Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4° puesto: Una noche en Screamfun

AUTOR: Jhorman / @JhorJo

Ya los chicos estaban por salir de su último día de clases de la preparatoria, estaban felices, casi se les podía ver la adrenalina correr por todo su cuerpo mientras esperaban la última campana: La de salida. Habían planeado una fiesta, la cual llamaron "The Mencia", muchos de ellos, ya habían confirmado su asistencia y poco a poco los demás se les fueron uniendo a su gran celebración sin adultos que los estuvieran observando.

Justamente a las cinco en punto de la tarde el sonido de la campana se hace presente en el silencio de las aulas de clase. No duró mucho, ya que fue opacado por el escándalo que hicieron los estudiantes al salir despedidos de sus asientos a los baños del instituto.

-¡Vaya amigo, esto será una locura! -dijo Billy traspasando la puerta del baño de los varones, mientras hablaba con su mejor amigo, Carlos.

-¡Y que lo digas! -comentó Carlos exaltado-. Me pregunto si Kiara irá...

-¡Todos tienen que ir! - Esbozó Billy despojándose de su uniforme y quedando en ropa interior-. Bueno... Ella es demasiado sometida por sus padres, así que tienes que cambiar tu apuesta compañero si no quieres llegar virgen a la universidad.

-Sólo cállate y pásame mis cosas...

Casi todos los chicos se estaban cambiando de ropa en ese baño. Ellos no querían llegar con su uniforme a la fiesta y menos ir a sus casas, podrían perder tiempo valioso que podrían invertir en cazar chicas.

Mientras que en el otro baño las chicas se estaban matando con las planchas para el cabello y todos los cosméticos y maquillajes que pudieron comprar con el ahorro de la mesada de hace tres meses.

-¿Crees que me dejará? -preguntó temblorosa Kiara.

-Son tus padres no los míos -rió Micaela-. ¿Qué malo puede pasar, que te digan que no?

Esa declaración de la chica hizo reír a todas las que se encontraban en el baño. Kiara para no pasar por boba sonrió y tomó el teléfono celular que Micaela le había confiado para que llamara a pedir permiso a sus padres.

-¡No me lo creo! -gritó una chica de piel oscura-. ¡Ven Kriss! -Llamó a otra chica-. Kiara está llamando a sus padres para pedir permiso -ambas estallaron en risas y se fueron hasta los lavabos a terminar de arreglarse.

-¿Acaso tu no lo hiciste? -inquirió Kiara.

-Nadie hace eso en este siglo, ¡dah! -Se burló Kriss-. Bueno, creo que "nadie" ya tiene nombre.

Kiara bajó el teléfono y la encaró.

-No soy nadie, y puedo ir sin pedir permiso si me da la gana -tartamudeó la chica-. Sólo que no tengo nada que ponerme. Mejor dicho, no traje nada...

-Sé que eres boba, pero no sabía el grado de bobez que tenías -suspiró Milena-. Te prestaremos ropa, ¡mujer precavida vale por dos!

A eso de las seis y media de la tarde, ya todos estaban en marcha a la casa de Matt, sus padres estaban de crucero por el Caribe y él es el que había planeado la fiesta. Su nombre estaba en boca de todos, y eso a él le agradaba.

La fiesta tuvo su comienzo a casi las siete de la noche, si es que a eso se le podía llamar fiesta...

Los únicos que habían asistido fueron: Carlos, Billy, Mauricio, Trenton, un chico que nadie sabía su nombre sólo su apellido; Useche y Zack. De las chicas: Stephanie, Micaela, Kriss, Kiara, Luz y Margarette.

Doce personas, más el anfitrión de "The Mencia" Matt.

-¡Esto apesta! -dijo ya borracho Billy-. ¡Pensé que esto sería la De-Mencia! Esto parece más un velorio que a una fiesta.

-Espero que el baile de graduación no sea como esta mierda... -comentó Margarette, una chica que ya a sus diecisiete años tenía más perforaciones en su rostro que una de treinta-. Me voy, a la mierda con ustedes...

-Espera -se apresura en detenerla Zack, un chico de baja estatura comparado con sus compañeros-. ¿Y si hacemos algo loco?

-Ni en tus sueños creas que me acostaré contigo, inútil -Margarette lo aparta del camino y sigue con el suyo.

-¡No hablo de eso cerda! -Zack coloca los ojos en blanco mientras se repone para seguir hablado-. Hace mínimo dos años que el parque de diversiones está cerrado...

-Sí, lo sabemos. Dijeron que era por remodelaciones, pero aún sigo esperando que lo reinauguren -comentó Kriss.

La sonrisa que tenía Zack en su rostro era perturbadora, lo único que no lo hacía lucir como un pervertido era su cara de niño.

-¿Y si te digo que todo eso es falso? -dijo el chico dejando entre palabras un silencio incomodo-. Al parecer una chica murió en las sillas voladoras, cayendo justo en la casa embrujada. Se dice que su espíritu está penando en ese lugar, ¡¿Por qué no vamos y lo averiguamos?!

Recibió muchos bufidos por parte de sus compañeros, decían que eso era completamente falso y era algo inventado por el pueblo para que nadie entrase y se robaran la maquinaria. Pero Zack hablaba con toda la seriedad del mundo, aunque para ellos él era el más inmaduro de todos.

-Ok. Ok. Ok -repitió el chico para hacerse notar entre la bulla de sus compañeros-. ¡Entonces los reto a que vayamos a ese lugar y grabemos dentro de ese parque! Así me probaran que estoy equivocado.

Los demás rieron al escucharlo y sólo para callarlo accedieron ir, también porque el aburrimiento los estaba consumiendo en esa fiesta.

Las chicas no estaban seguras si en ir o no, pero los chicos las convencieron para que fueran con ellos. Billy y Useche tenían un gran poder de convencimiento, ya que, a Kiara no les costó tanta habladuría.

Las trece personas se dividieron en tres autos para llegar hasta el parque de diversiones abandonado: El auto del hermano de Matt, el de Billy y el de Stephanie; el último auto no olía nada bien y según los estereotipos, las mujeres son más limpias que los hombre.

Condujeron hasta un campo donde se había construido el parque de diversiones "Screamfun." El parque había estado inactivo por más de veintiocho meses, y un cartel enorme de madera lo decía claramente:

"NO PASE. ESTAMOS DE MANTENIMIENTO"

Había una atmósfera pesada en ese lugar. Los chicos la podían apreciar mientras se bajaban de los autos.

-Ok, te creo Zack -esbozó Luz, la mayor de todos ellos, con diecinueve años-. Ahora vámonos, este lugar me da mala espina.

-¡No! -espetó Zack abriéndose paso hasta la chica-. ¡Hay que entrar!

-No sean cobardes, ¡no hay nada allá dentro! -Apoyó Mauricio, primo de Zack-. Es más iré primero.

El chico se adelantó y pasó la cerca que mantenía a las personas del pueblo fuera del parque. Zack no se quedó atrás y fue el segundo en saltar, le siguieron los demás. Cuando Billy iba a responder a un comentario estúpido de Carlos, se quedó mudo al ver que todos estaban perplejos viendo hacia el horizonte, hacia donde estaban las atracciones. Unos tenían muecas en sus caras que parecían sonrisas y otros sólo tenían un gran signo de interrogación en el medio de su frente.

-¿Alguien tocó algo? -preguntó Kiara al aire.

-No... -respondió alguien.

Los chicos estaban anonadados con las atracciones, ya que, estaban en movimiento, estaban funcionando, pero con todas las luces que caracterizaban a los parques de atracciones apagadas. Toda la magia se había ido, y sólo quedaba el poco de chatarra oxidada dando vueltas o haciendo unos pequeños ruidos.

-Hay que irnos -dijo Kiara con sus ojos abiertos de par en par.

-¡No! -Esbozó Billy-. Hay que ir, ¡todo es gratis! -salió corriendo hasta la atracción más cercana que tenía: La Montaña Rusa.

Los demás estaban indecisos si en adentrarse o sólo salir corriendo de allí. Excepto Zack y su primo Mauricio, que salieron igual de rápido que Billy, pero éstos a la Casa Embrujada. Para ellos era lo más excitante del mundo, estar en un lugar que según había un espíritu rondando, pero para otros como Kiara y Carlos no. Ellos se estaban muriendo del terror, pero no lo dejaban notar para que sus compañeros no les dijeran gallinas.

-¿Quieres ir a la Rueda de la Fortuna? -preguntó Carlos a Kiara.

-¡Yo quie... -trató de decir Useche, pero la mirada punzante de Carlos lo detuvo, ya había captado.

-Le temo a las alturas -respondió Kiara.

-Estarás conmigo, no hay que temer -coqueteó Carlos.

Un gritó de diversión se escuchó a lo lejos y todos giraron su cuello para ver de lo que trataba. No era más que Billy divirtiéndose en la Montaña rusa, iba muy rápido, casi sólo veían su celaje.

-¿Ves? No hay nada que temer -siguió Carlos tomando la mano de Kiara y llevándola en dirección de la Rueda-. Vamos chicos, ¡diviértanse! Nos vemos aquí a la media noche.

Asintieron y cada uno se fue a donde quería. Margarette acompañó a Matt hasta donde estaban Zack y Mauricio en la Casa Embrujada. Micaela y Kriss se pintaron de colores y se fueron hasta las Tazas Locas junto con Trenton. Los demás hasta los Carros Chocones.

-¿Listos? -dijo Mauricio a las puertas de la Casa Embrujada-. Busquen al espíritu y ganen fabulosos premios -bromeó.

-Idiota -bufó Margarette.

Los cuatro estuvieron dentro de la Casa Embrujada en cuestión de segundos. El aire se colocó pesado y a ellos les dificultaba respirar. Caminaron hasta una de las brujas que estaba sentada en una mecedora. Lucía horrible, con una nariz alargada y con una verruga velluda en la punta de ésta. A los chicos le causó gracias y quisieron tomarse una foto con ella. Mauricio sacó su celular y todos rodearon a la bruja de mentira. Matt se sentó en las piernas y espero a que Mauricio diera la señal para sonreír.

-Digan: Me morí -esbozó el chico y los demás lo obedecieron.

Presionó el botón de la cámara en su teléfono, pero no ocurrió nada. La foto no se había tomado, así que intento otra vez.

-Digan: Sillas voladoras...

Esa vez si funcionó la cámara. Y cuando fueron a ver la imagen en la pantalla, Mauricio se dio cuenta que algo raro tenía. Era Matt, sus ojos estaban en blanco y su garganta no lucía nada bien. Poco a poco el cuello de Mauricio y el de los otros chicos fueron girando para encontrarse con algo que los hizo gritar con todo lo que sus pulmones aguantaron.

-¿Quién sigue? -era Matt, o sólo era su cuerpo con un cuchillo lleno de sangre en su mano derecha y una sonrisa malévola en su rostro.

Zack gritó que corrieran, pero él no lo hizo, sus piernas estaban pesadas y rápido cayó al suelo, cayendo sobre él Matt con su cuchillo penetrando varias veces en su espalda. Mauricio corrió junto a Margarette hasta la salida, pero al momento en que cruzó la puerta doble Margarette, dejándole el espacio libre a Mauricio, ésta se cierra estrepitosamente mientras el aun se encontraba en el medio de las dos. Cortándolo a la mitad.

Margarette salió corriendo hasta donde vio a sus compañeras Micaela y Kriss con lágrimas en los ojos, pegando gritos como si fuera una loca de carretera y alzando los brazos para que la vieran. Ella volteó a ver un sonido extraño que provenía de la Montaña Rusa, esa cosa estaba fuera de control y ahora Billy ya no gritaba de diversión, sino de terror al ver que esa cosa lo estaba haciendo sufrir dejándolo boca arriba por un buen tiempo y luego... Todos los vagones de la atracción cayeron hasta la parte de abajo con Billy dentro de uno de ellos.

-¡Por aquí! -gritó Margarette acercándose a sus amigas, pero éstas parecían estar en otro mundo dentro de las tazas con Trenton.

Cada uno estaba en una Taza diferente, esa cosa giraba como loca. Margarette escuchaba como sus amigos se azotaban dentro de esas cosas, y también podía ver como sangre salía despedida por todas partes. Vio como uno de los platos que sostenía a la taza, salió disparado hasta la atracción de los Carros Chocones, cortando a la mitad a Luz y a Stephanie que se estaban decidiendo por un auto. Useche estaba conduciendo un auto, pero se detuvo de repente y empezó a dar movimientos bruscos. Espuma le salía por la boca y sus ojos estaban desorbitados, dejándolos en blanco completamente, estaba recibiendo una gran descarga eléctrica de la malla que hacía funcionar a los autos.

Margarette se paró en seco justo al frente de las sillas voladoras, detrás tenía a la Rueda de la Fortuna, donde se encontraban Carlos y Kiara, sus últimos dos compañeros. Ella levanto la vista y se fijó que una figura masculina estaba colgando de un auto. Arriba Carlos estaba rezando por su vida, viendo a los ojos sin vida de Kiara, ella lo tenía tomado de las manos pero fuera de la protección de la atracción. A pesar de que Carlos era musculoso y pesado, ella parecía sostener un simple papel. Cuando Carlos parpadeó ya estaba en caída libre hacia el piso, y Kiara también.

-¿Qué es lo que quieres de mí? -Tembló Margarette-. ¿Qué he hecho?

-Entrar a mi parque -la voz de Kiara no era para nada igual. Ahora era sombría, grave y con un tono espeluznante-. Ahora morirás... Como yo morí...

La presencia de Kiara se había ido, estaba su cuerpo pero no estaba ella. Margarette trató de guardar el equilibrio cuando el cuerpo de Kiara la empujó hasta las sillas voladoras para adultos, pero sus intentos fueron en vano. Igual cayó, enredando sus argollas faciales con las cadenas de la atracción. Sin previo aviso,la atracción tomó velocidad haciendo que Margarette volara por los aires sujeta por sus piercings. La chica después de la quinta vuelta, se soltó dejando un poco de ella en esa atracción, pero todo su cuerpo clavado en el gran letrero que decía:

"NO PASE. ESTAMOS DE MANTENIMIENTO"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: