeaban se encontraban preocupados tanto por el Emperador, como por la Princesa; hace mucho que todos estaban feliz por el hecho de que el gran sol de Obelia había encontrada la felicidad al pasar tiempo con su hija y ahora simplemente esa felicidad se iría.

-Athanasia...¿Tu, no estás asustada?-

-Te mentiría si te dijera que no, tengo miedo de dejar solo a papá-

-Yo quiero ayudarte, Athanasia- Lucas mencionó con su mirada clavada al piso, evitando mirarla. Si lo hacía lloraría y no quería mostrar un lado tan lamentable como ése.

-Lucas ya está siendo de mucho ayuda-lucas fijo su mirada en Athanasia que le sonreía de manera brillante-mientras Lucas este a mi lado estaré felíz, ¡Me gusta mucho Lucas!.

Las inocentes palabras de Athanasia hicieron que las mejillas de Lucas se tornaron de un color carmín por la vergüenza. Nunca nadie le había dicho que gustaba de él.

-A... A mí también me gusta la Princesa-susurro intentado que su voz no se escuchará, cosa que no logró ya que la risa de Athanasia resonó en la habitación, para ella era muy gracioso ver a un Lucas avergonzado.

-¡No te burles!-pronuncio con su seño levemente fruncido.

-No lo hago-

Así los días pasaron, llenos de risas y una que otra lágrima por las diferentes personas que estimaban y quería a la princesa. Lucas quien quería ayudar a Athanasia estaba en constante búsqueda de alternativas mágicas para salvarla, incluyo llegaba a suplicarle a su maestro que lo ayudara, pero el simplemente rechazaba sus peticiones y le advertía que no jugará con el flujo de la vida.

Por otro lado, Claude quien agotaba cada recurso e idea que se le ocurría, tampoco le estaba llendo muy bien y cada día que pasaba se desesperaba aún más, por el hecho de que el invierno se acercaba cada vez más.

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El tiempo pasó y dos meses después el tan temido invierno se hizo presenté, el médico real y las doncellas estaban en constante vigilancia en la habitación de la princesa por órdenes de su majestad y tenían órdenes estrictas de limitar la entrada y salida de personas. Solo aquellos más allegados les era permitido ver a la princesa o atenderla.

Claude intentaba lo menos posible alejarse de ella, pero sus deberes como emperador y las responsabilidades de los otros, solían impedir ir a verla con frecuencia. Así que en las mayoría del tiempo estaba Athanasia sola recostada en la cama de la habitación leyendo o simplemente mirando a un punto indefinido, mientras era vigilada por sus doncellas.

Los largos y fríos días se hicieron cada vez más notorios y con ellos la muerte danzaba alrededor de la princesa quien ya había perdido su energía de siempre y solo en ocasiones se veía animada.

Lucas como de costumbre llegó a la habitación, miro su semblante apagado y bastante aburrido a su parecer. Pero era lo que necesitaba había encontrado un hechizo que podría ayudarla.

De manera sigilosa se acercó a la princesa y coloco un dedo en su frente provocando un pequeño destello en todo el lugar. Al instante noto el cambio en el semblante de Athanasia, que pasó de estar apagado a un poco más alegré.

-Te vez mejor que ayer-dijo mirándola con diversión.

-Es extraño me siento mucho mejor-respondió con alegría, los esfuerzos de papa han dado resultados.

-Supongo que sí-miraba su actitud y el hechizo de reducción parecía dar resultados, mientras investigaba encontró este hechizo que reducía los efectos de las enfermedades y otros objetos. Por primera vez en un tiempo Lucas estaba aliviado.

-Lucas, nunca te mostré el lugar que quería ¿Recuerdas?-

-Cierto estabas demaciado débil para hacer eso, pero está bien después lo veremos-

-¡No!-grito-¡quiero que vallamos ahora mismo!

-Princesa no creo que sea correcto además...-

-¡Por favor Lucas!-un par de lindos ojitos se hicieron presenté ante Lucas provocando que sus mejillas se tornarán de un fuerte color carmín.

-¡Bien!-sedio-pero será solo un momento, ¿de acuerdo?-

-¡Viva!-grito bajando de la calma y llendo a buscar un abrigo para después tomar la mano de Lucas brindándole una sonrisa.

-¿Lista?-

-Si-

Y con un chasquido ambos salieron de la habitación quedando justo en el lugar donde ocurrió el incidente, Lucas no sabía dónde la princesa quería llevarlo así que procuro acercarse lo más posible.

-Entonces, ¿dónde es?-

-Es por aquí-tomo la mano de Lucas guiandolo a el lugar tan esperado y después de una breve caminata se detuvieron ante un gran lago el cual estaba congelado junto con los grandes y frondosos árboles cubiertos de nieve.

-¡No!, el lago está congelado-

-¿Era el lago lo que querías mostrarme?-

-Si, cuando el sol se está ocultando los rayos se reflejan en el lago haciéndolo ver aún más brillante-

Lucas miro con una sonrisa a Athanasia, ella creía que este lago era algo secreto que nadie conocía, pero de hecho el ya sabía de este lugar, siempre venia aquí cuando está aburrido para ver la noche caer y iluminar el lago con estrellas.

-Entonces debemos descongelarlo- En un chasquido todo el lago se derritió y el agua cristalina se veía de manera brillante ante el Sol que poco a poco iba descendiendo.

-¡Lucas eres muy genial!-

-Siempre lo he sido-

Ambos se sentaron a la orilla del lago esperando a que la noche callera para ver la magia de la naturaleza, ambos se acurrucaron buscando el calor del otro.

-Lucas-

-¿Que sucede Princesa?-

-Me gusta mucho estar contigo, Lucas-menciono acercándose a él y dándole un beso en la mejilla a Lucas, que provoco que este se sobre saltará llevando su mano al lugar del contacto con un notorio color carmín en su rostro.

-N-no, ¿¡Por qué!?-hablo de manera nerviosa.

-Es un regalo-sonrió apoyando su cabeza en el hombro de Lucas, para seguir mirando al lago el cual era lentamente cubierto por la noche y el reflejo de las estrellas se hacían presente en ellas.

-Es una vista hermosa-susurro Athanasia-Gracias por traerme.

-No fue nada-

El silenció invadió el lugar y todo lo que se escuchaba era el suave cantar de los grillos y la fría brisa soplar de manera suave.

-Athanasia, es hora de irnos-tomo la mano de Athanasia, pero no recibió respuesta alguna-¿Athanasia?.

Una expresión de pánico apareció en su rostro, rápidamente giro para tomarla en sus brazos y apoyar su oído en la zona del pecho, para solo escuchar el lento latir del corazón de Athanasia.

-¡No!-grito-¡no me hagas esto Athanasia!-Las lágrimas comenzaron a fluir sin control alguno de sus ojos, todo este tiempo se había estado conteniendo.

-Por favor, no-abrazo el cuerpo con fuerza aferrándose a ella cada vez más, se había esforzado tanto por ayudar pero aún así no había logrado nada.

-No se supone que debía pasar ésto-grito con fuerza-¡No hoy!, ¡No ahora!

Los gritos llenos de pesar resonaban en todo el lugar y solo la luna era testigo de esas lágrimas cargadas de dolor. Pero no importa cuánto lloro y gritó, Athanasia nunca despertó.

✨Fin✨